jueves, abril 25, 2013

Zonas de quiebre personal. Inteligencia emocional



http://tendenciavital.blogspot.com.ar/2009/03/zonas-de-quiebre-personal-inteligencia.html


Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio: los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de madera...Se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:

“En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni tampoco puntos de comercio, ¿Cómo hacen para sobrevivir?". El señor respondió: “amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo. Así es como vamos sobreviviendo”.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se despidió y se fue.

A mitad de camino, se volvió hacia su discípulo y le ordenó: “Busca la vaquita, llévala al precipicio que hay allá enfrente y empújala por el barranco.” El joven, espantado, miró al maestro y le respondió que la vaquita era el único medio de subsistencia de aquella familia. El maestro permaneció en silencio y el discípulo cabizbajo fue a cumplir la orden.Empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante muchos años.

Un bello día, el joven agobiado por la culpa decidió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar.

Quería confesar a la familia lo que había sucedido, pedirles perdón y ayudarlos. Así lo hizo. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito, árboles floridos, una bonita casa con un auto en la puerta y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir. Aceleró el paso y fue recibido por un hombre muy simpático.

El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años. El señor le respondió que seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró corriendo en la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacia algunos años con el maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): “¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?”. El señor entusiasmado le respondió:

“Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así alcanzamos el éxito que puedes ver ahora”.

Reflexión:Todos tenemos "alguna vaquita" que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia, pero que nos lleva a la rutina y nos hace dependientes de ella.Nuestro mundo se limita a lo que "la vaquita" nos brinda.

¿Cuál es "tu vaquita?.
¿Qué te imaginas que ocurriría si te deshaces de tu vaquita?.
¿Qué tan dispuesto estás a sacar a "tu vaquita" de tu vida?.
¿Qué te impide deshacerte de "tu vaquita?.

El cuento compartido y las preguntas de reflexión planteadas nos remiten directamente a un concepto clave en el coaching: "el quiebre".

Un quiebre es una interrupción en el fluir transparente de nuestra vida en el que tomamos conciencia de un campo específico que antes no identificábamos.

Nosotros mismos somos los que determinamos los quiebres y lo hacemos en dos situaciones:

(1) cuando expresamos sentirnos insatisfechos por algo que acontece en nuestra vida y (2)cuando visualizamos que nuestra vida puede ser diferente en uno o varios aspectos.

Podemos vivir los quiebres como positivos y negativos. El vivir un quiebre como positivo implica que éste expandirá nuestras posibilidades de acción y de resultados, en cambio el vivir un quiebre como negativo implica que éste restringirá nuestras posibilidades.

Nosotros podemos declarar quiebres en nuestra vida personal y profesional, y no limitarnos a esperar que estos ocurran. Para ello podemos preguntarnos: ¿qué situaciones de mi área personal o profesional deseo que NO sigan ocurriendo? o

¿Qué situaciones deseo que ocurran en mi vida personal o profesional?.

Las declaraciones de quiebres suelen empezar con la palabra: "Basta" (ejemplos: "Basta de seguir en esta relación de pareja", "Basta de seguir esperando que mi jefe me aumente el suelo", "Basta de estar fumando y estar poniendo en riesgo mi salud", "Basta de estar trabajando más de 12 horas y de no darme tiempo para descansar y compartir con la familia, etc.

Una persona que inicia un proceso de cambio por voluntad propia es porque ha ocurrido una situación de quiebre en su vida (ej: despido de trabajo, crisis financiera, divorcio, etc.) o porque ha llegado a un momento en que ha hecho una declaración de quiebre, es decir, cuando desea generar un cambio en su vida actual para aumentar sus niveles de satisfacción y alcanzar ciertas metas.

¿Tenemos nuestra vaquita todavía atada?

Texto: Patricia Flores Figueroa.

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