La libertad comienza cuando nos hacemos conscientes de los registros psíquicos de vivencias pasadas que nos predisponen y condicionan para reaccionar de cierta forma. Estos se hayan contenidos en la memoria del inconsciente familiar. La historia de nuestros ancestros importa mucho, así como también lo que pasó por la mente de nuestros padres al momento de nuestra concepción…
¿Cuál fue su deseo o necesidad por cubrir en ese momento?... ¿O qué pasó cuando se enteraron de nuestra existencia?… También importan los altibajos emocionales que experimentó nuestra madre durante la gestación… ¿Cuál era su situación?... Otro aspecto a considerar, consiste en revisar la forma como nacimos, así como la manera como nos recibieron afectivamente... ¿Acaso cubrimos las expectativas, fuimos deseados o fue todo lo contrario?... Otro factor por considerar es el ambiente familiar en donde nos desenvolvimos los primeros años de vida… ¿Qué fue lo más predominante en esa etapa?...
Nuestra memoria emocional se activa al momento de la concepción. Para poder encontrar un conflicto psíquico que nos produzca una crisis existencial o enfermedad, tenemos que considerar según sea el caso… los registros emocionales que nos heredaron nuestros ancestros, los que recibimos a partir de nuestra concepción y/o gestación, los que se produjeron en nuestros primeros años de vida, o bien los que se fueron acumulando hasta el presente.
“Ser libre es un sentimiento que emana de nuestro interior”, pero para alcanzar este estado tenemos que hacer consciente todo lo inconsciente, ya que esto nos controla y predispone para reaccionar de cierta forma ante una situación. Estamos condicionados, por tanto se precisa atender los registros psíquicos (memorias) que desencadenan bloqueos energéticos que se manifiestan por medio de respuestas emocionales, físicas y/o biológicas. La historia se repetirá de periodo en periodo, o de generación en generación, en tanto exista un resentir (conflicto psíquico) que no hayamos hecho consciente para superarlo.
© Ari Shemoth
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