miércoles, noviembre 13, 2013

El no me escucha…, ella no me entiende. Conflictos de pareja



Cuantas veces hemos oído la frase “él no me escucha” o “ella no me entiende“. De todos es sabido que las relaciones de pareja son complejas, ya que son dos personas las que unen sus vidas en un proyecto común. Y en esta unión están obligados a entenderse. Sin embargo, aunque resulte sencillo, el entendimientos se hace complicado, llevando en muchas ocasiones a la ruptura. Oiremos entonces aquello de “falta de comunicación” o la manida frase de “caracteres opuestos”.

En vías de resolver las diferencias, en muchas parejas se produce el “hablar por hablar”, donde tras conversaciones interminables, no se ponen de acuerdo y se termina por enquistar el conflicto. Y es normal que digan “… pero si nosotros hablamos ¿qué falla?”

No siempre hablar es sinónimo de solución. Para que la comunicación se fluida y fructífera, es necesario que se tengan en cuenta tres aspectos fundamentales. En primer lugar lo que quiero decir. En segundo lugar, por qué quiero decirlo y en tercer lugar y no menos importante, cómo voy a decirlo.

Teniendo en cuenta estas tres premisas, el decálogo para generar una comunicación productiva es:
Hablar cuando estemos calmados. Ante un conflicto se generan emociones intensas. Esto nos puede llevar a decir lo que no queremos y sentirnos después culpables. Es necesario esperar a calmarnos y hablar una vez estemos tranquilos y seamos “razonables”.
No dejar pasar los conflictos. Muchas veces se espera a que todo vuelva a la normalidad y no se trata el problema. Si se deja pasar el conflicto, este no se resolverá y muy probablemente aparecerá en el futuro.
Hablar del presente y no del pasado. Tener una visión constructiva ya que por mucho que hablemos del pasado, este no cambiará. Traer fantasmas del pasado, genera nuevos conflictos que ya estaban resueltos.
Ser específico en aquello que no nos gusta del otro. Utilizar expresiones como “no eres cariñoso”, es muy general. Hay que especificar comportamientos concretos.
Ser breve e ir a lo concreto. No emitir discursos. El diálogo se compone de la alternancia en el turno de palabra. Y por tanto no interrumpir. Dejar que el otro se exprese libremente y una vez terminado, manifestar nuestro desacuerdo si así fuese.
Evitar expresiones como “nunca”, “siempre”, “nada”. Cambiar por “algunas veces”y no emitir juicios de valor. Sobre todo “deberías”. Eso hace que nuestra pareja se sienta amenazada y tome una postura defensiva.
Buscar y llegar a acuerdos. Utilizar la premisa “yo gano, tú ganas”, en vez de “yo gano, tú pierdes”. Para ello ambos tienen que ceder.
Ser positivos. Utilizar un lenguaje positivo, alabando y reconociendo los aspectos positivos del otro.
Olvidar el orgullo. Este es la mayor barrera de comunicación en la pareja.
Hablar cada día 15 minutos de como ha ido el día, fomenta la comunicación y el entendimientos en la pareja.


“Deja hablar, escucha y ponte en el lugar del otro”

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