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lunes, abril 06, 2015

Somos el reflejo de nuestro interior




Uno de los principios de superación personal más importantes es ese que afirma que nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro mundo interior.
Por eso si no te gusta lo que estás viendo en tu vida, solo hay un responsable: Tú. Y si quieres trabajar en cambiarlo, el punto donde debes empezar es en tu interior.

Somos intérpretes de la realidad y es nuestra propia manera de descifrarla la que reflejamos afuera y por eso nos encontramos con una gran variedad de interpretaciones: Existen los positivos, los optimistas, los temerosos, los fatalistas, los oportunistas, los pesimistas, los desconfiados, los libidinosos,los quejumbrosos y podría pasar varios días enumerando todos los grupos de traductores de la realidad existentes en esta dimensión, pero todos los conocemos.

Muchos hemos estado en grupos en donde se hace el ejercicio de presentar una actuación de cierta historia y luego recoger el análisis que cada asistente hace de esa representación… y hay tantos relatos respecto a esa situación que pones en duda lo que has visto y es solo para darnos cuentas de que cada persona tiene su propia percepción de la realidad y que existen tantas realidades como personas en el mundo…

Si no estamos contentos con el reflejo material que estamos expresando, la buena noticia es que podemos cambiarlo… y todo comienza desde dentro: más que pensar, hay que sentir y desde esa vibración proyectamos el exterior.

Cuando empezamos a cambiar la actitud con que miramos la vida y enfrentamos los problemas, todo cambia en el exterior también. Si logramos enfocarnos en el lado positivo de las cosas, nuestra vibración aumenta y nos conectamos con las energías más prósperas del Universo.

Se acabó el tiempo donde solíamos esperar que la vida, Dios, el destino o algún hada madrina nos diera todo cuanto necesitamos, ahora hay mucha más consciencia de que somos responsables de lo que nos sucede en todos los ámbitos porque con cada pensamiento y cada emoción lanzamos una nota vibratoria al Universo que la refleja corregida y aumentada para nosotros… ¿Sientes miedo por el futuro? Cuidado porque la lupa que lo reflecta te enviará más de lo mismo y podrás ver como tus temores van creciendo día a día… ¿Sientes rabia por no poder cumplir con tus expectativas? ¡Ojo! Porque esa rabia seguirá multiplicándose con las situaciones belicosas que verás en tu diario vivir…

Vivir conscientemente implica cuestionarnos de vez en cuando y en algún momento llegar a preguntarnos ¿Qué mundo quiero para mi? y descubrir que realidad queremos vivir y empezar a proyectarla. Te asombrarás de los resultados…

Somos la fuente de donde brota todo lo que podemos ver en nuestras vidas. Si nos enfocamos conscientemente en todo lo positivo veremos multiplicarse cada bendición que recibimos diariamente. Porque todo lo que vemos en el exterior es tan solo el reflejo de lo que llevamos dentro. 

Fuente> http://mer-sanandoelalma.blogspot.com/

domingo, junio 16, 2013

TODOS SOMOS ESPEJOS




Todos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad. Esto implica ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Tú y yo somos lo mismo. Todo es lo mismo. Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las demás personas. A esto se llama espejo de las relaciones. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito. Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo.

Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la consciencia. Todos somos inevitablemente parte de la misma consciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la consciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. Todas son, en esencia, experiencias espirituales. Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.

A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. ¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque subconscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características. Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra consciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia.

La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.

Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo. Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas. La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.

Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean. ¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año. No es que atraigan esa oscuridad; es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas. Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos; de descubrir una nueva faceta de ti. Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual. Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad. Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.

Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminoso y oscuro de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. Todos somos multidimensionales, omnidimensionales. Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros. Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra consciencia personal.

Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Necesitamos reconocer, en un nivel profundo, que tener características negativas no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características positivas. La presencia de características negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.

Una vez que puedas verte en los demás, será mucho más fácil establecer contacto con ellos y, a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la unidad. Éste es el poder del espejo de las relaciones.

Todos somos Espejo.

Deepak Chopra