viernes, noviembre 07, 2014

VENCER LA FOBIA AL AVION



Ps. Luz Marina Hoyos Duque 

¿Eres de los que sufren con la sola idea de montarte en un avión?, ¿tu ritmo cardíaco se dispara al momento de buscar los itinerarios?, ¿Vives una batalla campal mientras dura tu vuelo?

Es posible que tu miedo haya surgido de una circunstancia objetiva, tuviste un percance en un vuelo reciente o de niño. Escuchaste a uno de tus mayores hablar barbaridades sobre el miedo que le producía viajar en avión. Viste algún programa de t.v. con escenas reales o fantásticas sobre accidentes aéreos, etc. Para poder establecer el origen de ese miedo tendríamos que hacer una exploración profunda a fin de determinar cuál es su causa. Entretanto puedes utilizar esta herramienta que te será útil.

Cuando haces una revisión de tu fobia a nivel metódico, te parece irracional y esa es una de las características de una fobia, su irracionalidad, por más argumentos lógicos y estadísticas que te presenten, la fobia no se va a ir.

Tú, que tienes fobia a viajar en avión, respóndeme. ¿Cuántas veces te has caído de un avión? Sé tú respuesta, nunca. Déjame contradecirte, cientos, quizá miles de veces.

El inconsciente no conoce la diferencia entre lo real y lo imaginario, caerse de un avión concretamente, e imaginarlo, es absolutamente lo mismo, las pruebas de laboratorio demuestran que la bioquímica que se desencadena en el cuerpo es absolutamente idéntica. Así que literalmente te has accidentado cientos de veces, todos esos pensamientos catastróficos que construyes a través de tu miedo, las imágenes mentales que fábricas, lo que te dices a ti mismo, imaginando los paramédicos, el lugar donde caes, lo que dirán tus seres queridos, todo eso ha impactado de manera desfavorable tu psique, ha desatado patrones de terror y miedo en tu organismo y ha reforzado tu pánico.

Has trabajado en dirección contraria a conseguir tu homeostasis, tu equilibrio, ¿Qué te queda por hacer? Revertir el proceso y hacer todo lo contrario.

Ahora siéntate cómodamente en un espacio donde nadie te perturbe, concéntrate en el aquí y en el ahora y piensa en una situación donde has estado colmado de seguridad y de confianza. Visualiza ese momento, imagínalo, recuerda los olores, sabores, el entorno, todas las formas, las frases que decías o lo que te decían, qué estabas sintiendo. En el momento que lo tengas claro respira profundo y toca una parte de tu cuerpo: junta dos dedos, tócate la frente, el plexo solar, el vientre, un brazo, una oreja, lo que quieras. Y sigue enfocado en esa visualización, en esos sonidos y sensaciones. La próxima vez que vengan los pensamientos de miedo o cuando tomes un avión… trae esa carretera neuronal, esa bioquímica a tú aquí y tú ahora. No tienes que pensar en nada específico, con solo tocar allí traerás a tu experiencia, en el presente, la libertad y la alegría que necesitas para surcar el aire lleno de confianza y seguridad.

¡Feliz vuelo!










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