sábado, septiembre 21, 2013

Experiencias Terapéuticas que sanan: La esperanza de resignificar la vida

La psicoterapia reparatoria en abuso sexual se enfoca en las implicancias de la agresión no tratándola como enfermedad –que no lo es- sino como un acontecimiento vital que marca la vida de una persona, algo que en psicología llamamos Trauma.


La esperanza de resignificar la vida

*Por Marcela Quijada

Este artículo es un intento muy sencillo de llegar a todos esos puntos que abarca la psicoterapia infantil y que muchas veces como padres o educadores no conocemos. Y esto, no sólo en situaciones abusivas sino que en cualquier contexto donde un niño puede sentirse vulnerable.

Partamos por aquello que los trae a consulta. Créanme que no es siempre algún tipo de trastorno, sino síntomas y reacciones ante sucesos de vida que los han dañado y que salen a flote en su cotidianidad: Les está yendo mal en el colegio, están más agresivos o retraídos y los padres los describen como “en la luna” (desconcentrados, distraídos) ¿Pero qué está causando todo esto? Desconcierta en alguno caso saber que, algún adulto, posiblemente conocido, aprovechando su lugar de poder, los agrede. Y llegan indefensos, tal como sus padres (que en ocasiones, suelo declarar en estado de “excepción”)

La psicoterapia reparatoria en abuso sexual se enfoca en las implicancias de la agresión no tratándola como enfermedad –que no lo es- sino como un acontecimiento vital que marca la vida de una persona, algo que en psicología llamamos Trauma. Los niños con trastornos emocionales debido a un Trauma tienden a aislarse de diversas maneras: en el colegio, con sus profesores, con sus pares. Anestesian sus sensaciones, restringen su cuerpo, bloquean sus emociones y cierran su mente. Dichas reacciones no son antojadizas, son mecanismos de defensa que les permitieron sobrevivir a estos hechos agresivos y amenazantes; incluso fuera de su control.

Actos de esta naturaleza afectan profundamente su crecimiento sano y agravan sus síntomas. Los niños intentan hacer un buen contacto con el medio pero no lo logran y eso les inhibe mucho más. Cuando llegan a terapia, yo sé que han perdido algo que alguna vez tuvieron y tenían derecho a tener: el pleno uso y gozo de sus sentidos, su cuerpo, su intelecto y emociones. Y la psicoterapia es ayudarles a encontrar y recuperar esas partes faltantes de sí mismo. Y para esto, no bastan las palabras. Será fundamental utilizar una serie de técnicas expresivas y creativas, que son potentes proyecciones que conducen a la vida interior del niño. Algo que llamamos “Terapia de juego” Estas técnicas se conectan con el lenguaje universal de cada niño, y les permite familiarizarse con esas partes perdidas y reconocer nuevas y sanas oportunidades de ser. Y qué mejor, son entretenidas y no menos profundas.

No teman a la psicoterapia (Individual o familiar) Es una experiencia que ayuda a alcanzar el elemento básico para seguir adelante: la confianza en sí mismo.

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