miércoles, abril 06, 2016

¿Compulsión por el dulce? Eso es mamá



Alina llegó cabizbaja. Tengo mucha vergüenza conmigo y contigo ¡cómo iba de bien! pasaron muchas cosas en mi viaje, no te imaginas, como si todo hubiese complotado para tirar todo por la borda.

Escuché atenta a Alina. Mis primas están todas casadas, algunas con hijos y todas mis tías estuvieron encima de mí, qué para cuándo era mi matrimonio, qué para cuando los hijos, que te está dejando el tren…

Alina hace tan sólo cuatro meses rompió con su pareja, mientras hacia su doctorado fuera del país. Frank se lo dijo de frente, sin anestesia “sabes, estoy pensando que ahora que regresas a Colombia, es mejor que te quedes, yo no me veo construyendo mi futuro contigo”.

Y no me lo vas a creer, después del almuerzo con mis tías, me fui al centro comercial de moda de esa ciudad y me encontré con la hermana de Frank, mi ex cuñada. Nos abrazamos cálidamente, ella venía con sus chicos, le pregunté qué hacía allí, pues vive también en Medellín, los niños dicen las cosas sin maldad y no saben de mentiras, Catalina, su chiquita de 8 años me dijo, estamos comprando las cosas para el matrimonio de mi tío Frank. Esa fue la gota que desbordó el vaso, como loca me fui a la repostería y me embutí de postres, comí como si me los fueran a robar y lo más grave llevé para la casa y comí toda la semana aumenté tres kilos.

Dos hechos llevaron a que Alina se desbordara. Primero sus tías se meten en su vida privada y le piden explicaciones. ¿Tenemos que dar continuamente explicaciones? No, no es necesario, aunque a veces sí.

Alina no supo qué decir a sus tías. Se paralizó. No era un momento para hacerlo, pues no damos explicaciones a quien asume el rol de juez y por lo tanto no está abierto al dialogo. Además ese asunto le incumbe sólo a Alina.

Alina se quedó callada porque entró quedó suspendida, no podía creer que a su edad con un doctorado a cuestas sus tías les estuviesen haciendo semejante enjuiciamiento. Podemos detener al otro siendo conscientes de nuestros derechos, aprendiendo a poner límites, siempre lo digo si no ponemos límites nos caminan por encima, hay propuestas muy diplomáticas, pero puedes ser directa y decir con una sonrisa esplendida, es mi vida privada o tal vez, no es mi prioridad en este momento, me siento de maravilla así en mi vida.

¿Qué le pasó a Alina porque se empaquetó de dulces y harinas? Porque no expresó sus emociones, se quedó con ellas encapsuladas, adentro de sí. Sus tías le revivieron el rol de crítica constante de su madre, Alina necesita, necesitaba apoyo, un abrazo apapachado, el dulce representa a mamá y por esta razón ella se empaquetó de dulces y calorías de manera compulsiva.

¿Tienes asuntos pendientes con mamá? Arriésgate a resolverlos, aunque ella ya no esté en este espacio vital, eres 50% mamá, además recuerda que tu alma eligió a tu madre pues con ella es tu aprendizaje. 

Ps. Luz Marina Hoyos Duque 

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