domingo, febrero 20, 2011

Síndrome de la tourette

Síndrome de la tourette

El síndrome de la Tourette es un trastorno neurológico hereditario, cuya sintomatología incluye tics motores y vocales diversos, que se presentan de forma recurrente durante un largo período. Este trastorno aparece antes de los 18 años. La frecuencia y complejidad de los síntomas es variable.
El síndrome de la Tourette es un trastorno neurológico heredado, caracterizado por tics motores y sonidos vocales incontrolables e involuntarios. En algunos casos, incluyen palabras y frases inadecuadas. Estos tics se presentan varias veces al día, en forma recurrente y durante un período muy prolongado. Este trastorno se manifiesta antes de los 18 años.


Manifestaciones del síndrome de la Tourette:

La frecuencia, complejidad, gravedad y localización de tics, sufre variaciones a lo largo del tiempo. Los tics motores del síndrome de la Tourette pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, incluyendo torso, cabeza, rostro, extremidades superiores e inferiores.
Los tics motores simples son contracciones de uno o varios músculos, rápidos y carentes de significado, como el parpadeo. Pero hay otros más complejos, como agacharse, tocar, doblar las rodillas, hacer giros mientras se está caminando, dar pasos hacia atrás.
Los tics vocales del síndrome de la Tourette incluyen diferentes palabras o sonidos, tales como chasqueos, gruñidos, aullidos, ladridos, olisqueos, bufidos, toses. En cambio, la coprolalia, tic vocal que comprende la expresión de obscenidades, aparece en una minoría de los casos de síndrome de la Tourette.
Cerca de la mitad de los casos de síndrome de la Tourette, presentan como primeros síntomas tics simples, dentro de los cuales, el más frecuente es el parpadeo. En un número menos frecuente, los tics iniciales incluyen otras partes del cuerpo o el rostro, pudiendo aparecer muecas faciales, giros de cabeza, etc.
El síndrome de la Tourette frecuentemente está acompañado por compulsiones, obsesiones, hiperactividad, déficit atencional, impulsividad. Es común observar malestar social, vergüenza, desmoralización, tristeza, ya que puede interferir seriamente en el desempeño del individuo.


Causas del síndrome de la Tourette:

La causa del síndrome de la Tourette permanece desconocida, pero las actuales investigaciones muestran la existencia de anormalidades en algunas regiones cerebrales que incluyen los lóbulos frontales, corteza cerebral y ganglios basales, las interconexiones entre esas regiones y los neurotransmisores como dopamina, serotonina y norepinefrina, que efectúan la comunicación entre las células nerviosas. Se supone que las causas del síndrome de la Tourette son tan complejas como la presentación del mismo.
El síndrome de la Tourette recibe su nombre por Georges Gilles de la Tourette, quien describió este trastorno en 1885.
Hay evidencias de que el síndrome se transmite de padres a hijos, pero no se ha podido identificar al gen responsable. El síndrome de la Tourette puede ser ligero o severo, y se presenta en su forma más leve con una frecuencia del 10% en la población norteamericana. Existen muchas personas que experimentan tics leves, y no son conscientes de su problema, por lo que nunca solicitarán ayuda.
La incidencia del síndrome de la Tourette es mayor en los varones que en las niñas, en proporción de 4 a 1 respectivamente. A su vez. La aparición de este síndrome es mucho más frecuente en niños que en adultos.


Tratamiento del síndrome de la Tourette:

Muchos de los pacientes que padecen síndrome de la Tourette experimentan síntomas muy leves, por lo cual no se los médica, porque los medicamentos tienen efectos secundarios, que pueden resultar más perjudiciales que los síntomas. Los medicamentos que se emplean para el tratamiento del síndrome de la Tourette son el haloperido (haldol), y la pimozida. Son efectivos para disminuir o eliminar los tics, pero sus efectos secundarios son significativos, desde trastornos motrices hasta efectos cognitivos. Otros medicamentos que pueden emplearse son: la risperidona, la clonidina, la tetrabenzina, pero también puede causar depresión o problemas motrices. No hay ningún medicamento que elimine todos los síntomas, y todos presentan efectos secundarios.


Fuente: http://www.apuntesdepsicologia.com/psicologia/sindrome-de-la-tourette.php

EL SÍNDROME DE PETER PAN

 




El término síndrome de Peter Pan se emplea para designar un trastorno de la personalidad, donde el sujeto se niega a asumir el paso del tiempo y a desempeñar un rol de adulto, el nombre deriva del mundo de la fantasía. Aparece por primera vez en el libro “The Peter Pan Syndrome: Men Who Have Never Grown Up” (1983), del Dr. Dan Kiley. Este síndrome no se encuentra aceptado en el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). Dicho síndrome se caracteriza por la presencia de ciertos aspectos de inmadurez, social y psicológica, acompañados por disfunciones sexuales. Es aplicado a pacientes de sexo masculino según Kiley, nosotros afirmamos que también al genero  femenino, que presentan una personalidad narcisista  e inmadura. Mientras el sujeto crece cronológicamente, su percepción interna del yo, permanece en la infancia.

Según Kiley, quien presenta dicho síndrome, posee rasgos de rebeldía, cólera, irresponsabilidad, narcisismo, dependencia, y no aceptación del envejecimiento, manipulación, y creencia de trascender las normas y leyes. No poseen capacidad de empatía y no se abren al mundo de los adultos.

La sintomatología de este síndrome ha estado presente en la psicología, en toda caracterización neurótica, lo que Kiley hace, no es más que asignarle un nombre.

Freud hace referencia a la fijación, aludiendo al estancamiento en el desarrollo de la personalidad, que se verifica en individuos que padecen esta sintomatología. Por lo que no existía una categorización hasta la designación de Kiley.

Pero el síndrome de Peter Pan, no constituye una psicosis, es un trastorno neurótico, o caracterológico. El propio Kiley reconoce las dificultades para corregir estas conductas. 

Tratamiento del síndrome de Peter Pan

Los tratamientos empleados para el síndrome de Peter Pan, son los correspondientes a toda neurosis estructurada, pero es difícil de concretar, puesto que el sujeto que experimenta este trastorno, no acepta su infantilismo y se niega a modificar sus conductas. No existe el deseo de abandonar el mundo de la infancia, ni una conciencia del fracaso en la aproximación al mundo adulto. Se presenta una dificultad de aceptar las normas y la necesidad de tomar responsabilidades, o forjar vínculos maduros con los demás.


Síntomas del síndrome de Peter Pan

Suelen presentarse crisis depresivas, angustia, ansiedad. El paso de los años no parece ser advertido por el sujeto, pero su protección desaparece momentáneamente en ciertas circunstancias, provocando un sentimiento de vacío. Existe una nostalgia por la etapa infantil, lo que afecta la autoestima.


Puede presentarse conjuntamente con patologías psiquiátricas específicas como las paranoides, neurosis, obsesiones, histeria. El tratamiento debe ser doble, psicopatológico y de carácter.







domingo, febrero 06, 2011

Hipnosis: hipertensión y Otorrinolaringología

Los pacientes hipertensos necesitan medicación para regular su tensión arterial. Lahipnosis como coadyuvante a la terapia cognitivo-comportamental se ha utilizado para el tratamiento de la hipertensión ( Lynn et al . , 2000). En un estudio piloto, Raskin, Raps, Luskin, Carlson y Cristal (1999), compararon tres grupos de pacientes hospitalizados, uno aprendió autohipnosis, otro recibió la misma atención y tiempo pero sin un procedimiento específico de relajación, y un tercer grupo fue evaluado sin ser intervenido. En el seguimiento se observó que los pacientes del grupo de hipnosis mostraron el mayor descenso en la presión diastólica, seguidos del grupo de sólo atención y, por último, de los que no recibieron intervención. Estos resultados sugieren que añadir hipnosis al tratamiento médico estándar de la hipertensión puede ser beneficioso (Raskin et al., 1999).

Otro estudio más reciente (Gay, 2007) utilizó la hipnosis para reducir la hipertensión de los participantes y comparó los resultados con un grupo control sin tratamiento. Se observó que la hipnosis es eficaz en la reducción de la presión sanguínea tanto a corto plazo como a medio y a largo plazo; el período de seguimiento de este estudio fue de un año (Gay, 2007).

Otorrinolaringología

Según la literatura, la hipnosis puede ser de ayuda en el alivio del tinnitus (la percepción de sonido en el oído humano en ausencia del correspondiente sonido externo), aunque es necesario realizar más investigación para establecer su eficacia. Attias, Shemesh, Shoham, Shahar y Sohmer (1990) compararon la eficacia de la autohipnosis en pacientes con tinnitus con dos grupos control, uno en el que los participantes recibieron un estímulo auditivo en el oído con tinnitus, y otro de lista de espera que no recibió tratamiento formal. Los autores encontraron que el 73% de los pacientes del grupo de autohipnosis informó de la desaparición del tinnitus durante las sesiones de tratamiento, comparado con el 24% de los participantes del grupo del estímulo auditivo breve. Además, el grupo de hipnosis fue el único que mostró una mejora significativa en el perfil de síntomas de tinnitus a largo plazo (2 meses).

Asimismo, Attias et al. (1993) compararon la eficacia de la autohipnosis, el enmascaramiento y el prestar atención a las quejas del paciente en el alivio del tinnitus. En los resultados se encontró que la autohipnosis redujo significativamente la intensidad del tinnitus, ya que los pacientes de este grupo informaron de una mejora significativa en 7 de 10 síntomas molestos comparados con las otras condiciones del estudio. Ross, Lange, Unterrainer y Laszig (2007) analizaron los efectos terapéuticos de la hipnosis en el tinnitus subagudo y crónico en un estudio longitudinal controlado con una muestra de 393 pacientes.

Los resultados al final del tratamiento revelaron mejoras muy significativas en los pacientes. Un 90.5% de los pacientes con tinnitus subagudo y un 88.3% de los pacientes con tinnitus crónico puntuaron más bajo en el Cuestionario de Tinnitus. Los efectos en los grupos de tratamiento fueron superiores a los de los grupos control de lista de espera. Asimismo, se encontró una mejora en la calidad de vida relacionada con la salud en los grupos de tratamiento. Los autores concluyeron que un tratamiento de 28 días que incluya la hipnosis puede ser significativamente útil en la reducción de las molestias del tinnitus así como en la mejora de la calidad de vida relacionada con la salud de estos pacientes.

En un estudio longitudinal no aleatorizado (Maudoux, Bonnet, Lhonneux-Ledoux y Lefebvre, 2007) se aplicó una intervención hipnótica a 49 pacientes con tinnitus crónico. Los resultados mostraron que todos los pacientes informaron de ser capaces de modular su tinnitus mediante la autohipnosis y las puntuaciones de todos ellos en un cuestionario de tinnitus disminuyeron significativamente. Aunque estos resultados tienen que ser replicados y comparados con un grupo control, este ensayo clínico, junto con los otros estudios mencionados, indica que la hipnosis es una técnica prometedora en el tratamiento del tinnitus.

Fuente: M. Elena Mendoza y Antonio Capafons
Universitat de València
en la web papelesdelpsicologo.es

viernes, febrero 04, 2011

Hipnosis y trastornos dermatológicos

 Existen diversos estudios anecdóticos sobre intervenciones hipnóticas que han tratado con éxito diversas condiciones dermatológicas como eczema, ictiosis, verrugas y psoriasis (Ewin, 1992; Zachariae, Øster, Bjerring y Kragballe, 1996). De éstas, las más estudiadas han sido las intervenciones para la psoriasis y las verrugas.

La psoriasis es un trastorno benigno inflamatorio de la piel agudo o crónico que se supone que es debido a causas psiconeuroinmunológicas. En dos revisiones de la literatura se encontraron algunos informes de caso y un estudio experimental cuyos resultados apoyan los efectos beneficiosos de las intervenciones psicológicas en el tratamiento de la psoriasis (Winchell y Watts, 1988; Zachariae et al., 1996).

Por otra parte, existen estudios anecdóticos que informan que la hipnosis reduce el picor y las molestias de las verrugas, y produce cambios estructurales y reducción de las lesiones de la piel (Pinnell y Covino, 2000).

La imaginación también ha sido asociada a la eliminación de verrugas. En un trabajo de Spanos, Stenstrom y Johnston (1988) se observó un 50% de curación de los participantes que recibieron sugestiones hipnóticas, y que los participantes que perdieron la mayor parte de sus verrugas fueron los que tenían altas expectativas del éxito del tratamiento y más alta viveza imaginativa sugerida (Spanos, Stenstrom y Johnston, 1988). De esta manera, imaginación e hipnosis parecen ser métodos de una buena relación coste-eficacia para reducir o eliminar verrugas (Lynn y Kirsch, 2006).


Fuente: M. Elena Mendoza y Antonio Capafons
Universitat de València
en la web papelesdelpsicologo.es

martes, febrero 01, 2011

El psicologo online y la hipnosis

El psicologo online y la hipnosis


Escrito por psicodistancia
Añadido: 01 de Feb, 2011 / Veces vista: 7 / Comentarios: 0

Supongo que Ud., querido lector que está leyendo este artículo atraído por su título tendrá su mente llena de estereotipos y creencias en torno al tema, como todos.  Sin embargo, no solo no va a encontrar en este texto argumentos a favor de la “hipnosis de espectáculo” sino que encontrará precisamente todo lo contrario. El objetivo de este escrito no es otro que precisamente desmarcar lo que es la hipnosis clínica de la hipnosis circense, para no llevar a engaño a muchas personas que creen que “siendo hipnotizados” pondrán punto y final a sus problemas. Alguien lo resumió bastante bien cuando dijo: “La hipnosis de la TV es una caricatura de la auténtica”. No solo no espero defraudarle con la aclaración de estos malentendidos,   sino todo lo contrario...  ayudarle a conocer científicamente y correctamente qué hay de cierto y qué hay de falso en todo lo relacionado con la hipnosis. Así que, vamos allá.
¿QUÉ ES?
Si bien etimológicamente, el término hipnosis procede del vocablo griego “hypnos” que significa sueño, el significado actual de la palabra poco o nada tiene que ver con el mismo.
Hoy por hoy casi todo el colectivo profesional que hacemos uso de esta técnica parece estar de acuerdo con la definición que propuso la APA (American Psychological Association) que la definió como un “procedimiento durante el cual profesionales de la salud o investigadores sugieren al paciente, o sujeto de la experiencia, cambios en sensaciones, percepciones, pensamientos o conductas”. Es decir, la hipnosis no es un tipo de terapia, es una técnica que puede ser utilizada como facilitador o catalizador de determinadas terapias. Por lo tanto, un primer aspecto que ya debería quedar claro es que nadie puede autodenominarse “hipnotizador , “hipnólogo” o cosas por el estilo ya que no es una disciplina en sí misma, ni mucho menos, si no simplemente una técnica terapéutica más situada en mismo plano que las técnicas de relajación, la entrevista clínica o los autorregistros.
¿EN QUE CONSISTE?
Habiendo ya dejado claro que el tipo de hipnosis al que este artículo se refiere es la hipnosis clínica y teniendo ésta ya acotada como “técnica catalizadora de diferentes terapias” diremos que consiste en la inducción de un estado de relajación profunda para intentar persuadir al paciente o sujeto de la experiencia de efectuar cambios en diferentes aspectos de su conducta. Así por ejemplo, un individuo con problemas de tabaquismo o de bulimia puede ser objeto de ésta técnica con el fin de crear una asociación desagradable con el tabaco o con la comida ingerida fuera de horas. De esta manera, se puede conseguir un “punto de freno” a la hora de que el individuo se encienda un cigarrillo o asalte la nevera de madrugada. Si bien ha de quedar claro que si el individuo quiere fumarse ese cigarrillo o ingerir esas calorías lo hará con absoluta normalidad. No es muy distinto su uso clínico del uso que la hipnosis tiene, por ejemplo, en deportes de élite. Todos hemos visto en las retransmisiones televisivas de atletismo cómo el saltador de altura inicia un protocolo previo al salto con manos en las sienes, visualización de todos los movimientos de la ejecución, etc... que no es otra cosa más que tomar conciencia de todo el entrenamiento previo en imaginación que los atletas llevan a cabo cuando preparan este tipo de competiciones. Evidentemente esto no significa que procederán al salto con éxito, pero sí sirve para ganar autoconfianza en el momento de máxima tensión deportiva. Eso sí, en última instancia, la superación o no del salto dependerá de muchos otros factores. Operativamente proceder a efectuar una sesión de hipnosis clínica supondría atravesar varias fases:
1ª fase
El terapeuta presenta la técnica al paciente o sujeto de la experiencia aclarando conceptos y desterrando mitos acerca de la misma. En esta fase, es de gran utilidad alcanzar un buen nivel de confianza terapeuta-paciente con el fin de desterrar recelos o miedos que pudieran aparecer para el buen desarrollo de la sesión. Al iniciar el procedimiento se persigue alcanzar un grado alto de concentración y la sensación corporal de pesadez. Es escenario ha de ser el apropiado, esto es, la persona ha de estar cómodamente sentada o tumbada con lo ojos cerrados,  con un nivel de ruido ambiente bajo y óptimas condiciones de temperatura y luminosidad.
2ª fase
Con el paciente o sujeto de la experiencia relajado se avanza en el proceso hipnótico con sugerencias por parte del terapeuta, con voz suave y uniforme, que incitan a profundizar más aún en ese relax. En este estadío el individuo puede experimentar la sensación de no movimiento, es decir, si quisiera moverse tendría la sensación de no poder hacerlo aunque en pocos segundos, en cuanto  se activara mínimamente, lo podría hacer con total normalidad.
3ª fase
En esta tercera fase, la relajación ha de ser total y es el momento en el que se lleva a cabo el trabajo encaminado a conseguir el objetivo terapéutico. Por ejemplo, en el caso del tabaquismo o de la bulimia, se intentarían crear asociaciones desagradables con el cigarrillo o con la comida fuera de horas o excesiva. Sugestiones como “imagina que cada calada a un cigarrillo es como inhalar el humo del tubo de escape de un vehículo” o “imagina que ese bocadillo de madrugada que pretendes ingerir está en mal estado o desprende un olor nauseabundo” son el tipo de instrucciones hipnóticas que se facilitan al individuo en esta fase. La repetición de las mismas enriqueciéndolas con el mayor número de detalles posibles (color, textura, olor, sonido, etc...) y el aumento de la intensidad de las asociaciones son lo que hará que aumente la posibilidad de que ese “punto de freno” sea efectivo en estado de plena vigilia. Alcanzar los estados propios de la 1ª y 2ª fase supone relativamente poco tiempo. Casi todo el mundo alcanza ese estado pasados 10 o 20 minutos. En cambio una relajación profunda no todo el mundo es capaz de conseguirla, costando ésta bastante más tiempo. Por ello, es pertinente efectuar lo que se denominan “pruebas de susceptibilidad a la hipnosis” que es un modo rápido y fiable de determinar con quien y con quien no puede ser útil aplicar esta técnica. Estas “pruebas de susceptibilidad” suelen consistir en inducir a la relajación instándole a elevar un brazo “como si de una pluma mecida por el viento se tratase” o a “entrelazar los dedos de ambas manos de manera que imagine que están unidas de un modo macizo como si de un bloque de mármol se tratase”. Los individuos que tras unos minutos reportan que han alcanzo una u otra sensación serían individuos susceptibles de ser hipnotizados clínicamente. Por otra parte, no solo el novelesco y literario péndulo se ha confirmado como bastante ineficaz sino que ésta principalmente se lleva a cabo  con los ojos cerrados y si se prefiere llevar a cabo con los ojos abiertos es mejor inducir a la relajación concentrando la mirada en un punto fijo estático, no dinámico.
MITOS, LEYENDAS Y MALENTENDIDOS
Sin discutir la utilidad que la hipnosis circense, televisiva o de espectáculo tiene a nivel de entretenimiento que sería similar a la utilidad de los espectáculos de magia; lo cierto es que ha terminado por perjudicar bastante el buen uso clínico de ésta técnica siendo necesario dedicar un tiempo en consulta antes de llevarla a cabo para aclarar al paciente que lo que ha visto en televisión no es ni real ni en lo que consiste la hipnosis. En el espectáculo en sí se entremezclan además diferentes factores. El montaje propiamente dicho en el que colaboran algunos sujetos del público que de fracasar la buena marcha del número simularán haber alcanzado trances hipnóticos normalmente cómicos. Pero también es cierto que está presente las ganas de creer en esto que mucha gente tiene y los sujetos capaces de cualquier cosa por exhibirse. Con todo esto en marcha sin duda el resultado entretendría al más pintado.
Mis respectos a los profesionales de este campo del ilusionismo pero, al mismo tiempo, no conviene confundir una cosa con otra.
¿PARA QUE SIRVE?
Circulan todo tipo de aseveraciones al respecto del uso de la técnica hipnótica si bien no hay evidencia experimental y científica de muchas de ellas. En realidad, proporcionar un listado de problemas con los que se ha utilizado alguna vez la hipnosis puede no tener mucho sentido, dado que es una técnica.
Conviene huir de la fascinación o devoción por la técnica. Hace escasos días una persona me planteaba la siguiente consulta vía correo electrónico: “Me gustaría que informaran del tratamiento de la ansiedad con hipnosis”; a lo que le tuve que contestar que es un punto de partida equivocado que un paciente intente sugerir las técnicas terapéuticas al psicólogo. En otra ocasión, una lectora de la revista contactó conmigo por teléfono pidiendo que se le hipnotizara para superar un problema de ataques de ansiedad. En esta ocasión, igualmente, es pertinente hacerle comprender a la persona que quien decide usar una u otra técnica terapéutica siempre ha de ser el profesional de la salud formado para ello. Y, además, que en ningún caso someterse a una sesión de hipnosis implica solucionar tal o cual problema.
Sin duda en ambos ejemplos se observa una clara influencia mediática al respecto del uso de la hipnosis. Influencia mediática que desaprensivos autoinvestidos como mentalistas, hipnotizadores o hipnólogos (recuerdo al lector que, como tal, ese título es absurdo en sí mismo) aprovechan ese río revuelto para sacar tajada económica.
Es en estos casos cuando la hipnosis si puede entrañar algún riesgo para el la estabilidad emocional del sujeto que se somete a esta experiencia más por las creencias con las que acude a consulta y por la nula formación del “oportunista” que por el riesgo de la técnica.
Desde aquí os insto a huir de ese tipo de circuitos y acudir a profesionales acreditados y serios.
UNA REFLEXION FINAL
Quizá haya desilusionado a más de uno poniendo sobre la mesa que la hipnosis circense no es real del mismo modo que el conejo que sale de la chistera ya estaba allí cuando el mago enseña el interior vacío. No por ello hay que restarle mérito al profesional del espectáculo. En realidad, lo tiene. Cuanto más sorprenda el truco y más difícil resulte encontrar una explicación más mérito hay detrás del trabajo del ilusionista. Pero, por otra parte, cuando ese ilusionismo puede inducir a error al respecto de técnicas psicoterapéuticas como la que nos ocupa, modestamente creo que no está de más poner los puntos sobre las íes.
R. Rodriguez










Fuente: http://www.articulo.org/articulo/33062/el_psicologo_online_y_la_hipnosis.html

Hipnosis y Obstetricia: estudios

La hipnosis también se ha utilizado en la obstetricia para facilitar el parto. Según la revisión de Pinnel y Covino, (2000), los estudios al respecto informan que las pacientes que utilizaron hipnosis tuvieron una mayor satisfacción con la experiencia de dar a luz (Freeman, MacCauley, Eve y Chamberlain, 1986); un parto más corto (Brann y Guzvica, 1987; Jenkins y Pritchard, 1993), y un menor uso de medicación y analgésicos durante el parto (Jenkins y Pritchard, 1993).

Una revisión posterior realizada por Cyna, McAuliffe y Andrew (2004) informó de la existencia de estudios en los que la utilización de la hipnosis ayudó a las madres a necesitar menos analgesia y menos medicación para el dolor en el parto. Los autores concluyen que, dados los posibles beneficios de utilizar hipnosis en estos casos, son necesarios más estudios bien diseñados para confirmar estos efectos de la hipnosis durante el parto. También existe evidencia de que la hipnosis facilita el embarazo de mujeres que se someten a intervenciones de fertilización in vitro (Levitas et al, 2006).

Por último, recientemente, Brown y Hammond (2007) revisaron los beneficios y la eficacia de la hipnosis en obstetricia y partos. En los estudios analizados, se encontró que la hipnosis ayuda a reducir significativamente los dolores de parto y la necesidad de medicación durante y después del parto. Además, la hipnosis mostró ser eficaz como coadyuvante al tratamiento médico de un parto prematuro de cuatrillizos. Los autores sugieren la realización de estudios clínicos aleatorizados para evaluar y establecer la eficacia de la hipnosis en esta área (Brown y Hammond, 2007).
Fuente: M. Elena Mendoza y Antonio Capafons
Universitat de València
en la web papelesdelpsicologo.es