domingo, marzo 16, 2014

Mitos sobre la psicoterapia



La  desinformación hace que algunos potenciales usuarios de la psicoterapia y profesionales que podrían remitir  tengan una imagen falsa y desfasada de la terapia. Algunos de los mitos más frecuentes sobre la psicoterapia son los siguientes:

La psicoterapia es para gente que está muy grave.


FALSO: La psicoterapia ha demostrado ser útil para ayudar a las personas, parejas y familias a superar situaciones que les preocupan y que afectan negativamente a su calidad de vida. Algunas de estas situaciones pueden ser producto de trastornos mentales graves, pero otras no. Por ejemplo la psicoterapia se ha demostrado eficaz en tratar problemas de autoestima, dificultades en las relaciones interpersonales, adaptación a cambios en la vida… y múltiples condiciones que no se consideran problemas graves.

La psicoterapia no sirve para nada porque la gente en realidad no cambia nunca.

FALSO: La capacidad de cambio humano es sorprendente. Las personas somos capaces de adaptarnos y salir adelante en situaciones enormemente difíciles gracias a nuestra capacidad de resiliencia y superación. La psicoterapia moviliza esas capacidades en beneficio de los clientes.

La psicoterapia es un último recurso para cuando no se puede más, hay que intentarlo todo antes.

FALSO: Nuestra cultura valora la autosuficiencia y el no pedir ayuda como si fuese un signo de fortaleza, pero en realidad más bien lo es de falta de conciencia de los problemas. Nadie está obligado a enfrentarse a todo lo que le suceda sin pedir ayuda precisamente porque para eso están los recursos profesionales que nuestra sociedad pone a disposición.

Ir a psicoterapia te hace depender del terapeuta, que te dice qué hacer o pensar en cada momento.

FALSO: Ninguna forma de psicoterapia pretende usurpar las capacidades de autogestión del cliente. Más bien a la inversa, todas ellas reconocen (cada una con su estilo) que la terapia no se diseña para cambiar al cliente, sino para ayudarle a que se cambie a sí mismo.

Ir al psicoterapeuta implica explicar intimidades a un/a extraño/a.

FALSO: Si bien la terapia implica con mucha probabilidad centrar las sesiones en dialogar sobre el motivo de demanda con un grado significativo de apertura y confianza en el terapeuta, esa confianza hace precisamente que la vivencia de los clientes no sea la de explicar cosas privadas a un extraño. El terapeuta se guía por un código ético que le impide revelar cualquier aspecto privado de sus clientes. Es más, los terapeutas están formados para centrarse en entender la perspectiva subjetiva del cliente sin juzgarla ni hacerle sentir incómodo al respecto.

La psicoterapia es una solución de segunda en comparación con los fármacos.

FALSO: En muchas condiciones de relevancia clínica la psicoterapia ha demostrado ser más eficaz que los fármacos y además sin efectos secundarios. Dado que se basa en procesos psicológicos de aprendizaje significativo, sus beneficios se extienden más allá del final del tratamiento, cosa que no siempre sucede con un fármaco. En muchos casos la psicoterapia debería considerarse la primera opción, y sólo recurrir a los fármacos si no se responde bien a ella.

Debería poder cambiar yo sólo o con ayuda de mis amigos y familia.

FALSO: Determinadas situaciones en la vida hacen imposible que el cambio se produzca espontáneamente o gracias a la ayuda de amigos o familia precisamente porque ellos son parte de la situación que rodea al problema. En tales casos, la ayuda de un profesional externo al sistema puede ser la mejor alternativa.

Ir a psicoterapia te obliga siempre a sufrir, llorar, revisar traumas del pasado…
FALSO: Si bien los cambios en psicoterapia tienen que ver con la movilización de emociones profundas y eso puede resultar doloroso a veces, no siempre ni invariablemente es así. Hay muchas fases del proceso terapéutico que implican precisamente lo opuesto: la ilusión por nuevos proyectos, la alegría de ver cómo el cambio se consolida, la sensación profunda de conexión al sentirse comprendido por el terapeuta… En todo caso, si se produce la movilización de emociones profundas y dolorosas es siempre en el contexto de una relación segura y protectora, lo cual es muy diferente a como se producen en ocasiones en la vida fuera de la terapia.

La psicoterapia es muy larga e incluso inacabable.
FALSO: La mayor parte del cambio terapéutico se produce en las primeras sesiones. Hay terapias breves y focales que no pasan de una decena de sesiones. Algunas terapias se sitúan alrededor de las 20. La evidencia empírica más bien demuestra que alargar la terapia no siempre consigue alcanzar objetivos más profundos sino que en algunos casos puede ser indicio de dificultades del cliente. Con todo, la duración de la terapia depende en gran medida de las características del cliente, del motivo de demana y de la orientación teórica del terapeuta, pero no es cierto ni mucho menos que todas las terapias comporten un proceso muy largo.

NOTA MENTAL: Sabemos que la convicción del terapeuta en la eficacia y utilidad de la terapia es uno de los factores que contribuye a fomentar el cambio terapéutico. También lo es el acogerse a modelos de terapia coherentes, fiables y que aporten estructura y foco a nuestras intervenciones. En esta entrada he intentado dar argumentos y motivos para fomentar esa convicción entre terapeutas y clientes a la vez.

Fuente: Extracto tomado de http://www.notamental.org/2014/03/en-pro-de-la-psicoterapia.html

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