Estamos tan ocupados en el logro de las metas y sueños que muchas veces
dejamos de lado el cuidado del hardware, nuestro vehículo de carbono, nuestro
Ferrari, el cuerpo y los aspectos que lo sostienen fuerte y saludable: la
comida, el buen descanso, la diversión, el sueño.
Cuando no dormimos bien estamos pagando un precio muy
alto, hay una merma en la producción de melanina y serotonina dos hormonas que inmovilizan
a aquellas que producen el estrés: la adrenalina y el cortisol. Cuando no
duermo bien me siento torpe, pesada, se me olvidan las cosas, mi capacidad para
pensar con claridad y tomar decisiones está nublada, no tengo un eficiente
nivel de concentración y atención, el día pierde su color y brillo, todo luce
opaco, es como si me faltaran neuronas para gestionar el asunto más elemental. Estoy de mal humor y mal encarada.
Tres noches consecutivas de un mal dormir se mueren
muchas células de mi cerebro. La falta del descanso adecuado que proporciona el buen dormir impide que el
cerebro haga la limpieza de las proteínas que forman las placas del Alzheimer y
la demencia. Cuando dormimos adecuadamente estamos protegiéndonos de estas
enfermedades.
¿Qué hago para dormir mejor?
1. Sigue una rutina cada noche: esto implica ir a la
cama a la misma hora. Preferiblemente
cerca de las 10 de la noche, momento en el que hay una mayor producción de
melatonina.
2. Cena ligera: una comida abundante puede
estropear un buen descanso, come algo
liviano, puede ser una ensalada, algo de proteína y una o dos porciones de
harina, en cantidades moderadas.
3. Evita realizar actividades en la cama: tales como leer, comer, ver televisión, que tu
cerebro asocie la cama con dormir o
hacer el amor.
4. Apaga toda interferencia: apaga todos los equipos
electrónicos, de ser posible
desconéctalos, es imposible dormir bien cuando estás pendiente de las redes
sociales y el WhatsApp. Si el mundo se cayó
que te cuenten cuando despiertes.
5. Medita: una mente bulliciosa no puede descansar.
Siéntate en la cama y repasa tu día, bendice y da gracias por todo lo que recibes, es una
meditación simple, que ayuda. Ralla:
toma una hoja de papel y ralla, sintiendo como se desplaza tu mano sobre la
hoja, el sonido que hace el lápiz, ralla y convierte el rallar en una
meditación.
6. La siesta: aprovecha la narcolepsia que viene después
del almuerzo, para mí es una pequeña fiesta, recostarse 20 o 25 minutos después del almuerzo hacen
maravillas por ti, es como un resetear tu disco duro, te levantarás renovado,
rejuvenecido, con mayor plasticidad neuronal, ojo, sólo 20 0 25 minutos, no
más.
7. ¿Y si definitivamente no puedes dormir?, consulta al
médico, al psicólogo. Pueden existir asuntos más profundos pulsando, no te auto mediques y menos con medicamentos
psiquiátricos, aunque sean los de venta libre, los efectos colaterales son
devastadores.
8. Saca conclusiones: cuando duermes bien tienes una mejor actitud, se potencia tu memoria, tu sistema inmune, en general todo tu organismo.
9. Por encima de todo tu: pregúntate: ¿qué me reporta las largas horas que estoy frente al televisor, viendo una película sosa,
irrelevante, o la inversión que hago de
horas y horas hablando cosas triviales por Facebook? Para ya, las horas de descanso
que pierdes, nunca regresaran.
Si no cuidas tu sueño como algo fundamental e
importante, tarde o temprano recibirás la factura de cobro correspondiente.
Felices sueños.
Ps. Luz Marina Hoyos Duque
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