martes, diciembre 18, 2012

¿CUÁLES SON TUS MIEDOS?



En su libro "Cómo hablar en público e influir en los hombres de negocio"  Dalle Carnegi afirma que los dos grandes miedos que enfrenta el hombre son: el miedo a volar y el miedo a hablar en público.  Miedos que están  están ligados a otros más profundos: el miedo a la soledad, el miedo a la escasez, el miedo a la enfermedad, el  miedo a la muerte. ¿Cuál de ellos te asusta?, ¿dónde nacieron? ¿Es posible enfrentarlos para dar paso a la seguridad y la confianza?
Todos los miedos tienen su origen en las experiencias y vivencias de la infancia, en los paradigmas y  creencias recibidas de las personas significativas con las cuales alternamos  en la infancia: los padres biológicos o de crianza, los hermanos, los abuelos, los  tíos,  los maestros de escuela.   Con  autoconsciencia es posible superarlos.
Miedo a la Soledad  
Frente a la soledad puedes escuchar los dictados del ego o los del espíritu. El ego te lleva a pensar que estás solo, que estás aquí,  al lado de los otros con el papel estelar,  para tener reconocimiento en  tu vida social, familiar, laboral…
Mientras que el espíritu te recuerda que eres parte de una totalidad,  que emanas de una energía divina, sin importar el rotulo que a esta le pongas. Esa totalidad se expresa en tu luz interior.
Cuando te das cuenta de que realmente tienes esa luz interior, puedes mirar con el  corazón para darte cuenta que nunca estás solo, que siempre estás en la mejor compañía, tú mismo, en ese momento mágicamente empezaran a llegar  a tu vida las personas que se sintonizan en esa misma frecuencia.
Miedo a la escasez
¿Te has dado cuenta que las personas generosas y  aquellas que  tienen creencias positivas y de abundancia frente al dinero    siempre lo tienen? ¿Cuál es su secreto?, consciente o inconscientemente saben  que el dinero es energía y que como tal debe fluir, no  debe estancarse.  Además,  se sienten merecedores, ¿merecedores de qué? de lo mejor para sus vidas. ¿Te sientes tú merecedor?
¿Quieres dejar atrás el miedo a no tener cubiertas las necesidades básicas para ti y los tuyos: techo, alimento, implementos para la escuela, el trabajo?   Esto requiere de  un trabajo personal.   
La postura de víctima, es una señal inequívoca de que el fantasma del miedo está embistiendo. Para intimidar esta  presencia di GRACIAS. Gracias por la abundancia que hoy tienes en tu vida.  Gracias  te abre  a la abundancia de hoy y la que viene, el universo entiende el mensaje que le envías, “estoy  listo para recibir e ingresar al flujo de la abundancia y la prosperidad”. Agradecer te permite ver, sentir que eres un afortunado. Gracias, porque puedo ver la luz de la mañana, el rostro de mi madre, de mi pareja  de mis hijos, de mis hermanos, de  los guayacanes floridos en el mes de diciembre como soles en cada esquina de mi ciudad. Gracias por mi cama mullida y sus sabanas limpias. Gracias por las situaciones difíciles, que definitivamente me dejan gran sabiduría. Gracias por el amor, el abrazo y la salud  de mis hijos. Gracias,  por mis pacientes, por tener quien me prepare una comida caliente, deliciosa. Gracias porque tengo un cerebro que funciona perfectamente, por mi corazón, mi hígado, mis riñones…
El agradecimiento abre las puertas para cristalizar tus deseos.  
Miedo a la Enfermedad 
La enfermedad da cuenta de la falta de armonía en el estado de conciencia. La debilidad que trae consigo la enfermedad implica pérdida de fortaleza interior.  
Uno de los caminos que conduce al auto sabotaje es la culpa, el rencor  y el resentimiento. El  resentimiento es el veneno que tomas creyendo que matas al otro, cuando realmente te está matando a ti. Armonízate con tu pasado, el perdón es tu mejor regalo, MarK Twain lo dice bellamente: “el perdón es la fragancia que sueltan las violetas, cuando se levanta el zapato que las aplasta”.  Perdona a todos los que te han herido, a la vida, pero sobre todo a ti mismo, en últimas el perdón es un regalo para ti.
Lois Hay, autora del libro “sanate a ti mismo”, propaga el mensaje de auto reconciliación a partir de  repetir afirmaciones que borren las huellas negativas del condicionamiento pasado. El trabajo con miles de personas la ha llevado a concluir que toda enfermedad lleva implícito un auto rechazo. Así que la frase campeona a repetir frente al espejo cada mañana es “me quiero y me acepto tal como soy”. Muchos de mis pacientes lloran cuando les pongo a realizar el ejercicio, otros se rehúsan y se sienten ridículos. No son más que expresiones de resistencia y miedo a reconocer su propia belleza y magnificencia. Han pasado tanto tiempo juzgándose y exigiéndose la perfección, que la experiencia  les resulta difícil en principio. Luego dan el gran salto.
Miedo a la Muerte
Steven Covey en su libro “los siete hábitos de la gente altamente efectiva” propone el ejercicio de visualizar el propio funeral: las flores, las personas que concurrirán, lo que dirán los compañeros de trabajo, la familia, los hijos … Pese a que la muerte es una realidad a la que caminamos al momento de nacer, poco pensamos en ella. Le damos escasa importancia, como si al hacerlo pudiéramos escapar de su influjo. Es nuestro destino final.
Los occidentales hemos sido levantados con el temor a morir, mientras que en oriente a la muerte se le  ve con alegría, con júbilo, como la posibilidad de reencarnar en un cuerpo sano y joven.  
La científica y tanatóloga Elizabeth Kubler Ross en su libro “la rueda de la vida” dice “Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la tierra, se nos permite abandonar el cuerpo que aprisiona nuestra alma, al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa.  Llegado el momento podemos marcharnos y vernos libres del dolor, los temores y las preocupaciones, libres como una bellísima mariposa para regresar  a nuestro hogar, a Dios”
Las  experiencias de quienes han tenido experiencias cercanas a la muerte,  coinciden con los orientales de que este viaje es  una experiencia radiante de total gozo, donde todo dolor desaparece,  donde todas las preguntas tienen respuesta. “…mientras tanto, yo sentía que está inmerso en un espacio absolutamente desconocido. Recuerdo una gran claridad, donde no había luz, sino que yo era la luz. No escuchaba música, sino que la música era yo. Tampoco percibía armonía y paz, pues yo era exactamente eso. La sensación global, era estar formando parte de un Gran Todo, donde lo existente era el universo sin estrellas, pues todo era luz, felicidad y amor”.El aspecto más significativo de ello es cómo me ha cambiado, para siempre. Es el conocimiento interior de que yo soy una persona diferente habitando el cuerpo que otros siguen reconociendo como el mío, pero yo soy otro. Ahora creo que la muerte no es sino el viaje a este otro mundo maravilloso
El antídoto para combatir el miedo, cualquiera que este sea  es el amor. Empieza ahora misma por la persona más importante del universo: Tú mismo.


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