sábado, noviembre 08, 2014

Los apegos


Por:  Ps.  Luz Marina Hoyos Duque 

¡Aprender a caminar ligeros de equipaje! que difícil propuesta para hacerla vida, cuando el mundo capitalista en el que nos movemos nos hace caritas coquetas: compra, compra, compra. Hemos comprado entonces cosas que no necesitamos, cosas que no nos hacen falta.

¿Y por qué compramos esas cosas?, ¿por qué tenemos los armarios repletos de vestidos, jeans, blusas, camisas, camisetas, zapatos, collares, aretes, bolsos… cosas que muchas veces ni usamos? Porque nos dejamos seducir, porque a veces compramos de manera impulsiva, compulsiva, tratando de competir, o más aun, tratando de llenar un vacío interior. Y no las soltamos fácilmente, porque estamos apegados.

¿Qué sucedió en tu primera infancia que dejó ese profundo miedo?, la pérdida de la madre, el padre, un hermano… ¿sabes dónde está el origen?, quizá lo tienes claro, o quizá fue un asunto tan doloroso que tu psiquismo prefirió enviarlo al sótano del olvido. Y ahora en tu edad adulta se revela de forma objetiva.

Y así como nos apegamos a la ropa, nos apegamos al auto, a la casa, a papá, a mamá, a mis hermanos, a mis hijos, a mis amigos, a los asuntos inconclusos. Y con ello perdemos libertad.

El desapego a las cosas y a los seres me habilita para soltar también las situaciones difíciles, los desencuentros, los enfados, los conflictos.



Caminar ligeros por la vida no implica dejar el disfrute por las cosas bellas y confortables que puedo adquirir, no significa dejar de amar y de reconocer el vínculo valioso que me une a ese otro. Significa que disfruto cada regalo que el universo me provee, incluso aquellas situaciones que me sacan de nivel, significa vivir en el presente con total conciencia, con los cinco sentidos y luego intentamos soltar con gracia y lo dejamos ir.

No hay comentarios.: