El tapping es una técnica muy eficaz que tiene una gran cantidad de aplicaciones. Y una de ellas es cambiar las ideas que limitan el poder de la mente.
Con tapping podemos cambiar lo que pensamos con relativa facilidad.
(La idea básica del tapping consiste en definir con una frase el tema que se quiera tratar y luego darse unos golpes muy suaves en unos puntos concretos del cuerpo. Si no conoces esta técnica, puedes descargarte “El Poder del Tapping”, un libro gratuito que explica cómo hacerlo:http://www.jananguita.es/libro-gratis-tapping. Es muy sencillo y muy efectivo.)
La manera de usar el tapping para cambiar nuestras creencias es hacer una lista de todas las creencias que tenemos que están obstaculizando nuestro camino. Y luego buscar una frase que describa cada creencia. Por ejemplo:
Creo que soy demasiado mayor para estudiar una carrera.
Creo que no tengo la formación necesaria para conseguir un buen empleo.
Creo que no soy suficientemente inteligente.
Creo que no valgo lo suficiente para que alguien me quiera.
Creo que los ricos son malas personas.
Creo que el dinero es malo y sucio.
Creo que no hay recursos suficientes en la Tierra para todo el mundo.
Creo que tal enfermedad es incurable.
Etc.
Y luego hacer una ronda de tapping para cada creencia. Esto hará que todas las ideas que te limitan vayan saliendo de tu mente, y que al final solo queden las que van a favor de tu crecimiento.
Para que este proceso sea verdaderamente efectivo, hay que tener dos cosas muy en cuenta. La primera es que hay que investigar a fondo y buscar bien todas las creencias limitantes que hay en nuestra mente. En general, hay muchas más de las que salen en un primer intento.
Este es el motivo por el cual este proceso necesita tiempo: en general, hay que hacerlo en varios días e ir buscando de forma muy exhaustiva, estando siempre muy atentos a todo lo que pensamos. Y tratar cualquier idea que tengamos en la cabeza y que vaya en contra de nuestro bienestar.
Y el segundo punto importante es que es posible que en algunos casos creas que algunas de las cosas que piensas no son creencias, sino hechos. Por ejemplo, quizás piensas que no es que creas que los recursos de la Tierra son limitados, es que realmente lo son. Es un hecho.
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