jueves, julio 21, 2016

Depresión posparto, qué es y cómo afrontarla


A pesar de la alegría que se siente tras el nacimiento de un hijo, en algunas madres, ocurriendo con menor frecuencia en padres, abundan sentimientos de melancolía y tristeza. ¿A qué se debe?

Muchas mujeres describen el nacimiento de sus hijos como el momento más feliz de su vida, pero en algunas ocasiones los cambios de humor, los sentimientos de tristeza y el llanto aparecen con el paso de los días e incluso de las semanas haciéndose cada vez más intensos, cuando esto ocurre la madre del recién nacido puede estar atravesando la depresión posparto.

¿Qué es?

La depresión posparto, también llamada depresión posnatal o DPP, es un tipo de depresión que afecta mayormente a mujeres (menos frecuente en hombres) y que aparece tras el nacimiento de un hijo, predominando el llanto, la irritabilidad y la tristeza, además de otros síntomas. Aunque se desconocen las causas, el cambio hormonal junto con los cambios en la vida diaria, favorecen su aparición.Es importante hacer distinción entre la Depresión Posparto Leve (también conocida en la literatura como“baby-blues”) y la Depresión Mayor Posparto (DPP), la primera está presente en el 80% de los casos, suele comenzar los primeros días de puerperio y tiene una duración de dos semanas aproximadamente. Normalmente remite de manera espontánea si la madre se encuentra lo suficientemente respaldada y recibe afecto familiar. La segunda, afecta a un menor número de mujeres, sin embargo, perdura más en el tiempo. Puede manifestarse entre el final del primer mes después del parto y la semana treinta.

Síntomas:

En cada persona predominan unos síntomas u otros. A continuación se describen los más comunes: 

Tristeza. Es uno de los más frecuentes, la madre experimenta sentimientos de infelicidad, de dolor anímico, de insatisfacción y con muchas ganas de llorar.
Fatiga. Este tipo de depresión puede hacer que la persona sienta un agotamiento excesivo que le impide realizar tareas de autocuidado, domésticas o de cuidado del bebé. 

Irritabilidad e irascibilidad. Pueden aparecer sentimientos de rabia e ira. Enfado con la pareja, los familiares y en algunas ocasiones, con otros hijos y con el bebé. 

Problemas de sueño. En la mayoría de los casos el problema es de insomnio debido a los cambios bruscos en el ciclo del sueño durante la noche, pues el bebé se despierta cada tres o cuatro horas provocando con su llanto, la ruptura del sueño de los padres. Esta situación hace que durante el día sientan somnolencia, cansancio y falta de energía. 

Deseos de estar sola o sentimientos de soledad intensa. Querer aislarse para no estar en contacto con nadie, sin ganas de hablar ni de dar explicaciones es uno de los síntomas de la DPP. Sin embargo, otras personas aseguran desear estar acompañadas pero sentir una extrema soledad a pesar de estar con otras personas. 

Desórdenes alimenticios. Aunque es más común la pérdida de apetito, que lleva a la madre a experimentar cansancio y cambios de humor, es posible también que ocurra lo contrario, comer mayor cantidad que antes de la llegada del bebé y hacerlo de manera compulsiva. 

Ansiedad. Surge agobio y malestar, ahora todo el tiempo del que dispone la madre lo dedica exclusivamente a su bebé, descuidando el tiempo para ella, para realizar actividades placenteras y para otros seres queridos. Además de esto, aparecen miedos sobre el cuidado del bebé. “¿Lo estaré haciendo bien? ¿Está mi hijo en buenas manos? ¿Podré estar con él siempre que me necesite?” 

Este tipo de inseguridades y miedos generan sentimientos de ansiedad. También pueden aparecer pensamientos relacionados con la propia muerte e idea autolesivas. 

Obsesión por el bebé. Continuas visitas al pediatra sin que haya síntomas de malestar en el bebé y sin que forme parte de las visitas médicas propias del calendario del niño. Preocupación excesiva por la alimentación del niño y por su salud. Dicha obsesión puede provocar también pensamientos recurrentes en la madre sobre hacerle daño al niño. 

Problemas de memoria. La falta de sueño, la fatiga y el cansancio provocan problemas cognitivos, afectando a la memoria, a la concentración, a la atención, al aprendizaje de nuevos conocimientos, etc., esto genera frustración y malestar. 

Dificultad para crear el vínculo con el bebé. El miedo a hacerle daño, el malestar que sufre la madre, el cansancio o la falta de tiempo para su autocuidado, son obstáculos en la relación madre-bebé. 

Sentimientos de culpabilidad. Es común entre las mujeres que sufren depresión posnatal creer que es suya la culpa de estar tristes, desmotivadas y sin ganas de estar con sus seres queridos ni con su hijo recién nacido. En algunas ocasiones, existe resentimiento hacia el bebé. 

Problemas de pareja. El cuidado del bebé requiere mucho tiempo y energía. La pareja, desacostumbrada a esta nueva situación, añora la relación de pareja que tenía antes de la llegada del hijo. Este hecho puede ocasionar problemas. 

Falta de interés en el autocuidado. La autoimagen puede verse dañada debido a los cambios corporales que surgen tanto en el embarazo como después del parto. Debido a este daño en su autoimagen y unido a la falta de tiempo, algunas mujeres experimentan falta de ganas en su autocuidado.

¿Qué hacer ante esta situación?

Es muy importante tratar los síntomas una vez hayan sido detectados tanto por la propia persona que los sufre como por sus familiares o amigos. De esta manera, es posible evitar que la depresión se haga más grave. 

Expresa tus emociones. Es esencial tener la oportunidad de decir cómo te sientes, tanto si experimentas emociones positivas como negativas. Te ayudará a sentir menos ansiedad y estrés. 

Mantén una dieta sana y equilibrada. Debido a la atención que se le presta al bebé, es frecuente descuidar la dieta y cambiar los horarios. Intenta recuperar tus horarios de comida, sin saltarte ninguna de ellas. De esta manera tendrás más energía y te sentirás mejor. 

Busca ayuda. En la sociedad actual es común la autoexigencia y realizar multitud de tareas a un alto nivel de trabajo. Cuando tenemos un hijo, queremos mantener ese nivel sin contemplar que la llegada de nuestro hijo, trae consigo mucho esfuerzo. Deja que te ayuden en la crianza y los cuidados del bebé. 

Mímate y cuídate. Puede ser que quieras estar todo el día con tu hijo recién nacido, pero debes intenta sacar tiempo para ti. Aunque al principio sea un corto período de tiempo, pero al menos que exista este momento. Puedes realizar alguna actividad placentera, estar sola, descansar, estar con tu pareja, etc. 

Busca compañía. Cuando se sufre depresión posparto, resulta beneficioso pasar tiempo en compañía de otras personas: padres, pareja, amigos, conocidos… 

Comparte tu situación con otras madres. Puede ayudarte el hecho de contar lo que te pasa a personas que como tú, atraviesan una reciente maternidad.
No te sientas mal por sentirte triste. Los sentimientos de tristeza y desesperanza suelen aparecer durante este tipo de depresión. No te sientas mal ni tampoco culpable por experimentar estas emociones. La autoculpa incrementará el malestar. 

Descansa. Aunque no se puede hacer de la misma manera en la que lo hacías antes del nacimiento del bebé, intenta dormir en ratos que tengas libre durante el día. Además de ello, alterna con tu pareja los cuidados del bebé durante la noche. 

Sal a pasear. De esta manera realizas ejercicio físico suave, que tienen muchos beneficios psicológicos a la misma vez que puedes tomar rayos de sol. 

No te compares con otras madres. Como se ha mencionado anteriormente, estar rodeada de otras personas que atraviesan tu misma situación, resulta ventajoso; el problema surge cuando te comparas con la manera en que otras madres cuidan a sus hijos, y subestimas la manera en que tu cuidas a tu bebé.
Aprende a decir no. Es muy frecuente que las personas de tu círculo cercano quieran conocer a tu bebé lo antes posible y te llamen para ir a visitarte. Debes aprender a decir no, si la visita no te viene bien para ese día o esa semana. Puedes posponerlas para otro momento, tus seres queridos lo entenderán. Ocurre lo mismo con las llamadas telefónicas, si necesitas descansar, estar con tu bebé, o simplemente no te apetece hablar, puedes devolver la llamada en otro momento. 

No te agobies con la limpieza del hogar. Indiscutiblemente el tiempo del que se dispone es menor, no se puede realizar el mismo número de tareas que se llevaban a cabo antes del nacimiento de nuestro hijo. Es importante tener esto en cuenta para evitar agobios si la casa no está todo lo limpia u ordenada que estaba antes. Como se ha mencionado en otro de los consejos, buscar ayuda puede resultar muy apropiado.

Si a pesar de llevar a la práctica estos consejos, persiste la tristeza, el llanto, la desesperanza, la irritabilidad y el malestar, es conveniente solicitar ayuda psicológica a los profesionales y expertos. De esta manera, se contribuye a la mejora de los síntomas y a la desaparición de este trastorno que afecta a más del 20% de las mujeres.

Natalia Correa Flores

“No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre”. Jill Churchill (escritora estadounidense).


Referencias:

guiainfantil.com. Síntomas y tratamiento de la depresión posparto. Recuperado el 18 de Julio de 2016 del sitio web: http://www.guiainfantil.com/salud/embarazo/depresionpparto/sint_tratamiento.htm

Es.wikipedia.org. (2015). Depresión posparto. Recuperado el 17 de Julio de 2016 del sitio web:https://es.wikipedia.org/wiki/Depresi%C3%B3n_posparto

Medlineplus.gov. (2016). Depresión posparto: MedlinePlus en español. Recuperado el 17 de julio de 2016 del sitio web: https://medlineplus.gov/spanish/postpartumdepression.html

Olza, I. Depresión posparto: detecta los síntomas y combátela. SerPadres.es. Recuperado el 18 de julio de 2016 del sitio web: http://www.serpadres.es/embarazo/parto-posparto/articulo/depresion-posparto-detecta-los-sintomas-y-combatela


Fuente: http://www.psicologosmadridcapital.com/

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