sábado, noviembre 29, 2014

Encontrar el lado positivo del fracaso



¡Oh gran espíritu!, 
cuya voz escucho en el viento
y cuyo aliento da vida a todo el universo.

¡Escúchame, vengo a ti!
Soy pequeño y débil,
soy uno de tus muchos hijos
necesito tu fuerza y tu sabiduría
para caminar entre la belleza
haz que mis ojos admiren
el rojo y el púrpura de la puesta de sol.

Haz que mis manos respeten
lo que tú has creado
y agudiza mis oídos para oír tu voz.
Hazme sabio para así reconocer la sabiduría
y así comprender todas las lecciones
que has escondido en cada hoja y en cada roca.

Dame tu fuerza
no para ser superior a mis hermanos
sino para ser diestro en combatir
con mi peor enemigo: yo mismo.
Haz que siempre esté dispuesto
a llegar a ti con las manos limpias y la mirada recta
así, cuando la vida se apague
como la luz de la puesta del sol
mi espíritu pueda ir ante ti sin ningún pudor









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