domingo, octubre 11, 2015

Aprendiendo a construir una relación de pareja estable y feliz parte II




1. Comunícate

Hablábamos en la primera parte de la importancia de expresar, siempre expresar, lo que pensamos, sentimos, queremos, añoramos, nos duele, nos molesta, lo que nos hace feliz. Regularmente los hombres son los más dados a callar, sobre todo en lo referido a sus emociones y sentimientos, aprende a expresar, siempre, cualquier cosa, todo es útil. Para mejorar la comunicación hay que hablar.

Agéndate con tu pareja para hablar. Busca un tiempo, un momento lugar y un estado de ánimo adecuado.

En la pareja el juego no es: si tu ganas yo pierdo o si yo pierdo, tu ganas es el de perder un poquito el uno y el otro para ganar los dos y para ello lo importante es ponerte en el lugar del otro. ¿Por qué él o ella actúa de tal o cual manera, cuál es su historia personal?

Tenlo claro, pese a que el otro te ama, no te adivina, no tiene poderes telepáticos, cuanta más claridad haya en el mensaje, mejor. Nos puede costar decir NO, o decir cosas que al otro le incomoden, pero es importante, muy importante expresarlas.

Sé sincero para abrirte, para compartir y para generar intimidad, pero ser sincero porque estoy enfadada contigo y voy a decirte algo que te va a molestar, es ser sincero de una manera inadecuada. Podemos expresar todo, en el tono adecuado.

2. Cultiva tu relación sexual

La sexualidad es importante en la relación de pareja. Que no se convierta tu relación de pareja en un colegaje, pon la atención en tu sexualidad para que ésta crezca, pues donde pones el foco de atención, allí florece. Cómo: haz presente el sexo en el día a día, para los hombres es más fácil, los estímulos del exterior le apoyan. A las mujeres les cuesta un poco más: intenta con juegos, variedad, explorando su canal perceptual preferente, ella prefiere los juegos visuales, auditivos, kinestésicos, que prefiere. El sexo no es como en la época del enamoramiento, cuando teníamos dopamina, oxitocina, serotonina a plenitud, ahora es distinto y puede ser mejor.

3. Tengan un proyecto común:

Hacia donde nos dirigimos juntos, cuál es ese lugar a donde podemos llegar después de que los chicos se hayan marchado, que nos une, cuando miraremos a la cara y encontraremos a ese compañero, a ese cómplice con quien disfrutamos cosas juntos. Incluso podemos construir un mapa del tesoro en compañía: qué casa queremos en la edad mayor, dónde, cuantas habitaciones, en dónde en la playa, en la montaña, con mascotas, sin ellas… un mapa que podemos observar juntos cada día, para saber a dónde llegaremos cuando el nido esté vacío.


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