Después de mi fallido e impactante encuentro con el terapeuta "de las terapias absurdas" retomé las recomendaciones de la medicina ayurvédica de las que he sido fiel estudiante y ferviente seguidora. Recomencé con las rutinas para equilibrar mi naturaleza que según esta ciencia es vata-pita. Así que retomé el abhyanga, los masajes matutinos con aceite. Es maravillosa la feliz coincidencia, en sánscrito aceite se dice sneha y significa tanto “aceite” como “amor”..
El aceite que se usa para el masaje es de ajonjolí curado y tibio, y tiene innumerables beneficios, tales como que: mejora de la circulación, tonifica los músculos, calma el sistema nervioso, lubrica las articulaciones, aumenta la agudeza mental, mejora la eliminación de las toxinas del cuerpo, suaviza la piel, mejora la visión, eleva los niveles de resistencia y por supuesto mi objetivo principal: promueve un sueño profundo…
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