jueves, febrero 19, 2009

El martirio del mal dormir

Un tercio de los españoles padece insomnio provocado por el estrés y la ansiedad.

El insomnio en es un martirio que mortifica a un 30% de los españoles. La inmensa mayoría de quienes lo padecen, un 85,3%, son víctimas del estrés, y la ansiedad. Lo constata uno de los mayores expertos y estudiosos del sueño en nuestro país, el doctor Eduard Estivill, coordinador de la Unidad del sueño del Hospital General de Cataluña y responsable de la clínica del sueño del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona. Durante dos décadas ha tratado Estivill a casi 25.000 pacientes con trastornos del sueño. Ha analizado esta enorme base de datos y quiere darles herramientas para que mejoren su descaso a través del libro 'El camino del sueño' (Now books). Lo ha escrito en colaboración con Yolanda Sáez de Tejada y ofrece un método sencillo para mejorar la calidad de sueño. Algo crucial si tenemos que cuenta que en una vida de 90 años pasaremos 30 dormidos y 60 despiertos.

Más de siete de cada diez pacientes del doctor Estivill acudieron a él debido a insomnio. «Cuéntame cómo vives y sabremos por qué duermes como duermes» les dice a todos. Y es que el acumulo de estrés y la ansiedad de unas ajetreadas e inacabables jornadas, el abuso de estimulantes y la mala alimentación, están en la raíz de un insomnio que afecta a un tercio de la población en las naciones desarrolladas.

Un tormento que castiga al doble de mujeres que de varones. Unas mujeres ((que se han incorporado al mundo del trabajo, pero sin dejar el trabajo de la casa, lo que duplica su carga de estrés» asegura el doctor Estivill, pediatra y neurofisiólogo que convirtió en súperventas títulos como 'Duérmete niño' o '¡A comer!'

El mal dormir es una bomba de relojería que mina la salud.
Los insomnes tiene un 40% más de posibilidades acrecientar la ansiedad que padecen, de sufrir depresiones, fatiga, accidentes de tráfico, irritabilidad, pérdida de concentración y memoria. «Se producen muchas más muertes por infarto de noche que de día», dice este gran especialista en una disciplina joven como la medicina de sueño.

Desgaste
«Ahora sabemos que el cerebro trabaja más durante el sueño que en la vigilia. Cuando dormimos, la corteza cerebral se desconecta y consumimos más glucosa -que es como la gasolina para el coche- para reparar el desgaste de la jornada. El cerebro revisa el aprendizaje y lo almacena y por eso de la calidad de nuestro día dependerá la calidad de nuestro sueño» «Hemos de preparar el sueño desde que abrimos los ojos» afirma Estivill.

«Las pastillas no son ni buenas ni malas, depende del uso que hagamos de ellas» dice Estivill, reconociendo enseguida que el mal uso -un 60% de los consumo- prima sobre el bueno. Automedicarse es la salida a la que recurren masivamente los insomnes para atajar su problema. «Por lo común sólo se consigue agravarlo», explica Estivill «Los hipnóticos no son siempre eficaces ni están indicados correctamente y a menudo generan problemas de adicción, tolerancia y dependencia» dice el doctor. Recuerda como «uno de cada tres españoles toma o ha tomado algún medicamento hipnótico, ansiolítico o antidepresivo» y como en el caso de los ancianos se recetan a menudo equivocadamente. Con la edad se reduce el número de horas de sueño necearias, pero a muchos mayores les parece que cinco horas no duermen, cuando son suficientes».

Siesta científica

Estvill es un fervoroso defensor de la españolísima siesta -«por fin se ha convertido en una recomendación científica»- pero no de esas siestas de pijama y orinal que preconizaba Cela. «Ahora sabemos que el cerebro necesita dos periodos de sueño cada 24 horas, uno largo y otro corto a las ochso hoars de despertar. Que una siesta de veinte minutos con siete minutos de sueño semiprofundo es suficiente para reparar el desagaste» «Lo saben muy bien los fabricantes de coches japoneses y estadounidenses que están imponiendo esa siesta corta. Lo hacen tanto por la salud del trabajador como por la demostrada mejora de la productividad, que se incrementa entre un 10 y un 15%», asegura.

Los también españolísimos horarios que practicamos -mas trasnoche que madrugones y almuerzos y cenas tardíos- hacen que los españoles durmamos una media de 40 minutos menos que los demás ciudadanos europeos.

Autor: Miguel Lorenci | Colpisa

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