miércoles, junio 25, 2014

Socorro, no me gusta el novio/a de mi hijo/a




Los expertos aconsejan ante todo prudencia, cautela y mucha comunicación con los adolescentes

Casi de un día para otro, los hijos adolescentes empiezan a fijarse en los chicos y chicas del sexo opuesto, que hasta ese momento les resultaban indiferentes. Empiezan a sentir nuevas sensaciones, difíciles de manejar a su corta edad. Llegan los primeros amores y los padres presencian en ocasiones entre sobrecogidos y sorprendidos los nuevos acontecimientos en la vida de sus hijos. Primero tuvieron que aceptar que los amigos se habían convertido en la prioridad en la vida de sus hijos., pasando ellos a un segundo, incluso tercer puesto. Y cuando más o menos tenían esto asumido, son reemplazados por el novio/a. Pero todo esto es normal, indica Elena Escribano, psicoterapeuta del centro de psicología Álava Reyes. «La adolescencia es una época de cambios, y el paso de la infancia a la vida adulta no siempre es fácil». A su juicio, sería bueno hacer hincapié en que el inicio de la adolescencia no sólo está marcado por cambios anatómicos y fisiológicos, sino también por un proceso psicológico, de crecimiento personal, social y emocional. «Es una etapa fundamental en el desarrollo personal que, en muchas ocasiones, está marcada por momentos de sufrimiento y desorientación», explica. Y que además, continua, «no son solo momentos difíciles para el joven. También surgen situaciones complicadas de manejar para padres y educadores, que observan esa gran transformación y se ven obligados a cambiar sus estrategias educativas. Una de ellas podría ser cuando esa pareja elegida no se corresponde con lo que nosotros habíamos soñado siempre para nuestra descendencia». 


Preguntarnos por qué no nos gusta

¿Qué hacer cuando llega este momento a nuestras vidas, y la persona elegida para mantener una relación sentimental no es como los padres esperaban? Para empezar, debemos preguntarnos los motivos por los que no nos gusta la pareja de nuestro hijo/a prosigue esta experta. «Sería bueno analizar si son planteamientos clasistas, económicos, personales, etcétera», enumera Escribano. «Deberíamos tener claro —prosigue la psicóloga Marta Cañete, del gabinete de Psicología A & P—, el motivo por el que no nos gusta la pareja que ha escogido nuestro hijo/a: si es porque no coincide con la imagen que inevitablemente nos habíamos imaginado del/a que sería su novio, si no nos gusta su forma de vestir, sus estudios... o porque consideramos que es una compañía "tóxica"». En este último caso, como apunta Escribano, si la relación puede poner en riesgo real al menor se demandarían actuaciones más rotundas. «Con esto me estoy refiriendo a relaciones en las que nuestro hijo/a pueda estar en riesgo de iniciarse en el mundo del alcohol, las drogas, los robos... etcétera», aclara.

Síndrome Romeo y Julieta

Después, los expertos recomiendan ante todo prudencia, cautela, y mucha comunicación. «Obviamente, los padres tienen obligación de exponer al hijo o hija adolescente los razonamientos que crean pertinentes, siempre y cuando vayan encaminados a hacerle ver aspectos de su pareja en los cuales quizá no hubiese recabado», sugiere el psiquiatra de familia Paulino Castells. Pero dicho esto, señala, «estos no pueden hacer mucho más allá que sembrarle sus dudas respecto a la pareja elegida». «Declarar la guerra a la relación no servirá de nada», advierte la psicóloga del centro Álava Reyes. «Tampoco es bueno prohibir, ya que tan sólo ayudaremos a transformar la relación en encuentros furtivos que avivarán aun más la llama. En ocasiones, la oposición de los padres puede producir el efecto contrario, es lo que se llama como Síndrome Romeo y Julieta. Lograremos que el hijo o hija estreche más la relación con su pareja».

«Si tratamos de obligarle a que se comporte como queremos o ignoramos sus ideas y emociones porque no se corresponden con las que nos gustaría que tuviese solo vamos a conseguir aumentar la distancia entre nosotros. Como padres solo tenemos que imaginar como nos sentimos cuando alguien, aunque lo haga con la mejor intención, no se pone en nuestro lugar y trata de "hacernos entrar en razón" a toda costa», añade Marta Cañete. «Lo mejor es intentar controlar el temor que sentimos como padre o como madre, y que fácilmente se puede expresar en órdenes y prohibiciones».«Lograr hablar de una forma tranquila hará que sea más fácil que entienda nuestras dudasy recelos y acepten nuestros razonamientos y consejos», asegura esta especialista.

Comunicación

Los primeros amores son vividos con una mezcla de felicidad, pero también de dolor propio de las inseguridades, miedos, desconfianzas y dudas de la edad. Por eso es importante, indica Escribano, «mantener una comunicación fluida, esperando a que nos cuenten sus experiencias y sentimientos, o preguntándoles si lo consideramos necesario. Eso sí, siempre sin interrogar ni atosigar. Esa es la estrategia más inteligente. Sobre todo, añade, «que no parezca que nos estamos metiendo en su vida», ya que a esta edad se valora mucho la intimidad», expone la psicoterapeuta de Álava Reyes. «Es importante tener paciencia y tacto para evitar que nuestros hijos/as nos hagan comentarios del tipo: "No se puede hablar de esto contigo" o "tu no lo entiendes". Si esto pasa, nos vetará el flujo de información. Y si no sabemos lo que está pasando, ¡estamos realmente perdidos!», concluye esta especialista.

Consejos, recomendaciones...

1. Al igual que pasa con los amigos, es muy importante que los padres conozcan a los novios de sus hijos. De esta forma la psicóloga de Álava Reyes sugiere «abrir las puertas de tu casa y conoce a esa persona que va a influir para bien o para mal en la vida del menor. ¡Al "enemigo", bien cerquita!», dice con humor. «De esta forma podrás tener más información de la relación. Aunque desde mi punto de vista, me planeo dos preguntas a tener presentes: ¿Qué es una relación adecuada? ¿quiero seguir estando cerca de mi hijo si esta relación no funciona para poder apoyarlo?».
2. Para Cañete, del gabinete de Psicología A & P, si la relación sigue adelante, debemos tratar de empatizar con nuestro hijo. «Ponernos en su lugar, tratar de entender sus razones... lo que no significa que las compartas. Te ayudará a comprender qué le ilusiona de la otra persona y a acortar distancias con él/ella.
3. Es fundamental, prosigue esta terapeuta, que nuestro hijo/a sepa que si comete un error , o de repente se encuentra en una situación difícil, puede acudir a vosotros. «Si siente que lo primero que va a ocurrir es que le van a recriminar su comportamiento, lo más probable es que cuando necesite vuestra ayuda no la busque en vosotros», añade.
4. Una propuesta que quizás cueste, pero que puede ser útil es, según Cañete, buscar un momento de encuentro con la pareja de tu hijo/a. Por ejemplo, invitándole a comer, éste/a te lo agradecerá y tú puedes aprovechar para conocer mejor al novio/a. Trata de crear un ambiente relajado y positivo, evita que parezca un tercer grado».
5. En una etapa en la que buscan comunicarse contigo de igual a igual es importante enseñarles a expresar sus opiniones y emociones con respeto, a entender otros puntos de vista aunque no se compartan y a negociar. Y recuerda, concluye Cañete, «sigues siendo su mejor modelo de comportamiento».

Fuente: http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20140625/abci-psicologia-novio-hija-201405261124.html

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