miércoles, septiembre 16, 2009

¿FOBIA SOCIAL?



Existen dos tipos de fobia social: Generalizada: Cuando los temores se relacionan con la mayoría de las situaciones sociales y Focalizada cuando el temor se presenta en situaciones especificas.
Afecta al 2% de la población y se da con la misma probabilidad en hombres que mujeres.

Independientemente de su origen en los trastornos de ansiedad, son nuestras propias conductas, nuestras evitaciones, las que mantienen el problema.
No es lo mismo padecer de fobia social que timidez. La diferencia clínica está en el impacto que tiene en la vida de la persona. En la fobia social la vida personal y laboral está gravemente afectada. El tímido asiste a los encuentros en los que se siente incómodo, con miedo, pero asiste. Al hacerlo constantemente, se habitúa y los contextos se le hacen más llevaderos. Quien sufre fobia social evita las situaciones de manera consistente o si acude se preocupa más por tratar de estar sereno y vigilar su ansiedad que de tener puestos los cinco sentidos, participar o hacer lo que tiene que hacer en ese contexto.

Los pensamientos que afluyen cuando se tiene fobia social están relacionados con: “van a notar mis nervios” “Me pondré colorado” “Voy a temblar” “Mi voz va a temblar. “Mi voz va saldrá débil”. “No tendré un buen desempeño, me quedaré en blanco, me voy bloquear” “aburriré a todos”. “Se sentirán incómodos conmigo” “pareceré tonto” “No se me ocurre nada interesante, van a pensar que soy un aburrido”“Van a pensar que estoy mirando donde no es correcto” “Tendré un gesto extraño”.
Con estos pensamientos y de forma maquinal, surgen los intentos por controlar los nervios, se quiere controlar el rubor, el gesto, el temblor, la voz, la mirada, la mente para ser ocurrentes y espontáneos, el gesto. Controlar reacciones automáticas de imposible, o muy difícil, control consciente, lo que se consigue es agravar el problema:

El temblor aumenta por la tensión muscular que se hace para no temblar.
La voz sale rara no espontánea fruto del hiper- control. El control de la voz censura, no permite pensar.
Es imposible controlar mirada totalmente. Al mirar un punto podemos somos conscientes de todo nuestro campo de visión, y entra seguramente lo que no queremos mirar.
Al hablar lo hacemos conscientemente, pero las palabras fluyen automáticamente, al concéntranos en buscar algo que decir, perdemos el hilo de la conversación y, cuando se nos ocurre algo que decir, ya no es conveniente o no es adecuado y lo censuramos y nos callamos; pero al permanecer en silencio podemos parecer sosos. ¡Es una trampa infernal!
Se pierde la espontaneidad al controlar el gesto.

Tratamiento de la fobia social

Protocolo terapia de aceptación y compromiso

1. Valores
Uno de los valores fundamentales que tienen las personas con fobia social son las relaciones sociales. Si no fuera así, su sufrimiento sería mucho menor.

2. Determinación
Analizar la huída frente al enfrentamiento a las situaciones temidas ayuda a darse cuenta de las diferencias de sentimientos que deja la actitud de enfrentarnos a las situaciones luchando por aquello que deseamos, frente a la actitud asociada a la evitación. De esta forma podemos llegar a tomar la determinación de llegar a aceptar la ansiedad que tememos, porque sentiremos y sabremos que es mejor que evitarla.

3. Aceptación
Si merece la pena enfrentarse a las situaciones temidas por mucho miedo que pasemos, es conveniente saber cómo se vencen los miedos. Los miedos se superan enfrentándose a ellos no evitándolos. En la fobia social, no basta con acudir a las situaciones en las que se sufre la ansiedad, porque en ellas también se están dando respuestas de evitación, por ejemplo, no se mira a la cara, no se habla, se busca de forma insistente algo que decir, se disimula, etc.


4. Vivir el presente

La mente nos dice que no vamos a poder aceptar lo que nos va a venir en las situaciones tremendas que tanto tememos, le hemos de contestar que puede que sea cierto, ahora bien, vamos a aceptar lo que sentimos en ese momento. Estamos dispuestos a todo; pero centrados en el presente, cada cosa a su tiempo, el futuro nos vencerá; pero lo que tengo que enfrentar ahora es lo que siento en este momento. Cuando llegue la tremenda catástrofe la voy a enfrentar con determinación;… cuando llegue, ahora aceptamos lo que estamos sintiendo ahora. Aprendes a vivir el presente.

5. Desactivación del pensamiento
Nuestro pensamiento nos lleva a un futuro incierto e imposible y nos dice que ya, ahora mismo, hemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para superarlo. En la fobia social predice que nos vamos a poner nerviosos y que se nos va a notar. Cuando pensamos en una sensación concreta la potenciamos, aumentamos su probabilidad, como se demuestra en el experimento del limón. No podemos dejar de pensar consciente y voluntariamente en lo que no queremos pensar. La solución pasa por aceptar el pensamiento y desactivarlo, es decir, ser conscientes de lo que estamos pensando, dejar que el pensamiento esté ahí sin discusión; pero no haciendo lo que nos dice. En el caso de la fobia social, se trata de tener el pensamiento de que nos van a rechazar, aceptarlo con sus consecuencias, es decir, con el miedo y la ansiedad que nos provoca y hacer lo que realmente nos importa: la acción comprometida con nuestros valores y objetivos.

6. Descubrir el YO
El auto concepto lo construimos en la interacción con los demás. Por eso, uno de los efectos más devastadores de la fobia social es que al seguir los impulsos de evitación que genera el miedo en las situaciones sociales no nos dejará ser nosotros mismos al no mostrar nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones a los demás. Cuando no los mostramos, la imagen social está distorsionada y el concepto que tenemos de nosotros mismos, finalmente, se deteriorará.
Atreverse a ser uno mismo, a decir lo que se quiere decir en la situación o callarse cuando no hay nada que decir, es difícil. Nos tenemos que arriesgar al rechazo, a quedar mal delante de las personas más significativas a que se nos note débiles, tontos, incapaces, etc.

Merece la pena sentir la ansiedad que sea precisa. Entrenarnos en hacer contacto con nuestro yo profundo, verificar que somos los mismos mientras mis circunstancias, mis pensamientos, sentimientos sensaciones y emociones cambian,un camino expedito para ser asertivos.

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