domingo, abril 25, 2010

Plasticidad del cerebro abre infinitas posibilidades a la transformación humana

En el siguiente articulo encontrarás según investigaciones científicas la conexión entre el budismo y la neuropsicología, la teoría de que nuestras neuronas con el tiempo se desgastan es revaluada, existen técnicas para generar nuevas redes neuronales, y mejorar trastornos como el de los obsesivo compulsivos, te invito a realizar el recorrido por el artículo.
Querer es poder
La impresionante plasticidad del cerebro abre infinitas posibilidades a la transformación humana
…desde hace siglos los budistas sostienen que tenemos la capacidad de convertir el dolor en sabiduría, la envidia en compasión, la angustia en esperanza; que tenemos en nuestra mano la posibilidad de borrar las heridas del pasado y esculpir un futuro. Podemos aprender a ser felices y plenos.

En los reinos de la ciencia, sin embargo, siempre se había pensado lo contrario. El cerebro, el capitán general de nuestro comportamiento y nuestro sentir, es inamovible, decían. No sólo no se puede cambiar, añadían, sino que a lo largo de la vida vamos perdiendo neuronas que nunca más se vuelven a recuperar.

Fatalidad irreal

Pero los últimos años de investigación neurocientífica demuestran que semejante fatalidad no es real. Más bien todo lo contrario. Y he ahí que la ciencia demuestra los principios del budismo: con la intención, con la voluntad, con el deseo se cambia lo que antes se consideraba escrito en piedra: la arquitectura cerebral.

Desde hace dos décadas el Dalai Lama se reúne periódicamente con neurocientíficos occidentales con el objetivo de aunar dos aproximaciones con orígenes muy diferentes, pero con el objetivo común de comprender la mente humana, su realidad y los caminos para alcanzar el bienestar. De estos encuentros han salido infinidad de proyectos y datos muy valiosos.

El Dalai Lama ha insistido desde el principio en que la fuerza de la mente puede cambiar el cerebro y con él nuestra manera de vivir y de crear el mundo que nos rodea. Sin embargo, ésta era una hipótesis difícil de aceptar para los científicos.

La reunión de 2004 en Dharamsala (India) entre ciencia y budismo tuvo como tema de discusión la mencionada propuesta de Su Santidad. Parece que los investigadores han tenido que plegarse a las evidencias de los estudios y dar la razón al budismo.

La periodista científica Sharon Begley ha recogido el encuentro en el libro Train your mind, change your brain (entrena tu mente, cambia tu cerebro), que acaba de publicarse en Estados Unidos, y en él se puede leer la siguiente cita de Michael Merzenich, un neurocientífico de la Universidad de California-San Francisco (EEUU), que testifica el cambio de pensamiento: “cada momento elegimos y esculpimos cómo va a trabajar nuestra siempre cambiante mente, elegimos quién seremos en el momento siguiente”. O dicho de otro modo, somos libres para decidir qué tipo de persona deseamos ser.

La piedra filosofal

La piedra filosofal para la transformación mental es una mezcla del querer es poder, es decir, de la voluntad, la intención o la fuerza de la mente y de la impresionante plasticidad del cerebro. Al igual que el entrenamiento físico fortalece los músculos, el entrenamiento mental modifica los circuitos del cerebro en la dirección que deseamos.

Si uno se empeña y lo desea puede construir y potenciar los circuitos de la felicidad, de la armonía, de la empatía y todo el etcétera que se quiera. Para los budistas el entrenamiento mental por excelencia, la herramienta para cambiar el cerebro y la realidad, es la meditación.

Así, el Dalai Lama habla del arte de la felicidad y cuenta su propio cambio gracias a la meditación. Explica que cuando era joven se enfadaba con mucha frecuencia y sentía rabia. Ahora, tras muchos años de meditación, esas emociones se han esfumado y no es porque pueda controlarlas, sino porque ni siquiera se presentan en su vida.

Pero por supuesto no hace falta ser un monje budista para disfrutar de los efectos transformadores y creativos de la meditación. David Lynch, el siempre sorprendente director de cine, en su libro Catching the big fish (Atrapar el pez grande), explica cómo esa técnica ha influido en su creatividad y en su consciencia: “cuando buceas en tu interior, el auténtico ser está ahí y la verdadera felicidad está ahí. Hay un océano enorme, sin límites, de ella”.

Nuevas cualidades

La meditación permite cultivar cualidades nuevas que poco a poco se van incorporando de forma natural a la vida cotidiana. En un principio hay que tener la voluntad para dirigir la mente hacia el lugar que deseamos y de este modo se comienzan a formar nuevas conexiones cerebrales que son primero caminos y con el tiempo se convierten en autopistas cerebrales para la alegría, la compasión, la empatía…

Para eliminar los pensamientos o emociones negativas no hay que luchar contra ellas sino reemplazarlas por otras positivas. Decir “no a la guerra” es seguir dando protagonismo al conflicto, afirmar “sí a la paz” crea un nuevo circuito y borra la huella de la guerra.

Numerosos experimentos han demostrado que la práctica de la meditación altera la geografía neuronal de modo que se potencia la actividad en áreas relacionadas con las emociones positivas, el bienestar y la felicidad. “Lo que estamos viendo es que la felicidad no es simplemente un estado, sino que es un producto de habilidades que se pueden mejorar con entrenamiento mental”, afirma Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU), uno de los primeros investigadores en llenar el cráneo de los monjes budistas de electrodos.

Y de nuevo no es necesario ser un monje budista o pasar horas en estado meditativo: se ha visto que incluso las formas más básicas de entrenamiento mental producen efectos positivos. Se puede considerar como si se educara a un niño jugando, pero en este caso el niño es nuestro propio cerebro.

Es lógico que los efectos en el cerebro de los monjes sean mucho más significativos, pero con tan solo una semana de meditación ya se pueden observar cambios en el cerebro de personas que nunca antes habían practicado esta técnica. La diferencia es que están más activas las áreas asociadas con el bienestar y el pensamiento positivo.

Una clave muy importante para la transformación es la observación de uno mismo, ese buceo interior del que habla David Lynch.

Experimento de Schwartz

Un ejemplo clarificador de esta mirada interior es un experimento realizado por Jeffrey Schwartz, neuropsiquiatra de la Universidad de California-Los Ángeles (EEUU), con personas que padecían trastorno obsesivo compulsivo – la patología de las manías como el personaje de Jack Nicholson en Mejor Imposible que no dejaba de lavarse las manos y cada vez estrenaba una pastilla de jabón.

Schwartz, budista y practicante de la meditación, quiso comprobar el potencial terapéutico de ésta. Siguiendo la idea de lo que se conoce como meditación consciente, es decir, observar lo que ocurre en el interior sin juzgar, enseñó a sus pacientes a separarse de su enfermedad; a observar los síntomas con la parte más lúcida de ellos mismos reconociendo que sólo eran manifestaciones de su trastorno.

Una semana de entrenamiento fue suficiente para que los pacientes afirmaran que sentían que la enfermedad había dejado de controlarlos. Pero lo más extraordinario y sorprendente para los científicos fue que las pruebas de imagen cerebral demostraban que sus redes neuronales habían cambiado. La simple educación mental había reducido la actividad en los circuitos cerebrales que causan la enfermedad.

Se han obtenido resultados similares en casos de depresión, pero no hace falta sentirse mal para comenzar a entrenar la mente y modificar nuestras vivencias. De hecho, otro de los principios fascinantes del budismo es que afirma que la realidad exterior es el producto de nuestras proyecciones. De modo que si se modifica el interior, el resto también cambiará.

La influencia del entorno

Hay quienes aseguran que todos deberíamos hacernos preguntas sobre nuestros conflictos internos a la vista de los que se producen en el mundo. Quizá una de las zonas donde los conflictos son más profundos es en Oriente Próximo. Y precisamente en la Universidad Bar Ilan de Israel, bajo la dirección de Phillip Shaver y Mario Mikulincer, se han llevado a cabo varios experimentos con conclusiones particularmente interesantes para esa zona del planeta.

Un grupo de estudiantes israelíes judíos evaluó a otro grupo de estudiantes. Aunque los examinados eran todos judíos, Shaver y Mikulincer manipularon los datos e hicieron creer a los examinadores que algunos de ellos eran árabes.

Como seguramente muchos supondrán, la percepción de los evaluadores fue mucho más negativa cuando pensaban que estaban ante un árabe. Los encontraban impulsivos, vagos, conflictivos… Pero hay esperanza.

Cuando los científicos hicieron a los examinadores que recordaran momentos en los que alguien les daba amor, las calificaciones cambiaban radicalmente. Ya no había diferencia alguna en la percepción de judíos y árabes.

Los experimentos se repitieron empleando distintos tipos de imágenes mentales, por ejemplo, sentirse rodeado de gente que te ama, te apoya y que está dispuesta a ayudarte y los resultados fueron siempre los mismos.

Conclusión conmovedora

La conclusión es conmovedora y esperanzadora. Los recuerdos de amor, de apoyo, activan circuitos mentales relacionados con la sensación de seguridad emocional, de solidez y de autoestima. Entonces el mundo y las personas que nos rodean se ven a través de ese cristal y lo que se percibe es tolerancia, comprensión, apertura y empatía.

Cuando el mundo interior está en paz y armonía, el mundo exterior se contagia de esa paz y armonía. Y aquí es donde volvemos a encontrarnos con el budismo. Una de las formas principales de meditación está orientada a la compasión y su objetivo es entrenar la mente para alcanzar una profunda empatía por todos los seres vivos. Entre las técnicas que los budistas emplean para potenciar la compasión está revivir el amor de la madre.

Continuando con los cuidados maternos, llegamos a la parte más extraordinaria del asunto. Con el “querer” se puede incluso doblegar la genética, burlar el supuesto determinismo del ADN.

Los cambios que incorporamos a nuestro comportamiento a base de cultivar lo mejor de nosotros mismos se transmiten a las generaciones futuras igual que ocurre con el color de los ojos o de la piel. La ciencia lo ha constatado con animales de laboratorio en los que es posible hacer un estudio tan complejo.

Amor maternal recuperado

Los trabajos de Michael Meaney de la McGill Universitiy en Montreal (Canadá) han demostrado que ratas nacidas de madres poco amorosas repetían el comportamiento de sus progenitoras con sus propias crías. Sin embargo, cuando las hijas de las descuidadas madres eran criadas por otras cariñosas y solícitas dejaban de lado la genética y se volvían como sus progenitoras adoptivas.

En la siguiente generación, aquellas que estaban abocadas por sus genes a no ocuparse de sus vástagos dieron un golpe de timón y cambiaron el curso de su descendencia. Si algo así se puede lograr con sólo el instinto animal, imaginemos hasta dónde se puede llegar con la voluntad consciente. Definitivamente “querer es poder”.


Fuente: Tomado Mega tendencias el 25 de abril de 2010 del sitio web http://www.tendencias21.net/Querer-es-poder_a1989.html

La meditación ayuda a contener el avance del SIDA


Un estudio de la UCLA demuestra que frena la decadencia de las células CD4-T
Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han demostrado por vez primera que la meditación puede ayudar a los enfermos de SIDA, ralentizando el proceso de deterioro de un tipo de células, las CD4-T, consideradas el “cerebro” del sistema inmunológico humano. Un programa de ocho semanas de duración dedicado al entrenamiento en la meditación de atención plena (que consiste en abrir la conciencia al presente) ayudó a pacientes con VIH a frenar la decadencia de las CD4-T, independientemente de otros factores, como si los pacientes habían tomado o no antirretrovirales. Para los científicos, este estudio demuestra que la meditación sería un importante tratamiento complementario al de los medicamentos tradicionalmente empleados para paliar el SIDA. Una de sus claves: reduce el estrés, que se sabe que combinado con el virus del VIH puede resultar fatal. Por Yaiza Martínez.

Un equipo de investigadores de la Unversidad de California en Los Ángeles (UCLA ha realizado un estudio cuyos resultados señalan por vez primera que la meditación puede frenar la decadencia de las células CD4-T en pacientes con sida.

Estas células, que pertenecen al grupo de glóbulos blancos de la sangre, coordinan las respuestas inmunes del organismo y, por tanto, serían como el “cerebro” de nuestro sistema inmunológico, explican los científicos en un comunicado de la UCLA.

Por otro lado, las células CD4-T son las que sufren el ataque del virus VIH, que las desgasta lentamente debilitando el sistema inmunológico de aquéllos que padecen esta enfermedad.

El sida provoca que el organismo no sea capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones. Actualmente, se calcula que unos 30 millones de personas viven con el virus del sida en el mundo, según el informe Situación de la epidemia del sida 2007 de la Organización para las Naciones Unidas.

Atención al presente

Desde hace algún tiempo, los científicos saben, por otra parte, que los enfermos de sida tienen otro enemigo, además del virus: el estrés, que puede acelerar el declive de las células CD4-T. Por tanto, la combinación de estrés y VIH resultaría potencialmente mortal.

David Creswell, psicólogo social del Cousins Center for Psychoneuroimmunology de la UCLA especializado en analizar los efectos del estrés en la salud de las personas, señaló que el presente estudio proporciona la primera indicación de que la meditación de atención plena puede tener un impacto directo en la ralentización de la progresión del sida. Y, por tanto, podría usarse como tratamiento complementario a la medicación.

La meditación de atención plena consiste en abrir la conciencia receptiva del momento presente en cada experiencia, eludiendo el pensar en el pasado o preocuparse por el futuro. En resumidas cuentas, es un tipo de meditación que consiste en experimentar un estado ininterrumpido de absoluta atención en el presente. Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista especializada Brain, Behavior, and Immunity.

Mantenimiento del nivel de células

Para el estudio, Creswell y sus colaboradores llevaron a cabo un programa de meditación de reducción de estrés basado en la meditación de atención plena, de un total de ocho semanas de duración, y lo compararon con un grupo de control del estrés que duró sólo un día.

Las muestras tomadas a un total de 48 adultos con diagnóstico positivo para el VIH demostraron que los participantes en el programa de meditación de ocho semanas no mostraron pérdidas en las células CD4-T, lo que indicó que el entrenamiento en la meditación de atención plena podía reducir el declive de estas células.

Por el contrario, el grupo de control de un solo día mostró reducciones significativas en las CD4-T desde antes y hasta después del estudio, una progresión típica del proceso de la enfermedad.

Los científicos registraron una relación directa entre la atención a las clases de meditación y el número de células CD4-T afectadas: “cuanto mayor había sido la asistencia a las clases de meditación de atención plena de los participantes, mayor nivel de células CD4-T presentaban los participantes al final del experimento”, declaró Creswell.

Efectos protectores

Los investigadores quedaron sorprendidos al descubrir, además, que los efectos totales en las células CD4-T se mantuvieron incluso tras controlar una serie de factores que podrían haber empañado los resultados del estudio.

El más notable de estos factores fue que los científicos hallaron efectos protectores derivados de la meditación equivalentes, tanto si los participantes habían estado tomando sus fármacos de antirretrovirales como si no.

Según Creswell, el interés por la meditación para reducir el estrés, y mejorar así el estado de las personas con sida es cada vez mayor. La de estos científicos sería, sin embargo, la primera investigación que demuestra el efecto protector contra el VIH del entrenamiento en la meditación de atención plena.

Creswel y sus colaboradores de la UCLA examinan ahora las vías subyacentes por las que la meditación de atención plena consigue reducir el estrés utilizando técnicas de registro de imágenes de la actividad cerebral, así como recopilando información genética y del sistema inmune.

Hace un año, la revista PNAS publicaba un artículo que relacionaba la meditación con la reducción del estrés, un mal muy generalizado en las sociedades occidentales y que cada vez más estudios vinculan con la alteración de aspectos específicos del sistema inmunológico humano.

Fuente: Tendencias sociales: http://www.tendencias21.net/La-meditacion-ayuda-a-contener-el-avance-del-SIDA_a2465.html

La meditación mejora las capacidades cognitivas en cuatro días


La mente es fácilmente modificable con esta técnica, según un estudio

Un equipo de psicólogos norteamericanos ha constatado en un experimento que la técnica de la meditación puede mejorar las capacidades cognitivas, en tan sólo cuatro días de práctica. Más de 60 personas participaron en el experimento, que consistió en meditar durante breves periodos de tiempo. Los tests que se les realizaron a los participantes posteriormente demostraron que éstos habían mejorado de manera significativa sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas. Los científicos sugieren que estos resultados demuestran que nuestra mente puede ser modificada con facilidad. Por Yaiza Martínez.


Fuente: Everystockphoto.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte (UNCC), Estados Unidos, ha revelado que tan sólo un rato corto de meditación durante pocos días los seres humanos podemos aumentar nuestras capacidades cognitivas.

En investigaciones previas realizadas con tecnología de registro de imágenes de la actividad neuronal se había demostrado ya que la meditación puede producir cambios significativos en áreas del cerebro relacionadas con la concentración

Sin embargo, hasta el momento se creía que, para conseguir estos cambios, se necesitaba un entrenamiento severo en las técnicas meditativas.

Rápido y sencillo

Según publica la UNCC en un comunicado, la presente investigación, realizada por el psicólogo de dicha universidad, Fadel Zeidan, y sus colaboradores, sugiere que la mente puede ser entrenada cognitivamente de forma rápida y sencilla.

Los investigadores analizaron los efectos de una técnica de meditación conocida como “mindfulness”, que consiste en tomar una actitud de atención y conciencia plena, de presencia atenta y reflexiva. La meditación mindfulness consiste, por tanto, en el esfuerzo por centrarse en el momento presente de forma activa y reflexiva.

Los participantes en el estudio practicaron este tipo de meditación durante sólo cuatro días, y durante 20 minutos cada uno de estos días. Tras este periodo de tiempo se constató un significativo aumento en sus habilidades cognitivas clave: los participantes puntuaron mucho más alto en tests de cognición que otras personas de un grupo de control que no había meditado.

Según Zeidan, los resultados de estos tests fueron similares a los documentados en otras investigaciones, en las que los participantes habían estado meditando durante más tiempo.

Zeidan señala que la profunda mejoría cognitiva constatada en los participantes tras sólo cuatro días de entrenamiento en la meditación resultó realmente sorprendente y sugiere que la mente es, de hecho, fácilmente transformable e influenciable, especialmente con esta técnica de concentración.

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Mejora sorprendente

En el experimento realizado participaron 63 estudiantes, 49 de los cuales completaron la investigación.

Los participantes fueron organizados de forma aleatoria y equivalente en dos grupos. Uno de ellos, se dedicó a meditar, mientras que al otro grupo se le pidió que escuchara durante periodos equivalentes de tiempo la lectura de un libro, El Hobbit, de J.R.R. Tolkein.

Según explican los investigadores en un artículo
aparecido en la revista Pub.Med, antes y después de las sesiones de meditación y de lectura, los estudiantes fueron sometidos a una gran cantidad de tests, con los que se evaluaron su estado de ánimo, su fluidez verbal, su procesamiento visual y su memoria de trabajo.

Ambos grupos presentaron resultados similares en estos tests al inicio del experimento, y ambos mejoraron sus resultados en lo que a estado de ánimo se refiere, después de los ejercicios de meditación y de los de lectura.

Sin embargo, el grupo que se dedicó a la meditación puntuó mucho más alto como media que el otro grupo en los tets sobre capacidades cognitivas, y hasta diez veces más alto que dicho grupo en tareas en las que los participantes tenían que procesar información bajo la presión de hacerlo en un tiempo limitado (capacidad de concentración cuando se tiene otra información en la mente).

En las pruebas se demostró, en concreto, que los participantes que habían practicado la meditación durante cuatro días habían mejorado notablemente sus capacidades de procesamiento visual del espacio, su memoria de trabajo y sus funciones ejecutivas (conjunto de habilidades cognitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, la formación de planes y programas, el inicio de las actividades y operaciones mentales, la autorregulación de las tareas y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente).

Capacidad de modificar la mente

Zeidan señala que habrá que hacer más estudios en adelante para confirmar los cambios cerebrales a raíz de estos breves periodos de meditación que los tests han indicado.

Aún así, el investigador considera que los resultados obtenidos en el experimento evidencian ya con claridad nuestra capacidad para modificar nuestra propia mente y mejorar nuestra cognición en unos pocos días.

Los participantes practicaron la meditación mindfulness con la ayuda de un entrenador, que les enseñó a relajarse, con los ojos cerrados, y a centrar al mismo tiempo su atención en el movimiento de sus respiraciones. Si algún pensamiento llegaba a los estudiantes durante este proceso, el entrenador les indicó que sólo debían dejarlo pasar, sin concentrarse en él, y luego volver a las sensaciones de la respiración.

Los beneficios inmediatos de la meditación para nuestras habilidades cognitivas han sido también demostrados por científicos de la Universidad Tecnológica de Dalian, en China, que en 2009 publicaron los resultados de una investigación en la que se demostró que otra técnica meditativa, conocida como “integrative body-mind training” (IBMT) puede producir cambios mensurables en la atención y reducir los niveles de estrés, en tan sólo cinco días de práctica, 20 minutos cada día.

En este estudio participaron 86 estudiantes de dicha universidad, y se aplicaron diversas tecnologías (como exploraciones de resonancia magnética funcional del cerebro), que permitieron demostrar que la IBMT potencia las relaciones entre la estructura del sistema nervioso central, la corteza cingulada anterior del cerebro y el sistema nervioso parasimpático, lo que a su vez potencia la conexión mente-cerebro.

Las imágenes tomadas del cerebro de aquéllos que habían practicado la IBMT mostraron diferencias radicales con respecto a otro grupo de participantes que había realizado otras prácticas de relajación.

Funete: Tendencias sociales: http://www.tendencias21.net/La-meditacion-mejora-las-capacidades-cognitivas-en-cuatro-dias_a4361.html?preaction=nl&id=11503506&idnl=67226&