domingo, febrero 16, 2014

El duelo, una superación lenta pero posible


Autor: Wendy Margarita Restrepo Guzmán Fecha:3 de Febrero de 2014

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Afrontar el duelo de un ser querido no es tarea fácil, menos si se trata de un hijo. Las fundaciones Lazos y Libélula trabajan por esta causa desde hace 19 años.

Hace 19 años Luz Beatriz Múnera, quien hoy es directora de las fundaciones Lazos y Libélula, perdió a su hijo a causa de una leucemia. Él era un niño con seis años de edad. A raíz del duelo que ella enfrentó, decidió crear una fundación que ayudara a superar la pérdida de hijos.

Múnera se encontró con que ya existía tal organización en Bogotá, por lo cual decidió afianzarla y crear sede en Medellín. “Así fue como nació Lazos, una fundación que ayuda a padres y madres a los que se les han muerto hijos. Ya llevamos 19 años funcionando, ahora también estamos en Cali, Bucaramanga y Cúcuta”, contó.

Tres años después llegó a Lazos, Lucy Rodríguez, a ella se le murió su única hija cuando apenas era una niña. “Ella llegó a hacer su duelo, se recuperó y quiso seguir ayudándome, hicimos un equipo muy interesante, nos capacitamos, somos educadoras experienciales y con el tiempo fundamos Libélula, con el propósito de atender no solo la demanda de padres sino de todas las pérdidas”, contó la directora.
¿Qué no hacer frente a un duelo?

Hay muchas cosas a las que se recurre y no son convenientes, como por ejemplo “tomar medicamentos no recetados, no hay una pastilla que quite el dolor de un ser querido; hacerme el fuerte, es muy importante expresar si me está doliendo; evitar la realidad, pensar que se fue de viaje; alterar los hábitos alimenticios, a uno no le provoca comer; no permitir que el dolor llene por completo mi vida, se saca el espacio para expresarlo, pero también se debe salir, caminar, estar en contacto con el sol, con la naturaleza”, afirmó la educadora experiencial.

Por su parte, la psicóloga Luz Marina Hoyos recomendó no dejar espacios intactos, como por ejemplo el cuarto, guardar todas sus cosas, “eso es malo, eso indica una actitud de espera, esa actitud es nociva. Lo ideal es escoger las cosas y entender que la persona se fue”.

No se les debe decir a las personas que no lloren, o que se escondan para que lo hagan, no se les debe decir que no se preocupen, que tienen que ser fuertes o que piensen en las otras personas, aseguró Hoyos.

Asimismo, Múnera afirmó que por ningún motivo se debe descuidar el afecto de los seres queridos. “Hay personas que tienen doble pérdida, puede perder a su hermano y a sus padres, porque ellos no quieren volver a vivir”.
¿Qué sí se puede hacer?

La psicóloga indicó que un buen ejercicio es escribir algo que se le quiera decir a la personas, rayar, pintar o dibujar, eso es terapia sensitiva. A su vez citó al neurólogo Sigmund Freud para recomendar hablar con otras personas: “la cura por el habla es fundamental, lo sustenta Freud”.

Entender que un duelo puede durar de seis a doce meses, según el ritmo de la persona. “Hay gente que tiene duelos de hasta cinco años, eso se convierte en un trastorno negativo, en esa instancia hay que tratarlo con un profesional”, aclaró Hoyos.

Por su parte, la directora de la Fundación Lazos invitó a las personas que pasan por esta situación a dejar de lado decisiones importantes, como cambiar de empleo, cambiarse de casa, realizar viajes, entre otros.

Para finalizar, Múnera afirmó que sí se puede ser feliz después de la muerte de un hijo o de un ser querido, que es cuestión de buscar ayuda y ser consciente de su realidad.

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