miércoles, febrero 04, 2015

¿CUÁLES SON TUS PREGUNTAS?



Hacernos preguntas, para dar respuesta a la sabiduría interna que pregunta, para encontrar nuevos caminos, para emprender nuevos proyectos, para salir de la zona de confort, para cambiar la forma de hacer las cosas, aquellas que no han funcionado, que no te tienen satisfecho, que no resultan, que pueden sacar lo más granado de ti.

Esas son las buenas noticias, la mala noticia es que estas preguntas no son fáciles, no están a la vuelta de la esquina, trascienden. Son preguntas que te llevan a la reflexión y a decidir, a explorar en tus aptitudes y cambiar de actitud en la forma como leemos el mundo.

A esas preguntas trascendentes se les denomina poderosas, porque te mueven del quiero al puedo y lo haré, del temor a la acción, de donde te encuentras a dónde quieres estar.

La psicoterapia y el coaching se fundamenta en las preguntas, preguntas con poder, el terapeuta y el coach lo que hacen es elicitar las preguntas que yacen en ti, pues tú eres quien tiene todas las respuestas. Tal vez hay preguntas que nunca nos las haremos, o tal vez implique un esfuerzo enorme el responderlas. Literalmente son preguntas irritantes, implican tomar acción, o tal vez decidir sobre algo que hemos venido dilatando, o asumir responsabilidad sobre un asunto.

Cada una de las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida nos tiene en el punto en que estamos, cada decisión ha marcado la diferencia, sin importar su magnitud. Y tal vez muchas decisiones las tomamos de forma automatizada, sin el mayor análisis y reflexión, te acuerdas del adagio de los abuelos “para dónde va Vicente… para donde va la gente”. No obstante hay decisiones que nos obligan a mirarlas de cara a la prospectiva, algo tan sencillo como qué es lo que quiero en mi vida, si sigo por esta ruta a dónde voy a llegar, para qué hago lo que estoy haciendo… Las preguntas abren un mundo de posibilidades, cuando las ponemos en marcha.

¿Quieres vivir mejor?, ¿tener mayor contento interior, más dinero, tiempo libre para compartir con tu pareja, tus hijos, tus amigos, salud estable? ¿Y estás dispuesto a ir por ello? ¿O crees que quien tiene el paquete completo es cuestión de suerte? Hay una relación directa entre las preguntas que nos hacemos y el compromiso con sus respuestas.

Comencemos con una pregunta simple: ¿qué hay en tu vida que puede ser mejor? ¿Qué tareas estás implementando para llevarlo a cabo?, puede ser que la respuesta no salga de inmediato, deja que siga resonando en ti, que se conecte con lo más íntimo de tu ser, que madure y aflore.

  • ¿Qué preguntas te animas a hacerte que te lleven a pensar? Qué tal estas 

  •  ¿Qué deseas en tu vida?

  • ¿Qué te traerá el logro de esos deseos?

  • ¿Qué es aquello que haces de manera fácil y te encanta?

  • ¿Qué es lo que te preocupa?

  • ¿A quién modelas? ¿Quién te inspira? 

  • ¿Qué te hace vibrar?

  • ¿Cómo cuidas tu cuerpo? ¿Cómo estaría mejor?

  • ¿Cuál es el alimento de tu espíritu?

  • ¿Qué sueñas con hacer y que todavía no te animas?

  • ¿Cuáles son los logros que te llenan de gozo?

  • ¿Qué huella de gustaría dejar?

Anímate a cuestionarte, respóndete, escríbelo en un papel, en ese cuaderno especial donde anotas tus sueños, tus pensamientos, tus rabias y enojos, tu día a día. Ese cuaderno que llevas a terapia, ese cuaderno que solo lo compartes con quien sabe de tu mundo sagrado.

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