martes, septiembre 03, 2013

COMO CONTROLAR LA IRA



PREGUNTA: ¿Cómo puedo estar alerta en medio de fuertes situaciones emocionales? ¡Mi rabia se siente como si miles de caballos salvajes estuvieran desbocados conmigo!
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RESPUESTA :La rabia es muy poca cosa. Si puedes simplemente esperar y observar, no te encontrarás con "miles de caballos salvajes". Si puedes encontrarte aunque sea con un burrito, ¡eso será suficiente! Obsérvala y se irá, poco a poco. Entrará por un lado y saldrá por el otro. Tú solamente tienes que tener un poquito de paciencia para no cabalgar sobre ella.
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La ira, celos, envidia, codicia, competitividad…todos nuestros problemas son muy pequeños pero nuestro ego los magnifica, los agranda tanto como puede.
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El ego no puede actuar de otra manera; su ira tiene que ser grande. Con su gran ira, su gran miseria, su gran codicia y su gran ambición, él se hace grande.
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Pero tú no eres el ego, tú sólo eres un observador. Ponte simplemente a un lado y deja que pasen todos esos miles de caballos; miremos cuánto tiempo les lleva pasar. No hace falta preocuparse. Tal como vienen- son salvajes- se irán. Pero no nos perderemos siquiera de un burrito; ¡saltaremos inmediatamente sobre él! No necesitas miles de caballos salvajes. Algo simplemente tan pequeño, y te has llenado de ira y fuego. Te reirás de eso más tarde, de haber sido tan estúpido.
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Si puedes observar sin involucrarte, como si fuera algo que está en la pantalla de un cine o de la televisión…algo está pasando; obsérvalo. Se supone que no haces nada para impedirlo, para reprimirlo, para destruirlo, sacando una espada y matándolo, porque, ¿dónde vas a conseguir la espada?- de la misma fuente de donde proviene la ira. Todo es imaginación.
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Observa, simplemente, y no hagas nada- a favor o en contra.
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Y te sorprenderás: Aquello que parecía muy grande se vuelve muy pequeño. Pero nuestro hábito nos lleva a exagerar.
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Un niño pequeño regresa a casa corriendo- no tiene más de tres años- y le dice a su madre: "Mami, un enorme león rugiendo con fuerza, ¡me ha estado persiguiendo por millas! Pero me las he arreglado para escapar. Se me acercó muchas veces. Estaba a punto de atacarme cuando empecé a correr más rápido".
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La madre miró al niño y dijo: "Tommy, ¡te he dicho un millón de veces que no exageres! ¿Cómo vas a encontrarte con un león en la ciudad? …¿y has estado corriendo millas? ¿Y dónde está el león?".
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El niño miró fuera de la puerta. Dijo: "Está ahí fuera. Pero para decirte la verdad, sólo es un pequeño perro, ¡pequeñísimo! Sin embargo, cuando me perseguía… Me has pedido que no exagere, y ahora mismo has estado exagerando al decirme que lo has hecho millones de veces".
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Nuestras mentes exageran mucho. Tú tienes pequeños problemas, y si dejas de exagerar y ves simplemente, entonces en la puerta hay un pobre perrito. Y no hace falta correr millas; tu vida no está en peligro.
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Cuando te viene la rabia, no es algo que te va a matar. Ha estado contigo muchas veces anteriormente, y has sobrevivido perfectamente bien. Es la misma rabia que has confrontado antes. Solamente has algo nuevo, algo que no has hecho nunca: Cada vez que te veas envuelto en ella, peleando. Esta vez observa simplemente, como si no te perteneciera, como si fuera la rabia de alguien más. Y te vas a encontrar con una gran sorpresa: ella desaparecerá en segundos.
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Y, cuando desparece la ira sin lucha alguna, deja tras de sí un estado tremendamente hermoso, silencioso y amoroso.

La misma energía que se hubiera podido convertir en una pelea se queda en tu interior. La energía pura es una delicia; estoy citando a William Blake: "Energía es delicia", sólo energía, sin nombre, sin adjetivo alguno. pero tú nunca permites que la energía sea pura. o es rabia, u odio, o amor, o codicia, o deseo. Siempre tiene una connotación; nunca la captas en su pureza.
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Cada vez que surja en ti lo que sea, se trata de una gran oportunidad para experimentar la energía pura. Observa, simplemente, y se irá el burro. Puede que se levante un poquito de polvo, pero ese polvo también se asienta por sí mismo; tú no tienes que asentarlo. Tú simplemente esperas. No dejes de esperar y observar, y pronto te encontrarás rodeado de una energía pura que no se ha usado en pelear, en reprimir o en enojarse.
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Y energía es disfrute ciertamente. Una vez conoces el secreto del disfrute disfrutarás cada emoción; y cada emoción que surja en ti es una gran oportunidad.
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Observa simplemente, y proporciónale una ducha de disfrute a tu ser. Poco a poco todas esas emociones desaparecerán, no volverán más; no vienen si no se las invita. Observación, o estado de alerta, o atención o consciencia, todos son nombres diferentes para un mismo fenómeno: ser el testigo. Ésa es la palabra clave.
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Osho, tomado del libro: The Invitation

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