viernes, abril 03, 2009

Hipnosis, dolor y salud



Pedro Alcaraz | 16 Mayo 2008 | 11:50

Durante años, la hipnosis de espectáculo, desvió la atención y propicio que tan solo se percibiese una pequeña parte de la variedad y amplitud espectacular de sus posibilidades terapéuticas. Aun hoy en día, restan por explorar y descubrir muchas de sus potencialidades.

En la era moderna, en sus inicios, la utilización más común de la hipnosis estuvo asociada a la cirugía, que aprovechaba la capacidad de los procesos hipnóticos, para insensibilizar total o parcialmente, los miembros u órganos de la persona que se sometía a tales operaciones quirúrgicas.

La anestesia provocada, mediante procesos hipnóticos, es natural y por tanto resulta inocua en todos los sentidos para el paciente, mantiene a este relajado y no entraña peligro de reacciones de sensibilidad como los anestésicos químicos, la posterior aparición de estos, de fácil aplicación y rápida acción sobre el sujeto, fue dejando a un lado su empleo como anestésico y aunque fue utilizada con profusión, para atender a los heridos en los dos conflictos mundiales, hoy en día su utilización ha quedado reducida a determinados profesionales de la odontología.

Las razones para su gradual abandono fueron posiblemente la falta de destreza para la provocación del trance por parte de los cirujanos, la larga espera hasta alcanzar el nivel de profundidad de trance adecuado y la desigual respuesta por parte de los pacientes.

Sin embargo la aportación de la hipnosis en cirugía, no se circunscribe tan solo a la mera provocación de anestesia, también en la fase post-operatoria puede significar un acortamiento, en muchas ocasiones espectacular del periodo de recuperación del paciente. En odontología, por ejemplo, su aplicación sigue siendo de muchísima utilidad, pues no tan solo consigue evitar el dolor, sino que también elimina el miedo que suele acompañar a la persona que visita al odontólogo.

Relaja al paciente, permitiendo mejores condiciones de trabajo al medico y además evita hemorragias de importancia, debido a la vasoconstricción que se puede provocar mediante sugestión hipnótica.

Tal capacidad de controlar el dolor, la hacen muy interesante en el tratamiento de enfermos que padecen cuadros de intensos dolores agudos y crónicos.

La analgesia hipnótica es un importante elemento de control y supresión de cualquier proceso doloroso, en realidad la hipnosis altera la percepción por parte del cerebro de los mensajes de dolor, que quedan fuera del alcance de los receptores cerebrales que estarían capacitados para interpretarlos.

El cerebro humano, entre otros produce un potente analgésico, llamado dinorfina que es unas doscientas veces más poderoso que la morfina, capaz de mitigar cualquier tipo de dolor por intenso que este sea, sin ningún tipo de efecto secundario.

Al parecer estas sustancias son segregadas en mayor o menor medida, por nuestro cerebro, como respuesta a estados emocionales concretos, Son las respuestas somáticas desatadas por estímulos psicológicos con que nuestro organismo responde al dolor.

Todas las investigaciones apuntan a que en el transcurso del trance hipnótico, el cerebro segrega todo este tipo de sustancias conocidas como endorfinas, siendo estas, casi con toda seguridad, las responsables del estado de bienestar asociado al trance en la hipnosis.

La hipnosis se nos ofrece como una herramienta fundamental en la investigación de los estímulos sugestivos, que puedan conducirnos al control voluntario en la segregación de estos poderosos analgésicos naturales, evitando de esta forma mucho dolor y sufrimiento innecesarios.

Así las cosas es fácil imaginar que la hipnosis se muestra efectiva en el control y eliminación de cualquier tipo de dolor sea cual sea su causa..

Los dolores de cabeza como la jaqueca y la migraña, ceden con rapidez ante los tratamientos hipnóticos, los dolorosos efectos de la artritis, del reumatismo, las molestias menstruales y en general cualquier proceso doloroso es susceptible de ser tratado por la hipnosis, que además por propia naturaleza, elimina los componentes de ansiedad que se manifiestan en los pacientes que los sufren, haciendo a estos mas frágiles ante el dolor.

Existen programas de parto sin dolor mediante el uso de la hipnosis que funcionan a la perfección, permitiendo a la madre atender al parto de su hijo, libre de dolor y ansiedad.

La hipnosis permite no tan solo la eliminación y el control del dolor, sino también que la persona, adquiera una mejor relación con la enfermedad que lo provoca, haciéndola mas llevadera.

Pero la analgesia no es la única fenomenología hipnótica que podemos utilizar, las terapias sugestivas, son de gran ayuda en el tratamiento de la hipertensión arterial, así cono en el de las arritmias cardiacas de origen emocional y los trastornos digestivos.

Otra característica notable de la hipnosis, es su capacidad asombrosa de afectar a todo lo referente a la epidermis, la eliminación de verrugas, del acné, y el tratamiento de la psoriasis, que puede incluso remitir totalmente, son algunas de las aplicaciones dermatológicas que se pueden afrontar con éxito.

Muchas de las enfermedades de la piel son de origen emocional, es decir son de orden psicosomático. El tratamiento hipnótico suele resolver con rapidez estos problemas y a la vez mejorar los conflictos psicológicos asociados a ellas.

Así mismo, el tratamiento mediante terapias hipnóticas de las disfunciones sexuales, tales como frigidez, impotencia y vaginismo consigue con rapidez muy buenos resultados.

Las más recientes hipótesis, respecto a la gran influencia que ejercen el tipo de emociones que experimenta la persona en relación al funcionamiento de su sistema nervioso, endocrino e inmunitario, parecen cobrar cada vez más consistencia.

Estas teorías sostienen que estos sistemas se debilitan si el sujeto manifiesta ante la vida sentimientos negativos, como tristeza, depresión o los derivados del stress. Por el contrario los sentimientos positivos, como el optimismo, o la felicidad. Refuerzan el funcionamiento de estos sistemas dando como resultado una mejor respuesta del sujeto ante la enfermedad.

A modo de enlace entre entre las aplicaciones somáticas y psicológicas en esta breve descripción que estamos realizando sobre los usos de la hipnosis, diremos que esta es fundamental y absolutamente efectiva en el tratamiento de cualquier tipo de enfermedad de tipo psicosomático.

Estos tratamientos se componen por lo general de varias estrategias que por un lado bloquean o permutan los síntomas del sujeto a la par que se modifican las causas psicológicas causantes de la somatización.

Refiriéndonos a los conflictos que afectan a la psicología del individuo, numerosos autores han descrito su efectividad en el tratamiento de psiconeurosis, fobias y toxicomanías mediante la utilización de técnicas que no precisan elementos de psicología profunda.

El hipnoanalisis, sustituye con ventaja al psicoanálisis, utilizando las mismas técnicas que este, bajo estado de trance hipnótico, al conseguir llegar a los mismos resultados, pero en una décima parte del tiempo que requeriría la terapia psicoanalítica tradicional. Si algún psicoanalista mantiene dudas al respecto, tan solo tiene que molestarse en probarlo para comprobar la veracidad de esta afirmación.

La hipnosis es extremadamente útil, en las dinámicas de reconstrucción de personalidades maltrechas por hábitos y respuestas conductuales erróneas del sujeto.

Existen eficaces tratamientos para la obesidad y para la eliminación de hábitos compulsivos, así como para la anorexia y la bulimia.

La infinidad de posibilidades que brinda la hipnosis en el campo de la salud mental, nos permite ser optimistas respecto a su futuro en oposición a técnicas terapéuticas mas populares en estos momentos.

Técnicas de mejora personal como la autohipnosis, otorgan a sus practicantes grandes beneficios de control emocional y fisiológico, les permiten observarse a si mismos y a su entorno de un modo mucho mas natural, realizando en su personalidad cambios positivos en su actitud ante la vida y permitiéndoles reorganizar los aspectos negativos de su conducta de un modo totalmente intimo.

En otro orden de cosas, la hipnosis es de gran utilidad para el mejor aprovechamiento de nuestra mente en lo referente al aprendizaje y a la memoria, en el deporte profesional donde consigue un mayor rendimiento y sincronización en sus practicantes , así como una voluntad de victoria mas allá de lo habitual, en general mejora el rendimiento personal en cualquier actividad humana.

La hipnosis se revela así mismo imprescindible en la investigación de los estados de conciencia, porque nos permite provocar muchos de ellos experimentalmente de un modo controlado.

Es evidente que una gran parte de nuestras funciones orgánicas, no requieren el uso de nuestra voluntad consciente, dichas funciones como la circulación sanguínea, emisión de jugos gástricos y una infinidad de labores necesarias para mantener nuestro organismo en funcionamiento, se activan se regulan y cesan sin el concurso de nuestra voluntad e incluso en ocasiones, en contra de la misma. Parecen estar dirigidas por alguna parte de nosotros cuyas decisiones escapan a nuestra supervisión consciente.

La hipnosis como hemos explicado reiteradas ocasiones, ofrece un canal de comunicación directa con la parte de nuestra mente que rige esos procesos, por tanto, nada nos impide que mediante técnicas adecuadas podamos llegar a ejercer en el futuro un control muchísimo mayor sobre las funciones involuntarias de nuestro cuerpo con el consiguiente beneficio para toda la humanidad.

¿Hasta donde alcanza pues la hipnosis?… quizás hasta allá donde alcance nuestra imaginación…

No hay comentarios.: