domingo, febrero 16, 2014

El principal amor: el personal

The most important love: the personal

Autor: Wendy Margarita Restrepo Guzmán

Aprenderse a querer resulta ser complejo para una gran parte de seres humanos, debido a que se busca la aprobación externa de modelos inalcanzables, explicó una experta.



Foto: Cortesía

El quererse también consiste en dejar apegos obsesivos. Muchas personas no pueden tener una relación amorosa sana, por el hecho de tener un apego muy grande a sus padres.

@Wendynegpoblación@elmundo.com

Tener carencias en el amor propio puede ser una falencia que inculcaron los cuidadores o padres a las personas, desde que fueron niños, así lo afirmó la psicóloga clínica, Luz Marina Hoyos argumentando que “desde pequeños nos dicen: ‘eso no se hace así, mire cómo es el otro, deje de hacer eso’. Esos modelos no hacen que nos aprendamos a querer, y ahora, no se trata de que culpemos a los padres sino de empezar a cambiar esas cosas”.

Esta psicóloga se dedica a dictar conferencias en las que explica a las personas cómo aceptarse y aprender a quererse. El enfoque principal es “que la gente comprenda que el primer amor de su vida, es él mismo, que no pueden esperar ser plenos con el amor de una pareja El amor propio es más fuerte y es la única historia de amor que no tiene final”.

Aprender a mirarse en el espejo

Hoyos considera que hay que dejar verse en el espejo para mirar los defectos “¿se va a ver la cana, la arruga, el grano, el gordito? Qué tal si la invitación es para ver lo lindo, si su mirada es brillante, si sus dientes son preciosos, si las pestañas son seductoras. Es lo justo, lo que hay que hacer, no hay por qué atormentarse con los defectos”, recomendó.

Según la experta, lo que pasa es que siempre se está buscando un referente externo que valide los aspectos, alguien que le diga que es bello, hermoso, importante. “Meternos en el cuento de que tenemos que tener cierta medida, una estatura especifica, que el cabello y la ropa lo debemos comprar según lo dice la gente, que nos debemos parecer a Kim Kardashian, Angelina Jolie, a Brad Pitt o a George Clooney. Pero eso no va a ser así, si yo me miro al espejo y veo otra mujer”, aseveró.

La psicóloga comparó la situación con la naturaleza, debido a que para ella, es lo más sabio del mundo, “nunca van a ver dos goteras de lluvia iguales, del mismo modo pasa con nosotros, todo somos diferentes, hermosamente diferentes, como una paleta de colores”.

El poder de la mente y la felicidad

Cuando las personas no se quieren, todo se vuelve muy difícil, es como una carga, como si se tuviera que arrastrar el mundo. “Cuando no nos queremos, damos libre albedrío para que las cosas malas pasen. Caso diferente es el de las personas que se quieren, ahí empiezan a suceder los pequeños milagros”.

A lo que Luz Marina Hoyos llamó “pequeños milagros”, es el poder de la mente pues, según lo explicó, las afirmaciones son asimiladas literalmente. “Qué bueno que comprendamos que la mente es el genio que llevamos dentro y nos concede todo lo que queramos”.

Para concluir, la experta invitó a los lectores de EL MUNDO a que hagan el ejercicio de tener un espejo al lado a la hora de levantarse y lo primero que se haga es decir, “te quiero y te acepto como eres, mirándose a uno mismo a los ojos. Puede que no se vea mucha belleza, pero se ve ese ser interior que hay allí”, concluyó.

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