Voy más allá de las teorías y las técnicas pues entiendo que cada ser es único e irrepetible. Cuando un ser humano, con un problema, toca a mi puerta y tiene el coraje de abrirme su corazón, con respeto me adentro en su proceso de transformación personal sabiendo que piso tierra sagrada. Visita mi página web y conoce más: www.lmhoyosduque.com
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jueves, noviembre 23, 2017
¿Tu pareja está comprometida?
Si estás en una relación donde el otro está comprometido, ten presente lo que dice la casuística: si el otro no se separa dentro de los primeros ocho o diez meses, no lo hará nunca.
Sigue leyendo y suscribete al blog de mi pagina web: http://lmhoyosduque.com/pareja-esta-comprometida/
martes, junio 06, 2017
La fidelidad es una decisión que se sostiene con mucho esfuerzo. La tentación existe, siempre existe, eso es lo valioso, pues como decía Borges sin tentación nadie llega a santo. Y pese a la tentación yo te elijo cada día.
jueves, diciembre 22, 2016
¿Sigo con mi pareja o me separo de ella?
¿Sigo con mi pareja o me separo? Es una pregunta que
muchas veces escuchamos los terapeutas de las parejas cuya relación atraviesa
por una crisis. Y realmente tu terapeuta no puede responderte a esta pregunta, la
respuesta está en ti. Tú has de asumir la responsabilidad de tomar una
decisión.
Nosotros como terapeutas te ayudamos a tener claridad, para
tomar esa decisión, no la tomamos por ti, es tu vida. Parece una verdad de
Perogrullo, pero pasan cosas: una paciente cierta vez me dijo: mi marido me
insultaba, me daba pata, me metió un revolver en la boca y nunca ningún
terapeuta me dijo que me separara, quedé atónita. Cuando me consultó, estaba
atravesando por una situación difícil con su nueva pareja, necesitaba tomar una
decisión, entonces le respondí, tampoco yo voy a tomar las decisiones por ti, tú
las debes tomar y asumir las consecuencias.
No obstante, lo anterior, si tu relación de pareja está
atravesando por un momento de dificultad y de crisis, algo que es normal que
aparezca en la relación de pareja después del enamoramiento, pregúntate y
pregunta a tu pareja: ¿Qué es lo que quieres? Y más allá: ¿qué es lo que quiere
tu yo más profundo? Con la información de ambos tienes claridad sobre lo que valoran
y de acuerdo a ello actuar en consecuencia.
Seguir leyendo: http://lmhoyosduque.com/sigo-pareja-me-separo-2/
sábado, diciembre 10, 2016
¿Sexo en la edad adulta? ¿Y por qué no?
Estoy en clase de pintura y fotografía, aprendiendo y como en casi todos los talleres, seminarios y
eventos que imparto y a los que asisto, la
mayoría del público son mujeres, el siglo XXI es el siglo de la mujer. Entre vinilos de colores, brochas y objetos
que posan salió a la luz el tema de la sexualidad, ¿es pertinente en la edad
adulta? ¿Todavía nos habita el deseo y las ganas? ¿Puede ser satisfactoria la
sexualidad a esta edad plena de arrugas? Y otras afirmaciones impublicables en
este contexto.
Seguir leyendo: http://lmhoyosduque.com/sexo-la-edad-adulta-no/
Te invito a visitar mi pagina web: lmhoyosduque.com
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jueves, abril 07, 2016
Aprendamos del amor con Frida Kahlo y Diego Rivera
Frida Kalho me inspira profundamente. Pese a su enfermedad, a sus múltiples cirugías fallidas y limitaciones desarrolló su maestría y se convirtió en una artista que expresaba de forma descarnada su dolor y sus vivencias, un alma apasionada, libertaria que rompió esquemas, absolutamente atemporal.
¿Qué podemos aprender de su relación con el Panzón, el también artista Diego Rivera?
Tomo algunos elementos que comparto de la compilación que hace Anna Lagos. Factores claves en la relación de Frida y Diego y que pese a los altibajos de la pareja, fue el pegamento que los mantuvo unidos:
Admiración mutua: sí definitivamente necesitamos admirar a nuestra pareja, cuando la admiración se acaba, el amor se va deslizando por hendijas de la puerta. Diego dijo después de la muerte de Frida: "Tuve la suerte de amar a la mujer más maravillosa que he conocido. Ella fue la poesía misma y el genio mismo. Desgraciadamente no supe amarla a ella sola, pues he sido siempre incapaz de amar a una sola mujer. Haberme enamorado de ella es lo mejor que me ha pasado".
Respeto mutuo: sí, ninguna relación puede erigirse sobre las bases del irrespeto. No podemos quebrantar esta regla. Diego fue un infiel incorregible, no obstante respetó a Frida como artista y como mujer. Diego veía la sexualidad con otra mujer como una “canita al aire” sin trascendencia alguna, de alguna manera se amparaba en la naturaleza de lo masculino: “Yo estoy seguro de que la mujer no es de la misma especie que el hombre. La humanidad es de ellas. Los hombres somos una subespecie de animales (…) inadecuados completamente para el amor, creados por la mujer para ponerse al servicio del ser inteligente y sensitivo que ellas representan".
Permitir al otro ser y no sentirnos su dueño: Frida sufrió con las infidelidades de Diego, no obstante siempre tuvo la convicción de que los seres humanos deben ser libres, y de que el amor no podía ser esclavizado. "No hablaré de Diego como de mi ‘esposo’ porque sería ridículo. Diego no ha sido jamás ni será ‘esposo’ de nadie.
Exaltar las fortalezas del otro minimizando sus falencias: Reconocer los talentos del otro, verbalizarlos frente a nuestra pareja y frente a otros. Frida hablaba así sobre Diego: No hablaré de Diego tampoco como un amante, porque él abarca mucho más que las limitaciones sexuales".
El arte de perdonar y comenzar de nuevo: El perdón es el borrador energético que permite limpiar y sanar los errores, las equivocaciones. Perdón que implica borrón y cuenta nueva, sin resucitar el asunto una y otra vez. Perdonar implica soltar de forma total y absoluta.
Amar a pesar de los obstáculos: la vida nos pone a prueba de manera constante, vivir implica desplegar nuestros talentos y habilidades para pasar estas pruebas. La convivencia con el otro no está exenta de estas pruebas. Frida sufrió las infidelidades de Diego y Diego padeció su enfermedad. Siempre digo que la mayor prueba que vinimos a enfrentar no es aprender sobre física nuclear o enviar un cohete a la luna, si no entender y relacionarnos con el otro, construyendo. Es de la única manera que crecemos y nos individuamos como seres humanos.
¿Revisa tu relación de pareja, cuáles de estos pegamentos están presentes? ¿Cuál está brillando por su ausencia? ¿Cuál necesitas reforzar? ¿Cuál definitivamente piensas que es necesario traer a la relación? ¿De qué manera los vive tu pareja? ¿Tú los tienes presentes en la relación pero tu pareja los ha ignorado? Atento, atenta toma cartas en el asunto.
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viernes, agosto 08, 2014
Lo que cuentan los infieles – Artículo sobre obra de Pilar Jaramillo
Una terapeuta recoge testimonios de personas que han puesto los cachos a sus parejas y plantea que al tener un amante, muchos esperan llenar con placer un vacío existencial. Pero en esa búsqueda también encuentran dolor.
Para Salvador, un hombre de 32 años, ser infiel implica desarrollar dos habilidades: la de mentir y la de no involucrarse con sus conquistas. Como cree que la tecnología es el talón de Aquiles de los infieles, para la primera mantiene el celular con clave, graba los teléfonos con otros nombres y elimina los correos electrónicos y los mensajes de texto. Para la otra aplica técnicas más complicadas como tener más de una relación paralela y procurar que sus amantes también sean casadas, “no una estudiante que me enloquezca y haga tambalear la relación real”, recalca.
Salvador, como muchas otras personas, tiene amoríos pese a que está contento con su esposa y no piensa dejarla. Él lo tiene todo: prestigio, buen salario, hijos y una mujer que lo ama, pero aun así algo lo lleva a buscar otras mujeres. Él cree que lo motiva que su señora cayó en la rutina y siempre está ocupada y cansada. “Cuando éramos novios se ponía una piyama enloquecedora; ahora tiene una de abuelita. Nunca volvió a tomar la iniciativa ni a generar entusiasmo o interés”, revela.
Esta historia hace parte del libro Infidelidad, de la terapeuta Pilar Jaramillo, radicada en Barranquilla. Se trata de una serie de siete testimonios de personas infieles entre 30 y 60 años a quienes entrevistó a profundidad. Sin reprocharlos ni juzgarlos les preguntó por qué lo eran y qué buscaban en esas aventuras amorosas.
De este ejercicio Jaramillo concluyó que cada persona busca cosas diferentes. En el caso de Salvador, se convirtió en infiel para salir de la rutina (“novedad”), tener reconocimiento (“me siento totalmente deseado”) y subir su autoestima (“me siento valorado”). Otros lo hacen por el placer, por afianzar la hombría o la feminidad o para no sentirse solos. Karla, por ejemplo, dice que la indiferencia de su marido la llevó a tener un amante. “No me admiraba, apenas me miraba, no sentía deseos, no había cariño ni detalles”.
Pero luego de reflexionar sobre esos relatos, Jaramillo encontró otro hilo conductor. Todos ellos hablan de la sensación de no estar completos y culpan de esa carencia a sus parejas. “De ahí surgió la teoría de que la infidelidad no se da exactamente por lo que ellos dicen sino que es una búsqueda interior: la gente lo hace porque quiere completarse ante esa sensación de vacío”, dice. “Es una indagación hacia afuera que en realidad debía hacerse hacia adentro”.
En esa búsqueda la mayoría cree que el amante es la solución a sus problemas pero la infidelidad es una moneda de dos caras: “La gente busca placer pero también se encuentra con el dolor”, dice Jaramillo. Alejandro, uno de los entrevistados, sufrió mucho cuando tuvo que dejar a su amante, de quien se enamoró profundamente. Ella ya no resistía más el amorío clandestino y quería que se separara de su mujer, pero él no era capaz de dejarla por las convenciones sociales. “Me casé con la convicción de que sería la pareja de toda mi vida, una mujer que me representara en la sociedad, la mamá de mis hijos…”.
Otra mujer, Erika, que descubrió que su marido le era infiel, cuenta cómo su proyecto de vida de desmoronó. “La confusión fue total, como una puñalada por la espalda, no podía dormir, era un hueco negro”, dice. A Andrea, quien le fue infiel a su esposo, la experiencia le dejó desasosiego, miedo y “una culpa fuerte, muy fuerte”.
Para entender mejor esa búsqueda que es la infidelidad, Jaramillo lleva al lector a descubrir la teoría de Carl Jung. Para ello entrevista en el libro al analista junguiano Juan Carlos Alonso, quien explica que el psiquiatra suizo, discípulo de Sigmund Freud, concebía dos estructuras psíquicas: el ánima (lo femenino) y el animus (lo masculino). En ese orden de ideas, tanto hombres como mujeres vienen con una mente equipada de ánima y animus para facilitar las relaciones de parejas. “Así ellas pueden comprender al otro sexo porque tienen en su psique una imagen interna de lo masculino. Lo mismo sucede con los hombres”, señala Alonso.
Conocer estas estructuras ayuda a entender por qué suceden tantos conflictos en las relaciones de pareja, pues cuando el ánima o el animus no están bien desarrollados es más factible que surjan problemas con el sexo opuesto. Alonso explica que después del enamoramiento viene una etapa de desidealización del otro, cuando el ser amado se presenta como es, con sus defectos y cualidades. Si en ese momento esas estructuras no son fuertes muchos lo interpretarán como el fin del amor y “allí es donde puede ocurrir la infidelidad”, dice.
Si la persona toma ese camino pueden suceder dos cosas. Una, que la segunda vez escoja mejor. O, dos, que con el amante vuelva a sufrir ese proceso de desidealización. Alonso señala que a muchos les toma vivir varios fracasos amorosos e infidelidades para desarrollar esas dos estructuras psíquicas. El analista dice, además, que la infidelidad es diferente para cada cual. Para unos, hay engaño con el solo hecho de pensar en otro diferente a la pareja, mientras que otros aceptan una que otra cana al aire pero tienen un límite: que el otro sienta amor por su amante.
A pesar de los estragos que causa la infidelidad en la relación, Jaramillo ha encontrado parejas que después de esa experiencia logran mejorar el vínculo. Les sucedió a Mauricio y Claudia, quienes lograron ser compañeros y buenos comunicadores de sus necesidades y carencias, “todo esto después de una infidelidad que casi los lleva a un divorcio”, señala. Para esto, claro está, se necesita que ambos estén interesados en continuar juntos, que haya un proceso de perdón y que estén dispuestos a volver a confiar.
Con su libro Jaramillo no pretende convencer a la gente de evitar el camino de la infidelidad. Ni siquiera quiere llamarla problema, porque no la considera ni buena ni mala. Aclara que “simplemente es algo que sucede y seguirá sucediendo”. Es consciente de que los seres humanos no son monógamos por naturaleza pero tienen la libertad de decidir serlo.
Jaramillo aspira a que las parejas reflexionen sobre la insatisfacción que sienten y sobre cuál es el fin de esa búsqueda personal que les impone la vida. Es posible que al hacerlo se den cuenta de que puede haber caminos menos dolorosos y logren evitar que otros tengan que cargar con tanta culpa.
Lo dice porque la infidelidad es como un ruido que interfiere en la comunicación consigo mismo, que es importante en esas búsquedas interiores. Solo cuando la persona logra desarrollar esa díada del ánima y el animus, sin necesidad de buscar afuera, puede encontrar una relación madura que le permita un mayor crecimiento personal. “Cuando eso sucede yo puedo caminar con la otra persona y la relación que se establece es la de dos seres completos que no necesitan nada del otro; solo se acompañan”, explica. Después de todo, la lección más importante de su libro es que la relación primordial, y con la que hay que ser fiel desde el comienzo, es uno mismo.
Pilar Jaramillo es Terapeuta, Miembro del Consejo Directivo de ADEPAC y Directora de Punto de Paz Colombia. También dicta conferencias y talleres. Es autora de los libros Vivir sin miedo y Maltrato estrato 6. El siguiente documento es una transcripción del artículo que publicó la Revista Semana en su edición 1683 de 2014, en el que se hace una reseña de su última obra Infidelidad, la búsqueda del placer y el encuentro con el dolor. Correo: pilijara@gmail.com
lunes, noviembre 04, 2013
¿Qué son la relaciones paralelas? Mauricio Cerpas
¿Qué ocurre cuando encontramos a otra persona que cubre las carencias de la relación que tenemos con nuestra pareja? Pues que surge el dilema de mantener dos relaciones paralelas o tener que elegir, explica Manuel Oliva, psicólogo clínico del centro Activa Psicología.
Sería que te preguntes a ti mismo con fría naturalidad y te sinceres que sientes por esa personas: amor, deseo, atracción, admiración, compasión…
Ten en cuenta que elegir una relación implica aceptar las carencias propias y las del otro, es decir, asumir que no nos gusta todo del otro, que no coincidimos en cada opinión y que no todas las áreas son satisfactorias al cien por cien.
Valora si esas dos personas a las que quieres cumplen tus valores, expectativas, deseos y metas. Valora también la responsabilidad que estás dispuesto a tener con cada una y qué quieres tú en realidad.
Existen distintas formas de relacionarse cuando se forma una pareja. Cada persona tiende a conservar la forma en que se comunica con cada uno de sus vínculos afectivos y cuando establece un lazo amoroso reitera esa misma forma de comportamiento que incluye mecanismos aprendidos en edades tempranas del desarrollo.
La relaciones son inclusivas al vínculo de madures o carente de este vínculo. En este paralelo encuentro 3 meridianos. El que quiero. El que deseo, y el que por deber estoy, con muchos miedos y ambivalencias.
Las parejas se clasifican entre sí:
La pareja isla, que se caracteriza por el modo de comunicación paralela. No se entienden, cada uno vive en su propio universo donde no existe el otro. No hay encuentro, aunque puede haber relaciones sexuales disociadas, por placer, sin compromiso afectivo. No hay diálogo, no hay amor sino conveniencia y comodidad. No hay conflicto sino indiferencia. Se usan mutuamente. La relación es un medio para otros fines. No hay compromiso, la unión es una formalidad sin esencia.
Si uno de los dos pretende el encuentro y modificar ese modo de relación, se puede producir la ruptura, porque la condición de ese vínculo es precisamente la soledad en compañía.
Pueden aparecer cuadros depresivos en alguno de los dos, y también relaciones paralelas estables o dobles vidas.
La pareja simbiótica, que se caracteriza por el modo de relación dependiente, donde sus integrantes forman una unidad, sin identidad individual, cada uno alienado en el otro, sintiendo por el otro y pensando de la misma manera.
Este modo de relación no incluye conflictos aparentes entre ellos, porque siempre parecen estar de acuerdo en todo, sin exteriorizar ningún cuestionamiento que pueda expresar alguna vez falta de consenso.
Cada uno hace y dice lo que cree que el otro desea, enajenando su propia identidad, por lo tanto la vida de estas parejas está llena de renunciamientos a favor del otro y suele ocurrir frecuentemente que cuando uno muere, el otro no tarda en reunírsele al poco tiempo.
Puede crecer uno de ellos mientras el otro permanece a la sombra de ese crecimiento, acompañándolo, apoyándolo y haciéndolo propio. El amor entre ellos es posesivo, no hay diferenciación yo, no-yo, se quieren porque se necesitan.
La pareja madura se establece cuando son dos personas con identidad propia, independientes, que se necesitan porque se aman, que también pueden mantener y disfrutar de sus propios amigos, sin descuidar a su pareja.
Suelen negociar sus desacuerdos y llegar a un consenso recíproco que les permite a ambos ser libres pero responsables del compromiso que asumieron por amor.
Ambos se aceptan como son, se permiten crecer individualmente apoyándose mutuamente, sin competir, compartiendo sus logros y sus fracasos y tomando la suficiente distancia uno del otro.
Existe respeto recíproco, hay encuentro, hay comunicación fluida y hay entrega, pero no alienación. Puede haber choques porque se trata de dos personas diferentes que se permiten pensar diferente, pero se pueden amar y pueden crecer.
Esta relación ideal se puede dar cuando se trata de dos personas con suficiente madurez psicológica, que no tengan asignaturas pendientes y sin desequilibrios que les exija probarse a si mismas o demostrar algo al otro y que puedan sostenerse sobre sus propios pies sin muletas ocasionales.
Ahora hazte esta pregunta, sin encasillarte, ¿cuál de estas tres características de pareja encajo yo? Como puedo modificarla, si es mi deseo o como puedo fortalecerla, si elijo tomar el curso elegido.
“No generamos nada positivo en nuestra salud psicológica al entender al otro como un objeto de deseo sexual, nuestra relación para con los demás debe ser basada en el respeto como ser humano, y como un ser sensible desde el punto de vista afectivo” Renán. Martínez A. Phd Education Sciences and Master in Psychology and Behavior Sciences.-
Es indudable lo atractivo que resulta una incursión en el llamativo mundo de las relaciones paralelas, o secretas cuando una de las dos personas mantiene una relación formal con otra, muchas veces la tentación es avasalladora e innegable, la sensación de placer que no solo radica en los aspectos sexuales sino que además, en el golpe de adrenalina que provoca el temor a ser descubierto.
Finalmente vemos nuestras relaciones humanas como algo transitorio y sin importancia, y es ahí en donde se comienza a gestar el campo cultivable para una depresión profunda, pues al no encontrar satisfacción sexual con la pareja formal, se comienza a buscar satisfacción sexual en otros sujetos, al principio en parejas o relaciones paralelas, y finalmente en casos graves de trastorno psicosexual.
De pie a esta validaciones y sin echar te a perder tu relación paralela, si ya la tienes, es de mucha importancia el conocer Los por que hacemos o elegimos esta forma de relacionarnos en pareja. Y si optas por la madures de esta relación de a tres, recuerda la responsabilidad de consentimiento entre todos Los participantes.
No quiero verte en el consultorio deprimido o neurótico. Salud.
Pueden aparecer cuadros depresivos en alguno de los dos, y también relaciones paralelas estables o dobles vidas.
La pareja simbiótica, que se caracteriza por el modo de relación dependiente, donde sus integrantes forman una unidad, sin identidad individual, cada uno alienado en el otro, sintiendo por el otro y pensando de la misma manera.
Este modo de relación no incluye conflictos aparentes entre ellos, porque siempre parecen estar de acuerdo en todo, sin exteriorizar ningún cuestionamiento que pueda expresar alguna vez falta de consenso.
Cada uno hace y dice lo que cree que el otro desea, enajenando su propia identidad, por lo tanto la vida de estas parejas está llena de renunciamientos a favor del otro y suele ocurrir frecuentemente que cuando uno muere, el otro no tarda en reunírsele al poco tiempo.
Puede crecer uno de ellos mientras el otro permanece a la sombra de ese crecimiento, acompañándolo, apoyándolo y haciéndolo propio. El amor entre ellos es posesivo, no hay diferenciación yo, no-yo, se quieren porque se necesitan.
La pareja madura se establece cuando son dos personas con identidad propia, independientes, que se necesitan porque se aman, que también pueden mantener y disfrutar de sus propios amigos, sin descuidar a su pareja.
Suelen negociar sus desacuerdos y llegar a un consenso recíproco que les permite a ambos ser libres pero responsables del compromiso que asumieron por amor.
Ambos se aceptan como son, se permiten crecer individualmente apoyándose mutuamente, sin competir, compartiendo sus logros y sus fracasos y tomando la suficiente distancia uno del otro.
Existe respeto recíproco, hay encuentro, hay comunicación fluida y hay entrega, pero no alienación. Puede haber choques porque se trata de dos personas diferentes que se permiten pensar diferente, pero se pueden amar y pueden crecer.
Esta relación ideal se puede dar cuando se trata de dos personas con suficiente madurez psicológica, que no tengan asignaturas pendientes y sin desequilibrios que les exija probarse a si mismas o demostrar algo al otro y que puedan sostenerse sobre sus propios pies sin muletas ocasionales.
Ahora hazte esta pregunta, sin encasillarte, ¿cuál de estas tres características de pareja encajo yo? Como puedo modificarla, si es mi deseo o como puedo fortalecerla, si elijo tomar el curso elegido.
“No generamos nada positivo en nuestra salud psicológica al entender al otro como un objeto de deseo sexual, nuestra relación para con los demás debe ser basada en el respeto como ser humano, y como un ser sensible desde el punto de vista afectivo” Renán. Martínez A. Phd Education Sciences and Master in Psychology and Behavior Sciences.-
Es indudable lo atractivo que resulta una incursión en el llamativo mundo de las relaciones paralelas, o secretas cuando una de las dos personas mantiene una relación formal con otra, muchas veces la tentación es avasalladora e innegable, la sensación de placer que no solo radica en los aspectos sexuales sino que además, en el golpe de adrenalina que provoca el temor a ser descubierto.
Finalmente vemos nuestras relaciones humanas como algo transitorio y sin importancia, y es ahí en donde se comienza a gestar el campo cultivable para una depresión profunda, pues al no encontrar satisfacción sexual con la pareja formal, se comienza a buscar satisfacción sexual en otros sujetos, al principio en parejas o relaciones paralelas, y finalmente en casos graves de trastorno psicosexual.
De pie a esta validaciones y sin echar te a perder tu relación paralela, si ya la tienes, es de mucha importancia el conocer Los por que hacemos o elegimos esta forma de relacionarnos en pareja. Y si optas por la madures de esta relación de a tres, recuerda la responsabilidad de consentimiento entre todos Los participantes.
No quiero verte en el consultorio deprimido o neurótico. Salud.
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