lunes, diciembre 24, 2012

¿EXISTE DIFERENCIA ENTRE SENTIMIENTOS Y EMOCIONES?




Muchos se preguntan cuál es la diferencia entre Emociones y Sentimientos y gracias a los avances producidos en los diversos campos científicos a través de estudios empíricos, hoy en día podemos comprender las diferencias entre Emoción y Sentimiento.

EMOCIONES
La Emoción es la más primitiva e instintiva de las dos, a nivel biológico tiene su origen en el sistema límbico del cerebro siendo la Amígdala Cerebral el centro de las emociones.
Las emociones son estados complejos del organismo, respuestas globales en las que intervienen distintos componentes (Kolb, 2005):
·         FISIOLÓGICOS: se trata de procesos involuntarios como el tono muscular, la respiración, secreciones hormonales, presión sanguínea, etc., que involucran cambios en la actividad del sistema nervioso central y autónomo, así como cambios neuroendocrinos y neuromodulares.                                
·         COGNITIVOS: Procesamiento de información, como decíamos antes, tanto a nivel consciente como inconsciente que influye explícita e implícitamente en nuestra cognición y en nuestra vivencia subjetiva de los acontecimientos.
·         CONDUCTUALES: Expresiones faciales, movimientos corporales, tono de voz, volumen, ritmo, etc., que determinan conductas distintivas de especial utilidad comunicativa.
Las emociones tienen una duración reducida, con una ventana temporal que va desde los segundos a unos cuantos minutos, siendo en forma de estados de ánimo como éstas se prolongan más en el tiempo. Las microexpresiones son emociones visibles que se producen en menos de 1/14 segundos.

SENTIMIENTOS

El sentimiento en cambio es el resultado de una emoción, sería el vehículo que utiliza la emoción para expresarse, es más racional, la persona que tiene conciencia de un sentimiento tiene acceso al estado anímico propio.
La respuesta a un sentimiento puede ser físico y/o mental, estando mediada por neurotransmisores como la dopamina, noradrenalina y la seretonina.
El sentimiento tiene su origen en el cerebro racional (neocortex) y se localiza en el lóbulo frontal.
En cuanto a su duración, el sentimiento es mucho más largo en el tiempo que la emoción, tiene una duración proporcional al tiempo en que nuestro consiente piensa en ellos.

Cuando experimentas una emoción, por ejemplo la emoción de miedo, hay un estímulo que tiene la capacidad de desencadenar una reacción automática. Y esta reacción, por supuesto, empieza en el cerebro, pero luego pasa a reflejarse en el cuerpo, ya sea en el cuerpo real o en nuestra simulación interna del cuerpo. Y entonces tenemos la posibilidad de proyectar esa reacción concreta con varias ideas que se relacionan con esas reacciones y con el objeto que ha causado la reacción. Cuando percibimos todo eso es cuando tenemos un sentimiento.
Antonio Damasio

Fuente: http://www.reeditor.com/columna/5443/24/psicologia/diferencias/emociones/sentimientos


jueves, diciembre 20, 2012

EL ARTE DE AMARGARSE LA VIDA




Al igual que  Rafael Santandreu, psicólogo cognitivo, cuya intervención veras en el presente vídeo,   pongo a mis pacientes a realizar múltiples tareas. Muchos se resisten,  abren los ojos como un par de platos hondos, dilatan el hacer. Piensan que ir donde el psicólogo y más con las técnicas que utilizo,  es ir donde una hada o un  hechicero,  quien por arte de magia o encanto,  hará desaparecer los problemas,  que ir al psicólogo implica entregar la   carga con todos los asuntos problemáticos y   que  de alguna manera estos desaparecerán. No.   Ir a psicoterapia implica un compromiso y un trabajo personal responsable. Explico  a mis pacientes:  la terapia es como una pieza musical  de piano,  interpretada a cuatro manos,  una danza de dos.

Sabias que las investigaciones en psicología han concluido  que tenemos cerca de 70.000 pensamientos en el día? Setenta mil!, más grave aún, son  los mismos pensamientos día tras día, sorpréndete,  el 98% de esos pensamientos, son inútiles, por tanto, sabotean tu felicidad. 

Somos adictos a pensar, pensamos en lo que pasara o en lo que pasó, nos escapamos del momento presente. Los pensamientos producen el trastorno emocional a partir de la repetición. Cuántas veces te descubres haciendo suposiciones, hipótesis del futuro, de lo que pasó? 



martes, diciembre 18, 2012

¿CUÁLES SON TUS MIEDOS?



En su libro "Cómo hablar en público e influir en los hombres de negocio"  Dalle Carnegi afirma que los dos grandes miedos que enfrenta el hombre son: el miedo a volar y el miedo a hablar en público.  Miedos que están  están ligados a otros más profundos: el miedo a la soledad, el miedo a la escasez, el miedo a la enfermedad, el  miedo a la muerte. ¿Cuál de ellos te asusta?, ¿dónde nacieron? ¿Es posible enfrentarlos para dar paso a la seguridad y la confianza?
Todos los miedos tienen su origen en las experiencias y vivencias de la infancia, en los paradigmas y  creencias recibidas de las personas significativas con las cuales alternamos  en la infancia: los padres biológicos o de crianza, los hermanos, los abuelos, los  tíos,  los maestros de escuela.   Con  autoconsciencia es posible superarlos.
Miedo a la Soledad  
Frente a la soledad puedes escuchar los dictados del ego o los del espíritu. El ego te lleva a pensar que estás solo, que estás aquí,  al lado de los otros con el papel estelar,  para tener reconocimiento en  tu vida social, familiar, laboral…
Mientras que el espíritu te recuerda que eres parte de una totalidad,  que emanas de una energía divina, sin importar el rotulo que a esta le pongas. Esa totalidad se expresa en tu luz interior.
Cuando te das cuenta de que realmente tienes esa luz interior, puedes mirar con el  corazón para darte cuenta que nunca estás solo, que siempre estás en la mejor compañía, tú mismo, en ese momento mágicamente empezaran a llegar  a tu vida las personas que se sintonizan en esa misma frecuencia.
Miedo a la escasez
¿Te has dado cuenta que las personas generosas y  aquellas que  tienen creencias positivas y de abundancia frente al dinero    siempre lo tienen? ¿Cuál es su secreto?, consciente o inconscientemente saben  que el dinero es energía y que como tal debe fluir, no  debe estancarse.  Además,  se sienten merecedores, ¿merecedores de qué? de lo mejor para sus vidas. ¿Te sientes tú merecedor?
¿Quieres dejar atrás el miedo a no tener cubiertas las necesidades básicas para ti y los tuyos: techo, alimento, implementos para la escuela, el trabajo?   Esto requiere de  un trabajo personal.   
La postura de víctima, es una señal inequívoca de que el fantasma del miedo está embistiendo. Para intimidar esta  presencia di GRACIAS. Gracias por la abundancia que hoy tienes en tu vida.  Gracias  te abre  a la abundancia de hoy y la que viene, el universo entiende el mensaje que le envías, “estoy  listo para recibir e ingresar al flujo de la abundancia y la prosperidad”. Agradecer te permite ver, sentir que eres un afortunado. Gracias, porque puedo ver la luz de la mañana, el rostro de mi madre, de mi pareja  de mis hijos, de mis hermanos, de  los guayacanes floridos en el mes de diciembre como soles en cada esquina de mi ciudad. Gracias por mi cama mullida y sus sabanas limpias. Gracias por las situaciones difíciles, que definitivamente me dejan gran sabiduría. Gracias por el amor, el abrazo y la salud  de mis hijos. Gracias,  por mis pacientes, por tener quien me prepare una comida caliente, deliciosa. Gracias porque tengo un cerebro que funciona perfectamente, por mi corazón, mi hígado, mis riñones…
El agradecimiento abre las puertas para cristalizar tus deseos.  
Miedo a la Enfermedad 
La enfermedad da cuenta de la falta de armonía en el estado de conciencia. La debilidad que trae consigo la enfermedad implica pérdida de fortaleza interior.  
Uno de los caminos que conduce al auto sabotaje es la culpa, el rencor  y el resentimiento. El  resentimiento es el veneno que tomas creyendo que matas al otro, cuando realmente te está matando a ti. Armonízate con tu pasado, el perdón es tu mejor regalo, MarK Twain lo dice bellamente: “el perdón es la fragancia que sueltan las violetas, cuando se levanta el zapato que las aplasta”.  Perdona a todos los que te han herido, a la vida, pero sobre todo a ti mismo, en últimas el perdón es un regalo para ti.
Lois Hay, autora del libro “sanate a ti mismo”, propaga el mensaje de auto reconciliación a partir de  repetir afirmaciones que borren las huellas negativas del condicionamiento pasado. El trabajo con miles de personas la ha llevado a concluir que toda enfermedad lleva implícito un auto rechazo. Así que la frase campeona a repetir frente al espejo cada mañana es “me quiero y me acepto tal como soy”. Muchos de mis pacientes lloran cuando les pongo a realizar el ejercicio, otros se rehúsan y se sienten ridículos. No son más que expresiones de resistencia y miedo a reconocer su propia belleza y magnificencia. Han pasado tanto tiempo juzgándose y exigiéndose la perfección, que la experiencia  les resulta difícil en principio. Luego dan el gran salto.
Miedo a la Muerte
Steven Covey en su libro “los siete hábitos de la gente altamente efectiva” propone el ejercicio de visualizar el propio funeral: las flores, las personas que concurrirán, lo que dirán los compañeros de trabajo, la familia, los hijos … Pese a que la muerte es una realidad a la que caminamos al momento de nacer, poco pensamos en ella. Le damos escasa importancia, como si al hacerlo pudiéramos escapar de su influjo. Es nuestro destino final.
Los occidentales hemos sido levantados con el temor a morir, mientras que en oriente a la muerte se le  ve con alegría, con júbilo, como la posibilidad de reencarnar en un cuerpo sano y joven.  
La científica y tanatóloga Elizabeth Kubler Ross en su libro “la rueda de la vida” dice “Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la tierra, se nos permite abandonar el cuerpo que aprisiona nuestra alma, al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa.  Llegado el momento podemos marcharnos y vernos libres del dolor, los temores y las preocupaciones, libres como una bellísima mariposa para regresar  a nuestro hogar, a Dios”
Las  experiencias de quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte,  coinciden con los orientales de que este viaje es  una experiencia radiante de total gozo, donde todo dolor desaparece,  donde todas las preguntas tienen respuesta. “…mientras tanto, yo sentía que está inmerso en un espacio absolutamente desconocido. Recuerdo una gran claridad, donde no había luz, sino que yo era la luz. No escuchaba música, sino que la música era yo. Tampoco percibía armonía y paz, pues yo era exactamente eso. La sensación global, era estar formando parte de un Gran Todo, donde lo existente era el universo sin estrellas, pues todo era luz, felicidad y amor”.El aspecto más significativo de ello es cómo me ha cambiado, para siempre. Es el conocimiento interior de que yo soy una persona diferente habitando el cuerpo que otros siguen reconociendo como el mío, pero yo soy otro. Ahora creo que la muerte no es sino el viaje a este otro mundo maravilloso
El antídoto para combatir el miedo, cualquiera que este sea  es el amor. Empieza ahora misma por la persona más importante del universo: Tú mismo.


lunes, diciembre 17, 2012

LAS SIETE PALABRAS MÁGICAS






MUÉVETE: Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las montañas, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.

TOCA: Toca las partes que Amas de tu cuerpo. Da abrazos en la panadería, en el parque, en las puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la mejilla.  Acaricia a tu gato o tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.

ESCUCHA: Siéntate en silencio y observa cuanto hay allí para ser escuchado. Escucha a la gente, lo que realmente están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Escucha tu voz interna, esa que sólo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. 
Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en tu chimenea.  Escucha con tu corazón y siempre escucha aquello que nunca es hablado.

SIENTE: El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. 
Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estás vivo.

CONFÍA: Tu sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición.  Ten esto en cuenta: Finalmente, tú y sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, encuentra la forma de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.

REÚNETE: Con los hombres y mujeres que Amas. Toma el té acompañado, camina en compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias son diferentes a las de los otros y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come en compañía.

RECIBE: Por una vez, deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia.  Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.

AUTOR DESCONOCIDO



viernes, diciembre 14, 2012

¿CÓMO CONFLUYEN UN MAESTRO DE CANES Y UNO DE HOMBRES?



En el universo todo se conecta de forma mágica. Rastreaba en you Tube las enseñanzas de Eckhart Tolle, de pronto llamó poderosamente mi atención el título de un video: “Eckhart Tolle entrevista a César Millan”. En otro post hablé de Tolle, el maestro espiritual vivo más importante de esta época. A Millan se le conoce en la TV mundial como “El encantador de perros”. Sea que tengas un can, que te gusten o no, Millán te seduce como lo hace un virtuoso del circo del Sol, su magnetismo y la unión que tiene con los perros te asombra y en este encuentro sale Millán, el humano, el maestro, aflora su naturaleza a borbotones.

Realmente lo que vi y sentí fue a un par de maestros hablando. Un rehabilitador de perros y un rehabilitador de hombres, ¡confluyendo en tantas cosas! Los maestros ponen sobre el tapete la reactividad, sí, los seres humanos somos reactivos, alguien dice algo y lo tomamos personal, respondemos con nuestra historia, con nuestro propio guion mental. La reactividad nos impide meternos en los zapatos del otro, y no lo dejamos SER, el Encantador de perros habla de su secreto, “permito al perro SER”.

Sorprende ver a un hombre apasionado con su tarea, enseñando la integración con un ser a través de sentir la necesidad del otro, de un perdón sin pasado, sin recriminaciones, que va de la mano del olvido, que vive el presente.

Este par de hombres de generaciones y latitudes distintas, el uno pausado, calmo; el otro explosivo, abrazador, vibrante, con un mensaje que extrapola dos mundos; que me llevan a pedir perdón a mis dos hijos: desde muy niños me suplicaron en forma repetida “mami compremos un perrito”, no, les di mil y una excusas.

Crecí en un hogar con seis hermanos, con unos padres trabajadores y cariñosos. Con una madre que no se conectaba con los animales, no sólo no amaba los animales, no los toleraba, cuando papá llegaba a casa con un perrito, mamá lo sacaba a cantaleta y empellones en tres segundos. El único animal que tuvimos en casa fue a Negro, un gato para cazar los ratones del solar contiguo, vivió con nosotros hasta que se ahogó en una piscina de mazamorra. No es raro entonces que yo hasta hace pocos meses, me quisiera subir por las paredes cuando sentía un animal cerquita.

En una finca tuvimos a Juanita, una labradora que me enamoró de forma tal que aunque ya no está aquí la recuerdo como a un ser querido que estuvo entre nosotros. Juanita nos acompañaba a caminar y hacía de mi edecán, la acaricie solo con el dorso de la mano y con muchas palabras dulces, Juanita se sentía amada y yo sabía que Juanita me quería. La comunicación se daba de forma fácil, sin reclamos, ni reproches, fluía en el aquí y en el ahora en el balance perfecto.

miércoles, diciembre 12, 2012

SIEMPRE JOVEN, ¿CÓMO LOGRARLO?



Una mente perezosa es el taller del diablo (Proverbios)

Muchas veces se relaciona la madurez con la pérdida de facultades mentales. Especialistas en el funcionamiento del cerebro como Tony Buzan aseguran que no tiene por qué ser así.

En su manual “Tu cerebro más joven”, Tony Buzan pone como ejemplo de longevidad intelectual una comunidad de monjas de un recóndito lugar de Minnesota (EE UU) llamado Mankato. Desde hace tiempo interesa a los investigadores del envejecimiento cerebral, ya que muchas de estas mujeres superan los 90 años y hay una cuantas centenarias, la mayor parte de ellas con una asombrosa agilidad mental.

Una monja de esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la revista Life porque impartió clases hasta los 97 años. Otra hermana, Mary Esther Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años.

El profesor David Snowdon, de la Universidad de Kentucky, investigó por qué entre estas mujeres no hay un índice de demencia senil y otras enfermedades mentales muy inferior a la media. La respuesta es que las monjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada en su vida cotidiana.

Compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates, además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar clases. Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se ramifiquen y creen nuevos vínculo.

Esta regla también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los neurólogos, cuando lo mantenemos ocupado a través de la lectura, la creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática, que es la que nos permite hacer cosas sin pensar en ellas.

Es el caso del ajedrecista que, en los primeros compases de la partida, mueve sus piezas sin tener que cavilar. O el de un pianista de nivel que interpreta una compleja partitura mientras habla con alguien. Su esfuerzo y constancia les han procurado un seguro de vida para sus facultades intelectuales, que operan incluso sin que intervenga la conciencia.

Algunos ejemplos de que la agilidad mental no está reñida con la edad fueron Miguel Ángel, que dio luz a sus mejores obras de los 60 a los 89 años, hasta su último día de vida. Goethe terminó su obra maestra Fausto a los 82 años. Y un escritor más cercano a nosotros, José Saramago, mantuvo hasta poco más de los 87 años una más que envidiable actividad literaria. Su secreto estaba conformado de dos ingredientes básicos: trabajo e ilusión. (Y los tuyos....cuáles son....?)

Las 7 claves de un cerebro joven. Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados (André Maurois)

Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven a cualquier edad.

Según el divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo debería hacer para que su centro de operaciones no vea menguado su rendimiento:

1. Ejercicio. Según los especialistas en terapiasantiaging, el mejor tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejora el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral, evitando que se deteriore.

2. Buena alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde no sólo ayuda a prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro.

3. Aprender siempre. Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad. Para ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.

4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad de Washington, asegura "que el estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria". En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.

5. Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de los participantes para resolver problemas planteados el día antes. Esto se debe a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión: voy a consultarlo con la almohada tiene, por tanto, mucho sentido.

6. Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y neurotransmisor que nos hace sentir bien. La risa nos ayuda a relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle.

7. Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar problemas nuestros o de otras personas para los que una persona joven no está preparada.

Juegos para el cerebro. Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen; envejecen porque dejan de jugar (Oliver Wendell Holmes).

En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para nutrir nuestro músculo pensante, y las tiendas de productos naturales recomiendan ginseng para la vitalidad y Gingko biloba para reforzar la memoria. Sin embargo, la mayoría de especialistas coinciden en que el juegoes el protector número uno de las facultades mentales.

La terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red neuronal:

· Juegos de mesa: ajedrez, las damas, dominó, cartas, aún solitario.

· Puzzles, mecanos y otros juegos de construcción.

· Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.

· Cruciletras o Scrabble: armar palabras sobre un tablero.

Para los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un idioma es una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas estructuras y sintetizar reglas gramaticales.

Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resulta una gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar algún instrumento musical.

Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de lamentos.

Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la vida.

Como reza un proverbio irlandés. Nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio.

Para mantener la mente fresca. La única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar.

Recomendados

1. Libros: Tu cerebro más joven, Tony Buzan (Urano).
· Fueras de serie, Malcolm Gladwell (Taurus).

2. Películas
Ahora o nunca, Rob Reiner
Space cowboys, Clint Eastwood (Warner Home).
Los puentes de Madison de Clint Eastwood.

3. Discos
At my age, Nick Lowe (Proper Records).
Buena Vista Social Club, Ry Coder (World Circuit).

Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos poniendo a prueba el mundo, es decir, seguir siendo niños.

Cuando observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró, entendemos que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su infancia: jugar, divertirse, ponerse nuevos retos. Mantener la ilusión cada día y no renunciar a los valores de la infancia es el elixir de la juventud.

También para el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar como un viejo ya has perdido la batalla.maestros (Gerard Rosés, pintor).

"Una persona que lee se está haciendo Alguien" en la vida además de cultivar su mente y su espíritu.

martes, diciembre 11, 2012

REGALO DE NAVIDAD




En un anterior post compartí sobre Eckhart Tolle, considerado por muchos,  como el maestro espiritual contemporáneo  más importante del momento. Esta semana recibí un regalo de Timi Simon, socio Eckhart Tolle TV. quien con un corazón agradecido ofrecía desde el portal de Sounds True, many voices, one journey, la posibilidad de bajar música para meditar, realizar una  relajación profunda, hacer  yoga, auto sanarte o simplemente para ambientar un espacio que convoque a la calma y la introspección.
Cuenta Simon en la invitación: “Eckhart enseña  que la música crea un puente para que la gente se mueva del pensamiento a la presencia”. Lo que pretende Simon con su regalo “que esta colección de música meditativa sea una puerta para llevarte a la presencia, a tu presencia, que tu paz interior lleve a otros a su propia presencia”, es una reiteración del mensaje de Eckhart Tolle, dejar el parloteo mental, acallar la loca de la casa, poner el foco por unos instantes en la respiración para hacer consciente el momento presente, el único que importa. Los estudios psicológicos lo han demostrado,  el 98% de nuestros pensamientos son inútiles.  Ese es el salto cuántico que nos espera, volver a la fuente, donde el pensamiento deja de ser protagonista,  para dar paso al ser.  La música permite aquietar y calmar  tu mente,  abrir tu corazón,
Para disfruta de este maravilloso regalo ingresa a http://www.soundstrue.com/meditationmusic/?utm_source=ettv&utm_medium=partner-email&utm_campaign=ETTV_121121, e ingresa tu email. Es un sitio confiable, no compartirán tus datos. Semanalmente podrás recibir videos, música o enseñanzas de gran sabiduría.


domingo, diciembre 09, 2012

El Cielo es real – El viaje de un neurocirujano al Más Allá…


Introducción:

La famosa revista Newsweek sorprendió a muchos en su edición de Octubre 2012 con una portada y un titular impactante: “El cielo es real – La experiencia de un Doctor en el más allá”. La revista publica un artículo escrito por un prestigioso neurocirujano estadounidense que luego de haber vivido una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM), asegura haber visto y viajado al más allá. Presentamos a continuación la traducción completa de la nota de Newsweek.

Cuando un neurocirujano se encontró a si mismo en estado de coma, experimentó cosas que nunca creyó posibles: un viaje al más allá.

por el Dr. Eben Alexander, The Daily Beast, 08 de Octubre 2012

Traducción: Sebastián Alberoni

Como neurocirujano, yo no creía en el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte. Hijo de un neurocirujano, crecí en un mundo científico. He seguido el camino de mi padre y me convertí en un neurocirujano académico, enseñando en Harvard Medical School y otras universidades. Entiendo lo que ocurre en el cerebro cuando las personas están a punto de morir, y siempre había creído que había una buena explicación científica para los viajes celestiales fuera del cuerpo, descritos por aquellos que escapaban a la muerte por poco.

El cerebro es un mecanismo sorprendentemente sofisticado pero extremadamente delicado. Si se reduce la cantidad de oxígeno que recibe, así sea la cantidad más pequeña, este reaccionará. No era una gran sorpresa que las personas que habían sufrido un traumatismo grave regresaran de sus experiencias con historias extrañas. Pero eso no significaba que habían viajado a algún lugar real.

Aunque me consideraba un creyente cristiano, era más de título que de creencia real. No me molestaban los que querían creer que Jesús era más que simplemente un buen hombre que había sufrido a manos del mundo. Simpatizaba profundamente con aquellos que querían creer que había un Dios en alguna parte ahí fuera que nos amaba incondicionalmente. De hecho, envidiaba a esas personas la seguridad que esas creencias sin duda les proporcionaban. Pero como científico, simplemente creía que era incorrecto creer en eso.

En el otoño de 2008, sin embargo, después de siete días en un estado de coma en el que se desactivó la parte humana de mi cerebro, el neocórtex, experimenté algo tan profundo que me dio una razón científica para creer en la conciencia después de la muerte.

Se cómo pronunciamientos como el mío les suenan a los escépticos, así que voy a contar mi historia con la lógica y el lenguaje del científico que soy.

Muy temprano por la mañana, hace cuatro años, me desperté con un dolor de cabeza muy intenso. En cuestión de horas, mi corteza entera – toda la parte del cerebro que controla el pensamiento y la emoción, y que en esencia que nos hace humanos – se había apagado. Los médicos del Hospital General de Lynchburg en Virginia, un hospital donde yo mismo trabajaba como neurocirujano, determinaron que de alguna manera había contraído una meningitis bacteriana muy poco frecuente que ataca sobre todo a los recién nacidos. Bacterias de e. coli habían penetrado en mi líquido cefalorraquídeo y estaban comiendo mi cerebro.

Cuando entré en la sala de emergencias aquella mañana, mis posibilidades de supervivencia en algo más que un estado vegetativo ya eran bajas. Pronto estas posibilidades cayeron a casi nulas. Durante siete días estuve en un coma profundo, mi cuerpo sin respuestas, mis funciones cerebrales superiores totalmente fuera de línea.

Luego, en la mañana de mi séptimo día en el hospital, mientras mis médicos consideraban si se suspendía el tratamiento, mis ojos se abrieron de golpe.

No hay una explicación científica para el hecho de que mientras mi cuerpo estaba en estado de coma, mi mente – mi conciencia, mi yo interior – estaba viva y bien. Mientras las neuronas de mi corteza cerebral fueron aturdidas hasta su total inactividad por las bacterias que las habían atacado, mi conciencia liberada del cerebro había viajado a una diferente y mayor dimensión del universo: una dimensión que nunca había soñado que podía existir, y que mi viejo yo previo al coma hubiera estado más que feliz explicando que se trataba de una simple imposibilidad.

Pero esa dimensión, a grandes rasgos, la misma que describen incontables personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte u otros estados místicos, está allí. Existe, y lo que vi y aprendí allí me ha puesto literalmente en un mundo nuevo: un mundo en el que somos mucho más que nuestros cerebros y cuerpos, y donde la muerte no es el final de la conciencia, sino más bien un capítulo de un vasto e incalculablemente positivo viaje.

No soy la primera persona en tener evidencia de que la conciencia existe más allá del cuerpo. Breves y maravillosos destellos de este reino son tan antiguos como la historia humana. Pero hasta donde yo sé, nadie antes que yo haya viajado alguna vez a esta dimensión (a), mientras su corteza estaba completamente apagada, y (b), mientras que su cuerpo estaba bajo observación médica al minuto, como lo estuvo mi cuerpo durante los siete días completos de mi estado de coma.

Todos los argumentos principales en contra de las experiencias cercanas a la muerte sugieren que estas experiencias son el resultado de un mínimo, transitorio, o parcial mal funcionamiento de la corteza cerebral. Sin embargo, mi experiencia cercana a la muerte no tuvo lugar mientras mi corteza estaba funcionando mal, sino mientras estaba simplemente apagada. Esto se desprende claramente de la gravedad y la duración de mi meningitis, y de la complicación cortical global documentada por los escaneos TC y exámenes neurológicos. Según el conocimiento médico actual sobre el cerebro y la mente, no hay absolutamente ninguna manera de que yo pudiera haber experimentado ni siquiera una conciencia débil y limitada durante mi tiempo en el estado de coma, y mucho menos la odisea híper vívida y completamente coherente que experimenté.

Me tomó meses aceptar lo que me pasó. No sólo la imposibilidad médica de que había estado consciente durante mi coma, pero más importante aún, las cosas que sucedieron durante ese tiempo. Hacia el comienzo de mi aventura, yo estaba en un lugar de nubes. Grandes, esponjosas, de color rosa-blanco, que se presentaron nítidamente en contraste con el profundo cielo negro-azul.

Más alto que las nubes, inconmensurablemente más alto, una multitud de seres transparentes y brillantes se movían trazando arcos por el cielo, dejando largos trazos como serpentinas detrás de ellos.

¿Pájaros? ¿Ángeles? Estas palabras las registré más tarde, cuando estaba escribiendo mis recuerdos. Pero ninguna de estas palabras hace justicia a estos seres, que eran, sencillamente, diferentes a todo lo que he conocido en este planeta. Eran más avanzados. Formas superiores.

Un sonido, enorme y retumbante como un canto glorioso, descendió desde lo alto, y me pregunté si los seres alados lo estaban produciendo. Nuevamente, pensando en ello más tarde, se me ocurrió que la alegría de estas criaturas mientras volaban alto era tal, que tenían que emitir este sonido, y que si la alegría no salía de ellos de esta manera entonces simplemente no serían capaces de contenerla. El sonido era palpable y casi material, como una lluvia que se puede sentir en tu piel, pero que no te moja.

Ver y escuchar no estaban separados en este lugar donde ahora estaba. Podía escuchar la belleza visual de los cuerpos plateados de esos seres brillantes que estaban arriba, y pude ver la perfección creciente, alegre de lo que cantaban. Parecía que no se podía ver o escuchar ninguna cosa en este mundo sin volverse parte de ella, sin unirse con ello de alguna forma misteriosa. Una vez más, desde mi perspectiva presente, me permito sugerir que no se podría mirar “hacia” nada en ese mundo en absoluto, porque la palabra “hacia” en sí misma implica una separación que allí no existía. Cada cosa era distinta, pero cada cosa era también una parte de todo lo demás, al igual que los diseños ricos y entremezclados en una alfombra persa … o en el ala de una mariposa.

Se vuelve más extraño aún. Durante la mayor parte de mi viaje, alguien más estaba conmigo. Una mujer. Ella era joven, y me acuerdo de cómo era en detalle. Tenía los pómulos altos y ojos profundamente azules. Trenzas doradas enmarcaban su hermoso rostro. La primera vez que la vi, estábamos juntos cabalgando sobre una superficie con un intrincado patrón, que después de un momento me di cuenta que era el ala de una mariposa. De hecho, millones de mariposas estaban alrededor de nosotros, enormes y agitadas olas de ellas, que se zambullían en un bosque y volvían de nuevo a nuestro alrededor. Era un río de vida y color, moviéndose a través del aire. La vestimenta de la mujer era simple, como la de un campesino, pero sus colores en polvo azul, índigo y pastel de naranja-durazno tenían la misma abrumadora y súper vívida vitalidad que todo lo demás. Ella me miró con una mirada que, si la vieras durante cinco segundos, haría que tu vida entera hasta ese punto valiera la pena, sin importar lo que haya ocurrido en ella hasta ahora. No era una mirada romántica. No era una mirada de amistad. Era una mirada que de alguna manera estaba más allá de todo esto, más allá de todos los diferentes tipos de amor que tenemos aquí en la tierra. Era algo superior, que contenía todos estos tipos de amor en si mismo, mientras al mismo tiempo era mucho mayor que todos ellos.

Sin pronunciar un sola palabra, ella me habló. El mensaje me atravesó como un viento, y al instante comprendí que era cierto. Lo supe de la misma manera en que supe que el mundo que nos rodeaba era real, no era una fantasía pasajera e insustancial.

El mensaje tenía tres partes, y si tuviera que traducirlas al lenguaje terrenal, sería algo como esto:

“Ustedes son amados y apreciados, muchísimo y para siempre.”

“No tienes nada que temer.”

“No hay nada que puedas hacer el mal.”

El mensaje me inundó con una inmensa y loca sensación de alivio. Era como si me hubieran entregado las reglas de un juego al que había estado jugando toda mi vida sin nunca haberlo comprendido plenamente.

“Te vamos a mostrar muchas cosas aquí”, dijo la mujer, una vez más, sin llegar a utilizar estas palabras, sino transmitiéndome directamente su esencia conceptual. “Pero eventualmente vas a regresar”.

Para ello, sólo tenía una pregunta.

¿Regresar a dónde?

Un viento cálido soplaba, como los que surgen en los días más perfectos de verano, sacudiendo las hojas de los árboles y fluyendo como agua celestial. Una brisa divina. Esto cambió todo, transformando el mundo a mi alrededor en una octava incluso más alta, una vibración más alta.

A pesar de que aun tenía una pequeña función del lenguaje, al menos la idea que tenemos de él en la Tierra, sin decir palabras comencé a formular preguntas a este viento, y al ser divino que sentía que trabajaba detrás de él o dentro de él.

¿Dónde está este lugar?

¿Quién soy yo?

¿Por qué estoy aquí?

Cada vez que expresé silenciosamente una de estas preguntas, la respuestas llegaron inmediatamente, en una explosión de luz, color, amor y belleza que soplaba a través de mí como una ola rompiendo. Lo más importante de estas explosiones es que no callaban mis preguntas abrumándolas. Respondían a las preguntas, pero de una forma que pasaba el lenguaje por alto. Los pensamientos me entraban directamente. Pero no era pensamiento como lo experimentamos en la Tierra. No era vago, inmaterial o abstracto. Estos pensamientos eran sólidos e inmediatos, más calientes que el fuego y más húmedos que el agua, y mientras los recibía era capaz de comprender al instante y sin esfuerzo conceptos que me habría llevado años comprender plenamente en mi vida terrenal.

Seguí avanzando y me encontré ingresando en un inmenso vacío, completamente oscuro, infinito en tamaño, pero también infinitamente reconfortante. Era profundamente negro pero a la vez rebosante de luz: una luz que parecía venir de un orbe brillante que ahora sentía más cerca de mí. El orbe era una especie de “intérprete” entre mí y esta vasta presencia que me rodeaba. Era como si yo estuviera naciendo a un mundo más grande, y el propio universo era como un útero cósmico gigante y el orbe (que sentí estaba conectado de alguna manera con, o incluso era idéntico a la mujer sobre el ala de la mariposa) fue guiándome a través de él.

Más tarde, cuando volví, me encontré con una cita del Siglo XVII, del poeta cristiano Henry Vaughan, que estuvo muy cerca de describir este lugar mágico, este núcleo vasto y negro como tinta, que era el hogar de la misma Divinidad.

“Hay, dicen algunos, en Dios, una oscuridad profunda pero deslumbrante”.

Eso era exactamente: una negra oscuridad que también estaba rebosante de luz.

Sé muy bien cuan extraordinario, cuan francamente increíble, todo esto suena. Si alguien, incluso un médico, me hubiera contado una historia como ésta en los viejos tiempos, hubiera estado bastante seguro de que estaba bajo el hechizo de algún delirio. Pero lo que me pasó fue, lejos de ser delirante, tan real o más real que cualquier otro acontecimiento en mi vida. Eso incluye el día de mi boda y el nacimiento de mis dos hijos.

Lo que me pasó exige una explicación.

La física moderna nos dice que el universo es una unidad que es indivisible. Aunque parece que vivimos en un mundo de separación y diferencia, la física nos dice que debajo de la superficie, cada objeto y acontecimiento en el universo está completamente entretejido con todos los demás objetos y eventos. No hay verdadera separación.

Antes de mi experiencia de estas ideas eran abstracciones. Hoy son realidades. El universo no sólo está definido por la unidad, sino también, ahora lo sé, definido por el amor. El universo como lo experimenté en mi estado de coma es – he descubierto con sorpresa y alegría- el mismo sobre el cual tanto Einstein y Jesús habían hablado en sus (muy) diferentes maneras.

He pasado décadas como neurocirujano en algunas de las instituciones médicas más prestigiosas de nuestro país. Sé que muchos de mis compañeros se aferran, como yo en el pasado, a la teoría de que el cerebro, y en particular la corteza, genera la conciencia y de que vivimos en un universo desprovisto de cualquier tipo de emoción, y mucho menos del amor incondicional que ahora se que Dios y el universo tienen hacia nosotros. Pero esa creencia, esa teoría, ahora yace rota a nuestros pies. Lo que me pasó la destruyó, y tengo la intención de pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza de la conciencia y difundiendo el hecho de que somos más, mucho más, que nuestro cerebro físico, lo más claro que pueda, tanto hacia mis colegas científicos como hacia la gente en general.

No espero que esto sea una tarea fácil, por las razones que he descrito anteriormente. Cuando el castillo de una vieja teoría científica comienza a mostrar líneas de falla, al principio nadie quiere prestar atención. En primer lugar, el antiguo castillo simplemente ha tomado mucho trabajo para ser construido, y si se cae, uno completamente nuevo tendrá que ser construido en su lugar.

Esto lo aprendí de primera mano después de que estuve lo suficientemente bien como para volver a salir al mundo y hablar con otras personas -personas, es decir, que no sean mi sufrida esposa, Holley, y nuestros dos hijos-, acerca de lo que me había pasado. Las miradas de incredulidad cortés, especialmente entre mis amigos médicos, pronto me hicieron ver la gran tarea que tendría para que la gente comprendiera la enormidad de lo que había visto y experimentado esa semana mientras mi cerebro estaba apagado.

Uno de los pocos lugares en los que no tuve problemas para transmitir mi historia era un lugar que antes de mi experiencia había visto bastante poco: la iglesia. La primera vez que entré en una iglesia después de mi coma, veía todo con ojos nuevos. Los colores de los vitrales me recordaron la luminosa belleza de los paisajes que había visto en el mundo de arriba. Las notas bajas profundas del órgano me recordaron cómo los pensamientos y emociones en ese mundo son como olas que se mueven a través de ti. Y, lo más importante, una pintura de Jesús partiendo el pan con sus discípulos evocó el mensaje que permanece en el corazón mismo de mi viaje: que somos amados y aceptados incondicionalmente por un Dios aun más grande e insondablemente glorioso que el que me habían enseñado de niño en la escuela dominical.

Hoy en día muchos creen que las verdades espirituales vivas de la religión han perdido su poder, y que la ciencia, no la fe, es el camino a la verdad. Antes de mi experiencia tenía una fuerte sospecha de que ese era el caso para mí.

Pero ahora entiendo que esta opinión es demasiado simple. El hecho cierto es que la imagen materialista del cuerpo y el cerebro como los productores, en lugar de los vehículos, de la conciencia humana, está condenada. En su lugar, una nueva visión de la mente y el cuerpo va a surgir, y de hecho ya está emergiendo. Este punto de vista es científico y espiritual en igual medida y valorará lo que los más grandes científicos de la historia siempre se han valorado por sobre todo: la verdad.

Esta nueva imagen de la realidad tomará mucho tiempo en armarse. No va a estar terminada en mi tiempo, o incluso, sospecho, tampoco en el tiempo de mis hijos. De hecho, la realidad es demasiado vasta, demasiado compleja y demasiado irreductiblemente misteriosa para que una imagen de ella alguna vez llegue a estar absolutamente completa. Pero, en esencia, esta imagen mostrará al universo en evolución, multidimensional, y conocido en detalle hasta cada uno de sus últimos átomos por un Dios que nos cuida mucho más profunda y apasionadamente que cualquier padre que alguna vez haya amado a su hijo.

Aun sigo siendo un doctor, y aun sigo siendo un hombre de ciencia, casi exactamente igual a como era antes de que tuviera mi experiencia. Pero en un nivel más profundo soy muy diferente a la persona que era antes, porque he podido vislumbrar esta imagen de la realidad que está surgiendo. Y puedes creerme cuando te digo que va a valer la pena cada pequeño paso de la labor que nos llevará, y a los que vienen después de nosotros, para llegar a comprenderla bien.

Proof of Heaven

A partir de esta experiencia, el Dr. Eben Alexander ha escrito un libro titulado “Proof of Heaven: A Neurosurgeon’s Journey into the Afterlife” (“Prueba del Paraíso: El Viaje de un Neurocirujano al Más Allá”. Este libro se puede adquirir en Amazon.com haciendo click aquí (por ahora solo disponible en idioma Inglés).

Traducción: Sebastián Alberoni –

www.caminosalser.com

Link al artículo completo “Heaven Is Real: A Doctor’s Experience With the Afterlife” de la revista Newsweek:

http://www.thedailybeast.com/newsweek/2012/10/07/proof-of-heaven-a-doctor-s-experience-with-the-afterlife.html

por el Dr. Eben Alexander, The Daily Beast, 08 de Octubre 2012

Fuente original: http://www.thedailybeast.com/newsweek/2012/10/07/proof-of-heaven-a-doctor-s-experience-with-the-afterlife.html

Traducción: Sebastián Alberoni – www.caminosalser.com

EL PODER DE LAS PALABRAS Y EL PENSAMIENTO




Podemos asimilar nuestra mente a una computadora, ambas trabajan con un código binario, la computadora trabaja  con ceros y unos, nuestra mente,  consciente e inconsciente trabaja con  pensamiento y lenguaje.  La mente inconsciente tiene unas características fundamentales,  reflexiona en ello: es literal, no analiza, ni tiene sentido del humor, así que pon mucho cuidado a las expresiones que lanzas al desgaire, por invalidarte, porque estas pasando por un mal momento, por hacerte el gracioso,  porque se han convertido en un disco rallado, mucho cuidado eso es lo que materializas en tu vida.

EL PODER DEL AHORA - ECKHART TOLLE




Quién es  Eckhart Tolle? El maestro espiritual más importante del mundo contemporáneo  cuyas enseñanzas no se contradicen con las de Jesús u otro gran maestro.  Su primer libro "El Poder del Ahora" se convirtió en Best seller, Tolle con un lenguaje simple y llano muestra el camino de la verdad y la luz que nos habita. 

Así introduce su libro: 



El pasado me sirve de poco y rara vez pienso en él; sin embargo, me gustaría contarles brevemente cómo llegué a ser un maestro espiritual y cómo nació este libro. 
Hasta los treinta años, viví en un estado  de ansiedad casi continua, salpicada con periodos de depresión suicida. Ahora lo siento como si estuviera hablando de una vida pasada o de la vida de alguien diferente.  

Una noche, no mucho después de cumplir veintinueve años, me desperté de madrugada con un sentimiento de absoluto terror. Había despertado con ese sentimiento muchas veces antes, pero esta vez era más intenso que nunca. El silencio de la noche, los  contornos vagos de los muebles en la habitación oscura, el ruido distante de un tren, todo parecía tan ajeno, tan hostil y tan absolutamente sin sentido que creó en mí un profundo aborrecimiento del mundo. Lo más odioso de todo, sin embargo, era mi propia existencia. ¿Qué sentido tenía continuar viviendo con esta carga de desdicha? ¿Por qué seguir con esta lucha continua? Podía sentir un profundo anhelo de aniquilación, de inexistencia, que se estaba volviendo mucho más fuerte que el deseo instintivo de continuar viviendo.  "No puedo seguir viviendo conmigo mismo". Este era el pensamiento que se repetía continuamente en mi mente. Entonces súbitamente me hice consciente de cuán peculiar era este pensamiento. "¿Soy uno o dos? Si no puedo vivir conmigo mismo, debe haber dos: el 'yo' y el 'mí mismo' con el que 'yo' no puedo vivir". "Quizá", pensé, "sólo uno de los dos es real".  

Esta extraña revelación me aturdió tanto que mi mente se detuvo. Estaba 
completamente consciente, pero no había más pensamientos.  Después me sentí 
arrastrado hacia lo que parecía un vórtice de energía. Al principio era un movimiento lento y después se aceleró. Me sobrecogió un intenso temor y mi cuerpo empezó a temblar. Oí las palabras "no te resistas a nada" como si fueran pronunciadas dentro de mi pecho. Sentía como si me arrastrara a un vacío. Sentía que el vacío estaba dentro de mí en lugar de afuera. De repente, ya no sentí más miedo y me dejé caer en aquel vacío. 

No recuerdo lo que pasó después.  Me despertó el canto de un pájaro en la ventana. Nunca había oído un sonido así antes. Mis ojos aún estaban cerrados  y vi la imagen de un diamante precioso. Sí, si un diamante pudiera producir un sonido, sería  así. Abrí mis ojos. La primera luz del amanecer se filtraba por las cortinas. Sin  ningún pensamiento, sentía, sabía que hay mucho más en la luz que  aquello de lo que nos damos cuenta. Aquella suave luminosidad filtrándose a través de las cortinas era el amor mismo. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Me levanté y caminé por la habitación. La reconocía y sin embargo sabía 
que antes no la había visto verdaderamente. Todo era fresco y prístino, como si acabara de nacer. Tomé cosas, un lápiz, una botella vacía, maravillándome ante la belleza y la vividez de todo. 
Aquel día caminé por la ciudad en total asombro por el milagro de la vida sobre la tierra, como si acabara de nacer a este mundo.  
En los cinco meses siguientes viví en un  profundo estado de paz y embelesamiento ininterrumpidos. Después esta condición  disminuyó algo en intensidad o quizá me pareció porque se volvió mi estado natural. Podía funcionar todavía en el mundo, aunque me daba cuenta de que nada de lo que hiciera podría añadir algo a lo que ya tenía.  Sabía, por supuesto, que algo profundamente significativo me había ocurrido, pero no lo entendía en absoluto. Solamente varios años después, luego de haber leído textos espirituales y de haber pasado tiempo con maestros, me di cuenta de que lo que todo el mundo buscaba ya me había ocurrido a mí.  Comprendí que la intensa presión del sufrimiento aquella noche debió haber forzado a mi conciencia a retirarse de su identificación con aquel ser infeliz y profundamente temeroso, identificación que es en últimas una ficción de la mente. Esta retirada debió ser tan completa que este ser sufriente y falso se derrumbó inmediatamente, como cuando se le quita el tapón a un juguete inflable. Lo que quedó después fue  mi verdadera naturaleza como el eterno presente que Yo soy: la conciencia en su estado puro, anterior a la identificación con la forma. Más tarde, aprendí también a entrar en ese reino interior, ajeno al tiempo y a la muerte que había percibido originalmente como un vacío y a permanecer completamente consciente. Viví en estados de arrobamiento y santidad tan indescriptibles que incluso la experiencia original que acabo de describir palidece en comparación. Llegó un momento 
en el que, por un tiempo, no quedó nada de mí en el plano físico. No tenía relaciones, ni empleo, ni hogar, ni identidad socialmente definida. Pasé casi dos años sentado en los bancos de los parques en un estado de intenso gozo.  Pero incluso las experiencias más bellas vienen y se van. Más fundamental, quizá, que cualquier experiencia, es la corriente subterránea de paz que no me ha abandonado desde entonces. A veces es muy fuerte, casi palpable, y los demás la pueden sentir también. En otras ocasiones, está en alguna parte en el fondo, como una melodía distante. Después, la gente venía ocasionalmente a mí y me decía: "Quiero lo que usted tiene. ¿Puede dármelo o mostrarme cómo lograrlo?" Y yo decía: "Usted ya lo tiene. Sólo que no puede sentirlo porque su mente hace demasiado ruido". Esta respuesta creció después hasta convertirse en el libro que usted tiene en sus manos. 
Sin darme cuenta, tenía una identidad externa de nuevo. Me había convertido en un maestro espiritual. 

Puedes leer el libro completo en el siguiente link: http://academic.uprm.edu/dpesante/docs-apicultura/elpoderdelahora.PDF 


La felicidad es un antídoto': científico colombiano


Por: JORGE QUINTERO | 12:09 a.m. | 09 de Diciembre del 2012





Con un grupo de 30 expertos, Alejandro Jadad se encargó de redefinir el concepto de salud creado por la OMS.

Foto: Rodrigo Sepúlveda / EL TIEMPO

Alejandro Jadad fue catalogado como uno de los genios que van a cambiar el mundo en este siglo.


"Lo que me hace más feliz es no saber", dice el científico colombiano Alejandro Jadad, que en el 2005 fue escogido por la revista 'Time' como uno de los genios que cambiarán al planeta en este siglo. El verbo que lo identifica, en consecuencia, es 'preguntar'. Y fue, justamente, con una pregunta -muy simple, en apariencia- que este anestesiólogo con doctorado en síntesis del conocimiento y tratamiento del dolor de la Universidad de Oxford causó revuelo internacional: "¿Qué es la salud?", interpeló a un grupo de expertos reunidos, en el 2008, durante la celebración de los 60 años de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El auditorio se quedó en silencio. También hubo risas. "Me motivó no saber la respuesta. Luego me dijeron, 'usted nos metió en este lío, usted nos saca'. Un año después estaba con 30 expertos en La Haya, creando un nuevo concepto de salud".

Nacido en Cereté (Córdoba) y de 49 años, Jadad es fundador y director del Centre for Global eHealth Innovation, de la Universidad de Toronto (Canadá), una red de más de 3.000 personas en el mundo que apoya proyectos de innovación en los que participan gigantes tipo Disney y Apple, y asesora a gobiernos, como China y Luxemburgo, que quieren cambiar sus sistemas de salud para buscar un mayor bienestar en sus habitantes. Jadad estuvo en Bogotá y habló con EL TIEMPO.

¿Por qué cambiar el concepto de salud?

Según la OMS, salud es "el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo ausencia de enfermedad". Con esa definición nadie podría ser saludable porque cualquier molestia afecta ese bienestar. Nuestra propuesta es que la salud es la capacidad de las personas o de las comunidades para adaptarse, o para autogestionar los desafíos físicos, mentales o sociales que se les presenten en la vida.

Entonces, ¿cuál es el papel del médico hoy?

Desde la antigüedad, se decía que es curar pocas veces, aliviar a menudo y consolar siempre. Pero, desde el descubrimiento de los antibióticos, creemos que podemos curarlo todo, y lo pusimos al revés: tratamos de curar siempre, aliviar de vez en cuando y consolar raras veces.

¿Y los sistemas de salud?

No funcionan porque continúan enfocados en eliminar enfermedades, y porque nos enferman. En Estados Unidos la principal causa de muerte es el sistema sanitario, por errores médicos, efectos secundarios de medicamentos y complicaciones de intervenciones, incluyendo infecciones. El 70 por ciento de lo que ocurre en los hospitales no debería pasar ahí. Ir a una consulta a que le chequeen la presión arterial es como ir a la tienda de la esquina a comprar leche en helicóptero.

Entonces, ¿para qué son los hospitales?

Para atender solo las enfermedades agudas, como las fracturas, la apendicitis o las que requieren cuidados intensivos porque la mayoría de las dolencias de la sociedad contemporánea son crónicas e incurables, como la artritis, la diabetes o la demencia.

Usted habla de cambiar modelos, ¿por qué?

Porque todos los modelos que guiaron nuestras vidas en el siglo XX ya no funcionan, se han vuelto nuestros enemigos: el sistema sanitario nos enferma y nos mata, el educativo nos embrutece y el financiero nos empobrece.

¿Y esto qué tiene que ver con la medicina?

Hace mucho que esto dejó de ser un tema de medicina. En nuestra red mundial estamos tratando de crear un futuro mejor, con nuevos modelos de cómo vivir, aprender, trabajar, entretenernos, etc.

¿Cree que lo va a lograr?

No, soy un pesimista feliz. Esta es mi estrategia para no frustrarme. No espero que haya cambios. Esto va a ser cada vez peor. Tal vez no tengamos salvación. Pero, como dije, me levanto cada día tratando de probar que estoy equivocado y que sí es posible el cambio. Si no hacemos algo radicalmente distinto, la mejor opción que nos queda para cambiar sería una pandemia, otra peste que elimine a tres cuartas partes de la humanidad.

¿Por qué tan trágico?

Primero, nos haría menos soberbios. Segundo, seríamos menos y el impacto en el planeta sería menor, y por lo menos nos daría la oportunidad para sobrevivir un poco más como especie. No hay especie que haya sobrevivido dominante ni para siempre. Creo en la Hipótesis Gaia (James Lovelock), que considera a la Tierra como un superorganismo que se autorregula, en el que nosotros nos hemos convertido en una infección. El calentamiento global es como la fiebre; los terremotos, como escalofríos y los tsunamis, como una gripa. La Tierra se está defendiendo y se va a deshacer de nosotros, si no nos portamos bien.

¿Qué podemos hacer?

Entender que está en juego nuestra supervivencia como especie y que los desafíos que enfrentamos necesitan respuestas que trasciendan los nacionalismos o regionalismos triviales. Las tecnologías de la información, en particular las móviles, nos están dando la oportunidad de unir esfuerzos a nivel global para promover altos niveles de bienestar para nosotros y el planeta. Y hay recursos para hacer esto posible. No hay justificación para que más de mil millones de personas en el mundo tengan hambre y no tengan techo, mientras que el consumismo de una minoría amenaza con acabar los recursos finitos que tenemos. Y no son felices.

¿Cómo un científico de Oxford termina hablando de este tema?

Porque lo considero el estado más importante al que podemos aspirar los humanos. ¿Qué puede ser más importante que tener la vida más plena y feliz hasta el último suspiro?

¿Cómo llegó a la felicidad?

He visto a mucha gente infeliz al final de la vida. Empecé como médico para curar. Luego, me convertí en anestesiólogo para calmar el dolor, pero vi que el dolor y el sufrimiento seguían; entonces me doctoré en tratamiento del dolor. Y, cuando trabajé con desahuciados, descubrí que hay otro dolor más allá del físico.

¿Cómo es ese dolor?

Usualmente, es causado por una carga tremenda de remordimientos, de cosas que dejamos sin hacer, de darle poca importancia a lo que es esencial en nuestras vidas y darnos cuenta muy tarde.

¿Y estudió científicamente el tema?

Sí. Descubrí gran cantidad de estudios con respecto a lo que nos puede ayudar a lograr niveles óptimos de felicidad. En mis años de formación, nadie me habló de lo que era una buena vida y una buena muerte, o de mi papel para lograrlo. Ahí, decidí que no iba a ser el médico tradicional y que quería aliviar esos dolores.

¿Cómo podemos hacerlo nosotros?

Entendiendo que es posible, y una vez tengamos nuestras necesidades básicas satisfechas. Y reconociendo que hay mucho que podemos hacer para aumentar nuestros niveles de felicidad y que, en la mayoría de los casos, no cuesta dinero. Todo parece indicar que el 50 por ciento de nuestros niveles de felicidad son determinados genéticamente; el 10, por lo que la plata puede comprar y el 40 restante, por lo que hacemos y pensamos; en esto último están nuestras oportunidades.

Entonces, ¿el dinero no compra la felicidad?

Hasta cierto punto. Luego de satisfacer nuestras necesidades básicas, parece existir un tope. En Estados Unidos es de unos 70.000 dólares al año. De ahí para allá, no solo no te hace feliz, sino que te perturba.

¿Esto es científico?

En su mayoría. Casi todo se puede medir. Hay métodos y muchísimos estudios serios. Se puede, incluso, evaluar el nivel de felicidad que tenemos individualmente y, aun, como naciones. Bután comenzó esta tendencia. Ahora, países como Gran Bretaña y Francia están implementándolo para guiar sus decisiones de gobierno.

¿Somos más felices ahora?

Las cifras de EE. UU. muestran que en los últimos 60 años los niveles de felicidad no han aumentado, aunque los niveles de ingresos sí. Sorprendentemente, las mujeres parecen estar menos felices en la mayoría de los países más avanzados del mundo, no obstante lo logrado con la igualdad de género.

¿Cómo podemos buscar la felicidad?

Preguntándonos qué es lo que más nos hace felices e identificando el verbo que mejor lo representa. En mi caso, lo que más feliz me hace es no saber. Por lo tanto, mi verbo es preguntar. Una vez hayamos definido esto, hay que buscar la mejor manera para conjugarlo tan frecuentemente como sea posible y ayudar a todas las personas a que conjuguen el suyo. Esta tarea, usualmente, no se puede hacer solo: uno necesita ayuda. Me di cuenta de que mi peor enemigo soy yo. Que nadie como yo puede hacerme daño, y por eso creé una junta directiva personal, que incluye a mis hijas, Alia y Tamen, y a mi esposa Martha. Ella me enseñó la importancia de pensar en la máscara de oxígeno.

¿Qué máscara?

Yo tenía la manía de complacer a todo el mundo. Mi esposa me decía: "Primero tú". Nunca entendí. Una vez, en un avión, escuché las recomendaciones de seguridad, esas que hablan de las máscaras de oxígeno. "Colóquese la máscara primero, aun si viene con niños", y solo ahí la entendí. Preguntarse lo que lo hace a uno más feliz y proteger su verbo es equivalente. Solo si eres feliz puedes ayudar a los demás. ¿Sabes qué es lo que más feliz te hace? ¿Cuál es tu verbo? ¿Tienes puesta tu máscara de oxígeno?

¿Quién es Alejandro Jadad?

Es el científico colombiano de mayor reconocimiento mundial por su trabajo en ciencias de la información y tecnologías aplicadas en salud. Se graduó de médico y anestesiólogo de la Universidad Javeriana, y a los 27 años fue aceptado como estudiante de posgrado de la prestigiosa Universidad de Oxford, en el Reino Unido. Allí se convirtió en el primer doctor en síntesis del conocimiento de esa institución. Profesor de la Universidad de McMaster (Canadá) y catedrático de la Universidad de Toronto, hoy es conferencista en foros mundiales.

"Es claro que lo que se puede contar o medir no es suficiente para entender los aspectos más importantes de nuestras vidas", dice. Por eso, agrega, le ha tocado estudiar también filosofía, teología, historia y arte.

JORGE QUINTERO
Redacción Domingo

Periódico EL TIEMPO

lunes, diciembre 03, 2012

¡CREO EN TI!



¿Cuánto hace que no escuchas ¡YO CREO EN TI!?, ¿Cuáles son las palabras y frases que tintinean y repites  en tu cabeza  setenta mil veces,  día a día, momento a momento, cuando las cosas no salen como esperas?: No valgo, soy un fracasado (a), realmente debería ganar más, ser más exitoso (a), por qué las cosas no se me dan, qué es lo que estoy haciendo mal, por qué no gano lo suficiente, por qué no tengo  la pareja ideal. Por qué mi salud está hecha un desastre, estoy obeso (a), mi azúcar está por las nubes, la presión arterial parece subir al monte Everest. ¿Que pasaría si escucharas a otro denostando de ti,  diciéndote de esto?, ¿le querrías, lo considerarías como tu mejor amigo y aliado?

Si estas obteniendo los resultados que no deseas,  entonces es el momento de cambiar las cosas que haces y  la forma en que lo haces,  de lo contrario nunca cambiará el resultado. Antes que nada, empieza por el principio, amate   y cree en ti, esta es la piedra angular para construir la catedral que deseas, amarte y aceptarte tal como eres.  Basta ya de insultarte, de lanzarte improperios y abraza a ese niño interior que lleva tiempo esperando por ti, para que le prodigues tu amor.

El siguiente elemento es la  pasión, el deseo ferviente que está dentro de tu corazón, aquel que te motiva e impulsa a aplicarte en algo, a invertir el tiempo necesario para alcanzarlo. Acompaña la pasión con constancia  y  deja de lado el miedo a fallar, a cometer errores y  levántate cada vez que caigas. El éxito te espera en un recodo  del camino para abrazarte, para decirte que los obstáculos son los maestros que el universo a previsto para alcanzar tus posibilidades ilimitadas