miércoles, noviembre 24, 2010

La psicología analítica de Carl Jung - La teoría




Elementos estructurales de la personalidad. En la consciencia, el ego y las personae se relacionan con el mundo y las obligaciones cotidianas. En el inconsciente, la sombra y la dualidad Animus-Anima. Varios complejos desprendidos de los arquetipos, de tamaño y actividad normales, están en el inconsciente profundo. Sin embargo, un gran complejo sobrecargado de libido (en rojo) intenta integrarse a la consciencia de manera violenta, provocando una neurosis.
Existen profundas diferencias entre la teoría de Jung y la de Freud. En primer lugar se encuentra el concepto mismo de inconsciente. Para Freud, este es el sótano pestilente de la psique, de donde surgen contenidos espreciables, instintivos y obscuros que intentan desequilibrar a la razón y desintegrar nuestro yo, y debido a ello, deben ser reprimidos. La terapia de Freud tiene como objetivo, formar una alianza para hacer triunfar el yo racional sobre las fuerzas obscuras que lo atacan. La concepción del inconsciente por parte de Jung es totalmente diferente, para el suizo, el inconsciente es un manantial de donde surge la sabiduría, la fuerza y la frescura de la vida . El problema radica en que nuestro pequeño yo burgués, es incapaz de asimilar esos contenidos y huye de ellos, temeroso de no poder controlarlos. La terapia junguiana no intenta hacer triunfar al yo racional, sino enseñarlo a integrarse de manera instintiva con el flujo de la vida. La libido, o energia vital, elemento cenral en ambas teorias, es concebido de manera totalemnte diferente. En Freud, la libido es la fuerza sexual que intenta perpetuarse en el acto reproductivo. En Jung, la libido es una energía igualmente poderosa, pero se presenta como amorfa, neutra y abstracta y cuya representación dependerá del contenido específico de cada neurosis particular. En Jung, la libidio puede ser sexual a posteriori, pero no en principio.
De esta diferente aproximación al inconsciente se deriva una diferente concepción de la neurosis. Para Freud, toda neurosis, es mala y debe erradicarse como si se tratase de una enfermedad infecciosa. Para Jung, en cambio, las neurosis no son necesariamente malas, son una oportunidad de lograr una mejor experiencia de la vida. Las neurosis son las alarmas que se encienden cuando el intento de crear una personalidad fracasa y la persona insiste una y otra vez en ella aún cuando le produzca angustia y dolor. El fin del psicoanálisis freudiano es la integración a la vida productiva, "ser capaz de amar y trabajar" en palabras del mismo Freud. La psicología analítica de Jung es mucho más ambiciosa, su objetivo es la individuación, que es el término que los terapeutas junguianos utilizan para referirse al fortalecimiento de la mente en su conjunto (y no solamente del yo) para el ejercicio gozoso y pleno de la vida, pero también, la aceptación de la inevitabilidad de la muerte y su significado. "Uno debe vivir como si su vida durase mil años, -- decía Jung-- y literalmente morirse de vida". En este sentido, la psicología analítica de Jung mantiene marcados vínculos con el budismo, no es casualidad que gran parte de los proceso de individuación usen el mandala como vía de exploración psíquica.

Mientras en la psicología freudiana el inconsciente está constituido por los recuerdos personales de la infancia y es dominado por el complejo de Edipo. En la psicología analítica el inconsciente está cargado de material atávico, primordialmente de arquetipos. Los arquetipos son formas milenarias de conducta que inconscientemente impulsan y condicionan nuestras acciones. Es decir, los arquetipos son la contraparte psíquica de los instintos: los pájaros tejedores, que saben como construir un nido sin necesidad de aprender, poseen un arquetipo en su mente, del mismo modo que las ballenas saben en que momento transladarse al sur para tener crías pues poseen al arquetipo de la migración que las obliga a ello. Los seres humanos, como homo sapiens, también tenemos arquetipos cuya misión es ayudar a guiarnos en el trayecto de la vida. Si por alguna razón, —cultural, familiar o personal—, un arquetipo es negado y no encuentra representación en nuestra vida, comenzará a sobrecargarse de libido y se conjugara con algún recuerdo personal para formar un complejo. "Las personas creen que tienen complejos, pero son los complejos los que lo tienen a uno" escribió Jung. A diferencia de Freud, cuya principal fuente de información sobre el contenido de las neurosis proviene del análisis de los sueños, es el comportamiento de los complejos el que revela a los analistas junguianos el tipo de conflicto al que se enfrentan. De este modo, si una persona, por cobardía o comodidad, ha desarrollado una personalidad demasiado pasiva y sumisa frente a los demás, su afición a las películas de acción y las revistas de armas revelarán que un complejo se está cargando.
Existen muchos arquetipos, entre los más importantes se encuentran el arquetipo de la madre, el de la vida, el de ego, el de sí-mismo, de la sombra, el de la muerte y el de personae.Personae, eran las máscaras que se colocaban los actores en las obras de teatro de la Grecia y Roma clásicas. Jung, con este término, se refiere a la máscara o "pose" que todos nos colocamos al interactuar con las personas que nos rodean y que incluye la apariencia personal y los objetos con los que nos rodeamos. Los doctores, los abogados y las estrellas de rock, poseen una persona (pose) bien definidas. La mayoría de las personae son usadas porque otorgan estatus o prestigio social al que las porta. El peligro radica en confundir la máscara con el verdadero yo, entonces nos volvemos una caricatura de nosotros mismo al dedicar gran parte de nuestra libido a sustentar la apariencia. En esos casos, el si-mismo no tiene oportunidad de iniciar el proceso de individuación. No es malo tener personae, siempre y cuando se amolden a nuestro desarrollo y no a la inversa. Un activista ambiental o un conferencista poseen personaecorrectas que los ayudan a relacionarse satisfactoriamente con los demás.
La dupla de arquetipos de anima-animus es de suma importancia, pues conforma la dualidad masculino-femenino que domina gran parte de nuestro desarrollo. Un número substancial de neurosis se derivan de la inadecuada comprensión de esta dualidad y sus muchas implicaciones. Cuando surge la neurosis, ciertos objetos o experiencias adquieren un carácter "numínico", es decir, una majestad y fuerza que pareciesen divinas. Esto es así porque dichos objetos han caído dentro de la órbita del complejo que produce el desequilibrio mental.

El arquetipo de la sombra esta relacionado con la compensación psíquica de nuestra consciencia. El arquetipo del ego se construye en base a los ejes razonamiento-sentimiento, intuición-evaluación que rigen la consciencia. Jung establece, además, dos tipos psicológicos esenciales: el tipo extrovertido y el introvertido. Dependiendo de como se construya el ego, la sombra lo refleja y compensa en el inconsciente. Si poseemos un ego demasiado introvertido, sentimental e intuitivo, nuestra sombra tendrá características extrovertidas, racionales y reflexivas. En muchos sueños la sombra aparece como portadora de regalos, de objetos que nos hacen falta.
Aún cuando lo sexual no conforma la guía rectora de la psicología junguiana, el arquetipo primordial del apareamiento está presente como un poderoso elemento. El arquetipo se patentiza al formar un complejo sobre el cual descansa el fenómeno de la transferencia ycontra-transferencia entre el paciente y el analista. Aquí también, como en el psicoanálisis, la transferencia se muestra como una útil fuerza que puede ser aprovechada para fortalecer el yo del paciente y que de este modo sea capaz de ver y asimilar el mensaje bienhechor del inconsciente.
En la psicología de Jung, le edad mediana, —alrededor de los cuarenta años—, marca una etapa de crisis, transición y renovación. El objetivo esencial de la vida que hasta ese momento consistía en recibir de los otros y fortalecer un yo inseguro, cambia pues el yo ya ha madurado y está satisfecho de recibir. Surge el interés hacia los otros, el desprendimiento y la preparación para la muerte. Si el camino de la individuación se lleva a cabo adecuadamente, surgirá una persona sabia, valiente y generosa que disfruta y esta satisfecha con su vida y carece de temor a la muerte.
Al igual que la de Alfred Adler, la terapia de Jung no es sólo retrospectiva, sino también prospectiva. Para estos investigadores y a diferencia de Freud, la pregunta interesante con respecto al inconsciente no es "¿qué ha pasado?" sino "¿qué se desea que pase?" La psicología analítica no sólo busca desmenuzar la psique en el análisis, sino integrarala en una nueva estructura a través de la síntesis psíquica o función trascendental de la terapia.
Fuente: http://www.wikilearning.com/monografia/la_psicologia_analitica_de_carl_jung/6363-

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