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martes, septiembre 08, 2015

Renuncia a definirte



Renuncia a definirte, a definirte tu o a los demás. No morirás. Vendrá la Vida. Y no te preocupes por cómo te definen los demás. Cuando te definen, se están limitando, así que es su problema. Siempre que interactúes con las personas, no estés allí primordialmente como una función o un papel, sino como un campo de presencia consciente.

Eckart Tolle 

viernes, junio 26, 2015

De grandes pensadores






“Una mente diligente observa y vigila activamente, no se rebaja nunca al nivel de los valores o creencias de segunda mano.” JIDDU KRISHNAMURTI.


“El verdadero camino espiritual no es una tarea sencilla, segura ni cómoda. Ningún ego sale con vida de este camino, …gracias a Dios.” BO LOZOFF.

“No he conocido a nadie que se liberara a sí mismo mediante una técnica, pero sí a quien se ha liberado tras haberla dejado atrás.” ECKHART TOLLE.

“Tienes que crecer desde dentro hacia afuera. Nadie puede enseñarte, nadie puede hacerte espiritual. No hay otro maestro, sino tu propia alma.” SWAMI VIVEKANANDA.

“Siempre existe ese curioso deseo de que lo que uno piensa y hace esté de acuerdo con alguna autoridad. Como si se quisiera adoptar alguna base externa al propio juicio y a la propia voluntad a fin de llevar a cabo lo que queremos hacer […]. Se buscan razones para escurrir el bulto, para responsabilizar a una instancia superior.” ALAN WATTS.

“Buscamos respuestas, que están en el propio interior, fuera …donde creemos que es más fácil encontrarlas.” ANÓNIMO.

“El sabio vuelve hacia sí mismo y encuentra en él toda cosa.” PLOTINO.

“Tener el no-camino como camino, tener la no-limitación como limitación.” BRUCE LEE.

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar.” ANTONIO MACHADO.

“Duda de todo, encuentra tu propia luz.” BUDA.

“La espiritualidad deficiente busca la seguridad externa. Cuantos más pobres somos por dentro, más intentamos enriquecernos exteriormente.” BRUCE LEE.

“Uno mismo tiene que ser el maestro y el discípulo. Ello requiere energía, atención y cuidado. Pero somos perezosos y resulta mucho más fácil que nos digan qué debemos hacer. Al hombre que te dice cómo debes actuar le estarás confiriendo autoridad y te convertirás en su esclavo; por lo tanto, nunca serás libre, nunca serás una luz para ti mismo. En consecuencia, habrás creado a un explotador y tú te convertirás en explotado.” JIDDU KRISHNAMURTI.

“El autoconocimiento no es una meta, porque no tiene fin, ni puede ser obtenido mediante la práctica de ningún método o receta.” HABILIDAD EMOCIONAL.

jueves, abril 09, 2015

EL TRABAJO, CON O SIN EGO - Echkart Tolle


"A mayor conocimiento menos ego, a menor conocimiento mas ego" Einstein


La mayoría de las personas experimentamos momentos de ausencia del ego. Quienes sobresalen verdaderamente en lo que hacen pueden trabajar casi completamente liberados del ego. Quizás no lo sepan, pero el trabajo se convierte para ellos en una práctica espiritual. La mayoría de ellos están presentes mientras realizan su trabajo y vuelven a un estado de inconsciencia relativa en su vida privada. Eso significa que su Presencia se limita transitoriamente a un aspecto de sus vidas. He conocido maestros, artistas, enfermeros, médicos, científicos, trabajadores sociales, camareros, dueños de empresa y vendedores que realizan su trabajo admirablemente sin buscar retribuciones egoístas y respondiendo plenamente a cualquier cosa que el momento les exija. Son uno con lo que hacen, uno con el Ahora, uno con las personas a quienes sirven o con las actividades que realizan. La influencia que esas personas ejercen sobre los demás va mucho más allá de su función. Hacen que se empequeñezca el ego de todas las personas que entran en contacto con ella. Hasta quienes poseen egos pesados a veces aflojan, bajan la guardia y dejan de representar sus personajes cuando se relacionan con esas personas. No sorprende que quienes abandonan su ego mientras trabajan tienen un éxito extraordinario en lo que hacen. Todas las personas que trabajan en la unicidad contribuyen a construir la nueva tierra.

También he conocido a muchas personas que son técnicamente buenas en lo que hacen pero cuyo ego interfiere permanentemente en su trabajo. Solamente ponen una parte de su atención en lo que hacen, mientras que la otra parte está fija en sí mismas. Su ego les exige reconocimiento personal y desperdician energía en resentimientos cuando no reciben suficiente (y nunca nada les basta). "¿Esa otra persona ha recibido más reconocimiento que yo?" O tienen su atención puesta en el dinero o el poder, y su trabajo no es más que un medio para esa finalidad. El trabajo que se convierte solamente en un medio para alcanzar una finalidad, no puede ser de alta calidad. Cuando surgen obstáculos o dificultades, cuando las cosas no marchan según lo previsto, cuando otras personas o circunstancia no ayudan o cooperan, en lugar de estar en unidad con la nueva situación y responder a las exigencias del momento presente, reaccionan contra la situación y, por tanto, se separan de ella. Hay un "yo" que se siente personalmente ofendido o resentido, y es enorme la cantidad de energía que se quema en protestas o enojos, la cual podría utilizarse para resolver la situación si el ego no la estuviera desperdiciando. Lo que es más, esta "antienergía" crea obstáculos nuevos y más oposición. Muchas personas son realmente su propio peor enemigo.

Muchas personas, sin saberlo, sabotean su propio trabajo cuando retienen información o ayuda, o tratan de obstaculizar a las demás personas para impedir que tengan más éxito o reciban más crédito que "yo". La cooperación es ajena al ego, salvo cuando hay una motivación oculta. El ego no sabe que mientras más incluye a los demás, mejor fluyen las cosas y más fácilmente recibe todo lo que anhela. Cuando damos poca o ninguna ayuda a los demás o levantamos obstáculos en su camino, el universo, a través de las personas y de las circunstancias, nos priva de ayuda al habernos desconectado del todo. El sentimiento de carencia que se anida en las profundidades del ego le hace reaccionar frente al éxito de los demás como si ese éxito "me lo hubieran arrebatado a mi". No sabe que el resentimiento por el éxito de los demás limita sus propias posibilidades. A fin de atraer el éxito es necesario acogerlo donde quiera que ocurra.


Eckhart Tolle 

lunes, abril 06, 2015

LO QUE CREEMOS SER - Eckhart Tolle



Nuestro sentido de lo que somos determina cuáles han de ser nuestras necesidades y las cosas a las cuales les atribuiremos importancia en la vida; y todo aquello que nos parezca importante tendrá el poder de perturbarnos e irritarnos. Esto se puede utilizar como criterio para descubrir hasta qué punto nos conocemos a nosotros mismos. Lo que nos importa no es necesariamente lo que expresamos ni aquello en lo cual creemos, sino aquello que se manifiesta como serio e importante a través de nuestros actos y de nuestras reacciones. Entonces conviene preguntarnos: "¿Cuáles son las cosas que me irritan y me alteran?" Si las nimiedades tienen el poder para molestarnos, entonces eso es exactamente lo que creemos ser: un ser insignificante. Esa será nuestra noción inconsciente. ¿Cuáles son las cosas insignificantes? En últimas, todas las cosas son insignificantes, porque todas las cosas son transitorias.

Podemos decir, "sé que soy un espíritu inmortal", o "estoy cansado de este mundo de locos y lo único que deseo es paz"... hasta cuando suena el teléfono. Malas noticias: hubo un colapso de la bolsa de valores; se dañó el negocio; se robaron el automóvil; llegó la suegra; se canceló el viaje; se canceló el contrato; el compañero se ha ido; piden más dinero; dicen que es culpa nuestra. Entonces se levanta en nuestro interior una oleada de ira o ansiedad. La voz se torna dura: "no soporto más esto". Acusamos, culpamos, atacamos, nos defendemos o nos justificamos, y todo eso sucede en piloto automático. Obviamente hay algo más importante para nosotros que la paz interior que pedíamos hace un momento, y tampoco somos ya un espíritu inmortal. El negocio, el dinero, el contrato, la pérdida o la amenaza de pérdida son más importantes. ¿Para quién? ¿Para el espíritu inmortal que dijimos ser? No, para mí. Para ese pequeño yo que busca la seguridad o la realización en cosas transitorias y que se enoja o se pone nervioso cuando no las encuentra. Bueno, por lo menos ahora sabemos quiénes creemos ser realmente.

Si la paz es realmente lo que deseamos, debemos elegir la paz. Si la paz fuera más importante para nosotros que todo lo demás y si supiéramos de verdad que somos espíritu en lugar de un pequeño yo, no reaccionaríamos sino que nos mantendríamos totalmente alertas frente a situaciones o personas difíciles. Aceptaríamos inmediatamente la situación y nos haríamos uno con ella en lugar de separarnos de ella. Entonces, a partir del estado de alerta percepción, obraríamos. Sería un obrar proveniente de lo que somos (consciencia) y no de lo que creemos ser (el pequeño yo). Sería entonces una respuesta poderosa y eficaz que no convertiría a la persona o a la situación en enemiga.

El mundo siempre se encarga de que no nos engañemos durante mucho tiempo acerca de lo que pensamos ser, mostrándonos las cosas que realmente nos importan. La forma como reaccionamos ante las personas y las situaciones, especialmente en los momentos difíciles, es el mejor indicador del conocimiento real que tenemos de nosotros mismos.

Mientras más limitada y más egotista sea nuestra idea de nosotros mismos, más atención prestaremos y más reaccionaremos ante las limitaciones del ego, ante la inconsciencia de los demás. Los "defectos" que vemos en los otros se convierten, para nosotros, en su identidad. Eso significa que veremos solamente el ego en los demás, reforzando así el nuestro. En lugar de mirar "más allá" del ego de los demás, fijamos nuestra atención en él. ¿Quién ve el ego? Nuestro ego.

Las personas que viven en estado profundo de inconsciencia experimentan el ego viendo su reflejo en los demás. Cuando reconocemos que aquellas cosas de los demás que nos provocan una reacción son también nuestras (y a veces sólo nuestras), comenzamos a tomar conciencia de nuestro propio ego. En esa etapa es probable que también nos demos cuenta que les hacíamos a los demás lo que pensábamos que ellos nos hacían a nosotros. Dejamos de considerarnos víctimas.

Puesto que no somos el ego, el hecho de tomar consciencia de él no significa que sepamos lo que somos: sólo reconocemos lo que no somos. Pero es gracias a ese conocimiento de lo que no somos que logramos eliminar el mayor obstáculo para llegar a conocernos realmente.

Nadie puede decirte lo que eres o quién eres. Sería apenas otro concepto más de la mente, inútil e incapaz de cambiarte. Quién tú eres no necesita creencias. No hace falta una creencia para saber lo que somos. En efecto, todas las creencias son obstáculos. Ni siquiera necesitas que te des cuenta, ni siquiera alcanzar la realización, porque ya eres lo que eres. Pero sin la realización nuestro ser no no brillará sobre este mundo. Permanecerá en el ámbito de lo inmanifiesto, es decir, en nuestro verdadero hogar. Entonces somos como la persona que finge ser pobre mientras tiene cien millones de dólares en su cuenta, con lo cual el potencial de su fortuna jamás se manifiesta.

lunes, octubre 06, 2014

No crear mas dolor en el presente



P: El Buda dice que el dolor o sufrimiento surge por el deseo y que para liberarnos del sufrimiento tenemos que cortar los lazos del deseo.

R: Todos los deseos son expresiones de la mente que busca la salvación o la realización en las cosas externas y en el futuro como sustituto de la alegría de Ser. Mientras yo sea mi mente, soy esos deseos, esas necesidades, carencias, apegos y aversiones, y fuera de ellos no hay "yo" excepto como una mera posibilidad, un potencial no logrado, una semilla que todavía no ha brotado. En ese caso, incluso mi deseo de ser libre o iluminado es sólo otro anhelo de realización o plenitud en el futuro. Así que no busque llegar a ser libre del deseo o "lograr" la iluminación. Vuélvase presente. Esté allí como observador de la mente. En lugar de citar al Buda, sea el Buda, sea "el despierto", que es lo que la palabra buda significa.



Los seres humanos han estado en las garras del sufrimiento durante millones de años, desde que cayeron del estado de gracia, entraron en el reino del tiempo y la mente y perdieron la conciencia del Ser. En ese punto, empezaron a percibirse a sí mismos como fragmentos sin significado en un universo ajeno, separados de la Fuente y de los demás.

El sufrimiento es inevitable mientras usted esté identificado con su mente, es decir, mientras usted esté inconsciente, espiritualmente hablando.

Hablo aquí principalmente del sufrimiento emocional, que es también la causa principal del sufrimiento físico y de las enfermedades físicas. El resentimiento, el odio, la autocompasión, la culpa, la ira, la depresión, los celos y así sucesivamente, incluso la más leve irritación, son todas formas del sufrimiento. Y todo placer o elevación emocional contiene en sí mismo la semilla del dolor: su contrario inseparable, que se manifestará con el tiempo. Cualquiera que haya tomado drogas para sentirse bien sabrá que la animación eventualmente se convierte en depresión, que el placer se transforma en alguna forma de dolor. Muchas personas saben también por experiencia propia cuán fácil y rápidamente una relación íntima puede pasar de ser una fuente de placer a ser una fuente de dolor. Vistos desde una perspectiva más alta, los polos positivo y negativo son caras de la misma moneda, ambos son parte del sufrimiento subyacente que es inseparable del estado de conciencia egotista de identificación con la mente.

Hay dos niveles de sufrimiento: el sufrimiento que usted crea ahora y el sufrimiento del pasado que vive todavía en su mente y su cuerpo. Ahora quiero hablar de cómo dejar de crear sufrimiento en el presente, y cómo disolver el sufrimiento pasado.

Hay dos niveles de sufrimiento: el sufrimiento que usted crea ahora y el sufrimiento del pasado que vive todavía en su mente y su cuerpo.

P: Ninguna vida está completamente libre de dolor y tristeza. ¿No es cuestión de aprender a vivir con ellos más que de tratar de evitarlos?

R: La mayor parte del sufrimiento humano es innecesario. Es creado por uno mismo mientras la mente no observada maneje nuestra vida. El dolor que usted crea ahora es siempre una forma de no aceptación, una forma de resistencia inconsciente a lo que es. En el nivel del pensamiento, la resistencia es una forma de juicio. En el nivel emocional, es una forma de negatividad. La intensidad del sufrimiento depende del grado de resistencia al momento presente, y esta a su vez depende de la fuerza de su identificación con la mente. La mente siempre busca negar el Ahora y escapar de él. En otras palabras, cuanto más identificado esté usted con su mente, más sufre. 0 puede ponerlo en estos términos: cuanto más capaz sea de honrar y aceptar el Ahora, más libre estará del dolor, del sufrimiento y de la mente egótica.

¿Por qué habitualmente se niega o se resiste la mente al Ahora? Porque no puede funcionar y permanecer en control sin el tiempo, que es pasado y futuro, así que percibe el Ahora atemporal como una amenaza. El tiempo y la mente son de hecho inseparables.

Imagínese la Tierra sin vida humana, habitada sólo por plantas y animales. ¿Tendría todavía un pasado y un futuro? ¿Podríamos todavía hablar del tiempo de forma significativa? La pregunta "¿Qué hora es?" o "¿Qué día es hoy?" ­si hubiera alguien para hacerla- no tendría ningún sentido. El roble o el águila quedarían perplejos ante tal pregunta. "¿Qué hora?" responderían. "Bueno, es ahora, por supuesto. ¿Qué más?"

Sí, necesitamos la mente, así como el tiempo, para funcionar en este mundo, pero llega un momento en el que se apoderan de nuestra vida y ahí es donde se establecen la disfunción, el dolor y la tristeza.

La mente, para asegurarse el control, busca continuamente cubrir el momento presente con el pasado y el futuro. Así la vitalidad y el potencial infinitamente creativo del Ser, que es inseparable del Ahora, queda cubierto por el tiempo. La verdadera naturaleza queda oscurecida por la mente. Se ha acumulado una carga cada vez más pesada de tiempo en la mente humana. Todos los individuos sufren bajo este peso, pero también siguen aumentándolo a cada momento, siempre que ignoran o niegan el precioso momento o lo reducen a un medio para obtener un momento futuro, que sólo existe en la mente, no en la realidad. La acumu­lación de tiempo en la mente humana individual y colectiva también carga una gran cantidad de dolor residual del pasado.

Si no quiere crear más dolor para usted y para los demás, si no quiere aumentar más el residuo de sufrimiento pasado que aún vive en usted, no cree más tiempo, o al menos no más del necesario para manejar los aspectos prácticos de su vida. ¿Cómo detener la producción de tiempo? Dése cuenta profundamente de que el momento presente es todo lo que tiene. Haga del Ahora el foco primario de su vida. Mientras que antes usted habitaba en el tiempo y hacía breves visitas al Ahora, establezca su residencia en el Ahora y haga breves visitas al pasado y al futuro cuando se requieran para manejar los asuntos prácticos de la vida. Diga siempre "sí" al momento presente. ¿Qué podría ser más fútil, más demente, que crear resistencia interior a algo que ya es? ¿Qué podría ser más demente que oponerse a la vida misma, que es ahora y siempre ahora? Ríndase a lo que es. Diga "sí" a la vida, y observe cómo esta empieza súbitamente a funcionar a favor suyo y no contra usted.

sábado, agosto 30, 2014

LAS QUEJAS… FLORECIMIENTO DEL EGO. ¿CÓMO EVITARLAS? / ECKHART TOLLE



Renegar es una de las estrategias predilectas del ego para fortalecerse. Cada queja es una historia inventada por la mente y la creemos ciegamente. No importa si manifestamos nuestras quejas o si las pensamos en silencio. Algunos egos sobreviven fácilmente a base de lamentos únicamente, quizás porque no tienen mucho más con lo cual identificarse.

Cuando somos presa de esa clase de ego, nos lamentamos habitualmente, en particular de los demás. Sin embargo, es algo que hacemos inconscientemente, lo cual significa que no sabemos lo que hacemos. Aplicar rótulos mentales negativos a los demás, ya sea en su cara o cuando se habla de ellos con otros, o sencillamente cuando se piensa en ellos, suele ser uno de los componentes de este patrón. Utilizar adjetivos ultrajantes es la forma más cruda de esos rótulos y de la necesidad del ego de tener la razón y triunfar sobre los demás: “idiota, perra, imbécil”, son pronunciamientos definitivos contra los cuales no hay argumento posible. En el siguiente nivel más bajo en la escala de la inconsciencia están los gritos y las injurias, y bastante cerca, está la violencia física.

El resentimiento es la emoción que acompaña a las lamentaciones y a los rótulos mentales, y refuerza todavía más el ego. El resentimiento equivale a sentir amargura, indignación, agravio u ofensa. Resentimos la codicia de la gente, su deshonestidad, su falta de integridad, lo que hace, lo que hizo en el pasado, lo que dijo, lo que no hizo, lo que debió o no hacer. Al ego le encanta. En lugar de pasar por alto la inconsciencia de los demás, la incorporamos en su identidad.

¿Quién lo hace? Nuestra inconsciencia, nuestro ego. Algunas veces, la “falta” que percibimos en otra persona ni siquiera existe. Es una interpretación equivocada, una proyección de una mente condicionada para ver enemigos en los demás y elevarse por encima de ellos. En otras ocasiones, la falta puede existir pero la amplificamos al fijarnos en ella, a veces hasta el punto de excluir todo lo demás. Y fortalecemos en nosotros aquello contra lo cual reaccionamos en otra persona.

No reaccionar al ego de los demás es una de las formas más eficaces no solamente de trascender el ego propio sino también de disolver el ego colectivo de los seres humanos. Pero solamente podemos estar en un estado donde no hay reacción si podemos reconocer que el comportamiento del otro viene del ego, que es una expresión de la disfunción colectiva de la humanidad. Cuando reconocemos que no es personal, se pierde la compulsión de reaccionar como si lo fuera. Al no reaccionar frente al ego logramos hacer aflorar la cordura en los demás, es decir, oponer la conciencia incondicionada a la condicionada.

En ocasiones quizás sea necesario tomar medidas prácticas para protegernos contra personas profundamente inconscientes. Y podemos hacerlo sin crear enemistad. Sin embargo, la mayor protección es permanecer en la conciencia. Una persona se convierte en enemiga cuando personalizamos la inconciencia de su ego. No reaccionar no es señal de debilidad sino de fuerza. Otra forma de expresar la ausencia de reacción es el perdón. Perdonar es pasar por alto o no reparar. No reparamos en el ego sino que miramos la cordura alojada en la esencia de todos los seres humanos.

Al ego le encanta quejarse y resentirse no solamente con respecto a otras personas, sino también a las situaciones. Lo mismo que se le hace a una persona se le puede hacer a una situación: convertirla en enemiga. La implicación siempre es: esto no debería estar sucediendo; no quiero estar aquí; no quiero tener que hacer esto; es una injusticia conmigo.

Por supuesto el peor enemigo del ego es el momento presente, es decir, la vida misma. No se deben confundir las quejas con el hecho de hacer ver a una persona una deficiencia o un error a fin de que pueda corregirlo. Y abstenerse de quejarse no significa necesariamente tolerar la mala calidad o la mala conducta. No es cuestión de ego decirle a un mesero que la sopa está fría y que debe calentarse, siempre y cuando nos atengamos a los hechos, los cuales siempre son neutros. Renegar, es decir “Cómo se atreve a traerme una sopa fría”. Hay allí un “yo” al cual le encanta sentirse personalmente ofendido por la sopa fría y que va a sacar el mayor provecho de la situación, un “yo” que disfruta cuando encuentra la falta en el otro.

Las quejas a las cuales nos referimos están al servicio del ego, no del cambio. Algunas veces es obvio que el ego realmente no desee cambiar a fin de poder continuar quejándose. Trate de atrapar a la voz de su mente en el momento mismo en que se queja de algo, y reconózcala por lo que es: la voz del ego, nada más que un patrón mental condicionado, un pensamiento.Cada vez que tome nota de esa voz, también se dará cuenta de que usted no es la voz sino el ser que toma conciencia de ella. En efecto, usted es la conciencia consciente de la voz. Allá en el fondo está la conciencia, mientras que la voz, el pensador, está en primer plano.

Es así como usted se libera del ego, de la mente no observada. Tan pronto como tome conciencia del ego que mora en usted, deja de ser ego para convertirse en un viejo patrón mental condicionado. El ego implica inconciencia. La conciencia y el ego no pueden coexistir. El viejo patrón o hábito mental puede sobrevivir y reaparecer durante un tiempo porque trae el impulso de miles de años de inconciencia colectiva, pero cada vez que se lo reconoce, se debilita.


Eckhardt Tolle – Un Nuevo Mundo, Ahora UN MUNDO SIN QUEJAS



Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes hacerlo, cambia tu actitud. No te quejes. CAMBIA LA FORMA DE VER LAS COSAS, Y LAS COSAS CAMBIARÁN DE FORMA.

En Julio del 2006 Will Bowen propuso a su comunidad “El reto de los 21 días” con el propósito de ayudar a eliminar cualquier rastro de queja o lamento y sus nocivas consecuencias para el individuo. Su propuesta fue muy simple: “Te colocas una pulsera morada con la leyenda UN MUNDO SIN QUEJAS y lo mantienes durante 21 días sin emitir ningún tipo de queja o crítica”; así sea “me duele la cabeza” o “nada me está saliendo bien”. Si durante este periodo emites algún lamento, debes cambiar la pulsera de muñeca y volver a empezar. La mayoría de los participantes logró superar este reto, pero les tomó un mínimo de 5 meses, un tiempo que evidencia la presencia de la cultura de la queja en nuestras vidas.
Un reto que cambiará tu vida y la de tus semejantes… Ahora te estamos proponiendo asumir este reto de 21 días sin quejas, sin críticas y sin chismes… si lo logras, habrás hecho de tu vida un paraíso sin enfermedades. Tendrás mejor ánimo, menos dolores, relaciones más favorables, mayor autoestima, etc. Serás una persona más feliz y armoniosa.
¿Crees que puedes aceptar el reto? -Seis millones de personas ya lo han logrado desde 2006 cuando Will Bowen lanzó esta campaña en EEUU. Cada día se suman más personas para lograr un mundo mejor. México ya tiene una organización para apoyar “Un mundo sin quejas”
Muchas personas decían que no se quejaban demasiado, pero con el ejercicio se dieron cuenta que lo hacían unas 20 veces en promedio al día.
Quejarnos se ha convertido en una Pandemia ¿Has notado que siempre hay algo de que quejarse? El clima, el tránsito, la inseguridad en las calles, las mentiras de los políticos, la salud, el dinero que no alcanza, etc., etc. Lo único que ganamos con la QUEJA es sentirnos peor.

“Cuando criticamos, nos quejamos o juzgamos, estamos emitiendo una energía discordante.. Esta energía, por la Ley de Atracción, será devuelta a nosotros pero multiplicada. Esto alimenta aquello de lo que nos quejamos y lo hacemos más grande”

Con la queja te conectas con campos de baja energía que te debilitan, te hacen vulnerable a enfermedades, conflictos sociales y carencias. Por el contrario si hablas de GRATITUD te conectas a campos de ALTA energía, en los niveles donde se desarrolla el poder personal.

Nuestra propuesta es simple ABANDONAS LA QUEJA Y, TE LLENAS DE GRATITUD. … así que mantén una observación especial de tus pensamientos y palabras y cada vez que te descubras quejándote, expresa un agradecimiento a la vida, al trabajo, a la salud… o a cualquier cosa que puedas agradecer de corazón… siempre tendrás algo para agradecer. Cada vez que emitas una queja tendrás que volver a empezar la cuenta de los días desde uno. Pensar una queja o crítica y no la digo, ¿También cuenta? Por suerte NO. Sólo las palabras que salen de tu boca son las que cuentan en este caso. Quienes lo han logrado reconocen que no es para nada fácil, pero después de las tres semanas, o más, que tardes en lograr la meta, dejas inclusive de criticar con la mente.

¡ Adelante !… acepta el reto… demuéstrate que SI puedes, y vive la GRATITUD como una experiencia que se “siente”… y asciende a un mayor nivel de conciencia y despertar, donde el panorama de la vida será más amplio y amable contigo. No hace falta que te pongas una pulsera morada, utiliza una piedra en el bolsillo o algo sencillo. Lo importante es aprender a darnos cuenta que a veces nos quejamos. No hay que darle fuerza a esto, simplemente cambias la pulsera de brazo y YA. Lo importante es darnos cuenta, no culparnos. Y a comenzar de nuevo hasta llegar a los 21 días.
¿Por qué 21 días? Los científicos dicen que toma 21 días crear un hábito. Nos tomará 21 días dejar el hábito de la queja y formar el nuevo habito de la GRATITUD.

“Quejarse no debe confundirse con la crítica constructiva a través de la cual le haces saber a alguien que ha cometido un error o que tiene alguna deficiencia de modo tal que pueda mejorar. Y abstenerse de quejarse no necesariamente significa soportar malas conductas o actitudes. No hay nada de malo en decirle al mesero que tu sopa está fría y que necesita ser calentada; si te ciñes a los hechos, que son siempre neutrales. -¿Cómo te atreves a darme la sopa fría?- Eso es quejarse”.

Fuente: http://acomplaintfreeworld.org/willbowen.html

martes, agosto 26, 2014

RELACIONES ILUMINADAS Echkart Tolle


Siempre pensé que la verdadera iluminación es posible sólo a través del amor en una relación entre hombre y mujer. ¿No es esto lo que nos hace completos de nuevo? ¿Cómo puede la vida estar realizada hasta que esto ocurra?
¿Es cierto eso en su experiencia? ¿Le ha ocurrido a usted? Todavía no pero ¿cómo podría ser de otra forma? Sé que ocurrirá.

En otras palabras, usted está esperando por un evento en el tiempo que lo salve. ¿No es este el error fundamental del que hemos estado hablando? La salvación no está en otro lugar en el tiempo o en el espacio. Está aquí y ahora.

¿Qué quiere decir esa afirmación, "la salvación está aquí y ahora"? No la entiendo. Ni siquiera sé lo que significa salvación.

La mayoría de las personas persiguen placeres físicos o muchas formas de gratificación psicológica porque creen que esas cosas los van a hacer felices o a liberarlos de una sensación de miedo o de carencia. La felicidad puede percibirse como un sentido realzado de vida alcanzado a través del placer físico, o una sensación de sí mismo más segura y más completa lograda por medio de alguna forma de gratificación psicológica.

Esta es la búsqueda de salvación a partir de un estado de insatisfacción o insuficiencia. Invariablemente, cada satisfacción que se obtiene es fugaz, y la condición de satisfacción o logro habitualmente se proyecta una vez más hacia un punto imaginario lejos del aquí y el ahora. "Cuando logre esto o esté libre de aquello, estaré bien". Esta es la actitud mental inconsciente que crea la ilusión de la salvación en el futuro.

La verdadera salvación es un estado liberación del miedo, del sufrimiento, de un estado percibido de carencia y de insuficiencia y por lo tanto de todo deseo, necesidad, codicia y apego. Es la libertad del pensamiento compulsivo, de la negatividad y sobre todo del pasado y el futuro como una necesidad psicológica. Su mente le dice que usted no puede llegar allá desde aquí. Tiene que suceder algo o usted tiene que volverse esto o aquello antes de poder ser libre y realizado. Le dice de hecho que usted necesita tiempo, que usted necesita encontrar, ordenar, hacer, lograr, adquirir, llegar a ser o comprender algo antes de ser libre o completo. Usted ve el tiempo como el medio de salvación, mientras que en verdad este es el mayor obstáculo para la salvación.

Usted piensa que no puede llegar a ella desde donde está y siendo quien es usted en este momento, porque todavía no está completo o no es suficientemente bueno, pero la verdad es que aquí y ahora es el único punto desde donde usted puede llegar a ella.

Usted "llega" allá dándose cuenta de que está ya allá. Usted encuentra a Dios en el momento en que se da cuenta de que no necesita buscarlo. Así que no hay un camino único de salvación: puede utilizarse cualquier condición, no se necesita una condición particular. Sin embargo sólo hay un punto de acceso: el Ahora. No puede haber salvación fuera de este momento. ¿Está solo y sin pareja? Entre al Ahora desde ahí. ¿Está involucrado en una relación? Entre al Ahora desde ahí.

No hay nada que pueda hacer o alcanzar que lo acerque a la salvación más de lo que lo está en este momento. Esto puede ser difícil de comprender para una mente acostumbrada a pensar que todo lo que vale la pena está en el futuro. Ni nada de lo que usted hizo o le hicieron en el pasado le impide decir sí a lo que es y enfocar su atención profundamente en el Ahora. No puede hacer esto en el futuro. Lo hace ahora o no lo hace.

miércoles, agosto 06, 2014

"El Secreto de la Felicidad"- Eckhart Tolle.



El ego crea separación y la separación crea sufrimiento. Por consiguiente, es obvio que el ego es patológico. Aparte de las formas más claras de negatividad como la ira, el odio y demás, hay otras más sutiles, las cuales son tan comunes que por lo general no se las reconoce por lo que son. Entre ellas se cuentan la impaciencia, la irritación, el nerviosismo, el hastío, etcétera. Esas formas de negatividad son la infelicidad latente, estado interior en el cual suelen permanecer muchas personas. Es necesario estar supremamente concientes y absolutamente presentes a fin de detectarlas. Siempre que lo hacemos así, tenemos un momento de despertar y se suspende la identificación con la mente.

El siguiente es uno de los estados negativos más comunes, el cual puede pasar desapercibido precisamente por ser tan común y normal. Seguramente usted estará familiarizado con él. ¡Suele usted experimentar una sensación de descontento que podría des­cribir como un resentimiento latente? Puede ser específico o ines­pecífico. Muchas personas pasan gran parte de sus vidas en ese estado. Se identifican hasta tal punto con él que no pueden tomar distancia para reconocerlo. Detrás de esa sensación hay ciertas creencias inconscientes, es decir, unos pensamientos. Sentimos esos pensamientos de la misma manera en que soñamos al dor­mir. En otras palabras, no sabemos que tenemos esos pensamientos, como tampoco el soñador sabe que sueña.

Los siguientes son algunos de los pensamientos inconscientes más comunes de los cuales se alimenta la sensación de descontento o de resentimiento latente. He eliminado el contenido de esos pensamientos para dejar solamente su estructura. De esa manera se aprecian más claramente. Siempre que haya infelicidad latente (o manifiesta) en su vida, vea cuáles de estos pensamientos son aplicables y proporcióneles contenido de acuerdo con su situación personal:

"Algo debe suceder en mi vida para que yo pueda alcanzar la paz (la felicidad, la realización, etcétera). Y resiento que no haya sucedido todavía. Quizás con mi resentimiento logre que suceda finalmente".

"Algo sucedió en el pasado que no debió suceder y lo resiento. Si eso no hubiera sucedido, tendría paz ahora".

"Me está sucediendo algo que no debería sucederme y me está impidiendo tener paz".

Muchas veces, las creencias inconscientes apuntan a una perso­na, de manera que la palabra "suceder" se reemplaza por "hacer".

"Deberías hacer esto o aquello para que yo pueda tener paz. Y resiento que no lo hayas hecho. Quizás con mi resentimiento logre que lo hagas".

"Algo que tú (o yo) hicimos, dijimos o dejamos de hacer en el pasado me está impidiendo tener paz".

"Lo que haces o no haces ahora me está impidiendo tener paz".



EL SECRETO DE LA FELICIDAD

Todas las citas anteriores son supuestos que no se han examinado y que confundimos con la realidad. Son historias creadas por el ego para convencernos de que no podemos estar en paz en el presente y tampoco ser nosotros mismos. Estar en paz y ser quie­nes somos es lo mismo. El ego dice: quizás en un futuro podré tener paz si tal o cual cosa sucede o si obtengo aquello o me convierto en lo de más allá. También dice: no podré estar en paz jamás a causa de algo que sucedió en el pasado. En general, todo el mundo cuenta la misma historia, "por qué no puedo tener paz ahora". El ego no sabe que nuestra única oportunidad para estar en paz es ahora. O quizás sí lo sabe pero teme que lo averigüemos. Después de todo, la paz representa la aniquilación del ego.

¿Cómo podemos alcanzar la paz ahora? Haciendo la paz con el momento presente. El momento presente es el campo en el cual transcurre el juego de la vida. No puede jugarse en ningún otro lugar. Una vez hecha la paz con el momento presente, podemos ver lo que sucede, lo que podemos hacer o lo que optamos por hacer, o más bien, lo que la vida hace a través de nosotros. Hay cuatro palabras en las cuales se encierra el secreto del arte de vivir, el secreto del éxito y la felicidad: uno con la vida. Ser uno con la vida significa ser Uno con el Ahora. Entonces nos damos cuenta de que no vivimos la vida, sino que ésta nos vive. La vida es la bailarina y nosotros somos la danza.

Al ego le encanta estar resentido con la realidad. ¿Qué es la realidad? Cualquier cosa que es. Buda la denominó tatata, el tal o cual de la vida, es decir, nada más que el tal o cual de este momento. Oponerse a ese tal o cual es una de las principales carac­terísticas del ego. Esa oposición crea la negatividad de la cual se alimenta el ego, la infelicidad que tanto le gusta. De esta manera sufrimos y hacemos sufrir a los demás sin siquiera saberlo, sin darnos cuenta de que estamos creando el infierno en la tierra. Crear sufrimiento sin reconocerlo es la esencia de la vida inconsciente y es estar completamente bajo el control del ego. La incapacidad del ego para reconocerse y ver lo que hace es verdaderamente aterradora e increíble. El ego hace exactamente lo que condena en los demás y ni siquiera se da cuenta. Cuando se lo señala, recurre a la negación, la ira, los argumentos y las justificaciones que distorsionan los hechos. Y todo el mundo lo hace, las personas, las empresas y los gobiernos. Cuando todo lo demás falla, el ego recurre a los gritos y hasta a la violencia física. ¡Que manden al ejército! Es entonces cuando reconocemos la sabiduría de las palabras de Jesús en la cruz: "Perdónalos porque no saben lo que hacen".

Para poner fin a la desgracia que se ha cernido sobre la con­dición humana durante miles de años, debemos comenzar con nosotros mismos y asumir la responsabilidad por nuestro estado interior en todo momento. Eso significa que debe ser ahora mismo. Pregúntese si hay negatividad en su interior en este mismo momento. Entonces preste atención a sus pensamientos y tam­bién a sus emociones. Esté alerta a esa infelicidad latente a la cual me referí anteriormente, en cualquiera de sus formas: desconten­to, nerviosismo, hastío, etcétera. Esté alerta a los pensamientos que aparentemente justifican o explican esa infelicidad pero que en realidad son los causantes de la misma. Tan pronto como tome conciencia de un estado negativo en su interior no piense que ha fallado. Significa que ha tenido éxito. Mientras no hay esa conciencia, prevalece la identificación con los estados interiores, y esa identificación es el ego. Con la conciencia se suspende la identi­ficación con los pensamientos, las emociones y las reacciones. Este estado no debe confundirse con la negación. Al reconocerse los pensamientos, las emociones y las reacciones, se suspende automáticamente esa identificación. Entonces cambia nuestro sen­tido de lo que somos, nuestra sensación de ser: antes éramos pensamientos, emociones y reacciones; ahora somos conciencia, la Presencia consciente que observa esos estados.

"Un día me liberaré del ego". ¿Quién habla? El ego. Liberarse del ego realmente no representa un gran esfuerzo. Lo único que se necesita es tomar conciencia de los pensamientos y las emocio­nes en el mismo momento en el que suceden. No se trata realmente de "hacer", sino de "ver". En ese sentido, es cierto que no hay nada que podamos hacer para liberarnos del ego. Cuando se produce el cambio de pasar de pensar a observar, entra a operar en nuestras vidas una inteligencia muy superior a la astucia del ego. Las emociones y hasta los pensamientos se despersonalizan a través de la conciencia. Reconocemos su naturaleza impersonal. Dejan de estar cargados del "yo". Son solamente emociones y pensamientos humanos. Toda la historia personal, la cual no es más que un cuento, un paquete de pensamientos y emociones, pasa a ocupar un lugar secundario y deja de ocupar el primer lugar en la conciencia. Deja de ser la base de nuestro sentido de identidad. Pasamos a ser la luz de la Presencia, la conciencia profunda que antecede a los pensamientos y las emociones.

“El pantano no es consciente cuando produce un loto. Si se dijera , nunca produciría algo. Seguiría siendo un pantano maloliente. Pero de pronto, en esa masa densa y oscura, la fuerza vital produce una flor blanca… Nunca estamos preparados para crear. La creación se hace a través de nosotros, porque obedece a cosas más vastas que la voluntad personal” ejo takata

sábado, agosto 02, 2014

Aceptación y rendición por Eckhart Tolle



Cuando puedas, echa una «mirada» a tu interior para ver si estás creando conflicto inconscientemente entre lo interno y lo externo, entre las circunstancias externas del momento —dónde estás, con quién y lo que estás haciendo— y tus pensamientos y sentimientos.

¿Puedes sentir lo doloroso que es oponerse internamente a lo que es?

Cuando reconoces este hecho, también te das cuenta de que ahora eres libre de renunciar a este conflicto fútil, al estado interno de guerra.

Si verbalizaras tu realidad del momento, ¿cuántas veces al día tendrías que decirte: «No quiero estar donde estoy»? ¿Cómo te sientes cuando no quieres estar donde estás: en el embotellamiento, en tu puesto de trabajo, en la sala de espera del aeropuerto con la gente que te acompaña?

Sin duda es cierto que lo mejor que se puede hacer en ciertos lugares es salir de ellos, y a veces eso es lo más apropiado.

No obstante, en muchos casos, no tienes la opción de irte.

En esas situaciones, el «no quiero estar aquí», además de inútil, es disfuncional. Te hace infeliz y hace infelices a los demás.

Ha sido dicho: dondequiera que llegues, allí estás.

En otras palabras: estás aquí. Siempre. ¿Es tan duro de aceptar?

¿Realmente necesitas etiquetar mentalmente cada percepción sensorial y cada experiencia? ¿Necesitas tener esa relación reactiva de gusto o de disgusto ante la vida, que te lleva a estar continuamente en conflicto con personas y situaciones? ¿O se trata únicamente de un hábito mental profundamente arraigado que puedes romper? Sin hacer nada en particular; simplemente, dejando que este momento sea como es.

El «no» habitual y reactivo fortalece el ego. El «sí» lo debilita. Tu identidad en la forma, el ego, no puede sobrevivir a la rendición.

«Tengo muchas cosas que hacer.» Sí, pero ¿cuál es la calidad de tu hacer? Conducir yendo al trabajo, hablar con los clientes, trabajar en el ordenador, hacer recados, atender las innumerables cosas que constituyen tu vida… ¿Hasta qué punto eres total en lo que haces? ¿Es tu acción una rendición o una resistencia?

Esto es lo que determina el éxito que consigues en la vida, no la cantidad de esfuerzo que pongas.

El esfuerzo implica estrés, tensión, necesidad de alcanzar cierto punto en el futuro o de conseguir algún resultado.

¿Puedes llegar a detectar en tu interior la más leve sombra de no querer estar haciendo lo que estás haciendo? Eso es una negación de la vida, y por ello no puedes conseguir un resultado verdaderamente exitoso.

Has sido capaz de detectar esa negación en ti ¿puedes también dejarlo y ser total en lo que haces?

«Hacer una cosa cada vez»; así es como un maestro Zen definió la esencia del Zen.

Hacer una cosa cada vez significa ser total en lo que haces, prestarle toda tu atención. Eso es acción rendida, acción poderosa.

Tu aceptación de lo que es te lleva a un nivel más profundo, donde tanto tu estado interno como tu sentido del yo no dependen ya de que la mente los juzgue «buenos» o «malos».

Cuando dices «sí» a la vida tal como es, cuando aceptas este momento como es, puedes sentir dentro de ti un espacio profundamente pacífico.

Superficialmente puedes seguir sintiéndote feliz cuando hace sol y menos feliz cuando llueve; puedes sentirte feliz si ganas un millón de euros e infeliz si pierdes todas tus posesiones. Sin embargo, la felicidad y la infelicidad ya no calan tan hondo. Son olas en la superficie de tu Ser. La paz de fondo que hay dentro de ti permanece inmutable en cualesquiera que sean las condiciones externas.

El «sí a lo que es» revela una dimensión de profundidad en ti que no depende ni de las condiciones externas ni de la condición interna de los pensamientos y emociones en constante fluctuación.

La rendición se vuelve mucho más fácil cuando te das cuenta de la naturaleza efímera de todas las experiencias, y de que el mundo no puede darte nada de valor duradero.

Entonces sigues conociendo gente, sigues teniendo experiencias y participando en actividades, pero sin los deseos y miedos del ego. Es decir, ya no exiges que una situación, persona, lugar o suceso te satisfaga o te haga feliz. Dejas ser a su naturaleza pasajera e imperfecta.

Y el milagro es que, cuando dejas de exigirle lo imposible, cada situación, persona, lugar o suceso se vuelve no sólo satisfactorio, sino también más armonioso, más pacífico.

Cuando aceptas este momento completamente, cuando ya no discutes con lo que es, el pensamiento compulsivo mengua y es remplazado por una quietud alerta.

Eres plenamente consciente, y sin embargo la mente no pone ninguna etiqueta a este momento. Este estado de no-resistencia interna te abre a la conciencia incondicionada, que es infinitamente mayor que la mente humana.

Entonces esta vasta inteligencia puede expresarse a través de ti y ayudarte, tanto desde dentro como desde fuera. Por eso, cuando abandonas la resistencia interna, a menudo descubres que las circunstancias cambian para mejor.

¿Estoy diciendo: «Disfruta este momento. Sé feliz»? No. Permite que se exprese este momento tal como es. Eso es suficiente.

Rendirse es rendirse a este momento, no a una historia a través de la cual interpretas este momento y después tratas de resignarte a él.

Por ejemplo, puede que estés tullido y que ya no puedas caminar. Tu estado es lo que es.

Tal vez tu mente esté creando una historia que diga:

«A esto se ha reducido mi vida. He acabado en una silla de ruedas. La vida me ha tratado con dureza, injustamente. No me merezco esto.»

¿Puedes aceptar que este momento es como es y no confundirlo con la historia que la mente ha creado a su alrededor?

La rendición llega cuando dejas de preguntar; « ¿Por qué me está pasando esto a mí?» Incluso en las situaciones aparentemente más inaceptables y dolorosas se esconde un bien mayor, y cada desastre lleva en su seno la semilla de la gracia.

A lo largo de la historia, siempre ha habido mujeres y hombres que, cuando tuvieron que hacer frente a grandes pérdidas, enfermedades, prisión o muerte inminente, aceptaron lo aparentemente inaceptable, y así hallaron «la paz que supera toda comprensión».

La aceptación de lo inaceptable es la mayor fuente de gracia en este mundo. Hay situaciones en las que todas las respuestas y explicaciones fracasan. La vida deja de tener sentido. O alguien que está pasando un apuro viene a pedirte ayuda, y tú no sabes qué decir ni qué hacer.

Cuando aceptas plenamente que no sabes, renuncias a esforzarte por encontrar respuestas con la mente pensante y limitada, y es entonces cuando una inteligencia mayor puede operar a través de ti. En ese instante, hasta el pensamiento puede beneficiarse, porque la inteligencia mayor puede fluir a él e inspirarlo.

A veces, rendición significa renunciar a tratar de comprender y sentirse cómodo en el desconocimiento. ¿Conoces a ese tipo de persona cuya principal función en la vida parece ser la de ser desgraciada y hacer desgraciados a los demás, la de extender la infelicidad? Perdónales, porque ellos también forman parte del despertar de la humanidad.

Representan una intensificación de la pesadilla de la conciencia egótica, del estado de no-rendición. En su función no hay nada personal. Ellos no son eso. Uno podría decir que rendirse es la transición interna de la resistencia a la aceptación, del «no» al «sí».

Cuando te rindes, tu sentido del yo pasa de estar identificado con una reacción o juicio mental a ser el espacio que rodea a la reacción o al juicio. Es pasar de identificarte con la forma —el pensamiento o emoción— a ser y reconocerte como aquello que no tiene forma, la conciencia espaciosa.

Lo que aceptes completamente te hará sentirte en paz, incluyendo la aceptación de que no puedes aceptar, de que te estás resistiendo. Deja la Vida en paz. Déjala ser.

Eckhart Tolle

Visita “Las Enseñanzas de Kryon” por Mario Liani: http://38uh.com
You Tube: http://www.youtube.com/user/coilort

martes, julio 29, 2014

Peleémonos como Patos




«En El poder del Ahora mencioné que había observado que cuando dos patos se pelean, al separarse nadan en direcciones opuestas.

Después, los dos baten las alas con fuerza varias veces para descargar el exceso de energía acumulada durante la pelea. Una vez que han sacudido las alas se van nadando pacíficamente como si no hubiese pasado nada.

Si el Pato tuviese mente humana, mantendría viva la pelea en sus pensamientos, tejiendo historias. Esta podría ser la historia del Pato: “no puedo creer lo que acaba de hacer, se me acercó a menos de unos cuantos centímetros, seguramente se cree el dueño del estanque, no tiene consideración alguna por mi espacio privado. Nunca más confiaré en él. La próxima vez con seguridad, tramará otra cosa para molestarme, estoy seguro de que ya está tramando algo pero no lo toleraré; le daré una buena lección que nunca olvidará” Y así continúa la mente tejiendo sus historias, pensando y hablando sobre el asunto durante días, meses y hasta años. En cuanto al cuerpo, la lucha no ha cesado y la energía que genera en respuesta a todos esos pensamientos es emoción, la cual da lugar a más pensamientos todavía.

Es lo que se convierte en el pensamiento emocional del Ego. Es fácil ver lo problemática que sería la vida si el Pato tuviese mente humana.

Pero es así como viven la mayoría de los seres humanos. Nunca ponen un punto final a ninguna situación o acontecimiento. La mente y “mi historia” fabricada continúan con su ciclo interminable.

Somos una especie que perdió su camino. En toda la naturaleza, en cada flor, árbol en cada animal hay una lección importante para nosotros, si tan solo nos detuviéramos a observar y oír.

La lección del Pato es la siguiente: sacudamos las alas, es decir, dejemos atrás la historia y volvamos al único lugar donde reside el poder: el presente.»

sábado, julio 26, 2014

El cuerpo del dolor






El Pensamiento

En su mayor parte, nuestro proceso de pensamiento es involuntario, automático y repetitivo. No es más que una especie de estática mental que no cumple ningún propósito real. Estrictamente hablando, no pensamos: el pensamiento es algo que nos sucede. Cuando decimos “yo pienso” está implícita la voluntad. Implica que tenemos voz en el asunto, que podemos escoger. Sin embargo, en la mayoría de los casos no sucede así. La afirmación “yo pienso” es tan falsa como la de “yo digiero” o “yo circulo mi sangre”. La digestión sucede, la circulación sucede, el pensamiento sucede.

La voz de la mente tiene vida propia. La mayoría de las personas están a merced de esa voz, lo cual quiere decir que están poseídas por el pensamiento, por la mente. Y puesto que la mente está condicionada por el pasado, empuja a la persona a revivir el pasado una y otra vez.

Durante miles de años, la humanidad se ha dejado poseer cada vez más de la mente, sin poder reconocer que esa entidad poseedora no es nuestro Ser. Fue a través de la identificación completa con la mente que surgió un falso sentido del ser: el ego. La densidad del ego depende de nuestro grado (el de nuestra conciencia) de identificación con la mente y el pensamiento. El pensamiento es apenas un aspecto minúsculo de la totalidad de la conciencia, la totalidad de lo que somos.

La mayoría de las personas viven ajenas a su esencia,.. permanecen atrapadas en el estado egotista. Viven separadas de sí mismas, de los demás, y del mundo que las rodea. El pensamiento absorbe la mayor parte de su atención, de tal manera que no ven ni oyen realmente a los demás. No están presentes en ninguna situación porque su atención está en el pasado o en el futuro. Usualmente se relacionan con los demás a través de algún tipo de personaje al cual representan, de manera que no son ellas mismas.

Algunos de Ios más grandes escritores del siglo veinte como Franz Kafka, Albert Camus, T.S. Eliot, y James Joyce, reconocieron en la enajenación (causada por el pensamiento egótico) el dilema universal de la existencia humana, el cual probablemente sintieron profundamente, de tal manera que pudieron expresarlo magistralmente a través de sus obras. No ofrecen una solución, pero nos muestran un reflejo del predicamento del ser humano para que podamos verlo más claramente. Reconocer ese predicamento es el primer paso para trascender.

Las Emociones

La diferencia fundamental entre una reacción instintiva y una emoción está en que la primera es una reacción directa del cuerpo frente a una situación externa, mientras que la emoción es la respuesta del cuerpo a un pensamiento.

Indirectamente, una emoción también puede ser una reacción a una situación o a un hecho real, pero vista a través del filtro de la interpretación mental, el filtro del pensamiento, es decir, a través de los conceptos mentales de bueno y malo, gusto y dis­gusto, yo y lo mío. Por ejemplo, es probable que no sintamos emoción alguna cuando nos enteramos de que le han robado el automóvil a alguien, mientras que si es nuestro automóvil, nos sentiremos muy alterados. Es sorprendente cuánta emoción puede generar un concepto mental tan nimio como es el de “mío”.

Si bien el cuerpo es muy inteligente, no está en capacidad de distinguir entre una situación real y un pensamiento. Reacciona a todos los pensamiento como si fueran la realidad. No sabe que es apenas un pensamiento. Para el cuerpo, un pensamiento preocupante o amenazador significa, “Estoy en peligro”, llevándolo a reaccionar de conformidad, aunque la persona esté descansando en su cama en la noche. El corazón se acelera, los músculos se contraen, la respiración se hace más rápida y se acumula la energía. Pero como el peligro es solamente una ficción de la mente, esa energía no tiene por dónde desfogar. Parte de ella retorna a la mente y genera más pensamientos angustiosos. El resto de la energía se vuelve tóxica e interfiere con el funcionamiento armonioso del cuerpo.

Las emociones y el ego

El ego no es solamente la mente no observada, la voz mental que finge ser nosotros, sino también las emociones no observadas que representan la reacción del cuerpo a lo que dice la voz de la mente.

La voz de la mente relata una historia a la cual reacciona el cuerpo porque cree en ella. Esas reacciones son las emociones, las cuales alimentan nuevamente el pensamiento que las creó en primer lugar. Este es el círculo vicioso entre los pensamientos no examinados y las emociones, el cual da lugar al pensamiento emocional y a la fabricación de historias emocionales.

Los pensamientos que desencadenan reacciones emocionales del cuerpo pueden surgir a veces con tanta rapidez que, antes de que la mente tenga tiempo de expresarlos, el cuerpo ya ha reaccionado con una emoción. Esos pensamientos existen en una etapa pre-verbal y podrían considerarse como supuestos tácitos e inconscientes. Se originan en el condicionamiento pasado de la persona, generalmente en la primera infancia. “No se puede confiar en nadie” es un ejemplo de un supuesto inconsciente en una persona cuyas relaciones primordiales con sus padres o sus hermanos no le inspiraron confianza. Los siguientes son otros supuestos inconscientes comunes: “Debo luchar para sobrevivir. Nunca hay suficiente dinero. La vida es una permanente desilusión.”. Los supuestos inconscientes crean emociones físicas, las cuales a su vez generan actividad mental o reacciones instantáneas. Es así como creamos nuestra realidad personal.

La voz del ego perturba constantemente el estado natural de bienestar del cuerpo. El cuerpo lleva pegado un ego y no puede hacer otra cosa que reaccionar a todos los patrones disfuncionales de pensamiento que conforman el ego. Así, un torrente de emociones negativas acompaña al torrente de pensamientos compulsivos incesantes.

¿Qué es una emoción negativa?

Es una emoción tóxica para el cuerpo que interfiere con su equilibrio y su funcionamiento armonioso. Las emociones como el miedo, la ansiedad, la ira, el rencor, la tristeza, el odio, los celos y la envidia perturban el flujo de energía del cuerpo y afectan el corazón, el sistema inmune, la digestión, la producción de hormonas, etcétera. La emoción dañina para el cuerpo también se contagia a las personas que entran en contacto con nosotros e, indirectamente, a un sinnúmero de personas a quienes ni siquiera conocemos, a través de una reacción en cadena. El término genérico para describir todas las emociones negativas es la infelicidad.

¿Entonces las emociones positivas tienen el efecto contrario sobre el cuerpo físico? ¿Fortalecen el sistema inmune, revitalizan y sanan el cuerpo?

Por supuesto que sí, pero debemos diferenciar las emociones positivas generadas por el ego de las emociones positivas emanadas del estado profundo de conexión con el Ser.

Las emociones positivas generadas por el ego traen consigo un opuesto en el cual se pueden convertir. He aquí algunos ejemplos: lo que el ego llama amor es deseo de poseer y un apego que puede convertirse en odio en un segundo. La expectativa ante un evento, es decir, el exceso de importancia que el ego le da al futuro, se convierte fácilmente en desilusión y frustración cuando el evento no satisface las expectativas del ego. Los elogios y el reconocimiento nos hacen sentir alegres y optimistas un día, pero la crítica y la indiferencia nos dejan tristes e infelices al otro. El placer de una fiesta se convierte en fatiga y resaca al día siguiente. No hay bien sin mal, alegría sin tristeza.


DESPIERTA ... asume responsabilidad por tu condición de vida y libérate de la tiranía del ego.. ese es tu victimario… Paradójico .. tu victimario juega contigo a la víctima.

Lee o relee el capítulo 5 del libro una nueva Tierra y luego mira el video de la clase 5 que corresponde a este capítulo, donde tendrás una conexión indirecta visual (muy importante) con Eckhart Tolle, que facilita la transmisión del conocimiento, .. tu subconsciente puede captar paquetes de información.. mas allá de las palabras


del Capitulo 5 – El cuerpo del dolor

del libro de Eckhart Tolle “Una nueva Tierra”