viernes, octubre 25, 2013

El psicólogo puede ayudarnos mucho a la hora de luchar contra el exceso de peso y la obesidad


 Por factores psicológicos algunos no siguen buenos hábitos alimentarios. Además de la ansiedad que puede generar el estrés, los problemas depresivos también predisponen al aumento excesivo de peso. Para los nervios buscamos alimentos con más calorías, ricos en azúcar y grasas. 

Es ya la epidemia del siglo XXI. Según la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012, el 17% de los adultos españoles padece obesidad y el 37% tiene exceso de peso. Esto significa que el número de obesos ha aumentado más del doble en los últimos 25 años. El sobrepeso o la obesidad no son solo problemas físicos. Aunque muchas personas tienen una predisposición biológica a sufrir estos problemas, muchas otras podrían mantener su peso correcto si comieran de una forma equilibrada y practicaran ejercicio. El 17% de los adultos españoles padece obesidad y el 37% tiene exceso de peso. 

Como explica Eroski Consumer, algunas de estas personas se ven influidas por factores psicológicos, como problemas de ansiedad o depresión. Por eso, el psicólogo puede desempeñar un papel fundamental para ayudar a perder peso. Como señala Isaac Amigo, catedrático de psicología de la Universidad de Oviedo, "el estrés y las alteraciones emocionales como la ansiedad provocan cambios en la conducta alimentaria". 

Cuando queremos calmar los nervios buscamos alimentos que contienen más calorías y son ricos en azúcar y grasas. "Parece que existe un mecanismo fisiológico que explica esta preferencia. Este tipo de alimentos frenan a corto plazo el efecto del cortisol, la hormona que provoca los síntomas del estrés crónico", añade el experto. El cortisol activa los receptores de la grasa del abdomen y el vientre, por lo que la grasa se acumula en esa zona. El problema es que el exceso de grasa abdominal aumenta de forma clara el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Una persona con depresión puede refugiarse en la comida y la falta de actividad. Los problemas depresivos también llevan a un aumento excesivo de peso. Como explica Alfonso Méndez, psicólogo y director de la Unidad de Obesidad y Sobrepeso del Instituto CENTTA, "una persona con depresión puede tener la autoestima dañada y refugiarse en la comida y la falta de actividad". De este modo, gana más peso, su autoestima se ve más afectada y se produce un círculo vicioso. Hay que comer bien, hacer ejercicio y tal vez seguir un régimen y no abandonarlo. "Si se acude al psicólogo, es menos probable que se deje la dieta", asegura Méndez. Claro que hay personas que quieren perder mucho peso o lo quieren perder demasiado rápido. Como apunta Amigo, "suele haber una gran discrepancia entre lo deseado y lo posible". Por ese motivo, Alberto Soler, psicólogo experto en psicoterapia, recomienda no acudir nunca a las dietas milagro. "Cualquier régimen que promete una rápida pérdida de peso, por norma general, implica una rápida recuperación del mismo", señala. Es mejor moderar la cantidad que prohibir.  A lo largo del tratamiento, el psicólogo realiza educación nutricional, se trabajan áreas como el control del estrés y la ansiedad y se facilitan estrategias para el manejo de los pensamientos negativos. Todo ello con el objetivo de que la persona aprenda a gestionar sus emociones de otra manera y no se dé atracones ni consuma alimentos poco saludables y muy calóricos. Además, cuando se finalice la dieta, es necesario mantener unos hábitos alimentarios adecuados. Para que esas costumbres se consoliden, Amigo aconseja "no prohibirse aquellos alimentos que más gustan, aunque sean muy calóricos. Es mejor moderar la cantidad que prohibir, ya que eso solo contribuiría a fortalecer el efecto contrario", es decir, convertiría el alimento en algo mucho más deseable.

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