miércoles, marzo 28, 2012

EL ARTE ME RESCATA





El arte, dice la psicología Humanista Junguiana,  es la forma fina del animal, una manera de vincularse con esa fuente poderosa inconsciente, el Sí Mismo, un camino para recuperar el equilibrio del ser humano, para mejorar su calidad de vida, enfrentar una enfermedad, controlar el estrés. El arte ayuda a los chicos a expresar sus conflictos internos y apoya a aquellos que tienen necesidades educativas especiales. 

El arte es  una vía para tener un conocimiento mas profundo del Sí Mismo, una forma que  predice y refleja  los procesos personales y sociales y la posibilidad de resolverlos.

Todo hombre es creativo, es una necesidad imperiosa del ser.  Allí radica la importancia del arte,  como una manera de expresar su interioridad, que va mas allá de lo estético.  La expresión artística se conecta con el material que revisa el psicoanalista a través de los sueños y lo símbolos que allí aparecen, que no están mediados por la consciencia.     

La norteamericana Edith Kramer  considerada la pionera en la investigación sistematizada de este tipo de terapia y a Margareth Naumburg descubrieron  que  la expresión creativa  espontanea acercaba al  niño  al mismo aprendizaje que el método tradicional intelectual, afirmaba Naumburg en 1915,  “deben  restructurarse los métodos educativos actuales” esto,  aun no se cumple, y por ello nuestros niños no disfrutan la educación, la padecen.   

Es necesario bajar y conectarnos con los sentidos, conectarte con tu cuerpo,  el arte es un camino.  Existen otros, elije la opción que mas te llene: la danza, la poesía, la pintura, la escultura, el deporte, el yoga, la costura, la música, nadar, caminar por la playa descalzo, montar a caballo, cualquier forma que te lleve a tener a  pequeños momentos de iluminación será útil para alejarte de la neurosis individual, la neurosis colectiva.

En el video diez mil voces japoneses interpretan la 9 sinfonía de Beethoven (final), rinden  homenaje a las victimas del Tzunami de hace un año, que afectó al Japón. Siente, conectate con  el satori que experimenta el director.









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