Cambiar la perspectiva de agradecer en lugar de optar por la postura de víctima por lo que nos falta, por que algo no funciona como queremos impacta de manera favorable y poderosa nuestra fisiología, bioquímica y salud.
Cuando agradezco estoy observando las bendiciones que recibo, los dones que tengo, no estoy en la gastada postura de observar lo que le falta a mi vaso para estar lleno, dar gracias por cada bendición fortalece el sistema inmune y la salud en general.
Los mejores momentos para dar gracias es el instante después de despertar y momentos antes de dormirte, tu inconsciente es absolutamente permeable en estos momentos.
¿Y qué hago cuando las cosas van mal, cuando sufro y lloro por eventos que me sobrepasan? También agradezco, los abuelos decían: “un mar en calma nunca hizo un buen marinero”, así que las experiencias difíciles nos están probando, nos están empujando de nuestra zona de confort para sacar esos talentos que de otra manera se quedarían escondidos.
Deja de quejarte y observa, siente, escucha con una perspectiva nueva esas pequeñas cosas que te brindan alegría y felicidad, tu mundo será distinto.
¿Por qué tienes que agradecer hoy?
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