miércoles, febrero 27, 2013

¿Casualidad o sincronicidad?




Cuantas veces te has sorprendido frente a dos sucesos que confluyen y exclamas ¡qué casualidad! Eso que llama tu atención, como si algo mágico hubiese ocurrido para juntar las experiencias, que nombras como casualidad, no es más que la sincronicidad. Es algo constante, presente en la complejidad, en la física cuántica, en tu vida. 

Observar la sincronicidad desde una perspectiva profunda, leyendo, percibiendo la confluencia como una experiencia que va más allá de lo aparente, te permite aprender mucho de ti y del universo que te rodea. 

Prestar atención a la sincronicidad amplía tu sabiduría y al darte cuenta, habrá más sincronicidad en tu vida. La sincronicidad no implica que debas tomar decisiones. Algunas personas lo ven como una señal, como un aviso que les compele a tomar medidas, no, pon atención, lee, percibe, aprende. 

Te preguntarás, es posible aprender a tener mayor sincronicidad en la vida, la respuesta es simple. Por supuesto, es posible, ante un problema por simple o complejo que este sea, sé creativo, pon el foco en lo que ves, sientes, escuchas y celebra, no te enojes, no aumentes el cortisol y la adrenalina, que te llevara a la hipertensión a una ulcera. Un problema es una posibilidad para descubrir algo nuevo, no como algunos perciben, como si algo en el universo estuviera complotado contra ellos. Los días lluviosos tienen su encanto, te permite ir más abrigadito, usar las botas, los guantes, el sombrero, ponerte frente a la chimenea, observar el firmamento con esos colores brumosos, como si las nubes se estuvieran abrazando para cobijarse del frio, entrar dentro de ti y escribir, conocerte. 

No a la violencia frente a los problemas, busca imaginativamente una salida. La ira acumula tensión en el cuerpo, respírala. Aprende a reírte de ti mismo. Compara cada experiencia desagradable con el infinito, veras su insignificancia. 

La sincronicidad te invita a dejar la racionalidad, a soltarte, a escuchar los mensajes simbólicos que trae tú inconsciente. 

En el video un claro ejemplo de sincronicidad. José Gordon presenta el caso de una paciente que asiste a la consulta de Carl Gustav Jung. El psicoanalista llega a un punto muerto, debido a la racionalidad interpretativa de la paciente. 

Jung utilizó en sus terapias de forma reiterativa la comunicación del inconsciente a través de símbolos, a través de los sueños. Un día esta paciente en extremo racional, lleva a consulta un sueño de un escarabajo dorado, a Jung le llama poderosamente la atención, sabía del simbolismo del escarabajo: renacimiento. De pronto, escucha un golpeteo en la ventana, abre la cortina de manera inesperada salta al interior de la consulta un escarabajo dorado. 

La experiencia destroza el racionamiento excesivo, es liberador, se materializa tanto un sueño como un símbolo. La sincronicidad entre el mundo interno y externo, le permite a Jung y a su paciente asomarse a una zona que está más allá de los límites de la imaginación. 




Ps. Luz Marina Hoyos Duque 
lmhoyosd@gmail.com
Movil 3007807269
Medellin- Colombia 

No hay comentarios.: