jueves, agosto 19, 2010

MITOS SOBRE LA HIPNOSIS



Al momento de iniciar un proceso terapéutico es importante aclararle al paciente algunos de los mitos y creencias erróneas entorno a la hipnosis, así mismo se hace necesario saber cual es el concepto que tiene de la misma, esto con el fin de generar mas confianza en el uso de la técnica procurando la eficiencia y eficacia de la misma. A Continuación se exponen solo algunos de los mas comunes, para ello retomamos al Dr Antonio Capafons quien expone 7 mitos generales en su libro Hipnosis:

Mito 1: La hipnosis no pertenece al campo de la psicología científica. Los que la practican suelen ser charlatanes, sanadores o personas del espectáculo. Las personas que mejoran con ella suelen ser crédulos, ignorantes y dependientes.

Desmitificación: Autores importantísimos de la psicología científica trabajaron y trabajan con hipnosis (William James, Wund, Hull, Ellis).
De todas las personas con quienes se ha desarrollado la hipnosis se sabe muy poco, no necesariamente tienen que tener una patología, eso si deben tener una actitud positiva hacia la hipnosis. Lo importante a resaltar aquí es la normalidad de las personas con quienes se trabaja la hipnosis, no necesariamente deben ser personas con un perfil determinado.

Mito 2: La hipnosis puede dejar a la persona "enganchada" en un trance y no poder salir del "estado hipnótico".

Desmitificación: Estudios acerca de la hipnosis aplicada a varios sujetos a demostrado que solo el 1% no recuerda nada de lo que ocurrió en la hipnosis.
Por otro lado la técnica de hipnosis se usa precisamente para el incremento del autocontrol.

Mito 3: La Hipnosis puede explicitar o agravar patologías “latentes” de la persona. Incluso puede desarrollar alteraciones psíquicas en los individuos sanos. Los individuos con problemas psicopatológicos, pueden empeorar con hipnosis..

Desmitificación: En este punto es importante aclarar que se debe conocer las expectativas del sujeto a hipnotizar para no partir de falsas y erroneas creencias y miedos posibles ante la hipnosis. La hipnosis pues no puede agravar ninguna situación pero si puede crear desanimo en las personas que esperan curas milagrosas con la hipnosis, por tanto no puede tampoco generar problemas o desordenes en personas sanas.

Mito 4: La hipnosis provoca un estado parecido al sueño, en que el que la persona muestra unas características especiales. Y si no se consiguen estas características, persona no está hipnotizada. Sólo se puede estar en esta situación especial, si se ha recibido un método de inducción hipnótica

Desmitificación: La hipnosis no implica ninguna clase de sueño y que la apariencia hipnótica habitual (relajación, ojos cerrados, etc.) no es sino una forma más de usar la sugestión hipnótica.

Mito 5: La hipnosis elimina y anula el control voluntario de la persona. Esta se convierte en un autómata en manos del hipnotizador, por el que puede cometer actos delictivos, antisociales, inmorales o a hacer el ridículo

Desmitificación: La hipnosis no es un medio eficaz para anular la voluntad de nadie. En la actualidad no existe ningún dato comprobado de alguna persona que haya obrado en contra de su voluntad debido a la hipnosis.
La persona hipnotizada no pierde el control por estarlo, si alguien perdiera el control seria porque también lo pierde fuera de hipnosis.

Mito 6: La hipnosis provoca reacciones inusuales, excepcionales y casi mágicas en las personas.

Desmitificación: La hipnosis no provocan reacciones ni competencias que la persona no posea ya en su repertorio.
La hipnosis no creara ningún estado especial en las personas fuera de los que ya posee fuera de la hipnosis

Mito 7: La hipnosis es una terapia (hipnoterapia) , sumamente útil, rápida y eficaz, que no exige ningún tipo de esfuerzo por parte del cliente por cambiar el comportamiento. Solamente las personas muy susceptibles, pueden beneficiarse de ella.

Desmitificación: Es importante aclarar a las personas que la hipnosis no produce respuestas milagrosas inmediatas, que toda aplicación de la técnica debe ir seguida de una estrategia terapéutica independiente del enfoque psicológico al que el profesional pertenezca. Las respuestas excepcionales se dan en personas que son excepcionales.

Capafons, A. (1988). Hipnosis clínica: Una visión cognitivo-comportamental. Papeles del Psicólogo, 69, 71-88.

miércoles, agosto 18, 2010

Un as cubano en la hipnosis clínica

A continuacion la entrevista exclusiva que realiza Margarita Pécora al psicologo cubano Alberto Cobián Mena experto en hipnosis clinica:

Contrario al uso bochornoso que suelen dar a la hipnosis como espectáculo para manipular la mente de las personas, el experto cubano en hipnosis, Alberto Cobián Mena, enseña su aplicación a colegas de Cuba y otras partes del mundo para el aliviar del dolor humano. El efecto psicológico de la palabra en la neuroplasticidad cerebral, es su arma principal. Con su libro “Yo creo en la hipnosis” Cobián refuerza su vocación a la milenaria técnica.

Dr. Alberto Cobián Mena, experto cubano en hipnosis clínica.

El azar trajo a Buenos Aires, en una escala técnica del vuelo que lo llevaría de regreso a Cuba, a un carismático santiaguero, el Dr. Alberto Cobián Mena, Profesor titular en Psicología Médica, de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, quien ha destacado en las últimas tres décadas por su alta especialización en Hipnosis, técnica que regresa desde tiempos remotos, para revelarnos su extraordinario poder científico, al servicio de la medicina.

Cuando se tiene de frente a un experto -catedrático en una técnica tan dependiente del poder de sugestión, es inevitable sentirse vulnerable. De ahí que- esta periodista, por las dudas, se cuidó de, de no mirarlo fijo al hipnólogo cubano, cosa de no perder el estado de vigilia normal.

Pero pronto comprendí que no es la mirada fija la única arma que posee. Tiene otra, también muy importante en la palabra, cuyo poder demostró el Nóbel de Fisiología ruso Iván Pavlov. Con ella el Dr. Cobián se convirtió en un excelente interlocutor.Con la palabra juega y sana.

¿Cómo entró en el mundo de la hipnosis?

Mi trabajo en los últimos 15-20 años lo he dedicado de manera profunda a incursionar en el campo de la Hipnosis terapéutica, que como su nombre indica, está dirigida a ser utilizada para resolver problemas de salud, mitigar algunas dolencias, detener el curso de las mismas o revertirlas.



¿Cómo se ha ido desarrollando en Cuba esta práctica?

Casualmente me encuentro en la Argentina. De este país es el Dr. Dupré, quien en el año 1960 fue a Cuba y empezó a hacer uso de hipnosis para odontólogos y médicos en La Habana y en Santiago de Cuba, por lo tanto, algunos profesores cubanos de la época- siempre hicieron referencia a esta primera experiencia que se obtuvo con el experto argentino.

El Dr. Araújo, padre de una eximia ballerina cubana-Loipa Araújo y de la sicóloga Nara Araujo.-, también estudió la hipnosis, pero más que todo para el manejo de algunos casos siquiátricos.

No es hasta finales de los años 80, que empezamos indistintamente en La Habana y en Santiago de Cuba, a trabajar por grupos separados en el empleo de esta modalidad.



Romper el estigma



¿Al inicio sintieron resistencia o desconfianza de algunos sectores por el uso que le darían?

Siempre, porque la referencia que se tenía de la hipnosis era los espectáculos a veces ridículos y bochornosos que vemos en algunos teatros o en el cine, donde se acudía a ello para dañar a la persona, violarla, matarla, borrarle la memoria para que cometiera asesinatos. Eso se fue impregnando como una verdad y creó estigma; otros no veían la posibilidad de que utilizando métodos naturales, es decir sicológicos, se pudieran resolver problemas reales. Pero cuando hay constancia, conciencia de que las causas son justas, interesantes y valederas, los grupos nos mantuvimos trabajando sin declinar, fuimos abriendo los caminos para ir tratando a estudiantes y trabajadores que tenían fobias, pérdidas de pelo, ansiedad, depresión y así luego de inaugurar nuestro trabajo con discusiones teóricas y de parasicología, fuimos incursionando en la práctica de clínica de la hipnosis.

Recuerdo la noticia de las primeras intervenciones quirúrgicas de mínimo acceso con hipnosis, en el hospital oncológico de Santiago de Cuba.

En efecto, en ese hospital el Dr. Salas- ya fallecido quien fue alumno de nuestra maestría, empleó la hipnosis como modelo anestésico en mastectomías, conización de cuello de útero, es histerectomía y para el manejo del dolor del paciente oncológico.



Es decir que esto confirma la validez de la técnica.

Desde hace siglos se ha demostrado. En el Siglo XIX se empleaba como método anestésico para extracciones dentarias, operaciones, también lo hicieron los rusos en tiempos de guerra cuando no contaban con anestésicos importantes, y nosotros hemos reincursionado todos esos caminos, yendo un poquito más allá.



¿Hasta dónde han llegado hiptonizando pacientes?

En el sector odontológico la hipnosis se emplea para hacer pulpectomías, exodoncias, cirugía maxilo facial., y esto se maneja con éxito gracias a los cursos que hemos impartido.

Tenemos con Convenio entre la Universidad Médica de Santiago de Cuba y la de Panamá desde el año 2001, por el cual impartimos un diplomado de Hipnosis, y como parte de la práctica, se han hecho intervenciones quirúrgicas en maxilo-facial. En Santiago de Cuba hemos hecho operaciones de varicoceles, hernias inguinales, cesáreas, etc.



¿Todo esto toma en consideración el peligro de la anestesia que muchos ven como un arma de “doble filo”?

Por supuesto, y hay que aclarar que el verdadero director del proceso quirúrgico es el anestesista o reanimador; que es una especialidad muchas veces poco conocida, pero es quien vela por el funcionamiento del organismo y quien lo reanima si cae el shock o en paro. La anestesia pone al paciente en una condición de inconciencia.



¿En que radica el poder de la hipnosis?

En el poder de la palabra. El lenguaje es –como nos enseñó el Iván Petrovich Pavlov- Premio Nóbel de Fisiología, cuando dijo que no hay condición más universal que la palabra.

“la palabra nos permite comprendernos, pensar y actuar, de modo que es muy importante la palabra para poder currar.

Nosotros tenemos la teoría de la transmisión de la información , conociendo que toda aquella información que llega a la persona de una forma, es modificada, transformada y al mismo tiempo trasmitida para que pueda ser asimilada en nuevos códigos como el bioquímico, fisiológico, lingüístico, mental. Esto habla del papel de la palabra capaz de provocar nuevas sintaxis, capaz de aumentar el nivel de oxígeno y de glucosa en neurosoma. La palabra aumenta la neuroplasticidad. Si esto ocurre así, entonces la palabra tiene una importancia trascendental, además por sus códigos semánticos desde el punto de vista afectivo, cognitivo y biológico.

Como decía una experta norteamericana “Los receptores y sus neurotransmisores son el correlato bioquímico de las emociones”. Entonces nuestras palabras tienen un impacto a nivel neuroquímico que actúan con fuerza.

¿Todo esto le condujo a creer en la hipnosis, tal cual titula su libro”?

Mi primer libro – intenta a través de 12 capítulos- explicar el por qué se puede creer en la hipnosis, por su relación por ejemplo, con la fisiología, la psicología, el papel de las sugestiones, y los elementos neurofisiológicos que abordó magistralmente Pavlov desde fines del siglo XIX.

¿Qué futuro avizora a la hipnosis frente a la tendencia de aplicar procederes cada menos invasivos para los pacientes?



Si le puedo quitar un dolor de muelas a una persona, y eliminar su depresión, sin darle medicamentos, pienso que estoy contribuyendo enormemente a una mejoría de una condición, sin métodos invasivos.

En Panamá tenemos un caso emblemático de una paciente que pudo resolver una exodoncia con hipnosis-sin tener que recurrir a un servicio enormemente caro que le proponían. También la técnica la podemos usar en las dermatopatías, como la psoriaris, el liquen plano, la pérdida del cabello y toda aquella patología donde interviene el fenómeno subjetivo. Se ha avanzado mucho en materia de psico neuroinmunología. Si pensáramos con un enfoque sistémico, no podríamos dividir lo psicológico y lo fisiológico porque todo depende de un extraordinario nivel de organización del cerebro.

La hipnosis se abre paso al mundo



Finalmente el Dr. Cobián ofreció pormenores de su activa presencia en el Congreso regional de la Sociedad Interamericana de Psicología, en Asunción, Paraguay, donde representa a Cuba. En ese marco presentó la convocatoria al Congreso Interamericano de la ASIP- en el 2015-y cuya sede aspira a lograr La Habana.

En setiembre tenemos un Congreso de Tanatología, en México, donde dictaré conferencia y curso y luego en Colombia asistiremos al Congreso Hipno Caribe, del 6 al 10 de octubre. Después seguiremos trabajando por la organización de nuestro VII Congreso de la Asociación Panamericana y Caribeña, programado del 14 al 18 de marzo del 2011 en Santiago de Cuba.

¿Para Ud. la hipnosis es lo máximo?

Amo la hipnosis y doy todo por su desarrollo sin considerarlo una panacea ni el único método que existe.




Fuente: Tomado del sitio web http://www.agenciacomunas.com.ar/nota.asp?notaid=72558, el 18 de agosto de 2010.

sábado, agosto 14, 2010

Podemos reprogramar nuestro cerebro para aliviar el cuerpo o cambiar el comportamiento


¿QUÉ ES UNA TERAPIA REGRESIVA? Es un tratamiento en el que se utiliza la hipnosis para hacer que el paciente "regrese" en los recuerdos al momento en el que se originó la depresión, complejo, culpa, fobia, migraña, cáncer u otras dolencias a las que no se les encuentra causa por los métodos médicos convencionales, para luego motivarlo a que comprenda el hecho, asuma el rol del otro, perdone, acepte y reprograme su mente para generar el efecto contrario, como si el cerebro fuese la CPU (Unidad Central de Procesamiento) de un poderoso computador neurobiológico, en el que los órganos del cuerpo son los dispositivos de hardware, y la lingüística, o manera de expresarnos con la palabra, fuese la programación o software que afecta la operación del sistema.

A esta analogía del comportamiento humano con un sistema informático, hecha inicialmente por Richard Bandler, un ingeniero norteamericano en computadores, se le llamó PNL (Programación Neuro Lingüística). Si crees que puedes lograr algo, y lo proyectas en tu pantalla mental, lo logras (creemos que esa es la Fe de que hablaba Jesús, y el tema de la película El Secreto). Para confirmar lo anterior, te ofrecemos a continuación el testimonio de Joe Dispenza.

Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza (de los maestros de "Y tú qué sabes"), fue arrollado por un  todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse  inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento.  

Dispenza, que era  quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema.

Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades (alivio, sanación), y le sorprendieron tanto los resultados, que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.

Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle, en Nueva Jersey. Obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció Magna Cum Laude (‘con alabanzas’, laureado; es una frase latina usada para indicar el nivel de desempeño con el que se ha obtenido un grado académico universitario máximo) y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiología, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad. Desde 1997 ha dado conferencias ante más de diez mil personas en 17 países de los cinco continentes.

"Podemos cambiar la mentalidad al crear nuevos cableados en el cerebro y fortalecerlos con nuestro pensamiento"

¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?

He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades -tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores músculo esqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución-, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.

¿Milagro?

Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas (sanación), era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su cerebro.

Estimulante curiosidad la suya.

Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico, llamado psico-neuroinmunología, que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.

Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.

La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el periodo en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.

¿Y eso qué significa?

El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo, pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, que es más real que cualquier otra cosa. De este modo, el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.

¿En qué se traduce?

Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica.

Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas.

Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.

¿Cambiar las marchas del coche?

Si tomamos las marchas del coche como todas esas cosas que hacemos sin pensar, entonces sí podemos cambiar tales marchas o conductas. Esa es la razón de que cuando un neófito escucha música, la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a desaparecer.

Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?

No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.

¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?

El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.

¿Cómo define ese algo?

Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa. Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.

¿Y la predestinación genética?

La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos, que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.

¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?

Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.

Un círculo vicioso.

Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: "Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa", pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo, dará como resultado un malestar.

Estamos enganchados a nuestra química interna.

Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.

¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?

Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.

¿Cómo interrumpir el ciclo?

A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de mundo.

¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?

La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: “yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer....”; sí podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?

Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.

No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.

El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.

El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya está formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.

¿Eso son 20 años de psicoanálisis?

Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.

Fuente: tomado del material en medio magneticoremitido por Aurelio Mejia