domingo, septiembre 29, 2013

ENTENDIENDO LAS CAUSAS, EMPEZAMOS A SANAR

Por Jorge Carvajal, médico

El hombre es milagroso en cuanto que puede transformar su pasado. Algunos dicen “no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe ”, pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada.

Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.

La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tu respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir, se pregunta ¿qué pasa aquí que no están respirando En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas.

Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la auto-sanación. Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia? si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto. Eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas solo al frío. Las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo. Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia.

Si se que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿qué cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza. A veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar. La puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y como experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida.

Vamos a ver otro sentimiento, el miedo. Yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo. El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno. A ese nivel, hay un centro de energía muy importante y nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbo-sacra. Esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle “tú eres la mejor parte de mí mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también”.

Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo y logro transmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo. Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos. La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.

Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una perdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer. Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, se que su consciencia está conmigo, lo dejo partir, no lo amarro. Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papa o la mama pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana.

El sanador no lo hace por el paciente. Como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita. Realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión y la libertad del otro para sanarse. La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.

Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada.

La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia. Se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es. Cuando la paz se revela, germina el amor y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer o un lupus.

Pero no te culpes si no lo logras, porque tu participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse Superman. Uno puede ser muy orgulloso y decirse “estoy triste porque no me curé el cáncer”. Eso no es un fracaso. El cáncer es un maestro. A veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección. Uno no aprende medicina de un día para otro. Hay lecciones supremamente complicadas y difíciles. También nos diplomamos o nos especializamos en el alma. Cuanto más grande sea el desafío, mas grande es la oportunidad de crecimiento. Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas.

Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental: ¿Cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, que me quería decir esta actitud y esta enfermedad?

Cuando yo no digo NO en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO. La ira es la mejor estrategia de autoafirmación.

Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora. Es lo mejor de mi fuerza. Mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente. Ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana. Yo sabía cuándo mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo.

Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente. El hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira. La fuente de la ira es la necesidad de autoafirmarse y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.



Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo. La tolerancia no excluye la autoafirmación. La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito, abre una puerta de luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida.

"Iluminar la sombra es una aventura heroica"


Entrevista realizada y publicada por el diario La Nación a Alicia Schmoller, autora del libro La sombra. Cómo iluminar nuestros aspectos ocultos (Editorial Kier)

"La sombra es una parte integral de nuestra naturaleza humana.
Sin embargo, corremos a esconderla debajo de la alfombra en cuanto llega alguien.
Es que en su composición figura lo que no queremos ser o lo que suponemos socialmente inaceptable. También, lo que no sabemos que somos, nuestra zona desconocida.
Jung la consideró uno de los arquetipos fundamentales del inconsciente personal", explica la licenciada Alicia Schmoller.

"Una tarde estaba sentada en el jardín de mi casa, mirando la caída del sol.
Detrás, las mariposas nocturnas volaban alrededor de un farol, proyectando sombras que las hacían aparecer como murciélagos gigantescos. Y eso me asustaba. Pero cuando me daba vuelta para mirarlas podía verlas en su tamaño real, y entonces mi temor aparecía como algo divertido.
Lo mismo pasa con la sombra: cuando le damos la espalda se convierte en algo amenazante que sólo muestra su dimensión real cuando nos animamos a enfrentarla."

Schmoller es psicóloga egresada de la UBA. Entre 1977 y 1985 vivió en Nueva York, donde se especializó en psicología transpersonal.
Es autora del libro La sombra. Cómo iluminar nuestros aspectos ocultos.
"Sin embargo, todos los personajes inconfesables que pueblan la sombra tienen una razón de ser, una función, si no, no estarían allí.
Tomemos uno de ellos: la avaricia, particularmente desagradable, y veamos su historia.
Nació como consecuencia de algo que ocurrió cuando el autor de la sombra era muy pequeño y su familia vivió un período de extrema pobreza.
Eso desarrolló en el niño un gran temor a perder lo poco que tenía, y así se fue desarrollando hasta ocupar un espacio importante.

De la sombra no podemos escapar, tampoco la podemos destruir, la única actitud inteligente es asumirla e integrarla", agrega.

¿Cómo podemos saber qué hay en nuestra sombra?
Podríamos decir que todo lo que admiramos o rechazamos en otros existe en nuestro interior.
Un sábado por la mañana salí a caminar. En el bolsillo de mi abrigo llevaba las llaves de mi casa, un billete de cinco pesos y unas monedas.
Al rato, vi un mendigo sentado en la vereda y cuando le puse las monedas en el cuenco que sostenía, alzó la vista y su mirada, llena de agradecimiento, me conmovió hasta las lágrimas.
Unas cuadras más adelante encontré una mujer que se acercó a pedirme dinero. Pensé que podría repetir la misma experiencia gratificante y le entregué el billete de cinco pesos.

Sin embargo, en lugar de mostrarse satisfecha, me siguió insistiendo que le diera más, ya que el dinero que le había dado no le alcanzaría para alimentar a su hijo.
Su actitud me indignó, y seguí caminando furiosa.
Hasta que de repente me di cuenta de que los dos mendigos eran mis espejos.
El hombre representaba mi capacidad para sentirme agradecida por todo lo que me brindaba la Vida.
La mujer, un aspecto menos agradable pero no por eso menos real: la Alicia demandante que, independientemente de lo que le dieran, siempre quería más.
De todos modos, es importante recordar que en la sombra también se ocultan elementos positivos.

¿Por ejemplo?
• Una persona temerosa puede demostrar un grado de Valentía sorprendente durante una emergencia.
• Una persona egoísta puede exhibir repentinamente rasgos de gran generosidad, en estos casos la Valentía y la Generosidad son aspectos de la sombra positiva.
• Esto (las dos facetas) es lo que estamos haciendo a través de las Experiencias Grupales de Compasión. (actividades voluntarias en hogares, hospitales, geriátricos, etc.)

Los talentos y las actitudes que admiramos o envidiamos en otros, pueden estar reflejando cualidades propias que ignoramos.
A veces no es la actividad concreta sino cómo se desarrolla, se puede admirar a un gran ajedrecista por su disciplina y dedicación, y desarrollar esas características sin que eso implique dedicarnos a jugar al ajedrez.
Otra buena fuente de información sobre el contenido de nuestra sombra, son los comentarios de los demás.

Hace varios años, una paciente me comentó la siguiente frase: "Si una persona te dice que eres un burro, no le hagas caso. Si te lo dicen dos, cómprate una montura."

¿Cómo podemos integrar la sombra?
En primer lugar aceptándola.
Además, recordando que el mal (el guardián del umbral) es un aspecto constitutivo de la naturaleza humana que no puede ser eliminado.
Sin embargo, podemos aprender a reconocerlo y a lidiar con él.
La diferencia entre las personas buenas y las malas no reside en la ausencia de maldad, sino en que las primeras deciden conscientemente no actuarla.

El reconocimiento cotidiano de nuestras faltas y el desarrollo de sus antídotos, el amor, la tolerancia, la compasión y la aceptación, es el mejor ejercicio para reconocer y transformar la sombra.
En la medida en que no nos enfrentemos con los aspectos destructivos de la sombra, corremos el riesgo de destruir el planeta (fortalecemos en Inconsciente Colectivo de la Raza).
Nuestra responsabilidad por el estado en que se encuentra la humanidad puede parecernos insignificante, y tal vez lo sea.
Sin embargo, como subrayó Goethe:
"Si cada uno limpia su propia vereda, las calles estarán limpias".

¿Una reflexión final?
Iluminar la sombra es una aventura heroica.
Para quienes estén dispuestos a emprender esta tarea, les sugiero recordar y aplicar diariamente la siguiente plegaria:
"Que Dios me conceda:
La serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar;
El Coraje para cambiar las cosas que sí puedo cambiar, y
La Sabiduría para reconocer la diferencia".

miércoles, septiembre 25, 2013

¡Cambia tus películas!

Por: Luz Marina Hoyos Duque 

Pese a las apariencias, absolutamente todos somos iguales, sí, tenemos diferente nacionalidad, diferente color de piel, diferente tono, textura y forma de cabello, algunos somos de complexión delgada y otros gruesa, unos somos morenito chocolate, otros más morenitos aun y los hay también blancos alabastrinos o color leche como les dicen los niños. Culturalmente tenemos diversas manifestaciones, en algunas culturas es válida la poligamia, en la nuestra la monogamia, algunos somos monoteístas y otros politeístas. No obstante estas diferencias y la lista es mucho más larga, todos, absolutamente todos los seres humanos somos iguales, y esta verdad la encontramos cuando despojados de cada una de las capas superficiales llegamos por fin al centro del ser, el yo absoluto, el yo interno.

Las diferencias son capas exteriores, superficiales, que no permiten ver la realidad, obsérvalo a través de una cebolla, ésta posee una serie de capas externas, cuando quitamos cada una de sus capas llegamos por fin a la médula de la misma, entonces podemos ver y sentir su utilidad, aunque no te guste la cebolla, sigue siendo válido que ésta tiene capas y sólo cuando se las quitamos podemos ver su esencia.

Los seres humanos tenemos una serie de capas y cuando las quitamos entonces nos encontramos con la verdadera esencia del ser: encontramos que nuestra naturaleza es la paz, su expresión es el pensamiento y su acción es el amor incondicional, cuando nos identificamos con esa esencia honrándola y respetándola en los demás y en nosotros mismos entonces encontramos la armonía interior y exterior, las dudas, los temores y la enfermedad se apartan de nuestra vida.

Es absolutamente revelador esto: que nuestra naturaleza es la paz, si nos parece tan esquiva en la cotidianidad, si por cosas tan triviales como una discusión con la pareja, con un hijo, o con un compañero de trabajo la perdemos, también la perdemos porque no podemos colmar plenamente nuestros deseos, y este es precisamente el reflejo que vemos a nivel nacional.

Por qué perdemos la paz, porque olvidamos nuestra naturaleza divina; en el libro chocolate caliente para el alma, de Jack Canfiel y mMrk Hansen, hay una historia que me encanta y nos refiere precisamente a este olvido:

Sachi, tiene 4 años, hace dos días la mamita se fue al hospital y en pocos minutos regresará con papá, vendrán acompañados de su nuevo hermanito. Con el nuevo inquilino en casa Sachi pide: mamita, papito me permiten quedarme a solas con mi hermanito. Mamá y papa están muy asustados, no pueden permitirlo, es factible que Sachi tenga un común ataque de celos tan frecuente en los chicos de su edad y entonces golpee a su hermanito, no, repiten una y otra vez, pero Sachi, no se rinde, insiste, y la persistencia y constancia en su suplica por fin recibe el premio: está bien Sachi puedes quedarte a solas con tu hermanito. Sachi sale emocionada, entra corriendo al cuarto y cierra de un portazo, por el impacto, la puerta queda entreabierta, papá y mamá pueden saber lo que sucede allí adentro: observan que Sachi se acerca a la cabecera del bebé y muy quedo le dice: hermanito vamos, dime recuérdame cómo es Dios, creo que lo estoy olvidando.

Tal vez igual que a Sachi, a ti y a mí se nos está olvidando que nuestra naturaleza es absolutamente divina. Hemos permitido que los temores, las dudas y las expectativas sean nuestros inquilinos permanentes, robándonos ese derecho divino que adquirimos al nacer: la paz y la armonía interior.

Regresar a la fuente es entonces el objetivo, cuando retornamos a ella, recuperamos la expresión pura del pensamiento y podemos proyectar la acción de ese pensamiento a través del amor incondicional aquel que da sin esperar nada a cambio.

Bueno y cómo es que nos olvidamos de esa naturaleza divina para meternos en los rollos que la cotidianidad nos trae. Pues bien, el elemento que entra a jugar un papel determinante son los hábitos mentales, a partir de la experiencia que tenemos con las personas con las que nos identificamos desde nuestra primera infancia. Esos hábitos mentales constituyen los condicionamientos, algunos importantes para nuestra supervivencia. Si bien esos condicionamientos son importantes para preservar la vida, existen otros nocivos que lo único que hacen es debilitar nuestra estructura mental y menguar la salud, uno de ellos muy frecuentes es el de tremendizar. Esto es, llevar situaciones a sus extremos máximos posibles. Crear películas mentales fatalistas.

Es el caso de la madre que está esperando a su hijo y como se está demorando ella empieza a pensar: qué tal que lo hubiesen atracado, qué tal que lo hubiese atropellado un carro, qué tal que lo hubiesen secuestrado, que tal que...

Esta conducta de tremendizacion es absolutamente devastadora para el sistema inmune del cuerpo, somos más fácil presa a las enfermedades, porque la mente no distingue entre lo que sucede en forma real y las creaciones (proyecciones) mentales o pensamientos, o si no observe las reacciones que tienes: tu corazón late aceleradamente, tu presión cardiaca es mayor, igual tu presión arterial, tus palmas están sudorosas, las pupilas dilatadas, un cuadro tal y como si las cosas estuviesen pasando en forma real.

A lo que conduce este hábito, es a crear una situación de stress y angustia constante, por todo tipo de situaciones: si el marido se demora, si eres llamado a comparecer ante el presidente de la compañía, si se incrementa el costo de vida, si la hija sale de paseo, si....absolutamente por todo, este tipo de postura conduce a deteriorar la salud física, mental y emocional.

Qué hacer entonces para dejar esta actitud de tremendizar, existen varias estrategias, fáciles, sencillas, aplícalas, me sentiré encantada de ayudarte en esos difíciles momentos, además te verás y sentirá más dueño de tu propia vida, lo mejor, empezarás a recuperar tu verdadera esencia.

Las tres técnicas son: estiramiento, respiración y observación. Son tres opciones para aplicar de manera individual, si el tiempo y espacio lo permite, practica una después de otra, en su orden.

1. Estiramiento: estírate como un gatito, desperézate, involucra cada una de las partes de tu cuerpo de arriba abajo o a la inversa. Una alternativa es empezando a tensar cada parte con total potencia, una contracción poderosa y corta y luego sueltas.

2. Respiración: observa tu respiración y exhalación. Pon mucha atención, verifica que al inhalar expandes el vientre y al exhalar lo contraes. Mucha gente no sabe cómo hacerlo correctamente. Hazlo muy, muy despacio, de lo contrario podrías hiperventilarte y obtener el resultado contrario.

3. Observación: es la reina de las técnicas, mira, observa tu mente, tus pensamientos. Te encontrarás con una sorpresa, cuando observas a la mente, ésta se avergüenza, y todo pensamiento se detiene. Permites entonces que una deliciosa paz te envuelva.

Te abrazo,


martes, septiembre 24, 2013

Mozart, terapéutico

Redacción BBC Mundo
El nombre de Wolfgang Amadeus Mozart, a través de los últimos 250 años trascendió más allá del campo de la música, tanto así que para algunos se convirtió en el "efecto Mozart".

Los especialistas de los centros Tomatis aseguran que la música de Mozart sirve como terapia para los niños.

Esto no es otra cosa que el presunto efecto que tienen sus piezas sobre quienes las escuchan, que aseguran algunos especialistas estimularía la inteligencia, capacidad de concentración o incluso serían la terapia para algunos desórdenes relacionados con el cerebro.

Sobran las anécdotas sobre este tema. El actor francés Gerard Depardieu asegura que Mozart le quitó la tartamudez a su hijo; en internet hay cientos de casos de madres que aseguran que sus hijos con autismo han mejorado por la misma causa; asimismo hay anécdotas similares en epilepsia, acné, depresiones y hasta de quienes sufren de Alzheimer.

¿Pero hay evidencia científica?

Pruebas de laboratorio

El tema fue objeto de estudio durante más de 40 años por parte de un investigador francés, Alfred Tomatis, quien utilizó las melodías del compositor austríaco para tratar patologías de diferente índole en niños y adultos discapacitados.

El "efecto Mozart" es tema de debate en la comunidad científica.

Su trabajo fue reconocido por la Academia de las Ciencias y Medicina de Francia, y actualmente existen centros de tratamiento Tomatis en Estados Unidos, Europa y América Latina. Además existe un libro donde el científico explica las bases de su investigación.

En 1993 una universidad estadounidense también inició estudios en la materia haciendo pruebas de razonamiento espacio-temporal (razonamiento con imágenes para resolución de problema) sobre estudiantes. Los resultados indicaron que quienes fueron expuestos a la Sonata D para Dos Pianos de Mozart lograron mejores resultados.

Desde entonces se han efectuado proyectos de investigación en diversos centros académicos en busca de más respuestas al "fenómeno Mozart", incluyendo las averiguaciones que pretenden aclarar el verdadero efecto que provocaría la melodía del músico austríaco.

Creo que no podemos probar o desechar nada (...) para ser bien honestos, todavía no hemos comprendido bien por qué la música tiene semejante influencia sobre el cerebro   Don Campbell


No obstante, quienes trabajan actualmente con el llamado "método Tomatis" defienden su efectividad.

"A nivel general logramos conciencia y atención. Un niño con problemas de atención, que es hiperactivo, con una inteligencia adecuada, con el método empieza a atender y tener conciencia de lo que escucha", aseguró Sylvia Carrasquilla, consultor de un centro Tomatis -fundado por el científico francés- en Bogotá, Colombia.

Pero aclara: "no consideramos que hacemos medicina sino una terapia; es algo entre tradicional y alternativo".

El método

De acuerdo a lo que explican los especialistas del centro Tomatis bogotano, se utilizan diferentes tonalidades de Mozart en el tratamiento, según la intensidad de las ondas hertzianas que emitan, que van desde 125 hertz a 9.000 hertz.

El oído electrónico que filtra las melodías en los tratamientos de musicoterapia.

La música grave (125-700 hertz) de Mozart se utiliza para terapias relacionadas con el área motora, la verticalidad y síntomas corporales; una tonalidad media (1000-3000 hertz) sería la ideal para problemas de comunicación en el paciente; mientras que la variación aguda (3000-9000 hertz) se aplica para ayudar en tratamientos para el aspecto emocional.

Sin embargo, esto no significa que cualquier persona, de sentirse deprimida, por ejemplo, simplemente debería recurrir a la sinfonía 40 de Mozart como remedio.

"No es lo mismo poner a Mozart en casa porque nosotros utilizamos unos aparatos electrónicos sofisticados (llamado el oído electrónico) en el que filtramos la música para llegar a las ondas hertzianas deseadas para el paciente", explica Carrasquilla.

Diferencias de criterio

¿Y por qué Mozart y no Bach o Beethoven? La consultora del centro Tomatis de Bogotá explicó que es un asunto de la intensidad de las melodías.

Hay terapias para adultos, que ayudarían a mejorar la organización personal.

"Mozart trabajó con frecuencias muy altas -especialmente con flautas y violines- y es ideal para la terapia de escucha ya que está entre los 125 y 9000 hertz que son los necesarios para las terapias", señaló.

"Además este fue un músico con composiciones hechas a temprana edad, por lo que tiene una melodía muy dinámica, que le da energía al cerebro, que no está contaminada emocionalmente, de ahí que a las personas les transmitimos esta energía", apuntó la especialista.

El debate sobre este tema se ha mantenido presente en la comunidad científica.

Una de las primeras que estudió el tópico -luego de Alfred Tomatis-, fue Frances Rauscher , de la Universidad de Wisconsin, en EE.UU., quien reconoce que su trabajo probó que los estudiantes lograban un mejor razonamiento espacio-temporal tras escuchar a Mozart, pero que ello no se traducía en un incremento del coeficiente intelectual.

Por su parte, el músico y empresario estadounidense Don Campbell, ha publicado libros y discos del compositor austríaco sobre la presunta existencia del "efecto Mozart". No obstante, en una reciente entrevista con la revista TIME, admitió: "Creo que no podemos probar o desechar nada (...) para ser bien honestos, todavía no hemos comprendido bien por qué la música tiene semejante influencia sobre el cerebro".

La 'sombra' o cómo el enemigo del amor no es el odio, sino el miedo


Carl Gustav Jung, el gran psiquiatra y psicoanalista suizo, durante un sueño sintió la presencia de una tenebrosa sombra que le seguía. De repente Jung se dio cuenta de que lo que le seguía no era sino su propia sombra. Desde aquel sorprendente hallazgo hemos podido entender muchas cosas que hasta ahora se nos escapaban. ¿Por qué algunas personas nos caen especialmente mal? ¿Es sólo por lo que hacen o también por su forma de ser?

La sombra y el ideal

Cuando éramos pequeños, nos dimos cuenta de que para ser aceptados en nuestro entorno familiar y social teníamos que ser de una forma determinada. Algunos de los rasgos que conformaban entonces nuestra personalidad sencillamente no encajaban en lo que se esperaba de nosotros. Por eso tuvimos que ocultarlos en algunos de los rincones de nuestro inconsciente, para que no afloraran en nuestra vida y pudieran dar lugar a lo que tanto temíamos: que fuéramos rechazados. Entre los rasgos que tal vez ocultamos podría estar una cierta rebeldía o incluso una marcada creatividad.

Es como si por un lado representáramos un papel y por el otro, intentáramos esconder al personaje real

Fuera lo que fuera, si no encajaba en el ambiente en el que crecimos, había que suprimirlo. Jung llamó a todos estos rasgos ocultos “la sombra” y, para él, dicha sombra nunca se quedaba quieta y, al igual que en su sueño, nos perseguía para aflorar en los momentos más inesperados e inoportunos saboteando escandalosamente nuestra vida.

Junto a “la sombra” que representa lo no aceptado de uno mismo, las personas desarrollamos lo que Freud llamaba “el ideal del yo”, una especie de máscara que nos ponemos para encajar en nuestro entorno. Es como si por un lado representáramos un papel y por el otro intentáramos esconder al personaje real.

La fractura de la identidad

Si traigo hoy esto aquí es porque creo que es importante entender que muchas neurosis, con el consiguiente sufrimiento y con el inevitable daño a las relaciones interpersonales, proceden de esta fractura en nuestra identidad. La integración de la sombra es algo que puede ayudarnos mucho a vivir de una manera más sana y equilibrada. No se puede realmente querer a otra persona si uno no se quiere a sí mismo. Querer de verdad es acoger en su totalidad lo que una persona es. Reconocer que hay partes nuestras que no nos gustan pide mucha humildad y un gran coraje, pero uno no puede cambiar si por dentro está dividido. Uno no puede cambiar si cree que hay partes de sí mismo que no tienen derecho a vivir. Lo que nos hace más daño no es en sí el defecto que vemos en nosotros o que en su momento vieron otros, sino nuestro rechazo a aceptarlo. Por otra parte, eso mismo que no queremos aceptar y reconocer en nosotros, lo proyectamos en ciertas personas a las que, por algunos rasgos de su personalidad, es fácil colocarles el “San Benito”. Por eso, el no reconocer la propia sombra hace que la proyectemos en otros, donde es más fácil rechazarla. Quien no reconoce su rasgo rebelde, encontrará insoportable a aquellas personas que muestran lo que para él es una excesiva rebeldía. Vemos “la paja” en el ojo del otro y no vemos “la viga” en el nuestro, nos recuerda un texto bíblico.

Uno no puede cambiar si cree que hay partes de sí mismo que no tienen derecho a vivir

Ocultar “la sombra” y mantener “la máscara” consume mucha energía y por eso, no es extraño que estemos a veces tan agotados. Si queremos tener más vida, serenar nuestro corazón y alegrar nuestra alma, en nuestra casa interior hemos de acoger a esos personajes sombríos que tan poco nos agradan. Acoger no significa quedar a merced de ellos o quedar sometidos por ellos, sino sencillamente reconocer que son también una parte nuestra.

Al final “la sombra” se creó porque alguien nos puso condiciones para que nosotros pudiéramos ser amados. “La sombra” se mantiene porque también nosotros nos ponemos condiciones para querernos. Un amor sin condiciones, abrazando lo que somos en su totalidad, es lo que cura todos los males porque elimina nuestro miedo. El enemigo del amor no es el odio, sino el miedo.

lunes, septiembre 23, 2013

SOPA DE PIEDRAS



Hace muchos años, y después de que había acabado una guerra, un determinado país había terminado en muy malas condiciones. Como ya es sabido, las guerras traen consigo rencores, envidias, muchos problemas, muchos muertos y mucha hambre. La gente no puede sembrar, ni segar y no hay harina ni pan. En ese tiempo llegó a un pueblecito un soldado agotado, harapiento y muerto de hambre. Era muy alto y delgado. Hambriento llegó a una casa, llamó a la puerta y cuando vio a la dueña le dijo: -Señora, ¿No tiene un pedazo de pan para un soldado que viene muerto de hambre de la guerra? La mujer le mira de arriba a abajo y responde: -Pero, ¿Estás loco? ¿No sabes que no hay pan, que no tenemos nada? ¡Cómo te atreves! Y a golpes y a patadas lo sacó fuera de la casa. ¡Pobre soldado!. Prueba fortuna en una y otra casa, haciendo la misma petición y recibiendo a cambio peor respuesta y peor trato. 

El soldado, casi desfallecido, no se dio por vencido. Cruzó el pueblo de cabo a rabo y llegó al final, donde estaba el lavadero público. Halló unas cuantas muchachas y les dijo: -¡Muchachas! ¿No habéis probado nunca la sopa de piedras que hago? Las muchachas se mofaron de él diciendo: -¿Una sopa de piedras? No hay duda de que estás loco. Pero, había unos niños que estaban espiando y se acercaron al soldado cuando éste se marchaba decepcionado. -Soldado, ¿te podemos ayudar? Le dijeron. -¡Claro que sí! Necesito una olla muy grande, un puñado de piedras, agua y leña para hacer el fuego. Rápidamente, los chiquillos fueron a buscar lo que el soldado había pedido. Encendieron el fuego, pusieron la olla, la llenaron de agua, lavaron muy bien las piedras y las echaron hasta que el agua comenzó a hervir. -"¿Podemos probar la sopa?" preguntaron impacientes los chiquillos. -¡Calma, calma! El soldado la probó y dijo: -Mm... ¡Qué buena, pero le falta una pizquita de sal! -En mi casa tengo sal -dijo un niño. Y salió a por ella. La trajo, y el soldado la echó en la olla. Al poco tiempo volvió a probar la sopa y dijo: -Mm... ¡qué rica! Pero le falta un poco de tomate. Y un niño que se llamaba Luis fue a su casa a buscar unos tomates y los trajo enseguida. En un periquete los niños fueron trayendo cosillas: patatas, lechuga, arroz y hasta un trozo de pollo.

La olla se llenó, el soldado removió una y otra vez la sopa hasta que de nuevo la probó y dijo: -Mm... es la mejor sopa de piedras que he hecho en toda mi vida. ¡Vengan, vengan, avisen a toda la gente del pueblo que venga a comer! ¡Hay para todos! ¡Que traigan platos y cucharas! El soldado repartió la sopa. Hubo para todos los del pueblo que, avergonzados, reconocieron que, si bien era verdad que no tenían pan, juntos podían tener comida para todos. Y, desde aquel día, gracias al soldado hambriento, aprendieron a compartir lo que tenían. Anónimo

Estos son los hábitos de las personas verdaderamente felices




LA FELICIDAD, AUNQUE TIENE FAMA DE SER UN ESTADO DIFÍCIL O AUN IMPOSIBLE DE CONSEGUIR, PUEDE VERSE SIN EMBARGO COMO UNA COINCIDENCIA DE CIRCUNSTANCIAS, LA SUMA DE ELEMENTOS QUE, COMO ESTOS HÁBITOS, CUANDO SE REÚNEN NOS HACEN UN POCO MÁS FELICES DE LO QUE ÉRAMOS.

La felicidad es, casi desde cualquier punto que se le mire, uno de los propósitos más esenciales del ser humano. Las definiciones de felicidad, aquello con que esta se identifica, pueden variar si toman en cuenta circunstancias culturales e históricas, pero quizá, después de todo, lo que permanezca constante sea la búsqueda de la felicidad como una de las metas que han orientado desde siempre muchas de las acciones humanas.

¿En dónde se encuentra la felicidad? ¿En la calidad de las relaciones que mantenemos con nuestros semejantes? ¿En el dinero que ganamos por lo que hacemos? ¿En las cosas que compramos? ¿En la calidad de nuestra alimentación? ¿En la frecuencia de nuestras relaciones sexuales? ¿En los hábitos nos brindan bienestar corporal? ¿En el bienestar intelectual? ¿En la estabilidad de nuestras emociones? ¿Dónde?

Es posible que ahí y también en otros lugares, que sea al mismo tiempo un elemento que hace la diferencia y, por otro lado, una suma, una coincidencia de múltiples factores que, reunidos, otorgan ese improbable estado que conocemos como felicidad.

La ciencia, por su parte, no ha permanecido ajena a este asunto, y existen numerosas investigaciones que alguna aportación tienen al respecto.

A continuación enlistamos algunos de estos estudios, según los cuales existe un puñado de hábitos que, al tenerlos, nos ayudarán a conseguir o a acercarnos un poco el fuego vital de la felicidad.

Las personas felices conviven con personas felices

La felicidad es contagiosa. Investigadores de la Framingham Hear Study estudiaron por más de 20 años a personas que se encontraban preferentemente entre personas felices, descubriendo que de esta manera aumentaba su probabilidad de que ellas mismas fueran felices en el futuro.

Sonríen cuando tienen que hacerlo

La sonrisa puede o no ser un gesto común, frecuente: en buena medida depende del individuo. Si este tiene pensamientos positivos, felices, igualmente puede ser que una sonrisa acuda con más facilidad y naturalidad a su rostro. Curiosamente, según algunos estudios falsear una sonrisa durante una situación poco agradable puede empeorar el estado de ánimo.

Perseverancia.

Peter Kramer, psicólogo, asegura que la perseverancia y no la felicidad es lo opuesto de la depresión. Al parecer si hay algo que distingue a quienes son felices es su actitud ante el fracaso: siempre saben reponerse.

Intenta ser feliz

Un par de estudios publicados recientemente sostienen que basta con intentar ser feliz —con proponérselo, con buscarlo— para fortalecer el bienestar anímico, en especial en esos ámbitos que implican emociones positivas.

Celebrar también los pequeños triunfos

Los triunfos personales, casi sin excepción, nos llenan de felicidad. Sin embargo, lo usual es pensar estos como las grandes victorias, aquellas que se consiguen solo a costa de esfuerzo y aun sacrificio. ¿Pero qué pasa con los triunfos más modestos que se tienen cotidianamente? ¿No puede considerarse también digno de reconocimiento llegar puntualmente a una cita, terminar un libro, haber hecho reír sinceramente a alguien?

Gusto por los placeres sencillos

Como en el punto anterior, en el caso del placer existe también un reino de lo sencillo, lo minúsculo quizá, que a veces pasa desapercibido pero es capaz de proveer tanta o más satisfacción que los llamados grandes placeres. Darle sentido a las pequeñas acciones, ser agradecido con los dioses mínimos de la vida, está asociado con una sensación generalizada de regocijo.

Las personas felices hacen el bien a los demás

La felicidad puede mirarse también como un circuito que se nutre a sí mismo y así se sostiene (y de paso sostiene al mundo): hacer feliz a alguien tiene como consecuencia que otra persona haga feliz a ese primero de la cadena. Solo que, claro, aquí no hay primeros, ni últimos, sino solo una fuerza que se mantiene circulando entre quienes emprenden acciones en beneficio de otros. Según se publicó hace poco, por ejemplo, el trabajo voluntario repercute positivamente en tu salud.

Dejarse llevar

Cuando hacer algo nos complace, es muy frecuente que perdamos la sensación del transcurso del tiempo. Aquello que hacemos es tan satisfactorio, que todo lo demás deja de importarnos, incluso el paso de los minutos. Al parecer entregarse de esta manera a una actividad altamente satisfactoria —que también implica motivación y cierto grado de desafío— es importante para sentirnos felices.

Profundidad de una conversación

Hace poco la revista especializada Psychological Science publicó un estudio en el que mostró cierta tendencia de las personas felices por preferir conversaciones profundas, sustanciosas, en vez de plásticas sobre temas menores o banales. Al parecer es notablemente más satisfactorio hablar, por ejemplo, de la situación sentimental por la que se atraviesa en ese instante y no, digamos, del clima.

Gastar el dinero en otras personas

El dinero no compra la felicidad, pero al parecer, cuando se gasta en otras personas y no en uno mismo, aumenta la sensación de ser feliz. Al menos eso es lo que sostiene esta investigación.

Saber escuchar

Escuchar puede considerarse una de las habilidades fundantes del ser humano. Escuchar implica reconocer la existencia del Otro, respetar su visión de mundo, estar dispuesto a conocerla y aun aprender algo de ello. Escuchar requiere y genera confianza. Escuchar hace al Otro sentirse acogido, útil en el sentido de que sus palabras transformaron de algún modo la realidad de la persona que verdaderamente las escuchó.

Preferencia por las relaciones cara a cara

En nuestro tiempo pareciera que la tecnología de telecomunicaciones que tenemos a nuestra disposición es más que suficiente para estar en contacto con nuestros amigos, familiares e incluso nuestra pareja. La nuestra parece una soledad inédita, una soledad acompañada: una persona puede pasar todo el día frente a su computadora y, aun así, haber entrado en contacto con decenas o miles de semejantes, algunos más queridos que otros. Con todo, el movimiento anímico que implica tomar un autobús, un taxi o un avión para ir a ver a un ser querido —y después de esto, efectivamente verlo, estar con él— tiene repercusiones en nuestra necesidad de sentirnos parte de algo o de alguien, además de que el contacto físico disminuye las sensaciones ligadas con la ansiedad.

Ver el lado bueno de las cosas

El optimismo, tan atacado desde hace varios años, tiene sin embargo sus virtudes, quizá la principal el hecho de que ver el lado bueno de las cosas disminuye el estrés y sus síntomas, además de que incrementa nuestra tolerancia al dolor. Un estudio reciente mostró que tener una actitud positiva mejora la salud de quienes tienen padecimientos cardiacos.

Aprecia la música

La música, como una de las manifestaciones más elevadas del espíritu, mucho tiene que ver en la consecución de la felicidad. En esta investigación, por ejemplo, se notó que la música que escuchamos puede afectar la manera en que percibimos el mundo: una tonada triste nos hará ver un mundo triste, mientras que una feliz quizá aumente esa misma felicidad para el mundo.

Desconéctate

Aunque se trata de un fenómeno demasiado cercano (todavía) para estudiarse, varias voces han señalado ya los alarmantes niveles de ansiedad que acompañan nuestra vida perpetuamente conectada. El teléfono portátil, la computadora y otros gadgets mantienen casi de tiempo completo una parte de nosotros en ese otro mundo que es Internet y sus territorios. El fin de semana pasado el escritor estadounidense Jonathan Franzen publicó en The Guardian un ensayo en el que, entre varias otras cosas, denuncia este vicio del mundo contemporáneo en el que “tenemos que decir adiós a la estabilidad laboral y hola a una vida llena de ansiedad. Nos tenemos que volver tan incansables como el capitalismo”. Ante este panorama, ¿desconectarse no parece una alternativa deseable para la salud emocional? ¿Qué pasaría, por ejemplo, si dejaras Internet por un año?

La importancia de la espiritualidad

El cultivo de la espiritualidad nos hace reconocer que somos algo más que materia. Que una parte muy importante de nosotros está hecha de elementos intangibles pero valiosos. En casi todos los casos la espiritualidad y el reconocimiento de lo sagrado en el mundo nos hacer ser agradecidos, generosos, pacientes, tolerantes, además de otras actitudes que, cuando practicadas, redundan en nuestra propia felicidad.

Ejercítate

Es sabido que el ejercicio físico libera endorfinas, además de otras sustancias neuroquímicas que modifican nuestra actitud frente al mundo, casi siempre otorgándonos una sensación satisfactoria de la realidad. El ejercicio disminuye el estrés y algunos síntomas de la depresión, además de mejorar nuestras habilidades cognitivas y hacernos apreciar más nuestro cuerpo.

Busca la naturaleza

Una caminata de veinte minutos revitaliza, tanto el cuerpo como la mente y el espíritu. De acuerdo con numerosos estudios, el contacto con la naturaleza despierta las sensaciones de bienestar y felicidad en quien así lo experimenta.

Duerme bien

Cada persona tiene su propio ritmo de sueño y descanso, pero en todos es importante que este se cumpla para que lo mismo el estado anímico que el bienestar corporal funcionen correctamente.

Ríe tanto como puedas

Reír es más que una expresión: es toda una reacción química de nuestro cuerpo en la cual se liberan sustancias que combaten el dolor y la tensión, fortalecen el sistema inmune e incluso, como el ejercicio físico, controlan el apetito y reducen el colesterol.

Fuente: http://pijamasurf.com

domingo, septiembre 22, 2013

EL SOBREPESO. MECANISMO DE PROTECCION



ENVIADO POR MARIA CLEMENTINA

Hay pocos síntomas en biodescodificación que sean tan multifactoriales como el sobrepeso, vamos a dedicar este post a algunas de las descodificaciones más frecuentes, teniendo en cuenta que el sobrepeso funciona como si fuera un pastel: así, si uno descodifica un trozo de tarta puede que solucione una parte del sobrepeso que tiene y si todavía hay un exceso de peso, habrá que seguir trabajando en otras partes del pastel…

Ya hace un tiempo que tengo cada vez más claro que adelgazar o engordar no tiene mucho que ver con lo que comemos, todos hemos oído casos de personas que haciendo dieta no consiguen adelgazar o que recuperan su peso inicial al cabo de poco tiempo, otras personas que comiendo más o menos lo mismo pueden oscilar fácilmente entre 6 y 10 kg en cuestión de semanas, por no hablar de las diferencias interpersonales respecto al peso que solemos atribuir al metabolismo, la constitución o a la genética pero que en realidad están mucho más relacionadas con lo que está ocurriendo en sus vidas y las emociones que están viviendo.

Dicho esto, vamos a definir primero lo que entendemos por sobrepeso, porque aquí también hay diferencias culturales notables y mucha presión social para mantenernos en unos cánones estéticos que no siempre son saludables…

La OMS define el sobrepeso a través del Índice de Masa Corporal (IMC) que es el resultado de dividir el peso de una persona por su altura al cuadrado… y existen unos baremos para tener una idea general de si existe o no sobrepeso:

Un IMC inferior a 18.5 sería considerado bajo peso

Un IMC entre 18.5 y 25 sería considerado “normal”

Un IMC entre 25 y 30 sería considerado sobrepeso

Un IMC superior a 30 sería considerado obesidad

En este enlace de la OCU hay una calculadora muy práctica en la que introduces tus datos y te indican directamente tu IMC.

Una de las primeras preguntas que hacemos a pacientes que consultan por sobrepeso es el número de kilos de más, ¿cuantos kg. le parece a la persona que le sobran?… y esto es importante porque es un dato subjetivo, una percepción personal, una cifra que viene del inconsciente y que contiene información importante que podemos utilizar para el tratamiento.

Por ejemplo, una mujer con sobrepeso respondió a esta pregunta diciendo que ella creía que le sobraban 24 kg. (y no dijo 20 o 26), la cuestión es que antes de consultar había probado de todo (dietas, ayunos, deporte, terapias de varios tipos…) y no conseguía bajar de ese peso… Se le preguntó que había pasado a los 24 años o a los 24 meses y la respuesta surgió rápidamente acompañada de un mar de lágrimas. Perdió a su madre cuando tenía 24 años, que murió de cáncer y la cuidó durante sus últimos meses de su vida. (Caso de Salomon Sellam)

Es un caso de duelo bloqueado en el que se dió el mecanismo de incorporación, que consiste en que la persona incorpora en su cuerpo de esta forma a alguien que ya no está… Durante la semana siguiente al tratamiento esta mujer bajo 5 o 6 kg. hasta que de forma natural y sin hacer ningún esfuerzo recuperó su peso. También se puede dar este fenómeno cuando alguien no consigue bajar de cierta cifra y siempre tiene que ver con un evento traumático relacionado con el abandono y la falta de protección.

El sobrepeso está relacionado con el síndrome del abandono o con la sensación de haber sido abandonado, aunque muchas veces la persona no llegue a ser consciente de ello… y si nos vamos al sentido arcaico: estar solo en la naturaleza equivale a una muerte segura, sobretodo cuando somos pequeños, así que se activan automáticamente mecanismos de protección:

La sensación de estar solo produce un derrumbamiento de la existencia profunda, a nivel biológico de solicita la función renal para retener el máximo de agua en el interior del organismo y se traduce en retención de líquidos.

La falta de alimentos pone de relieve la necesidad tener reservas de alimentos para poder aguantar el mayor tiempo posible, lo que me lleva a almacenar grasas y a modificar el metabolismo de los lípidos para seguir construyendo el organismo.

La sensación de estar perdido, solicita las glándulas suprarrenales que se relacionan con la secreción de cortisol, que se relaciona a su vez con el cansancio matinal y la tendencia a la inmovilidad física y mental.

La impotencia de no poder hacer nada más que soportar este abandono, lleva al sentimiento de desvalorización que tiene que ver con todo el sistema osteo-articular, así como con la sangre, los diferentes tejidos y la grasa.

La vulnerabilidad ante depredadores me puede llevar a usar la técnica del camuflaje o la transformación física para pasar desapercibido, o aumentar el volumen para impresionar a los enemigos, para ser vistos/reconocidos por los miembros de mi clan o ponerme un escudo protector para hacer frente a los depredadores.
El miedo frontal es el que pone a la persona en un estado de constante atención y vigilancia para poder identificar el peligro lo antes posible y reaccionar a tiempo.

La gestión del tiempo es de vital importancia, lo que solicita a la tiroides para activar el metabolismo para poder huir en caso de agresión.

A su vez el tejido adiposo (grasa) en el cuerpo tiene varias funciones que nos dan algunas claves más para entender cual es el sentido biológico de acumular tejido adiposo en el cuerpo: está al servicio de los demás, da soporte (literal en el caso de los riñones por ejemplo), es un protector térmico (aislante) y mecánico (golpes), está presente en todo el cuerpo, almacena las reservas de energía, está relacionado con la producción de lectina que nos provoca sensación de saciedad, y finalmente tiene una función respecto a la identidad sexual y a la necesidad de reproducirse (es por esto que las mujeres tienen un 20% más de grasa que los hombres, porque es necesaria para poder llevar a término un embarazo y amamantar al bebé)

Muchas veces este síndrome de abandono se produce durante la infancia, así que es muy común que las personas con sobrepeso se hayan estructurado justamente alrededor de este conflicto, con lo que nos encontramos con conflictos estructurantes que son creencias muy instaladas en la persona, diría que centrales en su estructura de personalidad, muy presentes en su forma de ver el mundo y a la hora de relacionarse con los demás. Veamos algunas de estas estructuras:

Personas que sienten que tienen que ser fuertes, que han crecido creyendo que solo cuentan con ellas mismas, son personas que lo aguantan todo y a menudo son un pilar fundamental de su entorno, que tienen que resistir y aguantar todo.

Personas que estan al servicio de los otros, que se dan completamente, que sienten que solo existen si se dan a los demás y se preocupan más de los otros que de ellas mismas porque eso les da un lugar. Necesitan contacto y protección, pero no quieren ser reconocidas en su interior, por lo que se ponen una armadura.

Personas desbordadas, que sienten que no llegan a hacer todo lo que tienen que hacer, creen que para “ser” tienen que “hacer” y sienten que no tienen tiempo para hacer las cosas, como si necesitaran parar el tiempo.

Personas almacenadoras, debido a una carencia o a una falta su solución es almacenar, guardar recursos… Sienten que les falta algo y lo guardan así en su interior. Este sería el caso del mecanismo de incorporación que hemos comentado antes y de las personas que tienen la necesidad de llenarse para evitar sentir el vacío.

Personas perdidas, que no tienen referentes y no saben donde ir, que hacer a nivel existencial, personas que se sienten solas y desorientadas…

Personas víctimas de agresiones, la mirada de los demás es una agresión y la mirada hacia ellas mismas también es una agresión… va unido al sentimiento de culpabilidad y para estas personas, adelgazar es peligroso porque pueden ser personas más seductoras y esto llevarles a vivir otra agresión.

Personas que sonríen como sistema de defensa para que las acepten, para ser queridas, para evitar el rechazo… niegan o relativizan el sufrimiento, evitando sentir el dolor y poniendo una sonrisa perpetua ante la vida.
En todos estos casos, se ve muy claro como el sobrepeso está cumpliendo una función y una vez más el cuerpo actúa para ayudarnos, para tratar de resolver este conflicto que quizás desde hace muchos años está latente en nuestro interior. La clave, como siempre es tomar conciencia, encontrar la forma de expresar estas emociones, y añadir otra información a esta estructura para que el cuerpo pueda dejar de expresarse a través del sobrepeso y recuperar así nuestra salud.

Sólo una cosita más… hay algunos conflictos bloqueantes que impiden la mejora de este síntoma y uno de los principales es la desvalorización estética que provoca el conflicto de silueta… un conflicto que sabotea muy a menudo los intentos de adelgazamiento y tiene que ver con la imagen que tenemos de nosotros mismos cuando nos miramos al espejo. Consiste en que muchas personas con sobrepeso se encuentran con una imagen que no les gusta y esto supone un nuevo conflicto en el que se acentúa la desvalorización y la impotencia de no poder adelgazar a pesar de todos los esfuerzos… a veces incluso aparece la sensación de asco o repulsión hacia su propia imagen y estas emociones solicitan una hormona llamada glucagón, que provoca hipoglicemia y que se traduce en más sensación de hambre, creándose así un círculo vicioso que bloquea la curación… así que es muy importante tener una actitud positiva hacia nuestro cuerpo y ser capaces de mirarlo con amor!

El tema del sobrepeso es todavía mucho más complejo, podríamos analizar su relación con el transgeneracional y las lealtades familiares, el proyecto sentido y lo que estaba ocurriendo durante nuestra etapa intrauterina justo cuando se creó el tejido adiposo, descubrir el sentido que tiene acumular grasa de forma localizada en una parte del cuerpo, el significado de la comida como símbolo del alimento emocional, el papel que tiene en la gestión del estrés, la vinculación del sobrepeso con el dinero… así que el objetivo de este artículo es abrir la puerta a una nueva percepción del sobrepeso que permita a quien se lo proponga iniciar un proceso de autoconocimiento más profundo.

Me gustaría agradecer aquí el trabajo que han hecho previamente sobre este tema Salomon Sellam, Beatrice Bourau, Enric Corbera y Rafael Marañón, que me ha aportado inspiración y una información muy valiosa para la redacción de este texto.

La Diosa despierta



El comportamiento de la mujer denota un desconocimiento de su poder, de la capacidad transformadora que desde su emanación consciente, puede proporcionar en el medio en que ella sea corriente de vida.

Para la mujer, haber participado del rol femenino dentro de la escuela de la dualidad, ha significado un desconocerse a sí misma, vibrar en la confusión de percibir su fuero interno enfrentado a lo que una sociedad le propone y condiciona como su verdadero rol: igualar y hasta pretender superar el campo de desarrollo propio del hombre.

Este participar en el juego de la competitividad, la ha alejado de sus dones sensitivos como canalizadora de la energía divina para ser fuente de paz y armonía, de inspiración, creación y de las artes en sus más brillantes manifestaciones.

Cuantas razones han justificado estos hechos a lo largo de la historia humana, pasan a ser algo irrelevante para efectos de querer reivindicar su verdadera misión. Lo verdaderamente oportuno es caer en la cuenta de que es así, y que todo aquí y ahora es espacio y tiempo perfecto para que ella se reconozca y sea consciencia activa de su “Ser“ y su “hacer”, de su verdadero y auténtico papel.

Ángel Baña, escritor español, autodidacta y gran investigador de la naturaleza humana, es un gran promotor de esta extraordinaria visión : “La Mujer es el ser que alienta desde su vibración interna los procesos de la Vida que se manifiestan como lo externo; es ella quien viene a ser la antena receptora de la energía que, trasvasándola al Hombre con el sello personal interno de la Mujer, infunde en éste la cualidad de sus desarrollos”.

Abrámonos al Amor!!! Hoy… la diosa pide salir al mundo… Isis quiere despojarse de todos sus velos y danzar gloriosa en la desnudez de su alma pura, en la intención amorosa y vehemente de exaltar su feminidad, que es su fuerza y su poder,… su compromiso con la raza,… su misión en la Luz.

Todo aquí-ahora es propicio para que comience a vivenciar ese momento íntimo y expansivo con la diosa que la habita,… tiempo de recobrarse,… tiempo de Ser y expandirse desde la amorosidad que palpita en su interior y la posibilita a expandirse como una Mujer de Paz…

Un hermoso condensado de esta luminosa verdad, lo encuentras en el siguiente vídeo:

sábado, septiembre 21, 2013

El dolor emocional es equivalente al dolor físico




Esta semana comparto con vosotros/as los resultados de una investigación científica reciente que viene a corroborar la impresión que los que trabajamos con niños, adolescentes y adultos víctimas de maltrato tenemos: el dolor emocional que éstas sienten es como el dolor físico.

Expongo brevemente las principales conclusiones del estudio. El departamento de Psicología de la Universidad de Michigan acaba de descubrir en un reciente estudio llevado a cabo por Kross, Berman, Mischel, Smith y Wager que el dolor emocional es equivalente al dolor físico y que, además, compartirían las mismas zonas cerebrales y los mismos mecanismos de activación del sistema opioide. Esto es, las situaciones de rechazo social activan las mismas zonas cerebrales que activan el dolor físico (las zonas somatosensoriales)

La investigación sugiere que el solapamiento neuronal entre el rechazo social y el dolor físico es mayor de lo que la investigación había sugerido hasta ahora. Los autores proponen específicamente que las experiencias de rechazo social, cuando son elicitadas de manera intensa, implican a zonas del cerebro que se asocian a ambos componentes del dolor físico: los componentes afectivos y sensoriales.

Los resultados dan un nuevo significado a la idea de que el rechazo social “hiere” El rechazo social y el dolor físico son similares no sólo en que ambos son estresantes sino también en que ambos comparten una representación común en los sistemas somatosensoriales del cerebro.

Las conclusiones me han sorprendido relativamente. Desde que empecé a trabajar con los niños víctimas de malos tratos ya intuía que el dolor que estos niños padecen se podía sentir y notar en los niveles corporales. Quizá eso les lleve a muchos o a disociarse (distanciarse de la experiencia corporal como un anestésico contra el dolor) o a hiperactivarse (moverse, mostrar inquietud, intranquilidad motora…) como una manera también de canalizar dicho dolor. Dolor que tiene que ser insoportable. Posteriormente, le escuché afirmar a Jorge Barudy, especialista en este tema y uno de mis formadores, con gran maestría y empatía, que a los niños maltratados emocionalmente les duele el cuerpo, ellos lo notan ahí. No había una investigación científica que lo avalara pero de alguna manera lo podíamos intuir y sentir.

Pero como pasa cuando algo se avala empíricamente, disponemos no sólo ya de la intuición sino de un estudio científico (hecho de una manera rigurosa) que nos dice que el rechazo social se siente con la misma intensidad que el dolor físico. ¿Cuál es la primera experiencia social que un bebé tiene? La relación con sus cuidadores, normalmente sus padres, o su padre, o su madre. Si esta relación es emocionalmente sintonizada y el cuidador muestra sensibilidad y empatía hacia las necesidades físicas y emocionales del bebé, éste se desarrolla de una manera positiva. Es el apego seguro del que hemos hablado cientos de veces en este blog. La base segura que nos permite desplegar todas nuestras capacidades emocionales, sociales, cognitivas, lingüísticas…

Pero si la primera experiencia social del bebé implica rechazo, ya os imagináis qué ocurre: el niño va a sentir dolor emocional… ¡que va a experimentar como si fuera dolor físico! Le va a doler como duele un puñetazo, un golpe… Y le va a herir. Desde edades muy tempranas soportará este dolor. Y el niño -que es muy vulnerable-, como decimos muchas veces, tendrá que ponerse como un traje para poder defenderse y adaptarse a la experiencia adversa y dolorosa que vive y sufre en sus carnes. Las emociones se corporalizan y lo corporalizado es emoción. Se acabó pues, el dualismo cuerpo/mente, como ya explicaba Rafael Benito, psiquiatra, en su magnífico prólogo para el libro sobre la caja de arena que acabo de publicar titulado: "Construyendo puentes. La técnica de la caja de arena (sandtray)"

Si seguimos pensando en otras formas de maltrato emocional como lo son el teasing(poner motes, sobrenombres, burlarse de otro…) o el bullying, no sólo nos daremos cuenta de que es un maltrato que deja secuelas importantes en el niño y en el futuro adulto, sino también que éste va a estar, además, soportando, durante mucho tiempo, un dolor emocional que es equivalente al físico. Es comprensible que las víctimas se lleguen a desesperar.

Cualquier forma de maltrato emocional, por lo tanto, va a ser experimentado como un dolor físico. Se podría decir que las fronteras entre el dolor físico y el emocional quedan, por lo tanto, sin delimitar en cuanto a sentirlo: duelen igual. Son equivalentes. Ambas se viven con la misma intensidad y ambas se procesan -y comparten- los mismos sistemas cerebrales.

Por eso los niños necesitan un trabajo terapéutico específico que les ayude a enfrentarse a las experiencias de maltrato emocional grabadas en su cerebro a través de técnicas que les permitan elaborarlas sin sentir tanto dolor. Porque el dolor emocional va a ser, como decimos, equivalente al físico. Es normal que se defiendan y les cueste trabajar en terapia. Sobre todo si no les ofrecemos modelos terapéuticos adaptados a su sufrimiento.

También este descubrimiento nos reafirma aún más en que jamás hay que minimizar una experiencia de rechazo social y mucho menos de maltrato emocional (la experiencia de rechazo social más dura que puede existir es el maltrato emocional: ser vejado, humillado, insultado, menospreciado por otro o por otros; y si esos otros son significativos, aún la experiencia es más dura) Hay que reconocer el dolor a la persona que ha sufrido maltrato. Y, segundo, esto nos refuerza más todavía en la necesidad de que profesores, padres, profesionales, etc. usemos la empatía con estas personas que han sufrido estas tremendas experiencias. Y que evitemos transmitirles mitos que pueden retraumatizar tales como: “el cerebro lo olvida”; “eso pasó hace muchos años” ; “lo tendrías que tener superado” ; “eso no tiene porqué influirte ya” Y, tercero, debemos de transmitirles nuestro orgullo y admiración por ser los héroes de una historia en la que sobrevivieron, entre otras terribles cosas, a una de las experiencias más duras que existen en la vida: el dolor. Ahora ya sabemos que el cerebro usa los mismos sistemas cerebrales cuando se trata de dolor por rechazo social (y el maltrato es una forma aguda de rechazo social) que cuando es dolor físico. Ayudarles a resiliar es también -a la par que les reconocemos que han sufrido y empatizamos con ellos- poder ofrecerles medios (artísticos, deportivos, culturales, musicales…) para que transformen ese dolor y no explote dentro de ellos. El dolor puede ir apaciguándose gracias a la red psicosocial que dispongamos alrededor del niño, pero nunca se apagará del todo.

Y para terminar, cuando lo lea, os hablaré de un magnífico libro que me ha recomendado –gran sugerencia- mi amiga y colega Naiara Zamora, psicóloga, titulado: “Amar sin miedo a malcriar. La mirada a la infancia desde el respeto, el vínculo y la empatía” La autora es Yolanda González Vara. La editorial es integral. Como veis, sólo con leer el título ya dan ganas de devorar el libro.

Zaindu / Cuidaos.

¿Es posible implantar falsos recuerdos en nuestra mente?


La doctora Elizabeth Loftus. Mado Martínez

Las investigaciones de la doctora  Loftus pone sobre el tapete la etica y la responsabilidad de los profesionales que trabajamos con la psiquis humana. De nuevo reitero el principio antes enunciado, cada que un ser humano llega a nuestro espacio, nos abre su corazon  estamos pisando tierra sagrada.

La doctora Elizabeth Loftus nos desvela los secretos de una ciencia capaz de alterar el comportamiento humano

¿Puede nuestra mente por sí sola crear falsos recuerdos?
Un estudio de hace unos años en el que participaron investigadores de la Universidad de Barcelonadeterminó que la mente puede crear recuerdos falsos a partir de experiencias reales vividas.
Los individuos que participaron en ese estudio debían recordar una lista de palabras relacionadas entre sí por las que se les preguntaba a continuación. El 75% de ellos aseguró haber escuchado algunas que no estaban en esa lista. Curiosamente, esas palabras guardaban relación semánticamente con las que sí figuraban en el listado.
Según los autores de la investigación, la llamada sustancia blanca cerebral (tejido que contiene fibras nerviosas y que interviene en diferentes facetas como el aprendizaje) es la culpable de crear estas falsas memorias o distorsiones.


MADO MARTÍNEZ La doctora Elizabeth Loftuses Profesora Distinguida de la Universidad Irving de California. Se licenció con los más altos honores en Matemáticas y Psicología y obtuvo sendos títulos de master y doctorado en psicología en la Universidad de Stanford. Lleva años investigando en un laboratorio de memoria con el fin de averiguar cómo creamos falsos recuerdos y de qué manera influyen en nuestro comportamiento.

M.M. Elizabeth, eres una eminencia en relación a cómo las personas creamos recuerdos falsos, y la verdad es que, viendo tu trabajo, me da la impresión de que no nos podemos fiar ni de nosotros mismos.

E.L. Bueno, eso es lo que he estado estudiando durante las últimas décadas: Cómo la gente llega a creer y recordar cosas que nunca les han pasado, o cómo creen que las cosas sucedieron de una forma diferente a la que realmente sucedieron. He hecho muchos experimentos diseñados para explorar el proceso mediante el cual las personas desarrollan memorias distorsionadas o totalmente falsas.

M.M. Sospecho que esto puede desencadenar consecuencias más allá de la simple riña entre una pareja en desacuerdo sobre lo que recuerdan del día en que se conocieron.

E.L. Sí, una de las cosas que hemos aprendido sobre la importancia de la memoria es que hay muchos individuos en nuestra sociedad que han sido encarcelados por crímenes que no cometieron. En Estados Unidos un proyecto recopiló más de 300 casos de personas que habían sido encarcelados por error. La gente se pasó 5, 10, 15 e incluso 20 años en prisión, hasta que el ADN reveló que eran inocentes. Cuando esos casos fueron analizados, se descubrió que la principal causa de equívoco fue la memoria defectuosa, el testimonio defectuoso de los testigos.

M.M. ¿Y se puede hacer algo para recuperar los recuerdos reales o es imposible?

E.L. Bueno, hay cosas que puedes hacer en el caso de los testigos para minimizar el riesgo de que vayan a desarrollar falsos recuerdos, cosas que los científicos han demostrado que funcionan a la hora de incrementar la exactitud de la memoria. Así que por ejemplo, una de las técnicas es separar a los testigos y entrevistarlos de forma individual para que no se contaminen los unos a los otros con sus historias.
"Puedes insertar a alguien el recuerdo falso de que se emborrachó bebiendo vodka y lo pasó muy mal, y pierde el interés en el vodka"

M.M. He leído en alguno de tus artículos que los terapeutas también pueden confundirnos y activar este proceso de creación de falsos recuerdos. ¿Esto es peligroso?

E.L. Desde luego que sí. A principios de los 90 la psicoterapia experimentó un boom. Iba mucha gente con problemas de depresión, trastornos de alimentación, ansiedad; y resulta que empezaban a sacar a la luz una serie de recuerdos horribles de abuso sexual, o de rituales satánicos, a veces de otras cosas extrañísimas. Así que empecé a preguntarme por qué pasaba esto en la psicoterapia, que la gente empezaba a rescatar recuerdos que supuestamente habían estado reprimidos.

M.M. Vaya

E.L. Sí, con técnicas de imaginación guiada, hipnosis... Nos dimos cuenta de que estaban conduciéndoles hacia la creación de falsos recuerdos utilizando estas técnicas. Así que empecé a hablar abiertamente de este problema y a intentar alertar a la gente de los peligros de usar psicoterapia de alta sugestión y advertirles sobre los daños que podía ocasionarles esto.

M.M. Elizabeth, si esto nos puede pasar con tanta facilidad a los adultos, me imagino que a los niños mucho más.

E.L. Es un tema preocupante. Los niños pequeños son más sugestivos que otros niños un poco más mayores y adultos. Si les preguntas en tono sugestivo, te encuentras a un montón de niños que te salen con los cuentos más bizarros... ¡Es muchísimo más fácil contaminar sus memorias! Así que con ellos hay que ser extra cuidadosos.

M.M. Me surge una pregunta que te habrá surgido mil veces. ¿Por qué las personas cambian sus recuerdos o crean otros nuevos y falsos? Me refiero a las que lo hacen por sí mismas, sin ningún tipo de influencia externa.

E.L. La gente es perfectamente capaz de distorsionar su memoria por sí misma, sin ningún tipo de influencia externa, sí. Algunos creen que tenían mejores notas de las que en realidad sacaban o que votaron en unas elecciones en las que jamás llegaron a votar. Recuerdan que dieron más limosnas de las que dieron o que sus hijos empezaron a hablar y a andar antes de lo que en verdad lo hicieron. Si te das cuenta se trata de distorsiones encaminadas a aumentar el prestigio. Tal vez nos hace sentir mejor sobre nosotros mismos y este podría ser el motivo por el cual lo hacemos.

M.M. Hay algo que me asusta de todo esto que me estás diciendo. Si cambiamos nuestro pasado a nivel personal, ¿también lo hacemos a nivel global? ¿Cambiamos la historia del mundo?

E.L. Pues sí. La naturaleza de la memoria es muy maleable. Sabemos, a través de estudios científicos y análisis de la situaciones en el mundo que esto sucede. Hay implicaciones sociales. En las sociedades que tratan de recordar su pasado colectivo, yo siempre me preguntaba hasta qué punto los novelistas o los directores de películas generaban un producto "histórico" y con qué consecuencias. Por ejemplo, pongamos el caso del asesinato de Kennedy, o lo que pasó en el 11-M en España. Si alguien genera un producto sobre las bombas del tren de Madrid, ese producto ya está actuando como desinformación. Además, hay mucho espacio para la licencia artística en este tipo de creaciones que pueden cambiar la forma en la que la gente recuerda su pasado colectivo.

M.M. Parece un campo de investigación inagotable, que da lugar a replantearnos muchas cosas.

E.L. Desde luego. Tengo un laboratorio científico aquí en la Universidad de California y seguimos experimentando con los falsos recuerdos. Una de las cosas que estamos buscando ahora mismo es de qué forma puedes "plantar" esta falsa memoria en las personas y qué repercusiones tienen en sus vidas posteriormente. Si "plantas" en la mente de una persona el recuerdo de que se puso enferma comiendo un alimento en particular como el helado de fresa o los huevos duros, después no quieren volver a comerlos y ya no los quieren comer tanto.

M.M. ¿Así de fácil?

E.L. ¡Así de fácil! Le puedes insertar a alguien el recuerdo totalmente falso de que se emborrachó bebiendo vodka y lo pasó muy mal, y esa persona pierde el interés en el vodka. También al contrario. Le puedes hacer creer a una persona que le encantan los espárragos y de repente querrá comer más. Estamos demostrando, de alguna manera, que estos falsos recuerdos tienen repercusiones en la gente, afectan a sus comportamientos y a lo que les ocurre posteriormente.

M.M.Casi suena a ciencia ficción. En el futuro, ¿podríamos insertar estas falsas memorias a demanda para conseguir determinados objetivos?

E.L. Es una posibilidad en potencia. Estamos aprendiendo cómo hacerlo y por supuesto hay un montón de cuestiones éticas y sociales implicadas al respecto. Ya sabes, ¿quién va a controlar esta tecnología de control mental? Y estas son cuestiones sobre las que la sociedad debe reflexionar.

Experiencias Terapéuticas que sanan: La esperanza de resignificar la vida

La psicoterapia reparatoria en abuso sexual se enfoca en las implicancias de la agresión no tratándola como enfermedad –que no lo es- sino como un acontecimiento vital que marca la vida de una persona, algo que en psicología llamamos Trauma.


La esperanza de resignificar la vida

*Por Marcela Quijada

Este artículo es un intento muy sencillo de llegar a todos esos puntos que abarca la psicoterapia infantil y que muchas veces como padres o educadores no conocemos. Y esto, no sólo en situaciones abusivas sino que en cualquier contexto donde un niño puede sentirse vulnerable.

Partamos por aquello que los trae a consulta. Créanme que no es siempre algún tipo de trastorno, sino síntomas y reacciones ante sucesos de vida que los han dañado y que salen a flote en su cotidianidad: Les está yendo mal en el colegio, están más agresivos o retraídos y los padres los describen como “en la luna” (desconcentrados, distraídos) ¿Pero qué está causando todo esto? Desconcierta en alguno caso saber que, algún adulto, posiblemente conocido, aprovechando su lugar de poder, los agrede. Y llegan indefensos, tal como sus padres (que en ocasiones, suelo declarar en estado de “excepción”)

La psicoterapia reparatoria en abuso sexual se enfoca en las implicancias de la agresión no tratándola como enfermedad –que no lo es- sino como un acontecimiento vital que marca la vida de una persona, algo que en psicología llamamos Trauma. Los niños con trastornos emocionales debido a un Trauma tienden a aislarse de diversas maneras: en el colegio, con sus profesores, con sus pares. Anestesian sus sensaciones, restringen su cuerpo, bloquean sus emociones y cierran su mente. Dichas reacciones no son antojadizas, son mecanismos de defensa que les permitieron sobrevivir a estos hechos agresivos y amenazantes; incluso fuera de su control.

Actos de esta naturaleza afectan profundamente su crecimiento sano y agravan sus síntomas. Los niños intentan hacer un buen contacto con el medio pero no lo logran y eso les inhibe mucho más. Cuando llegan a terapia, yo sé que han perdido algo que alguna vez tuvieron y tenían derecho a tener: el pleno uso y gozo de sus sentidos, su cuerpo, su intelecto y emociones. Y la psicoterapia es ayudarles a encontrar y recuperar esas partes faltantes de sí mismo. Y para esto, no bastan las palabras. Será fundamental utilizar una serie de técnicas expresivas y creativas, que son potentes proyecciones que conducen a la vida interior del niño. Algo que llamamos “Terapia de juego” Estas técnicas se conectan con el lenguaje universal de cada niño, y les permite familiarizarse con esas partes perdidas y reconocer nuevas y sanas oportunidades de ser. Y qué mejor, son entretenidas y no menos profundas.

No teman a la psicoterapia (Individual o familiar) Es una experiencia que ayuda a alcanzar el elemento básico para seguir adelante: la confianza en sí mismo.

jueves, septiembre 19, 2013

Concentrarse y rendir mas


La capacidad de concentración puede educarse para así obtener los mejores resultados posibles sin que exista espacio para la dispersión. Estrategias para centrar la atención solo en lo que deseas en cada momento...

La falta de concentración puede hacerse presente tanto en niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Lo común a todas las edades es que la dispersión crea caos y la confusión hace que el rendimiento en el estudio, en los juegos o en el trabajo resulte resentido.

Para descartar cualquier tipo de trastorno que dé como síntoma la falta de concentración, debemos hacernos las siguientes preguntas:

1.- ¿Estoy comiendo adecuadamente? ¿Consumo alimentos que me brindan todos los nutrientes que mi cuerpo y mi mente necesitan?

2.- ¿Estoy descansando bien? ¿Duermo la cantidad de horas necesarias para levantarme con energía y dispuesto a enfrentar la jornada con vitalidad?

3.- ¿El ámbito de estudio, juego o trabajo es el adecuado? ¿Es tranquilo, cálido y confortable para desarrollar la actividad con toda la armonía posible?

4.- ¿Tengo en claro qué es lo que tengo que hacer? ¿Qué debo estudiar, en qué proyecto debo trabajar o qué juego debo armar o solucionar?

Una vez que se han aclarado los interrogantes arriba mencionados, hay que comenzar a actuar de un modo más práctico:


1.- El el ritmo vertiginoso  en el que se vive, hace que se deban hacer muchas cosas a la vez. Hay gente que puede llevar adelante varios frentes sin equivocaciones, pero hay quienes solamente deben hacer una cosa a la vez para no entrar en crisis. Al realizar muchas tareas al mismo tiempo, la atención se divide y pierde eficacia.

2.- Si se tiene una preocupación muy grande en la cabeza que no permite la concentración, lo ideal es parar unos instantes y focalizarse en la raíz del problema.

¿Tiene solución? ¿Se puede hacer algo en este instante para resolverlo? ¿Puede esperar para ser resuelto? Siempre hay inconvenientes que van surgiendo, pero no por eso hay que dejar de llevar adelante las obligaciones.

Hay que establecer prioridades. Si ese problema seguirá estando presente durante días, lo mejor es dejar que fluya, pero sin que obstaculice el desempeño de las labores cotidianas.

3.- Los períodos de concentración no tienen por qué ser eternos. Pautar tiempos de concentración de cinco minutos. Descansar un minuto y retomar la actividad. Así resultará más fácil domesticar al cerebro.

De a poco se podrán ir aumentando los minutos de atención hasta lograr terminar una tarea sin necesidad de descansar.

4.- Ser tolerante con uno mismo. A medida que se desarrolla una actividad, muchos son los pensamientos que van apareciendo en la mente.

Lo importante es dejar que éstos fluyan con naturalidad, pero sin centrarse en ellos, sin que cobren protagonismo.

Hay que terminar un trabajo, se puede pensar en la pareja, en la mascota, en lo que hay que comprar en el supermercado o en la visita que se tiene que hacer a un especialista, pero no dejar que estas ideas cobren más vigor del que realmente requiere en ese momento.

Lo más acertado es dejar fluir los pensamientos que surgen y nunca forzarse a no pensarlos ya que es una tarea muy compleja que no suele dar resultados.

martes, septiembre 17, 2013

Agradecer y apreciar la vida Por: Judy Jaskilevich


Fui a tomar un cafecito con una amiga que esta muy sola y tiene casi 90 años, luego de acompañarla de vuelta enterita a su casa, me fui marchando las 10 cuadras hasta la mía, conforme conmigo misma, consciente y agradecida de poder caminar a buen ritmo a pesar de mis 81 años…

Ese es mi sentido de religiosidad: vivir agradecida y consciente por cada día, que considero un verdadero regalo”.

Esto es algo que me contó Ellen hace algunos años cuando todavía podía caminar…

Ser agradecido, implica una experiencia de bienestar, de apreciación de la vida y de las grandes y pequeñas cosas que la vida nos ha deparado.

Expresar gratitud siempre que sea posible, aprender a apreciar y a disfrutar las pequeñas cosas de la vida hacen a nuestra felicidad.

Cuando hablamos de felicidad pensamos en un estado de bienestar que se encuentra cuando, al evaluar lo acontecido en nuestras vidas podemos valorar lo que vivimos, entender que sin la historia vivida no seríamos quienes somos, y poder pensar que el futuro nos deparará buenas sorpresas…no creer que “todo pasado fue mejor”.

Darnos cuenta de lo que tuvimos, conocimos, disfrutamos y aprendimos, es no naturalizar… cada uno cree que lo que tiene en su mundo es natural…no todas las personas tienen la posibilidad de conocer el amor, el respeto, la alegría, el reconocimiento, el bienestar, el estudiar…la lista de lo que creemos natural es ilimitada.

La gratitud ha sido poco estudiada desde la psicología, son cada vez más los investigadores que, desde la Psicología Positiva, están desarrollando el tema, entre otros autores McCullough, Kilpatrick, Emmons, Larson, van especializándose en esta fortaleza.

Solemos quejarnos mucho…tanto que se nos hace un hábito.

La queja es un modo de convocar al otro, pero es un modo agobiante y agotador.

Hace tiempo que trabajo sobre esta frase y no pude encontrar quien es el autor:

“Hablar de nuestros problemas es nuestra gran adicción, rompé el hábito, habla de tus alegrías”

Prestá atención… ¿te quejas mucho? ¿No querés contar tus alegrías? ¿Tenés miedo de decir que en tu vida hay cosas buenas? ¿No encontrás eco para compartirlas? ¿O te acostumbraste tanto a quejarte que no podes valorar todo lo bueno que tenés?

Sabés que hay personas que están tan centradas en lo negativo que no pueden ni pensar en algo bueno que les haya sucedido? O que están tan enojadas que no pueden correr la bronca ni unos minutos para valorar algo bueno en la semana?

Te propongo un ejercicio para realizar en la semana: antes de ir a dormir pensá en por lo menos 2 cosas buenas que hayan ocurrido durante el día, hacelo durante varios días seguidos, además te va a ayudar a conciliar el sueño acompañado de una emoción positiva.

¿Sabés cómo se forma un hábito?

William James, profesor de filosofía y psicología en Harvard a principios del siglo pasado, decía que para crear o romper un hábito uno tiene que hacer algo por 21 días…corridos..si querés incorporar un nuevo hábito que crees que es bueno para vos, caminar, dejar de fumar, apreciar la vida de manera más positiva, tenés que hacerlo durante 21 días corridos sin interrupción…¿no parece mucho no? Pero lleva un trabajo darse cuenta y otro gran trabajo es hacer un cambio.

¿Querés saber que pasó con Ellen?

Como pasaron unos años y ya no podía caminar más, decidió ( auto) internarse en una residencia geriátrica. Yo le envié un mail cuando me enteré de su decisión…no sabía si podía usar la computadora, ni sabía cómo estaba de ánimo…esperaba una respuesta…en fin quizás más negativa…esperaba encontrarla triste…

Me respondió:

… “ Hace algo más de dos meses que estoy en este lugar y realmente

muy feliz y contenta, plenamente ocupada con interesantes actividades sin tener que viajar en colectivo ni en remís, además de gimnasia dos veces por semana, participo en conversación en ingles, crucigramas en alemán, concursos de música clásica, canto de música popular, proyecciones de videos etc.

Me hice de un círculo de gente idónea con la cual me siento muy a gusto.

Dos veces por semana en kinesiología me hacen drenaje linfático por mi pierna y dos veces por día curaciones, de modo que estoy protegida y todo bajo el mismo techo.

… “Me siento protegida y feliz de haber tomado la decisión para poder disfrutar

de unos años de vida plena, mientras pueda, y saber que si necesito ayuda y protección la tenga asegurada. Te envío un cariñoso abrazo.”

Ellen

Realmente me sorprendió…otra persona se hubiera deprimido? Se hubiera centrado en lo negativo del lugar? Hubiera hablado del dolor que significa tomar una decisión así?..

Según Vaillant (1993), un especialista en el ciclo vital, la gratitud permite transformar emociones autodestructivas en emociones curativas.

Ser agradecido no se logra cuando todo lo que esperábamos salió como queríamos, sino cuando podemos reconocer lo que hemos vivido y recibido a lo largo de la vida.

Ellen es una maestra del agradecimiento…

La paciencia de aprender a vivir





VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA M. .M.

A las pocas semanas de nacer, los pájaros vuelan, los patos nadan, los gatos salen a cazar. A los quince minutos de haber salido a la luz, el ternero ya se pone de pie y comienza a caminar detrás de su madre. No necesitan aprender a caminar, volar, nadar, cazar. Por el mero hecho de existir, disponen de todos los resortes necesarios para defenderse y sobrevivir. Se podría decir que todas las técnicas vienen elaboradas en las entradas de su organismo; las traen aprendidas sin necesidad de entrenamientos: es el equipo instintivo que los conduce certeramente por los manimos de la supervivencia.

No sucede así con el humano. Una vez nacida, la criatura humana es el ser más desvalido de la creación. Todo tiene que aprender; con la particularidad de que el instinto funciona espontáneamente, casi mecánicamente; y, en cambio, el uso de la inteligencia presupone riesgos, porque obliga al hombre a realizar un complejo proceso de análisis, comparación, exclusión, opción, todo lo cual involucra grandes incertidumbres e impredecibles emergencias. Y por este camino le llega al hombre un desabrido visitante, que, como sombra nunca más se apartará de su lado: La ansiedad

El aprendizaje del arte de vivir no se termina cuando el humano alcanza su mayoría de edad, o al conseguir un título académico para ejercer una profesión y ser autónomo. Porque vivir no consiste en ganarse el sustento cotidiano o en formar un hogar. ¿Qué consigue el hombre al haber asegurado una sólida situación económica o con haberse educado o formar un hogar, si su corazón sigue agonizando en una tristeza mortal?
Vivir es el arte de ser feliz. Y ser feliz es liberarse, en mayor o menor grado, de aquella ansiedad que, de todas formas, seguirá porfiadamente los pasos humanos hasta la frontera final.
El arte de vivir consistirá, pues, en una progresiva superación del sufrimiento humano, y, por este camino, es una paulatina conquista de la tranquilidad de la mente, la serenidad de los nervios y la paz del alma.

Pero no hay que creer que esta felicidad se puede conseguir por arte de magia o como un regalo de navidad. Si para obtener un título universitario o montar una empresa próspera el humano ha necesitado largos años de esfuerzo, constancia, disciplina, metodología y sobre todo tenacidad a toda prueba, que nadie sueñe con doblarse la mano de ansiedad o en ganar la batalla del sufrimiento, llegando así a aquel anhelado descanso de la mente, con un trabajo esporádico y superficial.
Cuando decimos paciencia, significa esfuerzo, orden y dedicación en la práctica del autocontrol, relajación, meditación.
No vamos a conseguir nada con solo leer esta Carta o abrigar dentro de nosotros buenas intenciones; es imprescindible que los deseos se transformen en convicciones, y las convicciones en decisiones. Las decisiones, a su vez, tienen que conducirnos de la mano a reordenar un programa de actividades para dar sentido a nuestra vida.
Este sentido de la vida es un valor que da valor a los demás valores como son: las palabras, actitudes, reacciones, revestidos de un color y brillo tan particular como es la alegría que es la sensación de plenitud que, en el otoño de nuestros años volverán nuestras miradas hacia atrás para exclamar que valió la pena esta venturosa aventura.
El objetivo central de una vida no se conseguirá sin una dedicación metódica y ordenada. Para poder ahuyentar las sombras y dar lugar a la alegría es imprescindible someterse a un ejercicio de autocontrol y meditación a lo largo de su vida.

No hay que olvidar que la vida misma es un misterio general e imponderable; es un ejercicio ejecutado en momentos diferentes produce resultados diferentes en una misma persona. La vida es esencialmente ilógica, porque es esencialmente movimiento: movimiento oscilante de altibajos, sin vislumbrarse, con frecuencia, las causas que originan tan desconcertante vaivén.

Cuando el ser humano tendría motivos más que suficientes para saltar de alegría, está abatido. De pronto, en los días azules, su alma está nublada; y en los días nublados, su alma está en azul. No hay lógica.

La persona deseó ardientemente conquistar aquella meta soñada, y, alcanzado el sueño, se queda insatisfecha, con un amago de decepción. De repente cuando los negocios iban viento en popa, su estado de ánimo está por los suelos; y cuando, a su alrededor, todo es desastre y ruina, no se sabe que don interior lo estimula para seguir luchando.
Paciencia, es el arte de saber, significa tomar conciencia de que la naturaleza humana es así. Hay que comenzar por aceptarla tal cual es, para no asustarse cuando los resultados no sean proporcionales a los esfuerzos o cuando los efectos hayan sido extrañamente imprevisibles.

lunes, septiembre 16, 2013

EL TIMO LA LLAVE DE LA ENERGIA VITAL





En el centro del pecho, detrás del hueso donde la gente toca cuando dice 'yo', queda una pequeña glándula llamada TIMO. Su nombre en griego, 'thýmos', significa energía vital. Será necesario decir más?

Si, es necesario decir algo más... Porque el timo sigue siendo un ilustre desconocido. El crece cuando estamos alegres y encoje a la mitad cuando estamos estresados y aún más cuando nos enfermamos.

Esa característica confundió durante mucho tiempo a la medicina, que solo lo conocía a través de las autopsias y siempre lo encontraba achicado y encogido.

Se suponía que se atrofiaba y dejaba de trabajar en la adolescencia, tanto es que durante décadas los médicos americanos bombardeaban timos perfectamente saludables con altas dosis de rayos X, creyendo que su 'tamaño anormal' podría causar problemas.

Más tarde la ciencia demostró que, así mismo encogiéndose después de la infancia, el sigue siendo activo; es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las glándulas adrenales y la espina dorsal y está directamente conectado a los sentidos, la conciencia y el lenguaje.

Como una central de teléfonos por donde pasan todas las llamadas, hace conexiones para afuera y para adentro.

Si somos invadidos por microbios o toxinas, reacciona inmediatamente produciendo células de defensa.

Pero también es muy sensible a imágenes, colores, luces, olores, sabores, gestos, toques, sonidos, palabras y pensamientos. .

Amor y odio lo afectan profundamente

Pensamientos negativos tienen más poder sobre el que los virus y bacterias.

Como esa actitud negativa no existe en forma concreta, el timo intenta reaccionar y se debilita, luchando contra un invasor desconocido y abre espacios para síntomas de baja inmunidad, como los herpes.

En compensación, pensamientos positivos consiguen activar todos sus poderes, recordando que la fe remueve montañas.

Un test del pensamiento

Este simple test puede demostrar esa conexión.

Cierra los dedos pulgar e índice en la posición de 'ok', apriete con fuerza y pida a alguien para intentar abrirlos en cuanto piensa 'estoy feliz'.

Después repita pensando ' estoy infeliz'.

La mayoría de las personas conserva la fuerza en los dedos con el pensamiento feliz y se debilita cuando piensa que está infeliz.

(Sustituya los pensamientos por un delicioso helado de chocolate, una torta de coco, rellena con crema, para ver que sucede...)

Ese mismo test sirve para diagnosticar situaciones bastante más complejas.

Por ejemplo, el médico necesita un diagnóstico diferencial, su paciente tiene síntomas en el hígado que tanto pueden significar cáncer cuanto abscesos por amebas.

Usando láminas con muestras o mismo representaciones gráficas de una u otra hipótesis, testea la fuerza muscular del paciente estando en contacto con ellas y llega al resultado deseado.

Las reacciones son consideradas respuestas del timo y el método, que ha sido demostrado en congresos científicos alrededor del mundo, ya es enseñado en la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y a médicos acupunturistas.

El detalle curioso es que el timo queda bien pegado al corazón que se acaba ganando todos los créditos con relación a sentimientos, emociones, decisiones, manera de hablar, de escuchar, estado de espíritu, etc...'

'Estoy con el corazón apretado', por ejemplo, revela una situación real del timo que solo por reflejo envuelve el corazón en el problema.

El propio chakra cardíaco, fuente energética de unión y compasión, tiene más a ver con el timo que con el corazón y es en ese chakra que, según las enseñanzas budistas, que se da el pasaje del estado animal al estado humano.

¡Que interesante!, usted puede estar pensando, pero ¿y que con eso?'

Resulta que, si Usted quiere, puede ejercitar el timo para aumentar su producción de bienestar y felicidad.

Por la mañana, al levantar, o en la noche antes de acostarse:

a) - De pie, las rodillas ligeramente dobladas, (la distancia entre los pies debe ser la misma de los hombros). Ponga el peso del cuerpo sobre los dedos y no sobre el talón y mantenga toda la musculatura bien relajada.

b) - Cierre cualquier de las manos y comience a dar golpecitos continuados con los nudos de los dedos en el centro del pecho, marcando el ritmo así: una fuerte y dos débiles. Siga haciéndolo entre 3 y 5 minutos, respirando tranquilamente, mientras observa la vibración producida en toda la región torácica. (Yo hago 20 toques por la mañana y 20 toques por la noche).

El ejercicio estará atrayendo la sangre y la energía para el timo, haciéndolo crecer en vitalidad y beneficiando también los pulmones, corazón, bronquios y garganta. O sea, llenando el pecho de algo que ya era suyo y solo estaba aguardando una mirada de reconocimiento para transformarse en coraje, calma, nutrición emocional, abrazo.

Excelente, íntimo, lleno de estímulo... Bendito Timo.