viernes, diciembre 24, 2010

Eficacia de la Hipnosis Clínica: Traumas y Trastornos psicosomáticos

Aunque existen muchos informes anecdóticos y estudios de caso que afirman que lahipnosis tiene repercusiones en el tratamiento del trauma, sólo un estudio (Brom, Kleber y Defare, 1989) se acerca a cumplir los criterios de Chambless y Hollon (1998), de acuerdo a la revisión de Cardeña (2000). Brom, Kleber y Defare (1989) compararon los efectos de la hipnoterapia, la desensibilización sistemática y la psicoterapia psicodinámica en el tratamiento del estrés post-traumático.

Las tres intervenciones mostraron ser más eficaces que el grupo control de lista de espera, tanto al final del tratamiento, como a los tres meses de seguimiento, si bien ninguna de las intervenciones fue superior a las demás. No obstante, el grupo de hipnosis necesitó menos sesiones de tratamiento que los otros grupos, siendo, junto con el de desensibilización sistemática, más eficaz que la terapia psicodinámica en el tratamiento de síntomas intrusivos (Brom, Kleber y Defare, 1989).

Más recientemente, un estudio sobre el tratamiento del Trastorno de Estrés Agudo (Bryant et al., 2005) comparó la hipnosis como coadyuvante de la terapia cognitivo comportamental, con la terapia cognitivo-comportamental sola, y con asesoramiento de apoyo. Al final del tratamiento, la mejor de las tres intervenciones en la mejora de los síntomas de reexperimentación fue la que incluyó hipnosis, aunque a los tres y seis meses de seguimiento fue equivalente al tratamiento cognitivo comportamental solo. Ambas intervenciones fueron mejores que el asesoramiento de apoyo durante las tres veces que se evaluó la mejora en síntomas de estrés post-traumático y depresión.

Teniendo en cuenta que las intervenciones utilizadas para tratar el trauma pueden llevarse a cabo fácilmente con hipnosis, y que los procedimientos hipnóticos pueden ayudar a modular e integrar recuerdos traumáticos (Cardeña, 2000), la hipnosis puede considerarse una intervención prometedora en la mejora de los síntomas post-traumáticos de las víctimas de trauma. Además, en diversos estudios se ha demostrado que las personas que sufren estrés post-traumático son altamente hipnotizables, y por tanto, probablemente se pueden beneficiar más de la hipnosis que otro tipo de pacientes (Spiegel, Hunt y Dondershine, 1988; Stutman y Bliss, 1985).

De esta manera, es necesaria la realización de más investigaciones en esta área para que la hipnosis pueda ser reconocida como un tratamiento con apoyo empírico para condiciones post-traumáticas. Para ello está disponible un excelente y bien elaborado modelo de intervención en el que se incluye la hipnosis como coadyuvante (Cardeña, Maldonado, Van der Hart, y Spiegel, 2008).

Trastornos psicosomáticos

En una investigación reciente se analizaron sistemáticamente diversos estudios clínicos controlados y aleatorizados, sobre los que se realizó un meta-análisis para evaluar la eficacia de la hipnosis en el tratamiento de los trastornos psicosomáticos (Flammer y Alladin, 2007). Los estudios incluidos en el meta-análisis compararon grupos tratados con hipnosis como la única técnica utilizada, excepto el tratamiento médico estándar, con grupos control de lista de espera.

Aunque los autores concluyeron que según su metaanálisis, la hipnosis es altamente eficaz en el tratamiento de los trastornos psicosomáticos, estos resultados no son concluyentes y deberían ser valorados con precaución debido a las limitaciones de este estudio. Los autores señalaron algunas de ellas: en primer lugar, la carencia de una categoría distintiva de trastornos psicosomáticos en las clasificaciones tanto de la CIE-10 como del DSM-IV afecta a la interpretación del meta-análisis, así como el hecho de que no había estudios disponibles que cumplieran los criterios que evaluaran la eficacia de la hipnosis en el tratamiento del amplio rango de condiciones consideradas por los autores como trastornos psicosomáticos.

Además, no se analizaron los efectos de factores como las diferencias en criterios diagnósticos, edad y gravedad de los síntomas sobre el resultado del tratamiento, porque los estudios seleccionados no aportaban suficiente información (Flammer y Alladin, 2007).
Otro punto, seguramente el más problemático, es que el informe de los datos de seguimiento a largo plazo no fue un criterio de inclusión en el meta-análisis, es decir, la medida de eficacia se circunscribe a los datos post intervención. Asimismo, en este meta-análisis, los estudios incluidos se analizaron con respecto a las intervenciones hipnóticas utilizadas, que fueron categorizadas como hipnosis clásica, moderna (ericksoniana) y mixta.

Los resultados indicaron que, por este orden, las formas de hipnosis moderna ericksoniana y mixta fueron superiores a la hipnosis clásica. Sin embargo, teniendo en cuenta que la hipnosis clásica era la más utilizada (53,6%) en los estudios de este análisis, luego la mixta (32,1%) y sólo algunos estudios (14,3%) utilizaron la forma moderna de hipnosis, los hallazgos relativos a la superioridad de esta última pueden haber resultado de un artefacto estadístico, y, como consecuencia, las conclusiones de los autores sobre ello, deben ser consideradas con suma cautela.

Por último, los autores también señalaron que en los estudios incluidos en el análisis, la hipnosis fue utilizada para el alivio de los síntomas, dejando de lado otros componentes que pueden ayudar a los pacientes a afrontar los problemas psicosomáticos, como son los factores de mantenimiento, las cogniciones y las emociones (Flammer y Alladin, 2007). Por tanto, debería realizarse más investigación respecto a la eficacia de la hipnosis no sólo en el tratamiento de los síntomas de los trastornos psicosomáticos, sino también en los otros componentes que pueden estar manteniendo este tipo de trastornos.

Fuente: M. Elena Mendoza y Antonio Capafons
Universitat de València
en la web papelesdelpsicologo.es

viernes, diciembre 10, 2010

MANEJO DEL DOLOR

HIPNOSIS CLÍNICA
MANEJO DEL DOLOR

Una de las áreas de aplicación de la hipnosis que muestra una mayor evidencia empírica de su eficacia es el manejo del dolor, ya sea crónico o agudo (Lynn, Kirsch, Barabasz, Cardeña y Patterson, 2000; Montgomery, DuHammel y Redd, 2000). Tanto el reconocimiento por parte del National Institute of Technology Assessment Panel Report (1996), como el meta-análisis de Montgomery et al. (2000) sobre la eficacia de la hipnosis en el manejo del dolor apoyan su consideración como un tratamiento eficaz, bien establecido y empíricamente validado. En la revisión de Montgomery et al. (2000) de estudios bien controlados se encontró que la hipnosis puede aliviar a un 75% de la población. Los resultados revelaron un efecto de moderado a alto en la reducción de dolor clínico y experimental, lo que apoya la eficacia de los procedimientos hipnóticos en el manejo del dolor. Asimismo, los resultados indicaron que las técnicas de analgesia hipnótica son superiores a la medicación, el placebo psicológico y otro tratamiento, cumpliendo así los criterios para un tratamiento bien establecido de acuerdo con los criterios de Chamless y Hollon (1998).
Posteriormente, Patterson y Jensen (2003) llevaron a cabo una revisión exhaustiva de los estudios controlados aleatorizados sobre dolor e hipnosis en contextos clínicos, excluyendo los estudios de estudiantes voluntarios incluidos en el meta-análisis de Montgomery et al. (2000). Para la revisión se tuvo en cuenta la definición de hipnosis de Kihlstom (1985), ya que es lo suficientemente amplia para incluir aquellos estudios que analizan los efectos de la analgesia hipnótica y al mismo tiempo es específica para incluir el principal componente de la hipnosis, esto es, la sugestión. De esta manera, se excluyeron los estudios que analizaban intervenciones que no se definieron como hipnosis y los estudios considerados se analizaron en función del tipo de dolor (agudo o crónico), el diseño de estudio y el tipo de grupo de control utilizado.

Los resultados relacionados con los estudios sobre dolor agudo indicaron que existen efectos clínicos consistentes de la analgesia hipnótica que son superiores a la atención o a las condiciones de control de cuidado estándar y en numerosas ocasiones son superiores a otros tratamientos de dolor viables. Respecto al dolor crónico, los estudios muestran que la analgesia hipnótica es consistentemente superior al no tratamiento, aunque aporta los mismos resultados que la relajación y el entrenamiento autógeno (lógico en este caso, pues es una técnica de autohipnosis). Por tanto, los autores concluyen que los estudios controlados aleatorizados con poblaciones clínicas indican que la hipnosis tiene un impacto significativo y fiable, tanto en dolor agudo, como crónico.
Por otro lado, y en lo que se refiere exclusivamente al dolor crónico, otra revisión publicada de estudios controlados sobre el uso de la hipnosis en el tratamiento de pacientes con este problema (Elkins, Jensen y Patterson, 2007) indicó que las intervenciones con hipnosis fueron significativamente más eficaces que el no-tratamiento en la reducción del dolor en una amplia variedad de tipos de dolor crónico. Además, estas reducciones del dolor percibido se mantuvieron durante varios meses, y en algunos estudios, los procedimientos hipnóticos mostraron ser significativamente más eficaces que los tratamientos no hipnóticos, como, por ejemplo, la fisioterapia o la educación.
Hay que destacar que el tratamiento hipnótico es útil para los pacientes con dolor crónico, no sólo para conseguir efectos analgésicos, sino también en el manejo de la ansiedad, la mejora del sueño y la mejora de su calidad de vida (Jensen et al., 2006).

No obstante, Elkins et al. (2007) indican que varios de los estudios revisados presentan limitaciones en el diseño experimental, tales como contar con un tamaño de muestra pequeño, carecer de controles adecuados para comparar el efecto placebo y/o de las expectativas, y carecer de seguimientos a largo plazo, por lo que es necesario realizar más investigaciones para determinar la eficacia de la hipnosis en el tratamiento del dolor crónico. Por otro lado, la revisión de Hammond (2007) sobre la eficacia de la hipnosis clínica para el tratamiento de los dolores de cabeza y las migrañas concluye que la hipnosis cumple los criterios de investigación en psicología clínica para considerarse un tratamiento eficaz y bien establecido, con la ventaja añadida de que, además, no tiene efectos secundarios, ni riesgos de reacciones adversas, disminuyendo el gasto en medicación asociado a los tratamientos médicos convencionales (Hammond, 2007).
En otro estudio, en este caso no de revisión, Castel, Pérez, Sala, Padrol y Rull (2007), utilizaron la hipnosis para tratar a 55 pacientes con fibromialgia. En un grupo utilizaron la hipnosis con sugestiones de relajación, en otro la hipnosis con sugestiones de analgesia, y en un tercero, sólo relajación. Los resultados mostraron que el mayor efecto en el alivio de la intensidad del dolor y en la dimensión sensorial del dolor lo ofrecía la hipnosis con sugestiones de analgesia. Asimismo, se observó que el efecto de la hipnosis con sugestiones de relajación no fue mayor que el de la relajación sola.

Por su parte, Karlin (2007) analizó los resultados de dichos meta-análisis y concluyó que los posibles procesos que producen la analgesia hipnótica son la capacidad de alucinar negativamente la estimulación dolorosa, las creencias, las expectativas y la distracción, inherentes a las instrucciones de analgesia hipnótica, así como la hipnotizabilidad de los pacientes.
Por último, Martínez-Valero et al. (2008) realizaron un estudio piloto de línea base múltiple entre participantes, que comparó la eficacia del tratamiento multicomponente cognitivo-comportamental con y sin hipnosis, y el tratamiento farmacológico por sí solo para la fibromialgia. Los resultados apoyan que la hipnosis como coadyuvante al tratamiento cognitivo-comportamental puede ser una herramienta útil para el manejo de los síntomas de la fibromialgia

Fuente: M. Elena Mendoza y Antonio Capafons
Universitat de València
en la web papelesdelpsicologo.es

martes, diciembre 07, 2010

Las 10 preguntas más frecuentes acerca de la hipnosis

1 ¿Todo el mundo puede ser hipnotizado?
Si entendemos la hipnosis como un estado focalizado de atención, donde no necesariamente tiene que darse la pérdida de conciencia o la falta de memoria sobre lo que ha sucedido en la sesión, la respuesta rotunda es SI. Pero si entendemos esta pregunta como si todo el mundo puede alcanzar el trance profundo (sonambúlico) –entendido en términos de hipnosis clásica- con una sugestionabilidad prácticamente total y con pérdida de consciencia, la respuesta sería NO. Conseguir un trance ligero o medio es relativamente fácil. Llegar a un trance profundo es más complejo; aproximadamente un 80% de sujetos puede llegar sin mucha dificultad a un estadio profundo. Al 20 % restante les sería difícil por diversas variables complicadas de saber o controlar (temor a perder la propia consciencia, prejuicios o creencias, falta de confianza en el inductor, etc.) Pese a este hecho, si usamos la hipnosis a nivel clínico o médico, en la mayoría de las ocasiones es suficiente con un trance medio para obtener resultados.
2 ¿Quién puede hipnotizar?
La hipnosis es esencialmente una técnica. Por tanto todo aquel que la conozca lo suficiente y aprenda a aplicarla, puede hipnotizar. Otra cosa es que el inductor sepa después enfrentarse y resolver las diferentes situaciones que se le presenten durante la sesión. Si el hipnotizador no cuenta con conocimientos teórico-prácticos concretos y suficientes (incluso aunque se trate de médicos o psicólogos), podría ocasionar graves daños al hipnotizado. Más aún si el inductor persigue fines poco lícitos e intenta vulnerar la integridad física, psíquica o moral del inducido, lo cual ha sucedido numerosas veces, manipulando al hipnotizado. En algunos países la hipnosis clínica sólo está permitida a médicos y psicólogos previamente autorizados y preparados. En España existen centros de formación no académicos, aunque cada vez más en el ámbito universitario se están impartiendo cursos de postgrado o especialización.
3 ¿Se puede quedar alguien eternamente dormido?
Es completamente imposible que suceda. Tanto si practicamos la autohipnosis (sobre nosotros mismos), como la hetero-hipnosis, es decir, sobre otra persona, siempre acabaremos saliendo del estado hipnótico. Si por cualquier causa el hipnotizador desapareciera, el sujeto inducido pasaría progresivamente del trance hipnótico al sueño natural e iría despertando y despejándose progresivamente. Sucede en ocasiones que la persona está en una situación tan plácida que se resiste a despertarse. En ese caso podemos realizarle una contra-sugestión como: “si quieres permanecer o regresar en un futuro a este estado, debes despertar ahora” –y normalmente abandonará la hipnosis. O simplemente le dejamos reposar hasta que despierte al cabo de un tiempo que suele ser corto.
4 ¿Tiene la hipnosis contra indicaciones?
La hipnosis y todos los estados y técnicas similares producen un gran beneficio al organismo, ya que ayuda a eliminar tensiones físicas o emocionales, reduce ligeramente la tensión arterial, regula el ritmo cardíaco y respiratorio, equilibra los hemisferios cerebrales y si hablásemos en términos energéticos, reequilibra la bio-energía del cuerpo. Por tanto si somos personas normalmente sanas, no correremos ningún peligro. Sin embargo existen dos contra indicaciones absolutas: en general no debe practicarse hipnosis a personas con esquizofrenia o graves enfermedades mentales ¿por qué? porque podríamos agravarles sus síntomas aparte de que serían difícilmente inducibles. El segundo caso se trata de personas con epilepsia o que hayan tenido crisis de este tipo recientes: durante la hipnosis les podría sobrevenir una de estas crisis, por lo que la prudencia aconseja no someterlas.
5 ¿Tiene el hipnotizador algún poder especial?
Rotundamente NO. Cuando se emplea la hipnosis como espectáculo, el hipnotizador se suele presentar con una aureola de poderes mentales excepcionales; esto forma parte del ambiente sugestivo que el inductor empleará para conseguir sus efectos espectaculares. Todo depende de lo sugestionables e impresionables que seamos. Realmente si una persona no lo desea, es muy difícil que se le induzca, a no ser que exista un miedo o un convencimiento tan extremo de que el hipnotizador tiene tal poder (ficticio) que nuestra propia creencia o convencimiento nos hará caer en hipnosis incluso a veces de forma instantánea a la más mínima sugerencia o toque del inductor. Para hipnotizar no se necesitan dotes especiales, aunque sí un mínimo de aptitudes. Por ejemplo una persona tímida, dudosa e insegura de sí misma sería un mal hipnólogo o hipnotizador.

6 ¿Se puede inducir a alguien a realizar lo que no desea?
Aunque diversos autores niegan esta posibilidad, nuestra práctica sólo con fines experimentales nos demuestra que SI. Todo depende de muchas y distintas variables, pero si el sujeto inducido tiene un grado suficiente de profundidad hipnótica, puede en todo o en parte, aceptar sin posibilidad de negarse las sugestiones que le imponga el hipnotizador. Se han dado numerosos casos de violaciones y de manipulación mental bajo estados de hipnosis –esto no es nada nuevo- Por ello no debemos dejarnos hipnotizar por personas que no tengan nuestra confianza.
Comparto la idea con los autores que se adhieren al criterio de que no se puede hipnotizar sin la anuencia, consentimiento del paciente.
7 ¿Nos podemos hipnotizar a nosotros mismos?
Por supuesto. La autohipnosis es una de las vertientes más interesantes de esta técnica. Para ello podemos utilizar –por ejemplo- un cassette, donde nos grabaremos una inducción para relajarnos progresivamente, incluyendo sugestiones como: “cada vez estoy más tranquilo, mis músculos se van soltando, poco a poco voy sintiendo un ensueño agradable y profundo...” Al final, añadiremos las sugestiones que deseemos implantarnos para diversos fines, como estudiar más y mejor, dejar el tabaco, estar más tranquilos, etc, etc.
8 ¿Nos pueden hipnotizar sin que nos demos cuenta?
La hipnosis está más presente en nuestras vidas de lo que nos imaginamos. De hecho si ésta sólo es un estado de atención más o menos aguda y focalizada, todos los días sufrimos en mayor o menor medida una o varias “hipnosis”. La publicidad – especialmente en la TV pretende hipnotizarnos (sugestionarnos) para que compremos un producto... los políticos usan técnicas de comunicación e imagen muy elaboradas para captar nuestra atención, incluso donde es más importante la impresión final que el discurso en sí. Pero volviendo a la hipnosis clásica, existen técnicas subliminales para inducir a un sujeto a estados hipnóticos e inducirle -sin necesidad de que exista pérdida de conciencia- a determinado comportamiento o actitud.
A parte de esto existen algunos casos excepcionales como el del polaco Wolf Messing. Stalin la irrupción de la II Guerra mundial detuviera el trabajo de los “psicotrónicos” (parapsicólogos) soviéticos. El propio dictador le propuso en 1.940 que realizara una demostración: debía atracar un banco con las únicas armas de su potencia psíquica. En un céntrico banco de Moscú, Messing entregó una hoja en blanco al empleado, quien en pocos segundos le entregó sin dilación 100.000 rublos.
9 ¿Existe la hipnosis instantánea?
Sí. Por ejemplo en los espectáculos hipnóticos, cuando el inductor se percata de que alguien entre su público es muy sugestionable e incluso muestra cierto miedo al acercársele, el propio temor y el hecho de que se vea al hipnotizador revestido de un poder especial, hará que a la más mínima insinuación de éste, el espectador caiga inmediatamente en hipnosis (normalmente se tratará de un trance ligero o medio y habrá que profundizar). El otro caso sería cuando una vez conseguida una inducción, al sujeto se le deja implantada una orden post-hipnótica como por ejemplo: “cuando despiertes y en las próximas ocasiones en que yo te lo indique, caerás inmediatamente en este mismo estado” Dicha orden –si el estado conseguido es suficientemente profundo- queda
implantada en la mente profunda del sujeto y puede perdurar incluso por tiempo indefinido.
10 ¿Se puede hipnotizar a distancia?
Esta es una de los campos de investigación más apasionantes de la materia. Es inquietante comprobar que en muchas ocasiones bajo hipnosis la actividad mental, su ámbito y alcance de conocimiento superaran espacio y tiempo. Nuestro sistema nervioso es una auténtica red por donde circula electricidad de bajo voltaje; donde hay electricidad, se puede dar electro-magnetismo, por lo cual el entramado sistema de neuronas extendidas a lo largo de nuestra anatomía se convierte en un virtual emisor-receptor de frecuencias que pueden llevar incorporada determinada información. La aplicación práctica que se deriva de lo que acabamos de decir, es uno de los secretos mejor guardados por los Gobiernos que lo han investigado. En 1997 saltaba a la luz que la extinta Unión Soviética había empleado durante los 70 y 80 espías controlados a distancia y programados mediante hipnosis. Nuestro internacionalmente conocido neurofisiólogo D. José Manuel Rodríguez Delgado declara: “a través de las técnicas empleadas por los soviéticos contra la Embajada de EE.UU. podían leer a distancia las letras de la máquina de escribir de la secretaria”

Pongo en tela de juicio tal aseveración.