lunes, febrero 10, 2014

Disfrutando Juntos


Cuenta la leyenda que un Rey vivía siempre triste y de esa misma manera murió. Por eso cuando su hijo le sucedió en el trono se propuso hacer cuanto estuviera a su alcance para ser un Rey alegre y entusiasta, un Rey feliz.
Para ello mandó instalar una campana de plata en la torre mes alta de su palacio de manera que esta estuviese comunicada con todas sus habitaciones para que él la hiciera sonar cada vez que se sintiera feliz.

Cuenta la historia que los años fueron pasando y la campana nunca sonó. Y así, implacable, transcurrió el tiempo. Y cuando llegó la hora de su muerte, el pueblo percibió la perdida de un ser querido. Rodeó el palacio para llorar por su amado Rey.

¿Que sonido es este que escucho? – pregunto el Rey a una fiel servidora .
‘Querido Rey, es todo el pueblo que está llorando por ti’.
Sintiéndose tan querido, el monarca hizo sonar por primera vez la vieja campana para anunciar en el palacio y a todo el pueblo la dicha de sentirse querido.
Pero su vida se estaba acabando y era tarde para disfrutar .

Cuando leí este cuento sentí pena por las personas a las que les resulta difícil conectarse con la alegría de estar vivo, el entusiasmo por los logros concretados y la capacidad de disfrutar y celebrar frente a los mismos.
Muchas veces relacionamos la alegría y el entusiasmo con nuestra capacidad de tener y no nos damos cuenta que el verdadero lugar donde moran es en nuestro ser .  En la posibilidad de lo que estamos siendo y haciendo.
¿Como vamos a hacer sonar en nuestra vida la campana de la felicidad si está ausente este sentimiento natural interno de plenitud, ese fuego del Amor que lleva precisamente a compartir lo que uno este sintiendo?

"La grandeza de una persona se puede manifestar en sus grandes momentos, pero se forma en sus instantes cotidianos."  Phillis Brooks

A veces percibo que para disfrutar o celebrar, la gente necesita que le pasen grandes cosas, sin darse cuenta que lo importante es encontrar el disfrute en esas pequeñas cosas de cada momento.
¿Tienes unos minutos para reconocerte a diario por tus avances?
¿Destinas un momento cada día para celebrar internamente las posibilidades que tu vida tiene?
¿Reconoces el ser especial que eres que te distingue de los demás?
¿Aprendiste a compartir con tus seres queridos los pequeños grandes momentos de tu vida y celebrarlos?

Fuente: http://patriciahashuel.blogspot.com/

No hay comentarios.: